Por: Lázaro Sarmiento
Si ahora mismo tuviera una varita mágica que le devolviera su esplendor original a algunas calles de La Habana comenzaría por San Miguel, entre Industria y Amistad. Me interesa la trastienda sociológica de este tramo que funciona como atajo entre unas vías estrechas con fachadas carcomidas y el Paseo del Prado con su aire cosmopolita y edificios magníficos. Y del conjunto, hoy me atrae ese anuncio “luchando” frente a la erosión del tiempo: H. Rex. Ya nadie recuerda en qué momento los cuartos del hospedaje se convirtieron en viviendas familiares. La varita mágica me permitiría llenar este tramo de San Miguel de pequeños hoteles, sin pretensiones exageradas, con un confort mínimo. Las habitaciones la alquilaría por cuatro o cinco horas la gente que en las grandes ciudades necesita acostarse con urgencia, o hacerse invisible en la multitud. Mientras guardo la cámara imagino que en el lugar donde estaba el cartel H. Rex, los restauradores han colocado el siguiente epigrama de la vida rosa del poeta Luis Yuseff:
Imagen derecha: Foto de Nan Goldin (Washington, 1953)
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Lázaro, adoré tu varita mágica y tu magistral enlace con estos versos de Yuseff en alusión a los cuartos de alquiler de antaño (los sigue habiendo, pero de forma más subrepticia...). Si me la prestas, para paso a paso ir restaurando totalmente esa Habana magnífica y colosal que es como una visión evanescente flotando perennemente en el horizonte de mis afectos y de mis recuerdos. No hay ciudad más bella y entrañable que La Habana. Y esto, cuando haz sido abrazado ya por Buenos Aires, Ciudad de México, París, Nueva York, Madrid y Roma... Son más grandes y tienen más; pero no hay comparación. Abrazos. Hoy evocaste y me hiciste evocar.
ResponderEliminaryo estoy pasando mi experiencia en un hotel en buenos aires, espero poder conocer la habana algún dia
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