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domingo, 26 de julio de 2009

LAS MARCAS QUIEREN SER LA VIDA MISMA


Susan Sontag dijo en una ocasión; “vivimos en la época de las compras”. Es una frase que Noemi Klein cita en su libro No logo. El poder de las marcas donde analiza las estrategias de las grandes marcas, como Nike, McDonald ‘s y The Gap, para conquistar los mercados, vampirizar a los consumidores, acabar con los competidores y exprimir a los empleados de los países tercermundistas.

Noemi Klein: “Pero en la actualidad se percibe un patrón claro: mientras más empresas compiten para ser la marca omnipresente bajo cuyo imperio consumimos, creamos arte y hasta construimos nuestros hogares, todo el concepto de espacio público es objeto de una nueva definición. Y dentro de estos edificios de marca, reales o virtuales, las opciones de alternativas sin marca, de debate abierto, de crítica y de arte no censurado – en otras palabras, de opciones verdaderas- sufren nuevas y ominosas restricciones.”

Según esta ensayista canadiense, muchas de las cadenas que han proliferado durante las décadas de 1980 y 1990 tienen una cualidad especial que las hace diferentes de las hamburgueserías, las calles comerciales y talleres mecánicos de las décadas de 1960 y 1970. “No nos ciegan con espacios chillones ni con arcos dorados, sino que más bien emiten un sano resplandor New Age”.

Con ese resplandor nos bombardean y nos engañan. Entonces debemos metabolizar que The Gap no es solo una marca sino sinónimo de vestido, al igual que Coca Cola es sinónimo de refrescos.


Y Starbucks no es solo el exquisito aroma de café que busca la calle cuando se abren las puertas de sus establecimientos refrigerados y de aliento posmoderno en Madrid, París o Nueva York. Starbucks, al igual que las grandes marcas, no se conforma con ofrecernos un producto (una taza de café). Pretende vendernos un estilo de vida; o tal vez más: quiere sustituir a la vida misma.

No logo se editó por primera vez en Canada en 2000. En Cuba, la Editorial de Ciencias Sociales lo publicó en 2007.

sábado, 4 de octubre de 2008


La Coca Cola contra los espermatozoides.
Por: Lázaro Sarmiento

La Coca Cola constituye una sustancia asesina de espermatozoides. Esto descubrieron los estadounidenses Sheree Umpierre, Joseph Hill y Deborah Anderson. Los científicos demostraron que la Coca Cola es un espermicida eficaz. Su investigación les valió el Premio Ig Nobel de Química 2008.

Lo curioso en la edición de este año de los Anti-Nobel es que los taiwaneses C.Y. Hong, C.C. Shieh, P. Wu y B.N. Chiang también recibirán el Ig Nobel de Química por descubrir justo lo contrario de sus colegas norteamericanos.

Los espermicidas son sustancias químicas que alteran la movilidad o matan los espermatozoides. Normalmente se utilizan para incrementar la efectividad de métodos barrera de contracepción, como los condones o el diafragma, o bien solos, en óvulos vaginales.

Los Ig Nobel los entrega la Universidad Harvard en Boston, Massachusetts en las siguientes disciplinas: Paz, Literatura, Medicina, Ciencias cognitivas, Nutrición, Biología, Química, Física, Arqueología y Economía.

Están organizados por la revista de humor científica Annals of Improbable Research (AIR), y co-patrocinados por varias sociedades como The Harvard Computer Society y The Harvard-Radcliffe Society of Physics Students. Estos premios constituyen una parodia de los serios premios creados por el sueco Alfred Nobel.

El refresco más globalizado del planeta tiene ahora una cualidad espermicida que lo relaciona con los condones y el diafragma.Y mientras que el Ig Nobel de Química será para los estudiosos de la Coca Cola, un grupo de ciudadanos suizos recibirá el Ig Nobel de la Paz por aprobar en abril pasado el principio legal de que las plantas tienen dignidad.
ecoestadistica.com