martes, 3 de noviembre de 2009

FORMAS DE HACER EL AMOR: ACTIVOS Y PASIVOS.

Por: Lázaro Sarmiento

Otra vez en el blog un tema sobre relaciones sexuales de pareja. Primero: lo de activos y pasivos no tiene nada que ver con el estereotipo sobre uniones homosexuales. Tiene que ver con el disfrute del placer en una pareja independientemente de su identidad sexual.

Se trata de experiencias basadas en las sensaciones y de ejercicios centrados en el acto de tocar y acariciar, una vez como parte activa y otra como pasiva.

Ahora podemos seguir: durante un tiempo los terapeutas sexuales orientaban a sus pacientes que cuando en la cama asumieran el papel activo, trataran de de complacer a su pareja. Y cuando se comportaran como pasivos, comunicaran a la otra persona todo lo que les gustara y todo lo que no les agradara. Así nuestra pareja actuaría pensando en nuestras expectativas. Sin embargo, esta conducta podía generar mucha tensión.

En la actualidad hay terapeutas que han modificado esos puntos de vista. Ellos aconsejan que cuando actuemos como activos, debemos tocar para nuestro propio placer y no preocuparnos por lo que esté pensando o sintiendo nuestra pareja, tampoco debemos hablarle durante la experiencia ni pedirle reciprocidad. Debemos dar por sentado que la acaricia le gusta y si hay algo que le disguste ya nos lo dirá. En pocas palabras: cuando seamos activos la única tarea es concentrarnos en nuestras propias sensaciones.

Cuando nos corresponda ser el elemento pasivo, hay que relajarse y centrar la atención en las sensaciones que percibimos cuando nuestra pareja está tocándonos. De lo que se trata es de absorber las sensaciones como una esponja, con la única excepción de que si la otra persona hace algo que nos duele o moleste debemos comunicárselo.

Los autores de un libro que cada día me gusta más, Sexualidad sagrada (Ediciones Robin Book, S.L), consideran que “dividir las actividades en dos papeles específicos también contribuye a conocer más nuestro propio cuerpo-y el de nuestra pareja- que si practicamos tocando los dos al mismo tiempo”.

Y más adelante afirman: “Este enfoque de papel pasivo/papel activo favorece asimismo una actitud que implica compartir y confianza”.

Tal vez en una reencarnación elija la profesión de terapeuta sexual.


Arriba: “El beso. Bela Lugosi, 1963”. Andy Warhol . Mugrabi Collection Abajo: Greta Garbo en Reina Cristina. Allan Grant .
ENLACES RELACIONADOS:
HAY MUCHAS FORMAS DE HACER EL AMOR

domingo, 1 de noviembre de 2009

NOSTALGIA DE LAS CIGUEÑAS RUSAS.


Por: Lázaro Sarmiento

Tengo dos amigos que sienten nostalgia de la época en que las películas rusas (antes soviéticas) eran frecuentes en las salas de la Isla. Ellos descubrieron esta filmografía durante una jornada de cine de la antigua URSS organizada en Cuba en los primeros tiempos de la Revolución. Fueron dos semanas de proyecciones en el teatro Estrada Palma (hoy García Lorca) de La Habana en febrero de 1960. Allí vieron por primera vez El acorazado Potiomkin, Chapayev y Cuando vuelan las cigüeñas.

En las décadas siguientes hasta el derrumbe de la Unión Soviética, los espectadores cubanos nos relacionamos estrechamente con una cinematografía de un aliento artístico diferente y de indiscutibles valores humanistas. Con el tiempo necesitó renovarse, traspasar los límites y adaptarse a un mundo que cambiaba a una velocidad de montaña rusa. Su historia fue condensada y bien contada por la ucraniana Zoia Barash en el libro El cine soviético del principio al fin (Ediciones ICAIC, 2008). Zoia trabaja en nuestro país desde el año 1963 y en la Cinemateca de Cuba llegó a ser especialista de cine de los países socialistas europeos.

Por los días en que mis amigos acudían a las funciones del Estrada Palma, el escritor Guillermo Cabrera Infante, el Caín de las críticas cinematográficas, publicó en el periódico Revolución:


“Resulta curioso anotar que el cine a observar con atención en los próximos en los próximos cinco años sea el cine soviético. Como la Nueva Ola francesa en sus comienzos de hace tres años (Vadim: Y Dios creó la mujer) los indicios son apenas trazos: la muerte de un personaje resuelta por un piano, una tormenta y un sauce llorón; la violación de una muchacha en medio de un bombardeo fulgurante; un amante muerto por su amante entre el estruendo de las olas: Shakespeare, Dostoievski y Cía. Por supuesto que serán dos cines esencialmente diferentes, pero como los jóvenes directores franceses, los jóvenes directores rusos representan el único fenómeno naciente del cine actual.” (13 de marzo de 1960)

Casi cincuenta años después, en la última decena de octubre, se presentó en la sala Chaplin del Vedado una Semana de cine ruso, luego de una larga ausencia en las carteleras de aquí. Me encontré con mis amigos a la salida de la proyección de Somos del futuro, obra realizada en el 2008. Comentamos sobre las condiciones en las que deben trabajar ahora los directores en Rusia y las señales de recuperación de su industria fílmica (unas 100 producciones al año).

Cité al actor ruso Boris Galkin, de visita entre nosotros, quien lamentaba que en Rusia en la actualidad el 75 por ciento de los filmes exhibidos en las salas de cine corresponde a películas norteamericanas. Él dijo a la prensa que “ninguno de los títulos de la muestra clasificaba como filmes comerciales al estilo de Hollywood.”

Mis interlocutores recordaron la belleza conmovedora de Tatiana Samoilova medio siglo atrás, sus ojos orientales, y su llanto en silencio al reconocer que el novio había muerto. Las nueve películas rusas proyectadas en La Habana no disminuyeron la nostalgia que mis amigos sienten por Cuando vuelan las cigüeñas.

Luego, regresaron a su casa a enfrentarse en televisión a los autos, la sangre y el erotismo distorsionado de la Película del Sábado.

Arriba: Fotograma de la cinta Cuando vuelas las cigüeñas. (Letiat Zhuravli) Dirección:Mikheil Kalatozov. Reparto:Tatiana Samoilova, Alexei Batalov.Año:1957.Abajo: Estreno de Cleopatra en Hollywood., 1963 Foto de Barry Feinstein .


jueves, 29 de octubre de 2009

ALBA MARINA Y SU BUSQUEDA EN LAS PROFUNDIDADES


Por: Lázaro Sarmiento

La única vez que estuve cerca de Alba Marina fue en la esquina de las calles K y 19 en el Vedado. Yo iba camino de la emisora COCO y ella venía en dirección contraria, hacia Coppelia. La elegante mezzo-soprano, cuya imagen me era familiar desde niño a través de los programas de televisión, tal vez estaba próxima a cumplir los 70 años. Me llamó la atención que avanzaba con energía faraónica y la mirada fija en el piso de la acera, como quien busca un valioso objeto perdido. Lo que la diva buscaba ese día debía moverse unos pasos delante. Había dejado atrás una cuadra entera pero sus ojos azules, tan impresionantes como su cabellera rubia de valkiria, seguían explorando el cemento que cubre las aceras con esa capa promiscua que es la misma en todas las ciudades del mundo. Sin embargo, Alba Marina estaba lejos de cualquier cualidad gregaria.

En una expedición, siendo adolescente, por una librería de viejo en la Calzada de 10 de Octubre, frente al cine Moderno, descubrí el Álbum de 1959 de los Artistas de CMQ-Televisión. La página dedicada a Alba Marina la retrataba bajándose de un lujoso automóvil , a punto de pisar una alfombra roja fuera de la cámara y luciendo, desde luego, la cabellera-adorno que la distinguía y acompañaba a su voz exquisita en los escenarios, donde había actuado junto a figuras como Maurice Chevalier , María Félix y Nat King Cole.


Hace mucho tiempo extravié ese álbum con las fotos de cantantes, actores y presentadores cuya mayoría envejeció bien o mal, murió o se fue de Cuba. Sin embargo, gracias a los guiños de la fascinación, siempre recuerdo la fotografía de Alba Marina en su época esplendorosa de la CMQ. Incluso cuando escucho la palabra televisión me viene a la mente aquella imagen, originada a casi treinta años de distancia de la mujer real que yo tenía ahora a unos pasos de mi, a punto de atravesar temerariamente una calle habanera mientras sus ojos claros, que ya habían perdido parte del antiguo poderío, seguían atentos a la superficie de la acera.




Durante las tres décadas transcurridas entre ambas imágenes, Alba Marina fue uno de los pilares del Teatro Lírico fundado por la Revolución, viajó por los países socialistas de Europa y obtuvo en 1982 el premio de actuación femenina en el Festival de Teatro de La Habana por su papel protagónico en la ópera La médium.

Ese día daba la impresión de no importarle el tráfico ni el riesgo. Un auto podía atropellarla. Los choferes no tendrían tiempo de detener sus vehículos ante el cuerpo de una dama que, mirando con obstinación el suelo, cruzara la calle como lo haría una reina soberbia en una ciudad operática. Y cuando yo estaba a punto de vencer mi timidez y advertirle del peligro inminente -¡Cuidado, Alba Marina!- ocurrió lo inesperado. La artista, como obedeciendo a un reloj interno, alzó la vista y miró en la dirección del tránsito con un movimiento de muñeca mecánica. Luego, todo en segundos, transformó el gesto rígido en una falsa sonrisa glamurosa y me dedicó una mirada directa que podía parecer inteligente y hasta dulce pero en el fondo me resultó extraña, convulsiva . Entonces se percató de una pausa en la caravana de autos, bajó la acera, clavó de nuevo su mirada en el asfalto y continuó imperturbable hacia lo alto de la calle K.


Después supe que había ingresado en un asilo ubicado al este de la capital. Allí una tarde organizaron un acto para evocar sus glorias como una de las grandes cantantes cubanas de todos los tiempos. Un amigo escritor que tenía automóvil y yo hicimos planes para ir a verla pero nos detuvimos en la casa de un pintor que vivía en el trayecto, y la visita al asilo se pospuso para otra ocasión. No hubo oportunidad. Alba Marina murió en 1994. Lo que ella buscaba con obstinación unos años antes , la única vez que la vi de cerca, debió ser un objeto muy raro , cuya identidad permanecía blindada detrás del brillo de sus ojos , o en la profunda dureza de las aceras de El Vedado.



miércoles, 28 de octubre de 2009

SEXO CREATIVO.

El orgasmo puede planificarse, o surgir como una sorpresa.


Por: Lázaro Sarmiento

Las etiquetas de sexo atraen lectores para el blog. Es lógico, sexo, erotismo, sexualidad, orgasmo, etc. constituyen términos muy tecleados en las búsquedas en internet. Y no solo en la red, en la vida real el sexo es una de las preocupaciones claves (o placeres). Pero muchas personas tienen dificultades para relacionarse de una manera natural con el sexo. Por otra parte, están los retorcidos o los autocensurados por sus propios prejuicios. También los muy tímidos, a los que respeto. Y no estoy refiriéndome a la pornografía.

Hablo de lo que ocurre de mutuo acuerdo entre los miembros de una pareja cuando van a la cama. Y algo que casi siempre pasa en esa gozosa intimidad es el logro del orgasmo. Y también casi siempre todos queremos alcanzar un gran orgasmo sexual. Eso lo podemos garantizar, por ejemplo, acumulando gran cantidad de tensión o carga energética de antemano.

En el libro titulado Sexualidad sagrada - Ediciones Robin Book S. L- uno de los autores señala que “de la misma manera que tenemos un umbral para el dolor lo tenemos también para el placer. Cuanto más placer contengamos, de más energía para el éxtasis disfrutaremos. Comprometámonos a superar nuestro nivel de tolerancia normal”.

Y más adelante, nos dice que el evitar el orgasmo en alguna sesión, lo viviremos mucho más entrañablemente en otras. “El hecho de tomarse un respiro por lo que se refiere a los orgasmos genitales no significa que nos olvidemos de nosotros mismos. Más bien estamos explorando otras dimensiones del propio mundo amoroso. Visto con perspectiva, estamos contando con un gran orgasmo”.

Y por último se recomienda detenernos y apartar el cuerpo del otro al crear la presión para la unión genital propiamente dicha. Esta técnica puede llevarse a cabo antes o cuando se ha realizado la penetración. Sucede que en estas circunstancias, una breve separación a la fuerza aumenta el frenesí.

Aunque no me gusta llevarme a la cama los manuales de autoayuda, creo que debemos tener muy en cuenta lo que recuerda el texto de Sexualidad Sagrada: El orgasmo sexual puede planificarse o surgir como una sorpresa."

El resto es creatividad individual.

Arriba izquierda: Foto de Nan Goldin.


sábado, 24 de octubre de 2009

LA HABANA, PASEO DEL PRADO FRENTE AL CAPITOLIO.


Por: Lázaro Sarmiento

Alrededor del Capitolio de La Habana palpita la vida en mil expresiones. Aquí la ciudad muestra su empaque arquitectónico. El Paseo del Prado es un río de gentes en burbujeo. Ahora en la acera de la fachada principal del Capitolio donde tiene su sede el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, CITMA, hay una parada de ómnibus. Con las mejoras del transporte público en los últimos tiempos, esta parada aglutina a muchísimos habaneros. En las primeras horas de la noche se convierte también en sitio de encuentros casuales.El lugar ha sido bautizado como la Parada del Kilómetro 0 . Lo del nombre viene porque a unos metros, dentro del Capitolio, a los pies de la estatua de bronce que simboliza la República, un brillante marca el kilómetro 0 de la Carretera Central de la isla de Cuba.







Fotos : Lázaro Sarmiento. 23.10.09

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