martes, 25 de agosto de 2009

PUBLICO AUTORIZADO A DESTRUIR CINE DESPUES DE FUNCION.


¡ Acción en la platea ¡

Por: Lázaro Sarmiento

Los espectadores de un cine de La Habana fueron autorizados por el dueño de la sala a destruir los asientos de la platea con sus propias manos una vez concluida la función. El cine se llamaba Renacimiento y estaba situado en la esquina de 15 y 14, en el barrio de El Vedado. Luego el local se transformó en el cine Ámbar. El incidente ocurrió en la década del cincuenta y forma parte de las memorias del crítico y director Enrique Colina, recogidas en el libro La Habana que va conmigo (Letras Cubanas, 2002), selección de Mario Coyula:

“En ese cine Renacimiento las butacas eran de madera mala, la pantalla era desastrosa, allí se ponían nada más que películas mexicanas. Este cine entra en bancarrota a principios del cincuenta. El propietario se arruina. El día que da la última función, el dueño anuncia que el cine va a ser remodelado y que todo el que estuviera allí, cuando se terminara la película, tendría derecho a destruir su butaca y todo lo demás que pudiera romper. Cuando se acabó la función ¡tembló Roma¡ porque acabaron, no hubo necesidad de tumbar el cine, la gente prácticamente lo tumbó, imagínense el gusto de la gente de poder romper cosas. Así surge el cine Ámbar, que tenía un aire acondicionado extraordinario”.

Los habaneros que disfrutaron de aquella función en la vieja sala Renacimiento constituyeron un público privilegiado. Nunca en el mundo los espectadores pueden, como en una película loca, destruir un cine después que en la pantalla aparece el letrero: THE END.




lunes, 24 de agosto de 2009

JUANITA, LA REINA DE LOS BANDIDOS.


Por: Lázaro Sarmiento

Cada vez que inicio una operación de organización de viejos papeles termino recreándome en la atmosfera de nostalgia suscitada por los recortes de periódicos, fotos y revistas que, para mí, constituían – y aún siguen siendolos -magníficos y entrañables archivos antes de la llegada de internet y la digitalización de la información. Al final me desprendo de muy poco y muchos de los papeles y fotos regresan a su lugar de hibernación en una gaveta o a un pequeño contenedor de plástico. Este es el caso del cuaderno no. 19 de las aventuras de Buffalo Bill y la narración titulada Juanita, reina de los bandidos. No tiene la fecha en que fue publicado en Barcelona pero debe haber sido alrededor de 1920. No leo literatura del Oeste pero me encanta tener a buen recaudo a la reina de los bandidos.

AQUELLA VIEJA PUBLICIDAD…

Oye Anastasio, ¿sabes tu cómo se escribe uva?
-Claro que lo sé; pero no quiero decírtelo, porque el saber eso y otras cosas más me ha costado catorce reales.
-Pues, por lo menos, dime qué debo hacer para saber yo cómo se escribe bien.
-Pues es muy sencillo; cómprate hoy mismo un Diccionario de la Lengua Española, por Atilano Rancés. Te costará 3’50 pesetas y sabrás escribir tan bien como el maestro.
La publicidad consignaba que este Diccionario, editado por Ramón Sopena, podía pedírsele a su librero, o adquirirse en Provenza, 95, Barcelona.

sábado, 22 de agosto de 2009

ENTRE LA BELLEZA Y EL CIENO.


“…Thomas Mann anotaba en sus cuadernos los huevos escalfados del desayuno, los paseos, visitas, erecciones, miradas que no había podido reprimir en la espalda de un joven camarero, un tejido vital que alternaba con conferencias, panfletos, recepciones y homenajes que no le impedían seguir escribiendo novelas profundas, densas, bíblicas. En sus diarios se entrecruzaba a veces Einstein con divos de Hollywood, con profesores de Princeton o de Harvard abriéndose paso en medio de los obstáculos que encontraba a la hora de escalar otras cimas literarias. Escribir siempre con grandeza al borde del acantilado, entre la belleza y el cieno, entre la estética y la putrefacción era la cumbre que más le atraía.

A lo largo de su biografía habían quedado recuerdos de adolescentes envasados. Su primer amor fue un compañero de colegio, Armin Martens; luego William Timpe y a los que añadía bell boys de hoteles, camareros y otros bañistas de cualquier playa que se transformarían en el Tadzio perseguido por las miradas del escritor Gustav von Aschenbach en las galerías del Gran Hotel des Bains del Lido de Venecia. Probablemente Thomas Mann nunca se atrevió a dar un paso adelante en este erotismo, pero su recuerdo le bastaba para excitarse ante esas sombras evanescentes que se reflejan en un espejo glaseado.”


Tomado del reportaje de Manuel Vicent titulado Thomas Mann: entre la belleza y el cieno. (Publicado en Babelia, suplemento de El País, 21.08.09) Este texto se refiere al diario que Thomas Mann (1875-1955) llevó desde su juventud hasta el final de sus días y que sólo pudo ser leído veinte años después de su muerte, por propio deseo expresado en su testamento.

martes, 18 de agosto de 2009

LA LEALTAD DE UNA VIDA BREVE.


La vida es breve, pero yo deseo vivir para siempre.

Esta afirmación de Yukio Mishima poco antes de morir en 1970 me hace reflexionar no sobre la vida y la muerte, como podría ser por lógica asociación, sino en la lealtad. El escritor japonés había fundado una sociedad paramilitar para luchar contra lo que consideraba la occidentalización de su pueblo y defender la cultura y al Emperador. Esa lucha lo llevó a una serie de acciones que terminarían con la decisión del harakiri, que debía ser un suicidio espectacular con la presencia de público y periodistas. Un fiel discípulo de 24 años llamado Masakatsu Morita estaba encargado de cercenar la cabeza de su maestro. El joven erró tres veces el golpe cuando ya Mishima se había desgarrado el vientre. Y luego de emprender la última misión encomendada por su jefe, Morita se aprestó a llevar hasta las últimas consecuencias la fidelidad que le había jurado: ofrendar su propia vida. Pero no logró rajarse tampoco el vientre por sí mismo y tuvo que ser decapitado por otros dos miembros de la Sociedad del Escudo. Sin embargo, los tropiezos no empañan su gesto de lealtad hacia Mishima.


Al referirse a este suceso, Marguerite Yourcenar escribió sobre Morita: “Veinte años más joven que su maestro, dio más de su vida y quizá sin más motivación que su lealtad. Nadie lo menciona: únicamente se sabe que era originario de una provincia del norte adonde, según parece, enviaron sus cenizas”.


Imágenes: Yukio Mishima (izquierda) Masakatsu Morita (derecha)

sábado, 15 de agosto de 2009

ROSITA FORNES EN EL GRAN TEATRO DE LA HABANA

Imágenes de la primera noche de Vedettísima, después de 20 años.

Por: Lázaro Sarmiento



Rosita Fornés protagonizó hace unas horas la revista Vedettísima en la sala García Lorca del Gran Teatro de La Habana ante un público emocionado y nostálgico que la colmó de aplausos y al cual ella entregó su imagen elegante y decantada de gran vedette.


Rosita interpretó canciones que identifican su repertorio en los últimos tiempos: Por qué te vas, Los abedules, Mis sentimientos, Sin un reproche y Gracias por venir, así como Vaya una dama, del género lírico. Mostró una fidelidad al quehacer artístico increíble luego de una intensa carrera durante más de setenta años. Llenó la atmósfera con un resplandor mágico a pesar de sus movimientos mínimos en el escenario. Lució magnífica un flamante vestuario que resaltó su imagen glamorosa. Y sus seguidores demostraron que son capaces de adquirir en pocas horas todas las localidades del Gran Teatro para las tres funciones de fin de semana.



A la Fornés le acompañaron en la primera noche de Vedettísima los actores Mario Aguirre y Carlos Ruiz de la Tejera, los cantantes María Elena Pena, Sandra Orce, Hilda de la Hoz, Leo Vera, Bruno y Jaime Jiménez (Estrellita), la compañía Neotango y el Ballet de la Televisión Cubana.

Esta revista fue concebida por Raúl de la Rosa en 1989. A partir de esa fecha se presentó durante casi tres años en distintas ciudades de la Isla. Ahora, dos décadas después, sube al escenario del Gran Teatro de La Habana, un coliseo significativo en la carrera de la Fornés. Aquí actuó por primera vez en 1938 con quince años de edad como estrella naciente de la Corte Suprema del Arte, programa radial del que salieron figuras que alcanzaron gran notoriedad.


En Rosita Fornés, los antiguos recuerdos de reina del espectáculo acumulados por varias generaciones de cubanos se transforman ahora en una nueva dimensión que hace disfrutable su personalidad artística desde la nostalgia. A sus 86 años, ella logra una verdadera proeza: seguir siendo la gran estrella en la escena y, lo que es más impresionante, mantener la ilusión en el público.




Fotos: Lázaro Sarmiento

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ROSITA FORNES EN UNA PECERA (I)
ROSITA FORNES: UN TRABAJO A TIEMPO COMPLETO, CASI DE OBRERA.
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ROSITA FORNES: SENSUAL SIN LLEGAR A LA AGRESION VISUAL, MORAL O FAMILIAR.

ROSITA FORNES HISTORICA. CONCIERTO EN EL ANFITEATRO DE LA HABANA POR EL ANIVERSARIO 70 DE SU DEBUT.


Rosita

jueves, 13 de agosto de 2009

BENNY MORE, EL ALMA DEL SON.

Por: Lázaro Sarmiento

Cuba continúa homenajeando a Benny Moré, el más grande cantante de la Isla, en el aniversario 90 de su nacimiento. Bartolomé Maximiliano Moré nació en Santa Isabel de las Lajas el 24 de agosto de 1929 y murió en La Habana el 24 de agosto de 1963.

Entre los eventos para los próximos días sobresale el coloquio Benny Moré, genio de la popularidad, que se efectuará el 21 de agosto en el Hotel Saint John’s del barrio El Vedado, en La Habana.

Escritores, musicólogos y periodistas han dedicado numerosos textos a este intérprete bautizado como El Bárbaro del Ritmo. Entre esos autores figura el poeta santiaguero Jesús Cos Causse (1945-2007), autor de la siguiente crónica.



EL SOMBRERO Y EL BASTÓN.

De verdad, Benny Moré, que uno ya no sabe si cantar o escribir para esquivar la muerte que se esconde en la trompeta o en el verso. Yo recuerdo aquella vez que lo vi, estaba usted con su traje blanco de verano y su sombrero que de grande parecía un pedazo de cielo y su bastón de todo un caballero enamorado. Daba gusto verlo cantar evocando aquellas mujeres que primero fueron sueños y después heridas: Cuando a Varadero llegué…


Los rumberos famosos, los soneros, todos los trovadores de la isla saben que usted le puso el alma al son y azúcar a la rumba. Aquel domingo, en los jardines de La Tropical, cuando la gente estaba de lo más alegre, lanza usted su sombrero al aire y ahí mismo se acabó la música, pero nadie estuvo de acuerdo, entonces usted con la punta del bastón levantó el sombrero del suelo y comenzó a darle vueltas suaves, y la música de nuevo a soñar, a llenar la fiesta de estrellas.

La muerte es otro asunto que su presencia nos convence. Pero los rumberos, los soneros, los trovadores lo recuerdan. Y su voz entra y pasa con el viento como el arrullo de palma en la llanura.

(Texto tomado de Añorado encuentro. Poemas cubanos sobre boleros y canciones. Selección y prólogo de Waldo González López. Ediciones Extramuros, La Habana, 2001)


EL CANTANTE Y LA ACTRIZ. La gente siente fascinación por esta fotografía tomada por Mario García Joya, Mayito, en 1962 en el Paseo del Prado de La Habana, durante el festival Papel y Tinta, del periódico Revolución. Fue Orlando Quiroga quien le pidió a Benny que posara junto a la actriz, entonces en el esplendor de su belleza. Odalys Fuentes, quien unos años antes era la estelar modelo de la cerveza Hatuey, acababa de regresar de Praga. Esta foto salió publicada en la revista Bohemia y luego formó parte de un mural gigante a la entrada del Pabellón de Cuba en la Expo Mundial de Canadá.

Imagen izquierda: Benny Moré y Celia Cruz (1924-2004) en una fotografía de los años 50, en La Habana.

Fotograma del filme El Benny, del realizador Jorge Luis Sánchez. Este largometraje del ICAIC, estrenado en el año 2006, contribuyó al conocimiento de la vida de Benny Moré en las nuevas generaciones de cubanos, distantes cronológicamente de la época de gloria del cantante fallecido en 1963.

domingo, 9 de agosto de 2009

LA HABANA, EL RESPLANDOR DE LOS CUERPOS.


Por: Lázaro Sarmiento


Hoy abrí una de mis viejas libretas de apuntes. Lo primero que encuentro es es una cita de Marguerite Yourcenar: “Un corazón es tal vez algo sucio. Pertenece a las tablas de anatomía y al mostrador del carnicero. Yo prefiero tu cuerpo.” Estas palabras son del libro Fuegos que la escritora belga publicó en 1936.

Por el camino de las asociaciones, la Yourcenar me lleva a un texto de Abilio Estévez titulado La Habana son los cuerpos (Arquitectura cubana. Metamorfosis, pensamiento y crítica. Selección de textos, Artecubano. Ediciones 2002) . La visión de Estévez contribuye a que disfrute mejor el estado de ánimo con el que llego a El Vedado luego de atravesar la Habana profunda desde la calle Obispo. Durante el recorrido me he sentido tocado por una ola de cuerpos como consignas, capaces de “iluminarte de inmenso” con una electricidad natural y lúdica, no obstante el sudor, el calor y la voracidad del mediodía.

“…Semidesnudos y espléndidos. A cualquier hora y en cualquier lugar. En parques y plazas, en iglesias y estadios, en cuarterías y hospitales, en bosques y páramos, y por supuesto en las playas…Siempre, me ha parecido que sí, que es cierto, que todo se destruye, porque ya sabemos (desde Valery o desde siempre) que nosotros, las civilizaciones, somos mortales, pero vamos descubriendo que son los cuerpos, en verdad, los únicos que permanecen”.

“No importa que el cine Principal (el cine en el que mi padre pudo descubrir que Umberto D era una obra maestra) se halle ahora semiderruido, puesto que constato que ese antiguo cine (ahora es un almacén) está rodeado de mujeres y hombres de una belleza que (puedo jurarlo) dan ganas de llorar.”

Y luego de reflexiones minimalistas que condensan numerosas imágenes , Abilio concluye “…Que me perdonen arqueólogos, historiadores, arquitectos, pero lo mejor de La Habana son los cuerpos (los cuerpos humanos, quiero decir).”

Ahora regreso a la admirada Marguerite Yourcenar: Siempre buscaré la oportunidad de dejar el corazón en las tablas de anatomía...


Barrio de Centro Habana. El edificio que sobresale es el Hospital Hermanos Ameijeiras.



sábado, 8 de agosto de 2009

CUANDO ANA PAVLOVA ATRAVESÓ EN TUTÚ EL PARQUE CENTRAL DE LA HABANA.


Por: Lázaro Sarmiento

Ana Pavlova (1881-1931) atravesó varias veces en tutú los aproximadamente doscientos metros que a través del Parque Central separan el Hotel Plaza del antiguo Centro Gallego, luego Gran Teatro de La Habana. Esto ocurrió en el año 1915 durante la primera de las tres visitas que la gran bailarina rusa realizó a la Isla. Las otras tuvieron lugar en 1917 y 1918. Dicen que incluso interpretó algunos de sus mágicos pasos de baile sobre las lozas cementadas del principal parque de la capital cubana.

La anécdota la leí en el libro de memorias de Orlando Quiroga titulado Nada es imposible (Letras Cubanas, 1996).

“Cuando la voz se corrió por la ciudad, una multitud de damas elegantes, niños, hombres con sombrero de jipi y periodistas venidos de todas partes, se agolpaban a la puerta del hotel, fundado en 1909, para ver el espectáculo inaudito de la bailarina más famosa del mundo saliendo por la gran puerta del Plaza, ya vestida uy maquillada para interpretar su legendaria Muerte del cisne.


“A la Pavlova, que además de grande era experta en marketing y relaciones públicas, le encantó el jolgorio que sus salidas y entradas al hotel provocaban en aquella ciudad, entre pecaminosa e ingenua.”

La gratuita exhibición del arte de Ana Pavlova se interrumpió a los pocos días. Parece que la empresa que la contrató y su agente la llamaron a cordura. Y los curiosos tuvieron que conformarse con ver a la estrella elegantemente vestida tomar un coche que la llevaba dos cuadras hasta la entrada del Gran Teatro de La Habana. Allí se convertía en el cisne deslumbrante cuya muerte era aplaudida hasta el delirio.


Parque Central de La Habana. En la foto de la derecha el Hotel Plaza, inaugurado en 1909. Por su puerta principal Ana Pavlova salía vestida para bailar la Muerte del cisne. Una multitud la seguía hasta el teatro.

viernes, 7 de agosto de 2009

MARTHA STRADA, LA FOTO Y EL LENGUAJE.


Por: Lázaro Sarmiento

Un catálogo de música cubana de hace 22 años, en la entrada dedicada a la cantante Martha Strada (1927-2005) señala:

“Entre las actividades que ha realizado, se destacan las actuaciones en la radio y la televisión, revistas y producciones en los principales cabarets y centros nocturnos del país, recitales y espectáculos en salas de conciertos y teatros, y en giras nacionales; las grabaciones de discos para la EGREM y de cintas magnetofónicas para el ICRT; las presentaciones en casas de cultura y otras instituciones culturales, políticas y de masas, así como en centros de producción y docentes….

“Posee distinciones, diplomas, certificados y cartas de reconocimiento, que acreditan su desarrollo artístico-técnico. En la última evaluación efectuada, obtuvo la calificación de A.”

El documento consigna el apellido de Martha como Estrada. La intérprete de Abrázame fuerte, Días como hoy y Sésamo pertenecía a la plantilla de la Empresa de artistas “Antonio María Romeu”.

Hay lenguajes que ni remotamente expresan la dimensión de la figura que describen, ni guardan relación con su personalidad. Un ejemplo es el texto sobre Martha Strada del Catálogo de Música Popular Cubana, editado en 1987. Por cierto, me entero que la renovada Revista de Música de la UNEAC publicará próximamente un artículo de Norge Espinosa sobre esta leyenda de la farándula cubana , un referente cautivante de la antigua vida nocturna en La Habana.


La foto incluida en este post fue realizada por Pedro Portal.

martes, 4 de agosto de 2009

SEXO. LA PRIMERA VEZ.

Por: Lázaro Sarmiento

Yo creo que al igual que tenemos diversas edades simultáneas, también acumulamos varias experiencias en el sexo que podemos calificar como “la primera vez”.

Hoy, leyendo el blog Migue y el Fabuloso Trompetista Invisible, vinieron a mi memoria las primeras ocasiones en que sentí la necesidad de liberar mediante el juego y los atributos de otro cuerpo la química profunda con las que andamos por el mundo fabricando felicidad o frustraciones. En ninguno de los tres casos que recuerdo como la primera vez hubo amor.

Las tres fueron acciones repentinas. Planificadas con pocos minutos de antelación. De expectativas inmediatas. Primaron la atracción del imán y la curiosidad. Sin embargo, solo en la tercera ocasión, la que considero la verdadera primera vez, me abrazó la sensación de que disfrutaba del sexo con naturalidad y alegría. Era una armonía invisible desconocida hasta entonces.

Parecía que hubiera hallado un tesoro fabuloso en medio del cielo estrellado (que ahora sobre las azoteas grises de Luyanó se mostraba más hermoso), al igual que le sucedía a los aviadores de Vuelo nocturno, el libro de Saint Exupery que yo leía por esos días.

Creí que la vida me revelaba su ecuación más importante. La filosofía que recibía en las aulas servía únicamente para interpretar la economía y la política. Había misterios que debía ir descubriendo con una cuota de ignorancia. Y uno de esos misterios era el sexo.

Luego, camino de mi casa con el brillo en las pupilas y la frescura de un río, intuí que detrás de las fachadas del barrio, en las esquinas, en los ómnibus, en las autopistas, en los rostros de la gente, en la ciudad toda, existía una atmósfera sutil de erotismo cuyos olores yo recién comenzaba a respirar. Bastaba el leve roce de la yema de un dedo para desencadenar las estrategias del placer.

Las paredes podían quedarse sin pintura, los maniquíes mostrar su desnudez patética, lo aviones partir con los amigos, el futuro lanzar preguntas incómodas… Yo era inmortal porque tenía aquella primera vez, en realidad la tercera, gozada al máximo. Y como en otras experiencias similares, estuvo presente la música: Mocedades en el programa Nocturno de la medianoche. Hubo más canciones pero la única que fijé fue Donde estas corazón. También un alcohol barato, una cama modesta, un bañito mínimo, un frío débil, un cuarto reducido, una toalla mal lavada, y algunas frases cursis… (el inventario no entraña trauma alguno) .

Estaba lejos de imaginar que mucho tiempo después, frente a la pantalla de una computadora, aquel escenario de pequeñeces sería un recuerdo luminoso y magnífico.



lunes, 3 de agosto de 2009

LA HABANA: COLECCIONANDO IMÁGENES.


“Al deambular por esta Habana que amo más que cualquier otra ciudad del mundo, me he preguntado muchas veces si sus destinos no han sido regidos siempre por unos fabulosos coleccionistas de casas, avenidas, muelles, parques y edificios públicos. Es decir, por hombres que temen ver terminado su placer al lograr una obra perfecta”.

Este párrafo pertenece al texto de Alejo Carpentier El amor a la ciudad. La Habana, ciudad sin terminar, fechado el 10 de diciembre de 1940. Está incluido en el libro Crónicas del regreso (Letras Cubanas, 1996).

En la primera de las imágenes que publico a continuación aparece el edificio de la Lonja del Comercio, en la Plaza de San Francisco, junto a la Avenida del Puerto de La Habana. Fue construido entre los años 1908-1909. Los arquitectos fueron Tomás Mur y José Mata. El enorme inmueble estaba destinado a almacenes, bolsa y oficina. En el libro de Lilian Llanes 1898.1921: La transformación de La Habana a través de la arquitectura (Letras Cubanas, 1993), leo sobre la Lonja del Comercio:

“En su conjunto, este edificio constituía un símbolo del comercio español en Cuba. En su época, representó una revolución en las construcciones de La Habana, por sus dimensiones y la técnica utilizada en su fabricación, así como por el tiempo en que se llevó a cabo. Desde el punto de vista formal, expresa el gusto de la época, por el lenguaje clásico y constituyó un buen ejemplo del eclecticismo…”


Abajo: El reconstruido Hotel Saratoga del Paseo del Prado. En la acera estaban los fabulosos Aires Libres del Prado que servían de escenario a la presentación de orquestas que hicieron época en La Habana.


En una de las orillas de la bahía, el Cristo de La Habana bendice la ciudad desde su privilegiada colina.


La más famosa de las avenidas cubanas: el Paseo del Prado de La Habana. Este es el tramo inicial. Más adelante los elementos urbanísticos cambian.

Fotos: Lázaro Sarmiento

sábado, 1 de agosto de 2009

CINES: FACHADAS DE LEYENDA.


Por: Lázaro Sarmiento

Las puertas de estos antiguos cines de La Habana nunca volverán a abrirse al público de las películas. Sus proyectores hace tiempo dejaron de lanzar esa  lluvia de meteoritos que al chocar en la pantalla se convierte en personajes y paisajes. Detrás de sus paredes nada queda de “la vida interior” de los espectadores que colmaban la platea y el balcony en sus momentos de gloria. Sus butacas y la densa oscuridad sirvieron de pequeños escenarios para primeros atrevimientos, amores felices, travesuras y promesas tan verdaderas como las historias que contaban los filmes. Y no estoy seguro de que haya fantasmas que habiten estos edificios, algunos heridos de muerte para siempre, otros convertidos en locales para nuevas funciones.

De estas fachadas, la mejor conservada es la del antiguo cine Universal, en la calle Egido. Esta sala tenía 1048 butacas (izquierda). El local acoge en la actualidad a un grupo infantil de teatro.

¿Qué hacemos con estas fachadas?


Antiguo cine NEPTUNO, en Neptuno no. 507 ( 800 butacas)


En la calle Consulado estaban los cines MAJESTIC (1110 butacas) y el VERDUN ( 350 butacas)


DUPLEX (500 butacas) y REX CINEMA (750 butacas) en la calle San Rafael



El antiguo cine NORMA (820 butacas) en la Calzada de Luyanó. Como otros de su época, imitaba la fachada de los teatros.


El cine teatro CAMPOAMOR ( 1082 butacas) en la esquina de Industria y San José





viernes, 31 de julio de 2009

LUGARES DE LA HABANA: CINE TRIANON.


Por: Lázaro Sarmiento

El cine Trianón, en la avenida Línea en El Vedado, se inauguró en 1920. Fue diseñado por Joaquín Weiss (1894- 1968). El inmueble conserva su fachada original cuyo lenguaje arquitectónico es muy parecido al que mostraban los teatros de la época. En el Anuario Cinematográfico de 1958 aparece registrado con Mil 100 butacas. Durante décadas integró uno de los principales circuitos de estreno. Desde hace algún tiempo acoge al exitoso grupo teatral El Público, dirigido por Carlos Díaz.

Por cierto, en 1920, mientras el Trianón ofrecía sus primeras funciones, el entonces camarógrafo Ramón Peón sobrevoló La Habana junto a un aviador llamado Kelly y filmó imágenes de la ciudad. Algunos historiadores consideran que tal vez sean las primeras vistas aéreas de la capital cubana. El avión se cayó sin que ninguno de los ocupantes sufriera daños.



En la actualidad el local esta siendo sometido a labores de reparación y mantenimiento.


miércoles, 29 de julio de 2009

NO PUDE ROBARME MEDIO SIGLO DE MEMORIA.


Por: Lázaro Sarmiento

Durante un festival de la radio en la ciudad de Santa Clara, fui a una casa donde estaban vendiendo un viejo radio de caja de madera. Siempre he sentido fascinación por estos aparatos. Pienso que La Habana tendría que tener un museo de modelos antiguos en homenaje a la época en que fuimos una suerte de Olimpo radiofónico en América Latina .Cuando entré a la casa, el radio en venta estaba encendido. En el portal comedor, junto al patio interior repleto de plantas verdísimas, un grupo de personas muy adultas se deleitaba con un programa de alta audiencia en las noches: Alegrías de sobremesa, de Radio Progreso. Una mujer más joven que los demás, y que debía ser el pilar de energía en el seno familiar, me contó que aquel equipo fue uno de los regalos recibidos por los abuelos en su boda (uno debió ser el anciano que desde un sillón de ruedas parecía escuchar voces de otros mundos). Al regresar de la luna de miel, la pareja quedó cautivada por la adaptación que la radio cubana hizo de de Cumbres borrascosas ; después las hijas vivieron sus primeros amores inocentes mientras imitaban a las protagonistas de La novela del aire, y cuando a aquellas les nacieron los hijos le pusieron los nombres de los galanes de las dramatizaciones ; con el oído muy cerca de la bocina, todo el clan familiar había estado atento a los mensajes de la radio rebelde originados en la Sierra Maestra ; desde décadas atrás los varones de la casa vibraban con las transmisiones beisboleras , y ninguno de los adolescentes se había perdido en los años sesenta ni uno solo de los capítulos de La flecha de cobre, aventuras al mediodía en la antena de Radio Liberación. Habían sido felices con ese aparato de válvulas al que le debían risas y lágrimas. Sin olvidar los danzones de Barbarito Diez al caer la tarde y las buenas y malas noticias del amanecer junto a la taza de café. Por último, la mujer desvió la mirada hacia una oquedad y con humilde dignidad dijo:
- Si no fuera por la situación económica que estamos atravesando nunca hubiéramos pensado en venderlo.
Fue un fogonazo. Descubrí que yo no podía comprar el radio ni por el mejor precio del mundo. Hubiera sido como robarle a esa familia un pedazo de su memoria..


Foto: Teresa Gómez (locutora), Lázaro Sarmiento, al centro (director), y Diego Ubieta (realizador). Programa Fuera de Serie, Radio COCO, 1990.



Entradas relacionadas:
Radio y literatura.

martes, 28 de julio de 2009

LUGARES DE LA HABANA: CAFÉ EUROPA


Por: Lázaro Sarmiento

Entre los cafés famosos de Cuba durante el siglo veinte figura el Europa, en la esquina de las calles Obispo y Aguiar en La Habana Vieja. El periodista Ciro Bianchi Ross en su colección de crónicas Vida de café(Ediciones Matanzas, 2008) recuerda que el Europa era preferido por la gente elegante y pudiente. Y además……

“…Carlos Loveira con su novela Juan Criollo, lo inmortalizó en las letras cubanas. Es allí donde Roberto sorprende al protagonista de la obra hambriento y embobecido ante la vidriera de los dulces y lo obsequia con algunas de aquellas golosinas”.


El café Europa fue remozado recientemente (en los últimos tiempos había funcionado como pizzería). Por 6.00 cuc (unos 8 euros) se puede disfrutar de un plato integrado por:

- Sopa clásica de la abuela.
- Pollo deshuesado al grill con aromas de oliva, albahaca, y ajo,
guarnecido con arroz blanco y viandas fritas
- Flan de caramelo
- Café, y panecillos con mantequilla
Fotos: Lázaro Sarmiento

domingo, 26 de julio de 2009

LAS MARCAS QUIEREN SER LA VIDA MISMA


Susan Sontag dijo en una ocasión; “vivimos en la época de las compras”. Es una frase que Noemi Klein cita en su libro No logo. El poder de las marcas donde analiza las estrategias de las grandes marcas, como Nike, McDonald ‘s y The Gap, para conquistar los mercados, vampirizar a los consumidores, acabar con los competidores y exprimir a los empleados de los países tercermundistas.

Noemi Klein: “Pero en la actualidad se percibe un patrón claro: mientras más empresas compiten para ser la marca omnipresente bajo cuyo imperio consumimos, creamos arte y hasta construimos nuestros hogares, todo el concepto de espacio público es objeto de una nueva definición. Y dentro de estos edificios de marca, reales o virtuales, las opciones de alternativas sin marca, de debate abierto, de crítica y de arte no censurado – en otras palabras, de opciones verdaderas- sufren nuevas y ominosas restricciones.”

Según esta ensayista canadiense, muchas de las cadenas que han proliferado durante las décadas de 1980 y 1990 tienen una cualidad especial que las hace diferentes de las hamburgueserías, las calles comerciales y talleres mecánicos de las décadas de 1960 y 1970. “No nos ciegan con espacios chillones ni con arcos dorados, sino que más bien emiten un sano resplandor New Age”.

Con ese resplandor nos bombardean y nos engañan. Entonces debemos metabolizar que The Gap no es solo una marca sino sinónimo de vestido, al igual que Coca Cola es sinónimo de refrescos.


Y Starbucks no es solo el exquisito aroma de café que busca la calle cuando se abren las puertas de sus establecimientos refrigerados y de aliento posmoderno en Madrid, París o Nueva York. Starbucks, al igual que las grandes marcas, no se conforma con ofrecernos un producto (una taza de café). Pretende vendernos un estilo de vida; o tal vez más: quiere sustituir a la vida misma.

No logo se editó por primera vez en Canada en 2000. En Cuba, la Editorial de Ciencias Sociales lo publicó en 2007.

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