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jueves, 1 de diciembre de 2011

CASABLANCA, ABRAZADOS AL RECUERDO.



Por: Lázaro Sarmiento

Cada vez que los reflectores de la nostalgia se mueven sobre el horizonte fílmico aparece Casablanca.

En La Habana, el canal Multivisión proyectó esta película la pasada madrugada y, como sucede siempre que se exhibe en alguna televisora del planeta, muchos espectadores se acomodaron en sus asientos favoritos para disfrutarla, quizás por tercera, quinta o sexta ocasión. Hay quienes como el autor del blog Migue y el Fabuloso Trompetista Invisible quisieran vivir los últimos años de vida en los fotogramas de esa cinta, aunque fuera como el más anónimo de los extras o el más insignificante objeto. Y en Cuba existe una emisora de música instrumental que ni un solo día deja de transmitir, a solicitud de sus oyentes, As time goes bye, el mítico tema de Casablanca.


Esta cinta que la Warner Bros lanzó en 1942 sigue funcionando en la segunda década del siglo veintiuno a “despecho de teorías estéticas y cinematográficas”.

Una encuesta realizada en 2008 por la revista británica Empire otorgó a Casablanca el puesto 18 entre las 500 mejores películas de la historia. Entre quienes la ubicaron en ese lugar estaban Guillermo Del Toro, Cameron Crowe, Quentin Tarantino y Pedro Almodóvar.


En un texto titulado Casablanca, o el renacimiento de los dioses, Umberto Eco analiza el fervor nostálgico que siempre suscita su exhibición y subraya que, desde el punto de vista de una crítica exigente, es una película muy modesta. Este ensayo figura en el libro La estrategia de la ilusión (Editorial Lumen, Barcelona, 1999).

“Fotonovela, folletín, donde la verosimilitud psicológica es muy débil y los efectos dramáticos se encadenan sin demasiada lógica. Y sabemos por qué: la película fue pensada a medida que se rodaba, y hasta el último momento ni el director los guionistas sabían si Ilse se marcharía con Víctor o con Rick.”

“Pero justamente porque están todos los arquetipos, justamente porque Casablanca es la cinta de otras mil películas y porque cada acto repite en ella un papel interpretado otras veces, opera en el espectador la resonancia de la intertextualidad. Casablanca lleva consigo, como en una estela de perfume, otras situaciones que el espectador refiere a este film sin recordar otras películas aparecidas después como Tener y no tener…Así que Casablanca no es una película, sino muchas, una antología.”



¿Qué tiene entonces Casablanca que mantiene su fascinación casi setenta años después de realizada? La respuesta la ofrecía ya en 1956 Guillermo Cabrera Infante, Caín, en las páginas de la revista habanera Carteles:

“ Casablanca es como mirar una vieja fotografía: ahí está uno, pero de alguna manera ése no es uno: por el medio está el recuerdo, el tiempo pasado y la renovada presencia fotográfica, ganada su batalla al tiempo, pero perdiéndola, porque el tiempo no pasa: pasa uno por él y como en un estrecho pasadizo de zarzas se deja el vestido y la piel en sus espinas: en fin, que el tiempo es como la banca en la ruleta, siempre gana, aun perdiendo gana. Y ha ganado contra Casablanca”.


Sobre los cuatro puntos de excelencia que en su época de crítico cinematográfico en La Habana le otorgó a Casablanca, Cabrera Infante sugería a los lectores de Carteles preguntar ¿a qué vienen?

Respuesta: “Son por el recuerdo”.

Imagen de abajo: El escritor Guillermo Cabrera Infante en un bar de Santiago de Cuba en el año 1959.

sábado, 25 de diciembre de 2010

ALICIA Y LA ETERNIDAD

Por: Lázaro Sarmiento


Me gusta el concepto sobre la edad de las personas que el escritor norteamericano Thornton Wilder (1897- 1975) expresó en su novela Los idus de marzo. En este libro, el personaje de Cicerón le escribe a su hermano:

“Yo sostengo que cada persona tiene una edad hacia la cual apunta toda la vida como la aguja imantada apunta al Norte. Marco Antonio tendrá siempre dieciséis años, y del contraste entre esta edad y los años que realmente cuenta resulta un espectáculo cada vez más lamentable. Mi buen amigo Bruto ha sido un cincuentón reflexivo y juicioso desde la edad de dice años. César está siempre en la cuarentena, como un Jano que mirase irresoluto hacia la juventud y hacia la vejez. Según esta ley, Cleopatra, a pesar de su juventud, tendría cuarenta y cinco, lo que hace aparecer desconcertantes sus gracias juveniles. Su redondez es la de una mujer que ha tenido ocho hijos. Su andar y su porte son muy admirados, pero no por mí. Tiene veinticuatro años y camina como si tratara de representar veinticuatro años.”

De acuerdo con esta tesis, Alicia siempre aparentará la edad de Giselle.

Ella ha reiterado en varias ocasiones que vivirá 200 años. En 1986 le preguntaron para el libro Diálogos con la danza ¿Qué le pide usted a la vida? :

“-Doscientos años. Y espero que la ciencia avance bastante rápido y que algunos tipos en vez de hacer bombas y otras armas de destrucción o de promover su desarrollo desenfrenado, cuiden más del ser humano, hagan más por su bienestar.”

El reciente cumpleaños 90 de Alicia Alonso, celebrado en Cuba como una fiesta nacional, sugiere que su aguja imantada apunta hacia la eternidad. No por el mucho tiempo que ha vivido hermosamente sino porque somos cómplices entusiastas de esa ilusión.

OTRAS ENTRADAS:

ALICIA ALONSO, NOSTALGIA DEL FUTURO.

ALICIA ALONSO DETIENE EL TIEMPO.

ALICIA ALONSO Y LOS PLANETAS.

ALICIA Y FERNANDO ALONSO JUNTOS EN LIFE.


martes, 15 de diciembre de 2009

CASABLANCA, ABRAZADOS AL RECUERDO.

Por: Lázaro Sarmiento

Cada vez que los reflectores de la nostalgia se mueven sobre el horizonte fílmico aparece Casablanca.


Y cada vez que Casablanca se proyecta en alguna televisora del planeta, millones de espectadores se acomodan en sus asientos favoritos para disfrutarla, quizás por tercera, quinta o sexta ocasión. Y hay quienes como el protagonista del blog Migue y el Fabuloso Trompetista Invisible quisieran vivir los últimos años de vida en los fotogramas de esa película, aunque sea como el más anónimo de los extras o el más insignificante objeto. Y en La Habana existe una emisora de música instrumental que ni un solo día del mundo deja de transmitir, a solicitud de sus oyentes, As time goes bye, el mítico tema de Casablanca.

Esta cinta que la Warner Bros lanzó en 1942 sigue funcionando a “despecho de teorías estéticas y cinematográficas”.

Una encuesta realizada en 2008 por la revista británica Empire otorgó a Casablanca el puesto 18 entre las 500 mejores películas de la historia. Entre quienes la ubicaron en ese lugar estaban Guillermo Del Toro, Cameron Crowe, Quentin Tarantino y Pedro Almodóvar.


En un texto titulado Casablanca, o el renacimiento de los dioses, Umberto Eco analiza el fervor nostálgico que siempre suscita su exhibición y subraya que, desde el punto de vista de una crítica exigente, es una película muy modesta. Este ensayo figura en el libro La estrategia de la ilusión (Editorial Lumen, Barcelona, 1999).

“Fotonovela, folletín, donde la verosimilitud psicológica es muy débil y los efectos dramáticos se encadenan sin demasiada lógica. Y sabemos por qué: la película fue pensada a medida que se rodaba, y hasta el último momento ni el director los guionistas sabían si Ilse se marcharía con Víctor o con Rick.”

“Pero justamente porque están todos los arquetipos, justamente porque Casablanca es la cinta de otras mil películas y porque cada acto repite en ella un papel interpretado otras veces, opera en el espectador la resonancia de la intertextualidad. Casablanca lleva consigo, como en una estela de perfume, otras situaciones que el espectador refiere a este film sin recordar otras películas aparecidas después como Tener y no tener…Así que Casablanca no es una película, sino muchas, una antología”

¿Qué tiene entonces Casablanca que mantiene su fascinación después de de 67 años de realizada? La respuesta la ofrecía ya en 1956 Guillermo Cabera Infante, Caín, en las páginas de la revista habanera Carteles:



Casablanca es como mirar una vieja fotografía: ahí está uno, pero de alguna manera ése no es uno: por el medio está el recuerdo, el tiempo pasado y la renovada presencia fotográfica, ganada su batalla al tiempo, pero perdiéndola, porque el tiempo no pasa: pasa uno por él y como en un estrecho pasadizo de zarzas se deja el vestido y la piel en sus espinas: en fin, que el tiempo es como la banca en la ruleta, siempre gana, aun perdiendo gana. Y ha ganado contra Casablanca”.

Sobre los cuatro puntos de excelencia que como crítico le otorgó a Casablanca, Caín sugería a los lectores de Carteles preguntar ¿a qué vienen?

Respuesta: “Son por el recuerdo”.

TEXTOS RELACIONADOS:
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TOCALA OTRA VEZ, SAM, EN RADIO ENCICLOPEDIA
RADIO ENCICLOPEDIA: TRANSMITIENDO SAXOFONES Y MENSAJES ECOLOGICOS


jueves, 20 de noviembre de 2008

Regreso a Salzburgo desde La Habana
Por: Lázaro Sarmiento

Tiene 78 años. Sueña con que un productor la descubra y la incluya en una película. Otras veces en su imaginación el cineasta es sustituido por un extranjero maduro, rico, que la invita a Salzburgo, la ciudad austriaca donde ella estuvo hace una década. El viaje se lo facilitó una organización de mujeres alemanas. Todo fue como en una película porque “la vida muchas veces copia al cine.”

Arriba de la chimenea, un sitio especial de la sala, unos portarretratos muestran a una pareja que siempre admiró: María Félix y Jorge Negrete. “En Cuba, hubo una época en que todas las mujeres querían parecerse a María”.

En la pared cuelgan dos títulos recién obtenidos: Estudios de la Cátedra Universitaria del Adulto Mayor y Curso de Inglés. Ahora aprende francés. El aula está llena de jóvenes que la adoran. “Me gusta rodearme de juventud porque eso alimenta mi espíritu. Y ellos elogian mi estilo. Les sirvo de inspiración.”

Durante cuarenta años trabajó en un hospital como técnica de radios x. “Veía como eran los cuerpos por dentro y como se destruían en nada por roturas, tumores y bacterias: niños, jóvenes, viejos…” Ahora no quiere oír ni hablar de enfermedades. Y mucho menos que le mencionen la palabra muerte.

Otros hacen del pasado una bandera. Ella no. Lo suyo es la ilusión, las relaciones sociales, los cursos, la conversación, el divismo, los gestos…

Mientras espera por algunos de sus sueños, ensaya poses mayestáticas en su casa de Centro Habana. Y perfecciona la pronunciación de palabras como amour, vie, voyage, rêve

Se llama Niovis Matilde. Bonne chance, Madame.

Fotos: Lázaro Sarmiento
ecoestadistica.com