El
cigarro es uno de los símbolos del deseo. En la historia del cine el tabaco asumió una
función alegórica. Las estrellas
del celuloide contribuyeron a
extender por el mundo el hábito de fumar. En el libro
La diva nicotina, historia del tabaco, su autor Iain Gately recuerda que los cigarros pasaron a ser un
símbolo de poder, o un sustituto del pene, como afirmaba Carl Jung, discípulo de Freud: “Los hombres de negocios,
los del mundo del espectáculo y los gánsteres aparecían en las películas fumando un cigarro. Edward G. Robinson, rey
de los matones de la pantalla, sabía
mordisquear el extremo de su cigarro con un gesto tan amenazador que a las mujeres del público caían desmayadas”.
Mostrando entradas con la etiqueta cine. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta cine. Mostrar todas las entradas
viernes, 14 de agosto de 2015
miércoles, 12 de agosto de 2015
TE ESPERO EN EL NIÁGARA
En
Santos Suárez descubrí maneras de la felicidad que me atraparon para siempre. Yo
era de Luyanó con su esquina de Toyo, con la gente caminando por el medio de la
calle, con la Vía Blanca de los camioneros y con los cafés de la Calzada de Concha y con mi pulcras escuelas
de primaria y secundaria. También en Luyanó estaban los amigos de todos los días
que jugaban a hacerse los héroes del beisbol y me llevaban al cine Ritz para
que aprendiera a fumar a escondidas en
el balcony mientras pasaban viejas películas.
Sin embargo, Santos Suarez fue mi barrio adoptivo. Allí vivían mi abuela y mis tías.
Santos Suárez con sus magníficos parques y los flamboyanes de la avenida Santa
Catalina. La esquina de la cafetería Niágara era entonces el centro del mundo con
sus sándwiches, el cine con sus estrenos de
los jueves, la pizzería, una
librería bien surtida y la parada
de las rutas 37 y 79. Además del Santa Catalina estaban los otros cines: Los Ángeles,
Mara, Alameda, El Mónaco y el Santos Suárez, que fue el primero en desaparecer.
Yo bajaba por la calle Estrada Palma y
siempre me detenía
frente a la casa blanquísima de Amelia
Peláez para imaginarme su vida de
persona entre pinturas, plantas y cerámicas. Pero mi fachada preferida era la
casita de madera en la misma calle y que
por puro milagro ha sobrevivido hasta hoy, de un estilo que no es el nuestro pero
de un encanto que es universal. Y, sobre todo, en Santos Suárez descubrí el paseo
inteligente y el gozo expectante mientras caminaba acompañado hacia la Ward.
Era una época en la que creíamos que la juventud es algo
que dura toda la vida. Y eso se parece mucho a la felicidad.
domingo, 2 de agosto de 2015
BALCONY
Hay fumadores que logran
un estallido único de sensualidad en el juego que establecen entre sus dedos,
el cigarro, el encendedor y los claroscuros del rostro. Luego una sensación de
intimidad te abraza. Aunque nunca he fumado, la primera vez que descubrí ese efecto fue en el
cine Ritz de Luyanó en compañía de tres amigos del barrio. Esa noche el líder
del grupo era Iván, mayor que los demás. Ya se afeitaba, usaba colonia de
adultos y consumía Populares sin filtro. Estábamos en séptimo y octavo grado y
salíamos a caminar o sentarnos en las esquinas, a perder el tiempo, o juntarnos
con otros muchachos. Los años han desdibujado su cara y no logro un retrato
convincente; solo recuerdo la impresión que me produjo una palabra suya. Él fue
quien sugirió subir al balcony del Ritz que siempre estaba vacío. A la
acomodadora no le importaba lo que sucedía allí. Nos sentíamos libres. En el
instante en que en la pantalla un montón de cuchillos entraban en la carne de un emperador romano, Iván puso un cigarro
en mis labios y dijo con tierna masculinidad: Pruébalo.
domingo, 10 de febrero de 2013
CINES DE LA HABANA: RIALTO
Por: Lázaro Sarmiento
Arriba la
fachada actual del antiguo cine de Ensayo Rialto. Aquí disfruté HAIR, exhibida
en Cuba algún tiempo después de su estreno. La película HAIR me catapultó hacia la noche
habanera con un entusiasmo y unas energías de vivir tan grandes que su recuerdo
aún me causa placer. Luego, en los años noventa esta sala dejó de proyectar
películas y el local se convirtió en sede de una empresa de servicios
comerciales. El primer cine Rialto se inauguró en este mismo lugar, Neptuno
entre Prado y Consulado, en 1918. Ese año se abrió también el Apolo, cerca de
la esquina de Toyo. Según el libro EL CINE SILENTE EN CUBA, de Raúl Rodríguez
(Letras Cubanas, 1992), en 1918 en La Habana existían 42 cines.
Fachada de un cine de La Habna sin identificar.
lunes, 28 de enero de 2013
SANTOS SUAREZ
Por: Lázaro Sarmiento
Santo Suárez es el lugar donde he sido más feliz en mi vida. Yo era de Luyanó con su esquina de Toyo, con la gente caminando por el medio de la calle, con la Vía Blanca y con los cafés de la Calzada de Concha y con mis pulcras escuelas, la primaria y la secundaria, construidas después de la Revolución. También en Luyanó estaban mis amigos de todos los días que jugaban a hacerse los héroes del beisbol y me llevaban al cine Ritz para que aprendiera a fumar a escondidas en el balcony mientras pasaban la película Tigres en alta mar.
Sin embargo, elegí a Santos Suarez como mi barrio adoptivo. Allí vivían mi abuela y mis tías. Santos Suárez con sus magníficos parques y los flamboyanes de la avenida Santa Catalina. ! Y qué decir de la esquina donde estaban la cafetería Niágara con sus sándwiches, el cine con sus estrenos de los jueves, la pizzería, una librería bien surtida y la parada de las rutas 37 y 79 ¡ Yo bajaba por la calle Estrada Palma y siempre me detenía frente a la casa blanquísima de Amelia Peláez para imaginarme una vida entre pinturas, plantas y cerámicas . Pero mi fachada preferida era la casita de madera en la misma calle y que por puro milagro ha sobrevivido hasta hoy, con un estilo que no es el nuestro pero de un encanto que es universal. Y, sobre todo, en Santos Suárez descubrí el gozo expectante y el placer sexual mientras caminaba acompañado hacia la Ward, la heladería que pronto se convertiría en símbolo de mis deseos y hallazgos.
Arriba: Casa de Amelia Peláez en la calle Estrada Palama, donde también se levanta la casita de madera que se muestra abajo.
sábado, 26 de enero de 2013
LOS PAJAROS.
Por: Lázaro Sarmiento
Detrás
de esta fachada disfruté de una
de las emociones más intensas de mi vida como espectador. En el cine
Los Ángeles, de la calle Juan Delgado,
en el barrio Santos Suárez, pasaban la
película Los pájaros, de Alfred Hitchcock, que en Cuba se estrenó en 1974. Recientemente volví a ver esta cinta pero no pude recuperar el deslumbramiento de la primera vez. Y aunque
Los pájaros no ha perdido méritos ante mis ojos,
la emoción ha sido distinta. Tampoco la sala Los Ángeles es la misma de mi adolescencia. Según me dijeron unos vecinos, el cine cerró hace años porque unos
murciélagos anidaban en su techo (¿homenaje a Hitchcock?) . Nunca más ha proyectado
películas.
miércoles, 18 de julio de 2012
FUNCION UNICA.
Por: Lázaro Sarmiento
Foto: Douglas Fairbanks Jr. y Joan Crawford. Imagen de 1929
Dicha cine Douglas Fairbanks Jr. Joan Crawford conferencia
Era domingo y había una multitud en un horario inusual a la entrada del cine Infanta. Entre las personas que esperaban, algunas muy elegantes, otras francamente deplorables, descubrí a una amiga de la emisora. Pregunté qué película atraía a tantos espectadores un mediodía caluroso en La Habana. Mi amiga radiofónica me dijo con rostro luminoso que no se trataba de un filme, sino de la presentación de una conferencia sobre la dicha que iba a impartir una especialista checa. -¡Ah...la dicha¡
Foto: Douglas Fairbanks Jr. y Joan Crawford. Imagen de 1929
Dicha cine Douglas Fairbanks Jr. Joan Crawford conferencia
martes, 13 de diciembre de 2011
EL CINE HABANERO FENIX ESTABA EN BIRMANIA.
Por: Lázaro Sarmiento
El Fénix era uno de los cines más modestos de La Habana. Estaba en la calle Santa Ana, en Luyanó. Como mi niñez y adolescencia transcurrieron en este barrio, estoy entre la gente que conserva algún recuerdo vinculado con esa sala.
Una planta única con 680 butacas de madera. Unos ventiladores de pie que parecían malos bocetos de los insectos de Louise Bourgeois. Ventanas laterales que permanecían siempre abiertas hacia pasillos exteriores. En ninguna época tuvo aire acondicionado. A ambos lados de la pantalla tenía los baños con los clásicos letreros de Damas y Caballeros
En el lunetario te encontrabas con los vecinos de la cuadra donde vivías, o con los alumnos de tu escuela. Aquí vi el El arpa de Birmania, mucho tiempo después de su estreno. Nunca he olvidado este título y creo recordar que entonces sentí su banda sonora como rara y extraña, aunque seguramente este puede ser un recuerdo fabricado.
Pero lo que me resulta tan inquietante como El Arpa de Birmania, es que cuando hace unos días pasé frente a la vieja fachada del Fénix, descubrí en el piso del portal un dibujo con las iniciales: H y F. No sé como esas siglas pasaron inadvertidas para mí en todas las ocasiones ya brumosas en que caminé sobre ellas para ver un drama o una comedia. Y no hay noticias de que en los altos del cine hubiera habido alguna vez un hotel o una posada.
A principios de la década de 1990, el cine Fénix fue transformado en albergue provisional para familias del barrio necesitadas de viviendas, las cuales en unos años convirtieron el inmueble en su hogar definitivo.
Ahora, el recuerdo de El Arpa de Birmania cubriendo con su música intrincada al cine Fénix me produce angustia (palabra antigua), como la sensación que provoca excarvar en las zonas insondables de la memoria.
El Fénix era uno de los cines más modestos de La Habana. Estaba en la calle Santa Ana, en Luyanó. Como mi niñez y adolescencia transcurrieron en este barrio, estoy entre la gente que conserva algún recuerdo vinculado con esa sala.
Una planta única con 680 butacas de madera. Unos ventiladores de pie que parecían malos bocetos de los insectos de Louise Bourgeois. Ventanas laterales que permanecían siempre abiertas hacia pasillos exteriores. En ninguna época tuvo aire acondicionado. A ambos lados de la pantalla tenía los baños con los clásicos letreros de Damas y Caballeros
En el lunetario te encontrabas con los vecinos de la cuadra donde vivías, o con los alumnos de tu escuela. Aquí vi el El arpa de Birmania, mucho tiempo después de su estreno. Nunca he olvidado este título y creo recordar que entonces sentí su banda sonora como rara y extraña, aunque seguramente este puede ser un recuerdo fabricado.
Pero lo que me resulta tan inquietante como El Arpa de Birmania, es que cuando hace unos días pasé frente a la vieja fachada del Fénix, descubrí en el piso del portal un dibujo con las iniciales: H y F. No sé como esas siglas pasaron inadvertidas para mí en todas las ocasiones ya brumosas en que caminé sobre ellas para ver un drama o una comedia. Y no hay noticias de que en los altos del cine hubiera habido alguna vez un hotel o una posada.
A principios de la década de 1990, el cine Fénix fue transformado en albergue provisional para familias del barrio necesitadas de viviendas, las cuales en unos años convirtieron el inmueble en su hogar definitivo.
Ahora, el recuerdo de El Arpa de Birmania cubriendo con su música intrincada al cine Fénix me produce angustia (palabra antigua), como la sensación que provoca excarvar en las zonas insondables de la memoria.
Cines de barrio La Habana El Arpa de Birmania Cine Fénix Luyanó memoria recuerdos
jueves, 8 de diciembre de 2011
PIDEN SUSPENDER CINES DE MEDIANOCHE.
Por: Lázaro Sarmiento
El periódico El Mundo publica un comentario sobre las cartas enviadas al alcalde de La Habana, Varona Suárez, en las que se solicita se sitúe un inspector en el cine Campoamor. Los autores de las misivas alegan que en este local “se vulnera los principios de la moral pública” aprovechando la densa oscuridad durante las funciones cinematográficas, lo cual ofende a las familias respetables que acuden a dicha funciones. (23 de Febrero de 1917)
La información anterior está incluida el libro La tienda negra. El cine en Cuba (1897-1990), de María Eulalia Douglas (Cinemateca de Cuba, La Habana, 1996). El cine Campoamor mencionado en las cartas al alcalde habanero no es el que está ubicado en la actualidad en la esquina de Industria y San José (ahora casi en ruinas), sino otro que existió frente al Parque Central, inaugurado en 1915 y demolido en 1925.
Veintiocho años después de las quejas sobre el Campoamor se formula una petición parecida en la prensa habanera de la época :
Algunas entidades y personas solicitan del alcalde de La Habana se suspendan las tandas de las doce de la noche en los cines, alegando que en tales funciones se producen actos atentatorios a la moral, por el tipo de público asistente. La solicitud no es aceptada. (Mayo de 1945)
Barrio Campoamor Central, cines cine cubano El Mundo Eulalia Habana moral cinemateca de Cuba
domingo, 4 de diciembre de 2011
CINE, SEXO Y CIGARRILLOS
Por: Lázaro Sarmiento
Con el tiempo los cigarros se convirtieron en un símbolo de poder, o en sustitutos del pene.
En la historia del cine el tabaco asumió una función alegórica. Hubo una época inicial en la que los directores no se atrevían a mostrar ni un beso en la pantalla por miedo a la censura y el cigarro se afincó como símbolo del deseo.Las estrellas del celuloide contribuyeron a extender por el mundo el hábito de fumar. En el libro La diva nicotina, historia del tabaco, su autor Iain Gately escribe...
“Cuando la heroína de la película quería expresar un interés sexual, aparecía fumando o pidiendo fuego. Las primeras estrellas del cine, como Bette Davies, parecían estar siempre fumando. El cigarrillo era la metáfora más explícita para una actividad carnal que no estaba permitida”.
Más adelante, Gately apunta que los cigarros pasaron a ser un símbolo de poder, o un sustituto del pene, como afirmó Carl Jung, discípulo de Freud:
“Los hombres de negocios, los del mundo del espectáculo y los gánsters aparecían en las películas fumando un cigarro. Edward G. Robinson, rey de los matones de la pantalla, sabía mordisquear el extremo de su cigarro con un gesto tan amenazador que a las mujeres del público caían desmayadas”.
A veces en mis fantasías eróticas me veo fumando en la cama, con el deseo entre los dedos, acostado boca arriba, después de hacer el amor y darme una ducha, en camiseta, colonia y música suave en el ambiente, dibujando historias en la habitación con el humo de un cigarro, como en las películas..Y que conste: no fumo.
Cine, cigarro, cigarrillos, tabaco, cine y cigarrillos Bette Davis hábito de fumar Cately películas nicotina
pene
jueves, 1 de diciembre de 2011
CASABLANCA, ABRAZADOS AL RECUERDO.
Por: Lázaro Sarmiento
Cada vez que los reflectores de la nostalgia se mueven sobre el horizonte fílmico aparece Casablanca.
En La Habana, el canal Multivisión proyectó esta película la pasada madrugada y, como sucede siempre que se exhibe en alguna televisora del planeta, muchos espectadores se acomodaron en sus asientos favoritos para disfrutarla, quizás por tercera, quinta o sexta ocasión. Hay quienes como el autor del blog Migue y el Fabuloso Trompetista Invisible quisieran vivir los últimos años de vida en los fotogramas de esa cinta, aunque fuera como el más anónimo de los extras o el más insignificante objeto. Y en Cuba existe una emisora de música instrumental que ni un solo día deja de transmitir, a solicitud de sus oyentes, As time goes bye, el mítico tema de Casablanca.
Esta cinta que la Warner Bros lanzó en 1942 sigue funcionando en la segunda década del siglo veintiuno a “despecho de teorías estéticas y cinematográficas”.
Una encuesta realizada en 2008 por la revista británica Empire otorgó a Casablanca el puesto 18 entre las 500 mejores películas de la historia. Entre quienes la ubicaron en ese lugar estaban Guillermo Del Toro, Cameron Crowe, Quentin Tarantino y Pedro Almodóvar.
En un texto titulado Casablanca, o el renacimiento de los dioses, Umberto Eco analiza el fervor nostálgico que siempre suscita su exhibición y subraya que, desde el punto de vista de una crítica exigente, es una película muy modesta. Este ensayo figura en el libro La estrategia de la ilusión (Editorial Lumen, Barcelona, 1999).
“Fotonovela, folletín, donde la verosimilitud psicológica es muy débil y los efectos dramáticos se encadenan sin demasiada lógica. Y sabemos por qué: la película fue pensada a medida que se rodaba, y hasta el último momento ni el director los guionistas sabían si Ilse se marcharía con Víctor o con Rick.”
“Pero justamente porque están todos los arquetipos, justamente porque Casablanca es la cinta de otras mil películas y porque cada acto repite en ella un papel interpretado otras veces, opera en el espectador la resonancia de la intertextualidad. Casablanca lleva consigo, como en una estela de perfume, otras situaciones que el espectador refiere a este film sin recordar otras películas aparecidas después como Tener y no tener…Así que Casablanca no es una película, sino muchas, una antología.”
¿Qué tiene entonces Casablanca que mantiene su fascinación casi setenta años después de realizada? La respuesta la ofrecía ya en 1956 Guillermo Cabrera Infante, Caín, en las páginas de la revista habanera Carteles:
“ Casablanca es como mirar una vieja fotografía: ahí está uno, pero de alguna manera ése no es uno: por el medio está el recuerdo, el tiempo pasado y la renovada presencia fotográfica, ganada su batalla al tiempo, pero perdiéndola, porque el tiempo no pasa: pasa uno por él y como en un estrecho pasadizo de zarzas se deja el vestido y la piel en sus espinas: en fin, que el tiempo es como la banca en la ruleta, siempre gana, aun perdiendo gana. Y ha ganado contra Casablanca”.
Respuesta: “Son por el recuerdo”.
Imagen de abajo: El escritor Guillermo Cabrera Infante en un bar de Santiago de Cuba en el año 1959. película cinta televisión filme cine nostalgia estrategia ilusión Cabrera infante caín habana mejores películas historia espectadores time goes bye casablanca recuerdo
Etiquetas:
As+time+goes+bye,
Cabrera+infante,
caín,
Casablanca,
cine,
cinta,
espectadores,
estrategia,
filme,
Humberto+Eco,
ilusión,
La+Habana,
mejores+películas+historia,
nostalgia,
película,
Televisión
viernes, 25 de noviembre de 2011
MARY PICKFORD SOBRE UNA BARRA HABANERA.
-Un Mary Pickford, por favor.
Este es otro de los tragos que me gustan por el nombre que tienen.
En la coctelera: Una y media onzas de piña, 1 1/2 onzas de ron blanco, gotas de granadina y trozos de hielo.
Batir a mano y servir colado en una copa de coctel.
Adornar con una cereza.
Este trago figura en el libro Cocteleria cubana, 100 recetas con, publicado en La Habana por Fernando G. Campoamor, en 1981.
Fechada actual del antiguo cine Norma, en la Calzada de Luyanó La Habana. Este cine proyectaba pelìculas en los tiempos dorados de Mary Picford (1893-1979). La actriz fue bautizada la "Novia de América"
Mary Pickford trago cocteleria copa Habana Campoamor cerveza ron coctel cine
lunes, 12 de septiembre de 2011
FRANCESCA BERTINI
Por: Lázaro Sarmiento
FRANCESCA BERTINI: La reina de los cines de La Habana.
La actriz italiana Francesca Bertini (1888-1985) fue la primera de las divas. Era una época en que según Alejo Carpentier, “las estrellas se movían en un mundo propio, silencioso…con algo de peces raros que nadaran tras de los cristales de un acuario...mujeres-sirenas, mujeres-mandrágoras, mujeres-aves, que aullaban tragedias con voces inaudibles, que nos hablaban con labios mudos…” Francesca Bertini reinaba en esa fauna de celuloide.
En mayo de 1916 en Cuba se proyectó Odette, un filme anodino si no fuese por la actuación de la Bertini, argumentan los críticos de hoy. En una función especial en el Teatro Nacional en La Habana, el público seleccionó a Odette como la película más popular. Se recogieron las firmas de los espectadores en un álbum que le enviaron a la actriz en Italia. En una entrevista posterior ella dijo que guardaba con gratitud el álbum de sus admiradores cubanos.
En septiembre de 1916, se le pregunta al público del cine-teatro Payret de la capital cubana en que género prefería a Francesca Bertini, si en el dramático o en el cómico. Triunfó el dramático. La intérprete de Assunta Spina era ratificada entre nosotros como la gran trágica.
En la Calzada de Luyanó, en La Habana, todavía esta en pie la fachada del cine Norma, inaugurado en 1910. Ese mismo año Francesca Bertini protagonizó la cinta Lucrecia Borgia. Y desde la pantalla del Norma, la primera de las divas debió clavar sus misteriosos ojos negros en los espectadores mientras con labios mudos aullaba tragedias de llantos operáticos.
FACHADAS DE LEYENDA: Cine Norma
Antiguo cine Norma, Calzada de Luyanó no. 702, La Habana. Inaugurado en 1910, el año del cometa. Fantasma que habita este cine: el de Francesca Bertini.
-¿Norma Shearer?No. Cuando este local abrió sus puertas ella era una niña, lejos del estrellato que luego conquistaría en Hollywood.
-¿Acaso Norma Talmadge?No, no…. Todavía no se había convertido en la actriz más reveladora de la Vitagraph.
-¿Norma, de Bellini?Podría ser…La ópera de la vieja escuela italiana seguía representándose con éxito en los inicios del siglo veinte.
O tal vez Norma era la esposa del empresario que construyó este salón en la avenida que sirve de frontera entre las barriadas de Luyanó y Lawton. Los elementos musicales presentes en la decoración sugieren que el nombre viene por la famosa ópera, cuyo papel principal, dicen, es uno de los más difíciles para soprano de coloratura.
La cronología La Tienda Negra, de la Cinemateca de Cuba, en la fecha del 7 de mayo de 1910, registra este dato: “El salón Norma, inaugurado recientemente, se anuncia como el único con butacas de caoba y piso con desnivel”.Según el Anuario Cinematográfico y Radial Cubano de 1959, el cine Norma tenía 820 asientos. Desde hace bastante tiempo pasó a ser almacén. Es una de las fachadas de cine parcialmente conservadas más antiguas que existen en La Habana.
actrices barrio cine cine mudo Cines divas espectadores Francesca Bertini Habana Luyanó Odette Payret Popular público Norma Anuario butacas Carpentier fachadas cinta
FRANCESCA BERTINI: La reina de los cines de La Habana.
La actriz italiana Francesca Bertini (1888-1985) fue la primera de las divas. Era una época en que según Alejo Carpentier, “las estrellas se movían en un mundo propio, silencioso…con algo de peces raros que nadaran tras de los cristales de un acuario...mujeres-sirenas, mujeres-mandrágoras, mujeres-aves, que aullaban tragedias con voces inaudibles, que nos hablaban con labios mudos…” Francesca Bertini reinaba en esa fauna de celuloide.
En mayo de 1916 en Cuba se proyectó Odette, un filme anodino si no fuese por la actuación de la Bertini, argumentan los críticos de hoy. En una función especial en el Teatro Nacional en La Habana, el público seleccionó a Odette como la película más popular. Se recogieron las firmas de los espectadores en un álbum que le enviaron a la actriz en Italia. En una entrevista posterior ella dijo que guardaba con gratitud el álbum de sus admiradores cubanos.
En septiembre de 1916, se le pregunta al público del cine-teatro Payret de la capital cubana en que género prefería a Francesca Bertini, si en el dramático o en el cómico. Triunfó el dramático. La intérprete de Assunta Spina era ratificada entre nosotros como la gran trágica.
En la Calzada de Luyanó, en La Habana, todavía esta en pie la fachada del cine Norma, inaugurado en 1910. Ese mismo año Francesca Bertini protagonizó la cinta Lucrecia Borgia. Y desde la pantalla del Norma, la primera de las divas debió clavar sus misteriosos ojos negros en los espectadores mientras con labios mudos aullaba tragedias de llantos operáticos.
FACHADAS DE LEYENDA: Cine Norma
Antiguo cine Norma, Calzada de Luyanó no. 702, La Habana. Inaugurado en 1910, el año del cometa. Fantasma que habita este cine: el de Francesca Bertini.
-¿Norma Shearer?No. Cuando este local abrió sus puertas ella era una niña, lejos del estrellato que luego conquistaría en Hollywood.
-¿Acaso Norma Talmadge?No, no…. Todavía no se había convertido en la actriz más reveladora de la Vitagraph.
-¿Norma, de Bellini?Podría ser…La ópera de la vieja escuela italiana seguía representándose con éxito en los inicios del siglo veinte.
O tal vez Norma era la esposa del empresario que construyó este salón en la avenida que sirve de frontera entre las barriadas de Luyanó y Lawton. Los elementos musicales presentes en la decoración sugieren que el nombre viene por la famosa ópera, cuyo papel principal, dicen, es uno de los más difíciles para soprano de coloratura.
La cronología La Tienda Negra, de la Cinemateca de Cuba, en la fecha del 7 de mayo de 1910, registra este dato: “El salón Norma, inaugurado recientemente, se anuncia como el único con butacas de caoba y piso con desnivel”.Según el Anuario Cinematográfico y Radial Cubano de 1959, el cine Norma tenía 820 asientos. Desde hace bastante tiempo pasó a ser almacén. Es una de las fachadas de cine parcialmente conservadas más antiguas que existen en La Habana.
jueves, 18 de agosto de 2011
CINE Y VEDETTES.
“La escena cubana contó con muchas destacadas vedettes, pero las más populares fueron Blanquita Amaro (Santiago de los Baños, 1920-Miami, 2007): María de los Ángeles Santana (La Habana, 1914-1911) y Rosita Fornés (Nueva York, 1923). Con bellos rostros y figuras espectaculares, las tres merecieron haber desarrollado mejores carreras cinematográficas en nuestro país en el período prerrevolucionario; sin embargo, ninguna de ellas pudo en verdad cuajar una carrera artística en el celuloide.”
(Textos tomados del artículo Los actores del cine cubano prerrevolucionario, de Mario Naito López, incluido en el libro Huellas olvidadas del cine cubano, Editorial Oriente, Santiago de Cuba, 2010.
Foto de arriba: Rosita Fornés en el cabaret Tropicana, de La Habana, en el año 1956.
Cine vedettes Rosita Fornés celuloide bellos rostros.
(Textos tomados del artículo Los actores del cine cubano prerrevolucionario, de Mario Naito López, incluido en el libro Huellas olvidadas del cine cubano, Editorial Oriente, Santiago de Cuba, 2010.
“La Fornés con apenas 16 años, se se asomó ya al cine en Una aventura peligrosa (1939), de Peón, y dos años después en Romance musical (1941), pero su labor cinematográfica la continuó en México hasta 1952, cuando retornó a Cuba tras separarse de su esposo, el actor azteca Manuel Medel. Con posterioridad, en los años cincuenta solo intervino en tres coproducciones cubano-mexicanas y en una cinta hispana, y no reapareció en el cine cubano hasta 1984 con Se permuta, de Juan Carlos Tabio.”
Foto de arriba: Rosita Fornés en el cabaret Tropicana, de La Habana, en el año 1956.
Cine vedettes Rosita Fornés celuloide bellos rostros.
domingo, 31 de julio de 2011
LA MUJER MÁS BELLA DEL MUNDO.
Por: Lázaro Sarmiento
“Muchos la recuerdan por la película Sansón y Dalila, la única que le dio fama. Tuvo mala suerte. Rechazó el papel de protagonista en Luz de gas y en Casablanca. También estuvo a punto de rodar Lo que el viento se llevó.”
Estoy citando un artículo de Manuel Vicent publicado este fin de semana en Babelia: Hedy Lamarr: el éxtasis y la aguja. Uno de esos textos que se devoran con delicia.
“Para huir de su secuestro Hedwig tuvo que seducir y acostarse con la criada, quien le facilitó la salida del palacio una noche mientras el prepotente Fritz Mandl estaba de viaje. Llegó a París en automóvil, con un solo vestido, con los bolsillos llenos de joyas, perseguida por los guardaespaldas de su marido. Logró escabullirse hasta refugiarse en Londres y embarcarse en el trasatlántico Normandie rumbo a Nueva York y durante la travesía conoció y sedujo al productor de Hollywood Louis B. Mayer, de la Metro, y con él pactó su futuro. La protegió, la bautizó con el nombre Hedy Lamarr y la convirtió en una estrella.”
Hedy Lamarr nació en Viena, Austria, el 9 de noviembre de 1914 y murió en Orlando, Estados Unidos, el 19 de enero de 2000. Además de haber sido considerada la mujer más bella en la historia del cine, fue ingeniera en telecomunicaciones con un importante invento en esta esfera.
Hedy Lamarr actriz ingeniera cine Sansón y Dalila mujer bella estrella
“Muchos la recuerdan por la película Sansón y Dalila, la única que le dio fama. Tuvo mala suerte. Rechazó el papel de protagonista en Luz de gas y en Casablanca. También estuvo a punto de rodar Lo que el viento se llevó.”
Estoy citando un artículo de Manuel Vicent publicado este fin de semana en Babelia: Hedy Lamarr: el éxtasis y la aguja. Uno de esos textos que se devoran con delicia.
“Para huir de su secuestro Hedwig tuvo que seducir y acostarse con la criada, quien le facilitó la salida del palacio una noche mientras el prepotente Fritz Mandl estaba de viaje. Llegó a París en automóvil, con un solo vestido, con los bolsillos llenos de joyas, perseguida por los guardaespaldas de su marido. Logró escabullirse hasta refugiarse en Londres y embarcarse en el trasatlántico Normandie rumbo a Nueva York y durante la travesía conoció y sedujo al productor de Hollywood Louis B. Mayer, de la Metro, y con él pactó su futuro. La protegió, la bautizó con el nombre Hedy Lamarr y la convirtió en una estrella.”
Hedy Lamarr nació en Viena, Austria, el 9 de noviembre de 1914 y murió en Orlando, Estados Unidos, el 19 de enero de 2000. Además de haber sido considerada la mujer más bella en la historia del cine, fue ingeniera en telecomunicaciones con un importante invento en esta esfera.
Hedy Lamarr actriz ingeniera cine Sansón y Dalila mujer bella estrella
domingo, 26 de junio de 2011
BUSCANDO LAS GRULLAS DE LA EMPERATRIZ
Por: Lázaro Sarmiento
Frente al cine Águila de Oro, en el barrio chino de La Habana, pienso en el destino de las grullas imperiales durante los fulgores de la Revolución en Pekín. Y luego imagino pasadizos ocultos detrás de los muros de las viejas sociedades fraternales chinas en Cuba. En sus fachadas hay grabados nombres con fonéticas misteriosas…Cheng-Wah, Loung Kong Ta Tong, Min Chin Tang, Chang...
Me gusta ese pequeño callejón en una esquina de Zanja, con algo de set de la Paramount atiborrado de mini restaurantes que sirven comida china y criolla y también pizzas, espaguetis y dulces cubanos. Pero no es la comida la que me impresiona sino el pasado glorioso de nuestra ciudad amarilla.
Ya en el año 1940 Alejo Carpentier sentía nostalgia por la más admirable fábrica de ensueños que pueda imaginarse: el Teatro Chino de La Habana, “que gozaba del privilegio de ser con el de Lima y el de Los Ángeles, uno de los mejores de América en su género.”
Alejo anotaba: “El teatro chino es ininteligible para quien desconoce su simbólica admirable…Pero cuando se sabe del sentido de ciertos objetos dotados de historia, todo se hace claro y poético…”
Lo mismo pensaba Dulce María Loynaz , que un día en su palacete de El Vedado le dijo a Miguel Barnet: “Cuando vaya a Pekín y tenga contacto directo con ese país va a comprender mejor muchas claves de la gran cultura china.” El autor de Biografía de un cimarrón visitó la Ciudad Prohibida, la Muralla y mil sitios más. Y al regresar a La Habana escribió Poemas chinos…
…“Las uñas de la emperatriz eran terriblemente largas/La emperatriz poesía un jardín de piedras preciosas y grullas amaestradas…”
Entrada del callejón de Zanja. Barrio chino de La Habana. Con un grupo de amigos, entre ellos Lin Chang, músico y locutor de la radio cubana, descendiente de familia de origen chino asentada en Manzanillo, en el oriente de la Isla.
Miguel Barnet barrio Carpentier Chang Cheng sociedades chinas chinos cine comida Cuba emperatriz grullas habana Loynaz Pekín platos Tang teatro, Águila deÓro
sábado, 18 de junio de 2011
EL HOMBRE QUE YO AMO.
Dos estrellas del viejo Hollywood regresaron esta noche en una conversación por teléfono que mantuve con un amigo: Ida Lupino y Ann Sheridan. Ambos las recordábamos de Cine del Hogar y de otros espacios de la televisión que veíamos en la infancia y la adolescencia. Desde entonces nunca más he vuelto a disfrutar de películas protagonizadas por estas artistas. Ann Sheridan murió en 1965. Ida Lupino en 1995. De la última mencionamos la película El hombre que yo amo, con la banda sonora de Max Steiner. Tal vez este compositor musicalizó el ochenta por ciento de todos los filmes que yo veía por televisión. Estaba en tantos créditos que se hizo familiar. En la cinta, Ida Lupino interpreta con una sensualidad impactante The Man I Love, de Gershwin.
Y de Ann Sheridan citamos Abismo de pasión (Kings Row) . Olvidé casi todo.
Ellas - junto a Bette Davis y Joan Crawford- integraron en Cuba durante una época el cuarteto de actrices norteamericanas con más apariciones sucesivas en la pequeña pantalla.
La antigua familiaridad cubre hoy apenas unos minutos de conversación telefónica.
Dicen que mientras trabajaba en la Paramount, Ann Sheridan fue doble de partes del cuerpo, como las manos, las piernas o los hombros.
El Florida, en la Calzada de 10 de Octubre,en La Habana,también en la lista de cines en extinción.
Cine Ida Lupino Ann Sheridan cinta Gershwin conversación películas actrices canción
miércoles, 2 de marzo de 2011
JANE RUSELL, FUERA DE LA LEY.
Sensual, tórrida y despampanante son tres de los adjetivos utilizados por estos días en internet para recordar la carrera de otra antigua 'sex symbol' de Hollywood que se va: Jane Rusell (21 de junio de 1921-28 de febrero de 2011). Fue contratada por Howard Hughes para actuar en The Outlaw (El forajido o Fuera de la ley) de 1943, película que durante varios años sufrió el rigor de la censura. Se dice que su única cinta notable fue "Gentlemen Prefer Blondes" (Los caballeros las prefieren rubias), junto a Marilyn Monroe, un musical de 1953. Con sesenta años, y cuando su trayectoria en el cine estaba en declive, protagonizó un anuncio en televisión sobre una marca de sujetadores.
Jane Rusell cine sex symbol Hollywood actriz
lunes, 7 de febrero de 2011
FACHADAS DE CENTRO HABANA.
El magnífico cine teatro Astral fue remozado hace unos años. Ubicado en Infanta, esquina San Martín, Municipio Centro Habana, es sede de múltiples eventos culturales. Últimamente ha presentado espectáculos humorísticos con gran éxito de público.
Fotos de fachadas: Lázaro 06.02.11
Fachadas Centro Habana cine teatro residencia estudiantil escuela nacional de ballet edificio calle Reina Zanja
Suscribirse a:
Entradas (Atom)