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domingo, 3 de febrero de 2013

SEXO EN LA CIUDAD


 
Se trata de una exposición abierta en la galería La Acacia (al costado del Capitolio de La Habana) . El título ya dice algo, o mucho, o nada. A la entrada de esta muestra de pinturas y fotografías se advierte que contiene imágenes que pueden dañar su sensibilidad. Su curador es el joven Píter Ortega Núñez (La Habana, 1982), licenciado en Historia del Arte y  Premio Nacional de Critica del Arte Guy Pérez Cisneros (2008). Píter es autor del libro titulado Contra la toxina, en cuyo prólogo Rafael Acosta de Arriba opinó: “Apreciamos este libro no como el balbuceo de una voz que intenta alzarse en el concierto de la crítica, sino como una presencia precoz a la vez que firme en el panorama artístico cubano".
Ah, y la exposición Sexo en la ciudad  es solo para mayores de 18 años.
Imagen: S/T, de la serie Carrera de triple filo, 2012, de Lidzie Alvisa.

domingo, 16 de enero de 2011

EL TRAVESTÍ


“El travestí no imita a la mujer. Para él, à la limite, no hay mujer, sabe –quizás, paradójicamente sea el único en saberlo-, que ella es una apariencia, que su reino y la fuerza de su fetiche encubren un defecto.

La erección cosmética del travestí, la agresión esplendente de sus párpados temblorosos y metalizados como alas de insectos voraces, su voz desplazada, como si perteneciera a otro personaje, siempre en off, la boca dibujada sobre su boca, su propio sexo, más presente cuanto más castrado, sólo sirven a la reproducción obstinada de ese ícono, aunque falaz omnipresente: la madre que la tiene parada y que el travestí dobla, aunque sólo sea para simbolizar que la erección es una apariencia.

El travestí no copia; simula, pues no hay norma que invite y magnetice la transformación, que decida la metáfora: es más bien la inexistencia del ser mimado lo que constituye el espacio, la región o el soporte desea simulación, de esa impostura concertada: aparecer que regula una pulsación goyesca: entre la risa y la muerte”.

Severo Sarduy (tomado de La simulación).
Un amigo me ha prestado este libro de Severo Sarduy (Monte Avila, Caracas, 1982). Lectura enriquecedora,deslumbrante, de múltiples destinos…Tuve un ejemplar de La simulación hace algún tiempo pero no sé a dónde fue a parar. Severo Sarduy nació en Camagüey, Cuba, en 1937. Murió en París, en 1993.

TRAVESTÍS DE LA HABANA. Las imágenes pertenecen a una fiesta organizada por travestís en un modesto local social, en el barrio de Cayo Hueso, en La Habana, el 16 de mayo de 2009, víspera del Día Mundial de Lucha contra la Homofobia. Fotos: Osmel .

miércoles, 24 de noviembre de 2010

LA POESIA DEL SEXO

Por: Lázaro Sarmiento

Pablo Picasso, en su octogésimo séptimo año de vida, realizó 347 grabados eróticos, entre el 16 de marzo y el 5 de octubre de 1968.

En su libro titulado La fuerza del carácter y la larga vida (una de esas obras que te sugieren un montón de temas y relámpagos aunque inicialmente desconfíes de ellas), el psicólogo James Hillman comenta el impulso creativo, ese resurgimiento erótico, del anciano Picasso:

“Estas obras maestras son representaciones concretas de genitales, de mirones, de voluptuosidades, de relaciones sexuales, y, sin embargo, se mantienen a distancia por medio de distorsiones y una serie de figuras intercesoras (representantes de un pasado artístico ataviados convenientemente, chulos, proxenetas de burdel, músicos) y por medio de espejos, máscaras, modelos. Ese despliegue evidente de pornografía se transforma gracias al contexto imaginativo en que se sitúa esa exhibición lúbrica; el cuerpo se transpone a la imaginación, la sexualidad se transforma en erotismo.”

“El equilibrio obtenido entre lo salaz y lo sardónico hace que estos grabados sean al tiempo frescos, ingenuos, grotescos, agridulces, conmovedores...y una broma para consigo mismo. Los genitales concretos se convierten en decorativos, fantásticos, ridículos.”

Según James Hillman, “puede que la imaginación erótica pueda hacer más por el vigor físico e intelectual en la vejez que todas las pesas y todas las piscinas del mundo.” Y afirma que la sexualización de la mente envejecida es parte de su sabiduría inusual.

Rezo todas las noches, y también en las mañanas, para que en la vejez no me falte esa sabiduría que nombra el doctor Hillman, la imaginación erótica que Yeats llamó la poesía del sexo.

El dibujo de arriba , Nymph and Satyr, pertenece a 1968, un año en el que Pablo Picasso realizó numerosos grabados eróticos.

El libro citado, La fuerza del carácter y la larga vida, de James Hillman, fue publicado por la Editorial Debate (Madrid, 2000). En el inicio, el autor coloca esta frase de T. S Eliot: Los viejos deberían ser exploradores.

Este dibujo de Picasso, Woman of Easy Virtue, es de 1903.

martes, 1 de junio de 2010

LA HABANA Y LAS ACERAS DEL DESEO.


Por: Lázaro Sarmiento

¿Qué se hizo la gente que hace veinte o treinta años se paraba de noche en los portales de La Sortija? Algunas antiguas aceras del deseo en La Habana desaparecieron en medio de aluviones de noticias, arterias envejecidas, rutas desviadas, pasajes en aeropuertos, felicidades domésticas…

El costado del Hotel Plaza, La Sortija, el Paradero de la Víbora, la tendedera de Acosta...son ahora escenarios jurásicos, sitios olvidados de encuentros casuales , sin público con brillo "de fiesta" en las miradas.

En los años ochenta, a un tramo de la calle Monte, entre Cárdenas y Zulueta, un escritor notable le llamaba, entre sus íntimos, “El hueco de Proserpina” porque en la madrugada varios de sus amigos gays se perdían entre las columnas del lugar, raptados como Proserpina por manos poderosas. Para ellos, a esas horas, no había nada más profundo y placentero que la urgencia de su sexo.

Cambian los perfumes sobre los cuellos y el alcance de algunas palabras. Y cambian las marcas de cigarro que producen el humo que enlaza los labios. Pero permanecen idénticas ciertas mímicas del cuerpo en la madrugada.

Ante la progeria de estos lugares, la ciudad inventa otros escenarios para el deseo.



Imagen: Proserpina, obra de JosephHeintz.
HOTEL PLAZA.

En esta calle hubo hace tiempo una parada de ómnibus. Los hoy inmaculados portales del Hotel Plaza de La Habana alguna vez fueron sitios de encuentros casuales.

El siguiente poema, Hotel Plaza, pertenece al libro Fotos de la Memoria (2001-2007) del escritor Alberto Acosta-Pérez (La Habana, 1957).

Cuando abandoné la habitación
alquilada por cuatro o cinco horas,
miré de reojo tu cuerpo aún dormido
y salí a la calle pisando fuerte y sin bajar la mirada.
Todos me vieron caminar con el rostro sereno,
como si no hubiera pasado nada irrevocable.
No repararon en las orejas y la mordida,
ni en el olor que como un argumento definitivo
se quedó en mi carne igual que los dinosaurios en las rocas
antiguas
un olor enredado para siempre en las estrellas vaporosas
y distantes.

Cuadro de la serie Oscuro, de Rocío García.

martes, 17 de noviembre de 2009

LA HABANA, VIDA PRIVADA


Por: Lázaro Sarmiento

La Habana es el principal set erótico y sexual de numerosas vidas contadas . Admiramos el esplendor de su pasado arquitectónico, la exuberancia de columnas, el eclecticismo de sus barrios, el modernismo de El Vedado, los parques republicanos, las avenidas floridas, los palacios con nuevos destinos... Disfrutamos el ocio expectante, los licores en las barras, las coreografías y en ocasiones hasta la falta de privacidad. Abrimos las mil puertas de mil pasarelas con etiquetas diferentes...

Y también en este espacio los habaneros nos miramos unos a otros con ternura, deseo o ¿morbo? (los adjetivos igualan el número de plazas urbanas) y nos tocamos y alimentamos el placer en sus esquinas, en los asientos públicos, al final de un pasillo, en la negrura del asfalto, en habitaciones calurosas o refrigeradas.

Recuerdo una noche en la que desde la ventana de una casa – que no era la mía- veía una extensión de azoteas repletas de trastes y alambres, y no muy lejos, cerrando el cuadro, el edificio rejuvenecido de la Lonja del Comercio. Éramos dos cuerpos sobre la cama en la edad de los inmortales. Y debajo de aquella superficie de techos sombreados y de tanques de agua y señales de video rebotando de un lugar a otro, seguramente había más cuerpos (como los nuestros) orgullosos de sus fluidos.

Nunca he sentido una imagen de La Habana tan cerca del sexo como esa vez. Tuve la sensación de que nuestra desnudez flotaba en algún punto entre la ventana y la cúpula de la Lonja, en una alfombra de azoteas. 4 A.M: esperamos el amanecer abrazados a un pedazo de la ciudad. No hemos vuelto a encontrarnos.

La vida bajo los techos de La Habana ...




Parque de la Fraternidad. Arriba: Piso superior de la Lonja del Comercio. La Habana. Fotos: Lázaro Sarmiento.



ENLACES RELACIONADOS:
HACER EL AMOR EN MEDIO DE LA CIUDAD
HAY MUCHAS FORMAS DE HACER EL AMOR
MARY PICKFORD Y EL DESTINO DE UN HOMBRE
HACER EL AMOR: ORGASMO CREATIVO
SEXO. LA PRIMERA VEZ



martes, 3 de noviembre de 2009

FORMAS DE HACER EL AMOR: ACTIVOS Y PASIVOS.

Por: Lázaro Sarmiento

Otra vez en el blog un tema sobre relaciones sexuales de pareja. Primero: lo de activos y pasivos no tiene nada que ver con el estereotipo sobre uniones homosexuales. Tiene que ver con el disfrute del placer en una pareja independientemente de su identidad sexual.

Se trata de experiencias basadas en las sensaciones y de ejercicios centrados en el acto de tocar y acariciar, una vez como parte activa y otra como pasiva.

Ahora podemos seguir: durante un tiempo los terapeutas sexuales orientaban a sus pacientes que cuando en la cama asumieran el papel activo, trataran de de complacer a su pareja. Y cuando se comportaran como pasivos, comunicaran a la otra persona todo lo que les gustara y todo lo que no les agradara. Así nuestra pareja actuaría pensando en nuestras expectativas. Sin embargo, esta conducta podía generar mucha tensión.

En la actualidad hay terapeutas que han modificado esos puntos de vista. Ellos aconsejan que cuando actuemos como activos, debemos tocar para nuestro propio placer y no preocuparnos por lo que esté pensando o sintiendo nuestra pareja, tampoco debemos hablarle durante la experiencia ni pedirle reciprocidad. Debemos dar por sentado que la acaricia le gusta y si hay algo que le disguste ya nos lo dirá. En pocas palabras: cuando seamos activos la única tarea es concentrarnos en nuestras propias sensaciones.

Cuando nos corresponda ser el elemento pasivo, hay que relajarse y centrar la atención en las sensaciones que percibimos cuando nuestra pareja está tocándonos. De lo que se trata es de absorber las sensaciones como una esponja, con la única excepción de que si la otra persona hace algo que nos duele o moleste debemos comunicárselo.

Los autores de un libro que cada día me gusta más, Sexualidad sagrada (Ediciones Robin Book, S.L), consideran que “dividir las actividades en dos papeles específicos también contribuye a conocer más nuestro propio cuerpo-y el de nuestra pareja- que si practicamos tocando los dos al mismo tiempo”.

Y más adelante afirman: “Este enfoque de papel pasivo/papel activo favorece asimismo una actitud que implica compartir y confianza”.

Tal vez en una reencarnación elija la profesión de terapeuta sexual.


Arriba: “El beso. Bela Lugosi, 1963”. Andy Warhol . Mugrabi Collection Abajo: Greta Garbo en Reina Cristina. Allan Grant .
ENLACES RELACIONADOS:
HAY MUCHAS FORMAS DE HACER EL AMOR

miércoles, 28 de octubre de 2009

SEXO CREATIVO.

El orgasmo puede planificarse, o surgir como una sorpresa.


Por: Lázaro Sarmiento

Las etiquetas de sexo atraen lectores para el blog. Es lógico, sexo, erotismo, sexualidad, orgasmo, etc. constituyen términos muy tecleados en las búsquedas en internet. Y no solo en la red, en la vida real el sexo es una de las preocupaciones claves (o placeres). Pero muchas personas tienen dificultades para relacionarse de una manera natural con el sexo. Por otra parte, están los retorcidos o los autocensurados por sus propios prejuicios. También los muy tímidos, a los que respeto. Y no estoy refiriéndome a la pornografía.

Hablo de lo que ocurre de mutuo acuerdo entre los miembros de una pareja cuando van a la cama. Y algo que casi siempre pasa en esa gozosa intimidad es el logro del orgasmo. Y también casi siempre todos queremos alcanzar un gran orgasmo sexual. Eso lo podemos garantizar, por ejemplo, acumulando gran cantidad de tensión o carga energética de antemano.

En el libro titulado Sexualidad sagrada - Ediciones Robin Book S. L- uno de los autores señala que “de la misma manera que tenemos un umbral para el dolor lo tenemos también para el placer. Cuanto más placer contengamos, de más energía para el éxtasis disfrutaremos. Comprometámonos a superar nuestro nivel de tolerancia normal”.

Y más adelante, nos dice que el evitar el orgasmo en alguna sesión, lo viviremos mucho más entrañablemente en otras. “El hecho de tomarse un respiro por lo que se refiere a los orgasmos genitales no significa que nos olvidemos de nosotros mismos. Más bien estamos explorando otras dimensiones del propio mundo amoroso. Visto con perspectiva, estamos contando con un gran orgasmo”.

Y por último se recomienda detenernos y apartar el cuerpo del otro al crear la presión para la unión genital propiamente dicha. Esta técnica puede llevarse a cabo antes o cuando se ha realizado la penetración. Sucede que en estas circunstancias, una breve separación a la fuerza aumenta el frenesí.

Aunque no me gusta llevarme a la cama los manuales de autoayuda, creo que debemos tener muy en cuenta lo que recuerda el texto de Sexualidad Sagrada: El orgasmo sexual puede planificarse o surgir como una sorpresa."

El resto es creatividad individual.

Arriba izquierda: Foto de Nan Goldin.


lunes, 14 de septiembre de 2009

HOTELES PARA AMANTES AL ATARDECER.


Por: Lázaro Sarmiento

Me atraen los pequeños hoteles de ciudad, discretos en el paisaje urbano. A veces lo único que los distingue entre las hileras de fachadas y edificios es ese cartel universal de cinco letras detrás del cual se esconden historias apasionantes o anodinas, intrigas y cariños, o la nada: HOTEL.

La primera vez que dormí en La Habana fue en una casa de huéspedes, Belinda, en la calle Neptuno, donde mi padre vivió un tiempo mientras buscaba una vivienda para mi madre y para mí que entonces tenía seis años de edad. Belinda era una casa de huéspedes lo suficientemente grande como para parecerse a un hotel chiquito.

Pero esos hoteles sencillos han ido desapareciendode La Habana con los años y los que existen en la actualidad están vinculados directamente al quehacer de organizaciones sociales o instituciones estatales.

Hoy me alegró descubrir un cartel de hotel que no había percibido en la calle Bernaza, frente al parque Albear, al inicio del bulevard de Obispo. El hotel se llama Ligerito y el nombre sugiere que presta servicios a la Industria Ligera.

Los amantes furtivos, los viajeros de paso, las parejas hambrientas de sexo, la gente misteriosa y los solitarios deben estar añorando los hoteles modestos de ciudad.



martes, 4 de agosto de 2009

SEXO. LA PRIMERA VEZ.

Por: Lázaro Sarmiento

Yo creo que al igual que tenemos diversas edades simultáneas, también acumulamos varias experiencias en el sexo que podemos calificar como “la primera vez”.

Hoy, leyendo el blog Migue y el Fabuloso Trompetista Invisible, vinieron a mi memoria las primeras ocasiones en que sentí la necesidad de liberar mediante el juego y los atributos de otro cuerpo la química profunda con las que andamos por el mundo fabricando felicidad o frustraciones. En ninguno de los tres casos que recuerdo como la primera vez hubo amor.

Las tres fueron acciones repentinas. Planificadas con pocos minutos de antelación. De expectativas inmediatas. Primaron la atracción del imán y la curiosidad. Sin embargo, solo en la tercera ocasión, la que considero la verdadera primera vez, me abrazó la sensación de que disfrutaba del sexo con naturalidad y alegría. Era una armonía invisible desconocida hasta entonces.

Parecía que hubiera hallado un tesoro fabuloso en medio del cielo estrellado (que ahora sobre las azoteas grises de Luyanó se mostraba más hermoso), al igual que le sucedía a los aviadores de Vuelo nocturno, el libro de Saint Exupery que yo leía por esos días.

Creí que la vida me revelaba su ecuación más importante. La filosofía que recibía en las aulas servía únicamente para interpretar la economía y la política. Había misterios que debía ir descubriendo con una cuota de ignorancia. Y uno de esos misterios era el sexo.

Luego, camino de mi casa con el brillo en las pupilas y la frescura de un río, intuí que detrás de las fachadas del barrio, en las esquinas, en los ómnibus, en las autopistas, en los rostros de la gente, en la ciudad toda, existía una atmósfera sutil de erotismo cuyos olores yo recién comenzaba a respirar. Bastaba el leve roce de la yema de un dedo para desencadenar las estrategias del placer.

Las paredes podían quedarse sin pintura, los maniquíes mostrar su desnudez patética, lo aviones partir con los amigos, el futuro lanzar preguntas incómodas… Yo era inmortal porque tenía aquella primera vez, en realidad la tercera, gozada al máximo. Y como en otras experiencias similares, estuvo presente la música: Mocedades en el programa Nocturno de la medianoche. Hubo más canciones pero la única que fijé fue Donde estas corazón. También un alcohol barato, una cama modesta, un bañito mínimo, un frío débil, un cuarto reducido, una toalla mal lavada, y algunas frases cursis… (el inventario no entraña trauma alguno) .

Estaba lejos de imaginar que mucho tiempo después, frente a la pantalla de una computadora, aquel escenario de pequeñeces sería un recuerdo luminoso y magnífico.



martes, 2 de diciembre de 2008


Los amantes de Luyanó años después.



La convivencia puede matar el amor y hacer de la pasión algo rutinario. Luego de esta frase mediocre y de corto alcance como los subtítulos de un filme en televisión, viene un breve recuerdo:

En la época en que yo era un niño y vivía en Luyanó, desde el balcón de mi casa observaba, un día a la semana, a la misma hora del atardecer, a una mujer de unos cincuenta años, pulcramente vestida, con un exceso de colores en la cara común, el pelo lustroso adornado con una flor de marpacífico, parada siempre en el mismo lugar, es decir, a mitad de cuadra, frente a un taller de mecánica, ya cerrado en esos instantes.

Al poco rato llegaba un hombre alto, unos años mayor que ella, vestido también con corrección, de gestos elegantes y que irradiaba una antigua hermosura. Si el hombre se demoraba más de lo acostumbrado, la mujer se llevaba la flor a las manos y taconeaba con juguetona impaciencia. Cuando él aparecía, ella tiraba el marpacífico al asfalto. Ambos se saludaban con efusión y cambiaban besos con pública limpieza. Después se alejaban por la Calzada de Concha con un andar que, ahora al evocarlo, me parece debió ser el ritmo de la felicidad.

¿Hacia donde iban? Misterio para un niño. Lo develé al cabo de varios años porque la historia duró bastante. Un día la curiosidad de la adolescencia me impulsó a seguir al atardecer la ruta de la pareja madura. Las siluetas de sus cuerpos desaparecieron en el claroscuro del pasillo de la posada situada junto al cabaret Sierra. Las paredes finas de la posada dejaban filtrar hasta la parada de ómnibus inmediata un amplio catálogo de exclamaciones de sexo.

Los amantes de mi cuadra se veían solo durante un rato cada semana. Tal vez nunca compartieron los cepillos de dientes al levantarse en la mañana. Hoy recordé nuevamente sus rostros mientras pensaba en el siguiente texto de Luis Antonio de Villena que transcribí hace unos años a un cuaderno de notas, sin más datos que el nombre del autor :

“La convivencia fracasó, en verdad, porque era imposible. Y porque nada tiene que ver con el amor, ni con la pasión tampoco. La convivencia, muy posiblemente, se basa en la amistad, y se construye con un sentimiento sosegado y lento, mientras que el amor –o lo que mejor se parece a nuestra idea de la palabra amor- es más fogoso, más arrebatado, y en alguna manera excluye la convivencia larga que es – supongo- la sola que merece ese nombre.”

Esta puede ser la explicación a la sensación de felicidad que transmitían los amantes de Luyanó cuando se perdían en el claroscuro de la posada del barrio.

-¿O no?¡
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