Mostrando entradas con la etiqueta película. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta película. Mostrar todas las entradas

domingo, 9 de agosto de 2015

ILUMINACIÓN INTIMA


Él, un héroe del béisbol que se jugaba en las cuatro esquinas del barrio. Yo, fama de inteligente y de contar historias que entretenían  al grupo. Un aire  rompecorazones había quedado entre los amigos de la secundaria por lo que parecía nuestra rivalidad por los labios de la muchacha de moda aquel verano. En el  Florida proyectaban Iluminación íntima, una película checa. Nocturno difundía Voy a pintar las paredes con tu nombre. Ahora, cuando aquellos amores estudiantiles no son más que cancioncitas en los programas arqueológicos de la radio, dices en un email  que yo era hermético pero que en esa época disfrutabas cruzarte conmigo en la calle  y que nunca has olvidado esos diálogos. Y citas pedazos de conversaciones. Dices más, que tenías también tu propio mundo interior. Demasiado tarde para reencontrarnos en una esquina del barrio.



domingo, 10 de febrero de 2013

CINES DE LA HABANA: RIALTO


Por: Lázaro Sarmiento

Arriba  la fachada actual del antiguo cine de Ensayo Rialto. Aquí disfruté HAIR, exhibida en Cuba algún  tiempo después de su estreno. La película HAIR me catapultó hacia la noche habanera con un entusiasmo y unas energías de vivir tan grandes que su recuerdo aún me causa placer. Luego, en los años noventa esta sala dejó de proyectar películas y el local se convirtió en sede de una empresa de servicios comerciales. El primer cine Rialto se inauguró en este mismo lugar, Neptuno entre Prado y Consulado, en 1918. Ese año se abrió también el Apolo, cerca de la esquina de Toyo. Según el libro EL CINE SILENTE EN CUBA, de Raúl Rodríguez (Letras Cubanas, 1992), en 1918 en La Habana existían 42 cines.

 
Fachada de un cine de La Habna  sin identificar.


sábado, 26 de enero de 2013

LOS PAJAROS.

 

Detrás de esta fachada  disfruté  de una  de las emociones  más intensas   de mi vida como espectador.  En el  cine Los Ángeles, de la calle  Juan Delgado, en el barrio Santos Suárez, pasaban   la película Los pájaros, de Alfred Hitchcock, que en Cuba se estrenó  en 1974. Recientemente volví  a ver esta cinta  pero no pude recuperar  el deslumbramiento de la primera  vez.  Y aunque Los pájaros  no ha perdido  méritos  ante mis ojos,  la emoción ha sido distinta.  Tampoco  la sala Los Ángeles  es la misma de mi adolescencia.  Según me dijeron unos vecinos,  el cine cerró hace años porque unos murciélagos anidaban en su techo (¿homenaje a Hitchcock?) . Nunca más ha proyectado  películas.

lunes, 2 de enero de 2012

EL GRAN GATSBY.

Por: Lázaro Sarmiento

En una de esas encuestas que se hacen por esta época del año, Juan Marsé dice en La Vanguardia que su libro favorito del 2011 fue una “relectura apasionada” de El gran Gatsby de Francis Scott Fitzgerald, que leyó por primera vez cuando tenía 18 años. Y seguidamente cita el inicio de esta novela. "Cuando yo era más joven y más vulnerable, mi padre me dio un consejo en el que no he dejado de pensar desde entonces". La frase me recordó el entusiasmo que sentí cuando terminé la lectura de la primera edición cubana de esta obra, publicada una década antes del estreno en La Habana de su tercera adaptación cinematográfica. Me refiero a la película de 1974 de Jack Clayton, con guión de Francis Ford Coppola , protagonizada por Robert Redford, Mia Farrow y Karen Black…He perdido mi antiguo ejemplar de El gran Gatsby como también extravié otros libros emocionantes : Vuelo nocturno, de Antoine de Saint-Exupéry , y Aventuras Arthur Gordon Pym, de Edgar Allan Poe. Por suerte nunca he extraviado el placer como lector que estos títulos me proporcionaron en la adolescencia.



Para el 12 de agosto de 2012 se anuncia el estreno en España de la quinta adaptación cinematográfica de El gran Gatsby, bajo la dirección de Baz Luhrmann y con un elenco encabezado por Leonardo DiCaprio.

jueves, 1 de diciembre de 2011

CASABLANCA, ABRAZADOS AL RECUERDO.



Por: Lázaro Sarmiento

Cada vez que los reflectores de la nostalgia se mueven sobre el horizonte fílmico aparece Casablanca.

En La Habana, el canal Multivisión proyectó esta película la pasada madrugada y, como sucede siempre que se exhibe en alguna televisora del planeta, muchos espectadores se acomodaron en sus asientos favoritos para disfrutarla, quizás por tercera, quinta o sexta ocasión. Hay quienes como el autor del blog Migue y el Fabuloso Trompetista Invisible quisieran vivir los últimos años de vida en los fotogramas de esa cinta, aunque fuera como el más anónimo de los extras o el más insignificante objeto. Y en Cuba existe una emisora de música instrumental que ni un solo día deja de transmitir, a solicitud de sus oyentes, As time goes bye, el mítico tema de Casablanca.


Esta cinta que la Warner Bros lanzó en 1942 sigue funcionando en la segunda década del siglo veintiuno a “despecho de teorías estéticas y cinematográficas”.

Una encuesta realizada en 2008 por la revista británica Empire otorgó a Casablanca el puesto 18 entre las 500 mejores películas de la historia. Entre quienes la ubicaron en ese lugar estaban Guillermo Del Toro, Cameron Crowe, Quentin Tarantino y Pedro Almodóvar.


En un texto titulado Casablanca, o el renacimiento de los dioses, Umberto Eco analiza el fervor nostálgico que siempre suscita su exhibición y subraya que, desde el punto de vista de una crítica exigente, es una película muy modesta. Este ensayo figura en el libro La estrategia de la ilusión (Editorial Lumen, Barcelona, 1999).

“Fotonovela, folletín, donde la verosimilitud psicológica es muy débil y los efectos dramáticos se encadenan sin demasiada lógica. Y sabemos por qué: la película fue pensada a medida que se rodaba, y hasta el último momento ni el director los guionistas sabían si Ilse se marcharía con Víctor o con Rick.”

“Pero justamente porque están todos los arquetipos, justamente porque Casablanca es la cinta de otras mil películas y porque cada acto repite en ella un papel interpretado otras veces, opera en el espectador la resonancia de la intertextualidad. Casablanca lleva consigo, como en una estela de perfume, otras situaciones que el espectador refiere a este film sin recordar otras películas aparecidas después como Tener y no tener…Así que Casablanca no es una película, sino muchas, una antología.”



¿Qué tiene entonces Casablanca que mantiene su fascinación casi setenta años después de realizada? La respuesta la ofrecía ya en 1956 Guillermo Cabrera Infante, Caín, en las páginas de la revista habanera Carteles:

“ Casablanca es como mirar una vieja fotografía: ahí está uno, pero de alguna manera ése no es uno: por el medio está el recuerdo, el tiempo pasado y la renovada presencia fotográfica, ganada su batalla al tiempo, pero perdiéndola, porque el tiempo no pasa: pasa uno por él y como en un estrecho pasadizo de zarzas se deja el vestido y la piel en sus espinas: en fin, que el tiempo es como la banca en la ruleta, siempre gana, aun perdiendo gana. Y ha ganado contra Casablanca”.


Sobre los cuatro puntos de excelencia que en su época de crítico cinematográfico en La Habana le otorgó a Casablanca, Cabrera Infante sugería a los lectores de Carteles preguntar ¿a qué vienen?

Respuesta: “Son por el recuerdo”.

Imagen de abajo: El escritor Guillermo Cabrera Infante en un bar de Santiago de Cuba en el año 1959.

jueves, 16 de junio de 2011

SARA MONTIEL , PERDIDA EN LA HABANA.


Por: Lázaro Sarmiento




La otra mañana transmitieron en la televisión La mujer perdida, película de 1966 protagonizada por Sara Montiel, una de las artistas españolas más populares en una época en Cuba. Hoy , caminando por la calle San Rafael, céntrica arteria comercial habanera , me encontré con el rostro de la estrella, perteneciente a uno de sus momentos de esplendor , dibujado en la carátula de un long play . Ella observaba a los transeúntes desde una vidriera de empañados cristales. Con el escote generoso y los labios húmedos, estaba escoltada por Silvio Rodríguez y Carlos Gardel. Recordé que de niño en mi familia se decía que mi padre había sido amante de Sarita Montiel, pero no de la española sino de una muchacha que en un concurso fue elegida como “La Sarita Montiel cubana” por su parecido a la protagonista de El último cuplé. El certamen lo habían organizado en La Habana después del éxito de la película. En una ocasión , le escuché contar al cineasta Enrique Pineda Barnet los preparativos que hizo durante su etapa de publicista para la filmación de un comercial del jabón Camay para CMQ-Televisión, con Sara como espumante modelo.

¿Qué habrá sido de La Sarita Montiel cubana?





Por las puertas hoy desvencijadas de los antiguos cines Dúplex y Rex de La Habana entraron miles de espectadores para disfrutar de El último cuplé. Este filme se proyectó durante más de un año en el Dúplex .







Hace algún tiempo estos viejos discos de vinilo constituyeron un mercado floreciente pero ahora casi no tienen compradores.

domingo, 21 de marzo de 2010

PAPELES SECUNDARIOS, LA PELICULA AUTODESTRUCTIVA.


A pocos creadores los he visto hablar con tanto distanciamiento (¿o debí escribir amargura?) de una obra suya, como a Orlando Rojas sobre Papeles secundarios. Soy de los que aplauden el cuarto lugar que en la selección de los filmes más significativos de los últimos cincuenta años en Cuba, los críticos de cine reunidos en Camagüey en 2009 le otorgaron a esta cinta estrenada en La Habana en 1989. La opinión de Rojas que transcribo más abajo pertenece a la entrevista titulada Yo quiero el guión perfecto, realizada por Oneyda González para su libro Polvo de alas. El guión cinematográfico en Cuba (Editorial Oriente, 2009).


Papeles secundarios fue una película que cerró todos los caminos. Nadie se acercó entonces para proponerme nada. Es una película cerrada en sí misma, autodestructiva. No sé si la gente pensó que terminé ahí, o que si después de ahí no podía hacer nada ya. No porque fuera buena, sino porque era una película hermética. Entonces no abrió puertas a nadie. Ni sirvió como ayuda a mi carrera posterior. Es una película que si la muestro no voy a conseguir presupuesto para otra. Es la primera vez que lo digo: Papeles secundarios es una película que arrastro sobre la espalda con una mezcla fortísima de amor, por ser tan difícil, y de odio, por ser traicionera. Es una película absolutamente complicada, alfo que le sigue pasando tantos años después. Hay gente que a los diez minutos está diciendo que es la peor película, o que es una maravilla. Solo que la gente que ve maravilla, en general no tiene dinero para hacer otra. Es decir, es un mundo cerrado. Es claustrofóbica, y yo he reproducido en la vida real después, la tragedia de Mirtha.”

En la selección citada, los críticos también colocaron a Papeles secundarios en el sexto lugar en guión (Osvaldo Sánchez); segundo lugar en Fotografía (Raúl Pérez Ureta); cuarto lugar en Edición (Nelson Rodríguez); y segundo lugar en dirección artística (Guillermo Mediavilla).

Después de Papeles secundarios, Orlando Rojas realizó en Cuba Las noches de Constantinopla (2001) y antes había filmado en 1985 la célebre Una novia para David.

Una serie de acontecimientos amenazan el destino de Mirtha (Luisa Pérez Nieto) y la autoridad de Rosa (Rosita Fornés). Así la revista cubana Bohemia anunciaba Papeles secundarios en noviembre de 1989.

martes, 15 de diciembre de 2009

CASABLANCA, ABRAZADOS AL RECUERDO.

Por: Lázaro Sarmiento

Cada vez que los reflectores de la nostalgia se mueven sobre el horizonte fílmico aparece Casablanca.


Y cada vez que Casablanca se proyecta en alguna televisora del planeta, millones de espectadores se acomodan en sus asientos favoritos para disfrutarla, quizás por tercera, quinta o sexta ocasión. Y hay quienes como el protagonista del blog Migue y el Fabuloso Trompetista Invisible quisieran vivir los últimos años de vida en los fotogramas de esa película, aunque sea como el más anónimo de los extras o el más insignificante objeto. Y en La Habana existe una emisora de música instrumental que ni un solo día del mundo deja de transmitir, a solicitud de sus oyentes, As time goes bye, el mítico tema de Casablanca.

Esta cinta que la Warner Bros lanzó en 1942 sigue funcionando a “despecho de teorías estéticas y cinematográficas”.

Una encuesta realizada en 2008 por la revista británica Empire otorgó a Casablanca el puesto 18 entre las 500 mejores películas de la historia. Entre quienes la ubicaron en ese lugar estaban Guillermo Del Toro, Cameron Crowe, Quentin Tarantino y Pedro Almodóvar.


En un texto titulado Casablanca, o el renacimiento de los dioses, Umberto Eco analiza el fervor nostálgico que siempre suscita su exhibición y subraya que, desde el punto de vista de una crítica exigente, es una película muy modesta. Este ensayo figura en el libro La estrategia de la ilusión (Editorial Lumen, Barcelona, 1999).

“Fotonovela, folletín, donde la verosimilitud psicológica es muy débil y los efectos dramáticos se encadenan sin demasiada lógica. Y sabemos por qué: la película fue pensada a medida que se rodaba, y hasta el último momento ni el director los guionistas sabían si Ilse se marcharía con Víctor o con Rick.”

“Pero justamente porque están todos los arquetipos, justamente porque Casablanca es la cinta de otras mil películas y porque cada acto repite en ella un papel interpretado otras veces, opera en el espectador la resonancia de la intertextualidad. Casablanca lleva consigo, como en una estela de perfume, otras situaciones que el espectador refiere a este film sin recordar otras películas aparecidas después como Tener y no tener…Así que Casablanca no es una película, sino muchas, una antología”

¿Qué tiene entonces Casablanca que mantiene su fascinación después de de 67 años de realizada? La respuesta la ofrecía ya en 1956 Guillermo Cabera Infante, Caín, en las páginas de la revista habanera Carteles:



Casablanca es como mirar una vieja fotografía: ahí está uno, pero de alguna manera ése no es uno: por el medio está el recuerdo, el tiempo pasado y la renovada presencia fotográfica, ganada su batalla al tiempo, pero perdiéndola, porque el tiempo no pasa: pasa uno por él y como en un estrecho pasadizo de zarzas se deja el vestido y la piel en sus espinas: en fin, que el tiempo es como la banca en la ruleta, siempre gana, aun perdiendo gana. Y ha ganado contra Casablanca”.

Sobre los cuatro puntos de excelencia que como crítico le otorgó a Casablanca, Caín sugería a los lectores de Carteles preguntar ¿a qué vienen?

Respuesta: “Son por el recuerdo”.

TEXTOS RELACIONADOS:
CASABLANCA TODOS LOS DIAS EN LA RADIO
TOCALA OTRA VEZ, SAM, EN RADIO ENCICLOPEDIA
RADIO ENCICLOPEDIA: TRANSMITIENDO SAXOFONES Y MENSAJES ECOLOGICOS


martes, 25 de agosto de 2009

PUBLICO AUTORIZADO A DESTRUIR CINE DESPUES DE FUNCION.


¡ Acción en la platea ¡

Por: Lázaro Sarmiento

Los espectadores de un cine de La Habana fueron autorizados por el dueño de la sala a destruir los asientos de la platea con sus propias manos una vez concluida la función. El cine se llamaba Renacimiento y estaba situado en la esquina de 15 y 14, en el barrio de El Vedado. Luego el local se transformó en el cine Ámbar. El incidente ocurrió en la década del cincuenta y forma parte de las memorias del crítico y director Enrique Colina, recogidas en el libro La Habana que va conmigo (Letras Cubanas, 2002), selección de Mario Coyula:

“En ese cine Renacimiento las butacas eran de madera mala, la pantalla era desastrosa, allí se ponían nada más que películas mexicanas. Este cine entra en bancarrota a principios del cincuenta. El propietario se arruina. El día que da la última función, el dueño anuncia que el cine va a ser remodelado y que todo el que estuviera allí, cuando se terminara la película, tendría derecho a destruir su butaca y todo lo demás que pudiera romper. Cuando se acabó la función ¡tembló Roma¡ porque acabaron, no hubo necesidad de tumbar el cine, la gente prácticamente lo tumbó, imagínense el gusto de la gente de poder romper cosas. Así surge el cine Ámbar, que tenía un aire acondicionado extraordinario”.

Los habaneros que disfrutaron de aquella función en la vieja sala Renacimiento constituyeron un público privilegiado. Nunca en el mundo los espectadores pueden, como en una película loca, destruir un cine después que en la pantalla aparece el letrero: THE END.




domingo, 17 de mayo de 2009

CINE LA RAMPA DE LA HABANA.


Por: Lázaro Sarmiento

El cine de Ensayo La Rampa forma parte casi a diario de mis rutas visuales pues vivo a unos cien metros de esta instalación de la calle 23 en el Vedado. Hoy observé que están cambiando las planchas de mármol que cubren una parte de su fachada. Se trata de un necesario retoque de maquillaje en la sala inaugurada en enero de 1955 con el propósito de exhibir filmes de reconocidos valores artísticos.

La Rampa fue uno de los primeros cines en pasar al control del Gobierno Revolucionario. El 11 de noviembre de 1959 la Compañía Operadora de Espectáculos La Rampa S.A. y su moderno cine fueron intervenidos por la Resolución 1104 del Ministerio de Recuperación de Bienes Malversados.

La Compañía que controlaba La Rampa era propiedad de Francisco G. Cajigas García del Prado, Luis Humberto Vidaña Guasch, José Miguel Arado de la Cruz y Buenaventura F. Dellundé Puyáns. Todos tenían empresas que iban desde arroceras y fincas ganaderas hasta valiosas minas de manganeso y hierro. En muchos casos, esos negocios prosperaron gracias a relaciones políticas y a turbios manejos con Fulgencio Batista.

Para embarcar sus minerales por Oriente, Francisco Cajigas se valía de influencias con autoridades gubernamentales, entre ellas el Gral. Alberto Río Chaviano a quien pagaba $5 0000 mensuales. Y Cajigas contribuyó a la campaña presidencial de Batista con $100 000 en efectivo. Esta suma se la entregó personalmente al militar en el campamento de Columbia (Ver: Los Propietarios de Cuba 1958, de Guillermo Jiménez.)

Otro de los dueños del cine La Rampa, Buenaventura Dellundé Puyáns, era político y propietario del Bufete Dellundé que tenía sus oficinas en el Edificio Bacardí. Fue representante a la Cámara de 1948 a 1952.

En el cine La Rampa se estrenó el 30 de diciembre de 1960 Historias de la Revolución, de Tomás Gutiérrez Alea, el primer largometraje de ficción realizado por el Instituto Cubano del Arte y la Industria Cinematográficos, ICAIC, fundado en marzo de 1959.

La Rampa: 900 butacas.


martes, 5 de mayo de 2009

LA PRIMERA DE LAS DIVAS

Por: Lázaro Sarmiento

Unos hilos invisibles sostenían los párpados envejecidos de Francesca Bertini para que sus ojos se mantuvieran abiertos ante la mirada pública y el bombardeo de las cámaras, arropada en una lluvia de luces. Esto pensé al descubrirla tardíamente en un reportaje en la prensa en octubre de 1981.

Miguel Barnet me había traído de Madrid un ejemplar de El País que, en la sección de Artes, incluía dos fotos de la legendaria actriz italiana. La primera era de archivo y pertenecía al melodrama operístico Asunta Spina (1914). Esta es la única película de la artista que se conserva de su etapa silente.

La otra imagen mostraba a la Bertini a los 90 años acompañada por el actor Fabio Testi. El Festival de Cine de San Sebastián homenajeaba por esos días a la antigua reina de las divas y ella acudía a todos los actos oficiales del brazo de Testi, como escoltada por un gigoló de lujo.

Entonces no existía Internet, el mundo no estaba globalizado como en el presente y un simple recorte de periódico constituía un valioso regalo para quienes la información representa mucho más que acumular datos: es morbo y placer.

Hasta ese momento, Francesca Bertini había sido para mí solo un nombre en las enciclopedias de cine. Los textos decían que en sus películas" sobresalía la frescura de una niña en su rostro de mujer, con perfil sensual de camafeo”. Luego estaba “la belleza de sus ojos, bordeados de negro por un maquillaje que los volvía más misteriosos”.

En la fotografía de 1981, con el mismo gesto de las estrellas de todas las épocas, Francesca saludaba con una mano al auditorio o, quizás, le hacía un postrero guiño a la eternidad porque las personalidades como ella son conscientes de su propia simbología.

Los ojos que "embrujaron" a los hombres de las primeras generaciones del cine, ahora imitaban un jeroglífico chino, dibujado con finas líneas. En algún momento, la anciana debió acordarse de su antiguo poderío y fue entonces cuando sus ojos brillaron como los de una fiera: “Yo fui la primera diva, y era sólo una actriz que había creado un tipo de mujer. Yo inventé el neorrealismo… Pero lo hice toda sola: yo creé a Francesca Bertini”.

Afirmó que tenía el secreto de la juventud pero que no se lo diría a nadie y que regresaría a San Sebastián dentro de diez años. Murió antes, en 1985. Nunca he olvidado los hilos invisibles que sostenían sus párpados .




Entradas relacionadas:

La reina de los cines de La Habana

FRANCESCA BERTINI EN UN RECORTE DE PERIODICO

lunes, 10 de noviembre de 2008


Casablanca, o mirar una vieja fotografía.
Por: Lázaro Sarmiento

Cada vez que los reflectores de la nostalgia se mueven sobre el horizonte fílmico aparece Casablanca. Esta película sigue funcionando a “despecho de teorías estéticas y cinematográficas”.

Hace unas horas el canal Multivisión de La Habana proyectó Casablanca. Y como sucede en todas las televisoras del planeta , seguramente muchos espectadores debieron acomodarse en sus asientos favoritos para disfrutar, quizás por tercera, quinta o sexta ocasión, esta cinta que la Warner lanzó en 1942 con un reparto formidable: Ingrid Bergman, Humphrey Bogart, Paul Henreid, Conrad Veidt, Claude Rains, Peter Lorre y Sídney Greenstreet.

Una encuesta realizada hace varias semanas por la revista británica Empire ubicó a Casablanca en el puesto 18 de las 500 mejores películas de la historia. Entre las personalidades que participaron en la selección estaban Guillermo Del Toro, Cameron Crowe, Quentin Tarantino y Pedro Almodóvar.

En un texto titulado Casablanca, o el renacimiento de los dioses, Umberto Eco analiza el fervor nostálgico que siempre suscita su exhibición y subraya que, desde el punto de vista de una crítica exigente, es una película muy modesta.

“Fotonovela, folletín, donde la verosimilitud psicológica es muy débil y los efectos dramáticos se encadenan sin demasiada lógica. Y sabemos por qué: la película fue pensada a medida que se rodaba, y hasta el último momento ni el director los guionistas sabían si Ilse se marcharía con Víctor o con Rick.”
(La estrategia de la ilusión, Editorial Lumen, Barcelona, 1999)

“Pero justamente porque están todos los arquetipos, justamente porque Casablanca es la cinta de otras mil películas y porque cada acto repite en ella un papel interpretado otras veces, opera en el espectador la resonancia de la intertextualidad. Casablanca lleva consigo, como en una estela de perfume, otras situaciones que el espectador refiere a este film sin recordar otras películas aparecidas después como Tener y no tener…Así que Casablanca no es una película, sino muchas, una antología”.

¿Qué tiene entonces Casablanca que mantiene su fascinación después de más de 67 años? La respuesta la ofrecía ya en 1956 Guillermo Cabera Infante, Caín, en las páginas de una publicación habanera:
Casablanca es como mirar una vieja fotografía: ahí está uno, pero de alguna manera ése no es uno: por el medio está el recuerdo, el tiempo pasado y la renovada presencia fotográfica, ganada su batalla al tiempo, pero perdiéndola, porque el tiempo no pasa: pasa uno por él y como en un estrecho pasadizo de zarzas se deja el vestido y la piel en sus espinas: en fin, que el tiempo es como la banca en la ruleta, siempre gana, aun perdiendo gana. Y ha ganado contra Casablanca”. (Carteles. 2 .06.1956)

Sobre los cuatro puntos de excelencia que Caín le otorgó a Casablanca, el propio crítico sugiere al lector preguntar ¿a qué vienen?

Respuesta: “Son por el recuerdo”.
ecoestadistica.com