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Lázaro SarmientoYo quería hacer una película sobre la felicidad. Esta frase, escuchada en off en el documental, le gustaba como título a un amigo y así él se lo quería decir a la directora Susana Barriga, (Santiago de Cuba, 04.12.1981). Ella lo tituló
The Illusion, que recibió una mención especial del jurado en la recién finalizada edición del Festival de Cine de Málaga. Antes había sido premiada en La Habana y Berlín.
The Ilusión (23 minutos) aborda un tema ultra sensible para muchos cubanos de hoy: el encuentro de una hija con su padre exiliado después de una separación tan larga como el tiempo de una vida. Ella 26 años. Él: 62. Filmado con una cámara oculta el encuentro tuvo lugar en Londres, muy lejos de Baracoa, localidad que en algún momento se menciona.
Fue William Faulkner quien hace más de 50 años dijo: “El artista es responsable sólo ante su obra. Será completamente despiadado si es un buen artista”. Y luego de referirse a la angustia de los creadores por materializar sus sueños, el novelista expresó: “Si un artista tiene que robarle a su madre, no vacilará en hacerlo”.
Recordé a Faulkner al enfrentarme a los demonios de Susana en un cine de El Vedado. Su documental me gusta porque desencadena la reflexión, motiva el diálogo con el pasado individual, o el de los otros. Luego está ese minimalismo de las escenas. Y la aparente dureza emocional.
En internet encuentro estas palabras de Susana:”El documentalista está todo el tiempo enfrentándose a sus demonios, y en una soledad aterradora. Es un género precioso pero hay que tener mucho coraje, aún cuando el tema no implique personas de carne y hueso. Es un género muy poético que te permite libertad.”
Entre el padre y la hija existía un puente muy frágil. Bastó que él vomitara un montón de sentimientos reprimidos para que el puente se viniera abajo. Para construir nuevos puentes, la historia ha derrumbado otros. ¿Cuántas vidas no han sido lastimadas en esos derrumbes?
El padre puede parecernos un monstruo pero la forma en que la cineasta manipula las escenas y el diálogo lo convierte en una víctima. Esta puede ser una percepción equivocada.
Susana Barriga filmó
The Ilusión con la frialdad de un bisturí. Pero no es frialdad. Es inteligencia y una deliberada estética. Tal vez no quería emocionarnos, sino choquearnos. No puedo hablar por ella. Ni tan siquiera conozco su anterior documental Cómo construir un barco, que también suscitó el interés de la crítica y el público.
Solo opino como espectador interesado por su micro historia, relacionada con un andamiaje mayor: la historia de este país. Y tampoco hubiera titulado la película como deseaba el amigo que mencioné .
Hubiera sido una ilusión.
Foto: Susana Barriga.
Licenciada en Periodismo. Universidad de La Habana.
Graduada de Dirección Documental. Escuela Internacional de Cine y Televisión, EICTV, de San Antonio de los Baños. http://www.eictv.org/view/content.jsf?id_seccion=12&id_blog=42&id_contenido=264