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domingo, 13 de diciembre de 2009

GRETA GARBO, LAS DIOSAS TAMBIEN CRUZAN LA CALLE.

Por: Lázaro Sarmiento

Es difícil imaginar que esta figura que cruza una calle en la zona este de Nueva York un día de 1955 sea Greta Garbo. Parece un personaje fantasmal de los bosques nórdicos llevando un secreto de una acera a la otra. Nada de glamour sobre el asfalto. Y nada sugiere que detrás de esa silueta, dibujada por una capa, un bolso y unos zapatos anticuados, se esconda uno de los símbolos supremos del cine. Y sin embargo, es ella. La foto pertenece a los archivos de la revista Life, abiertos a internet desde 2008.

En una serie de retratos publicados bajo el titulo de Señoras y señores, Juan Marsé escribió que Greta Garbo “se anticipó a su tiempo por una estricta cuestión de ritmo corporal: se movía, miraba, andaba o se estaba quieta, con un sentido del tiempo y del espacio distinto por completo del que tenían sus contemporáneos”.

El novelista español comentaba que el misterio de Greta Garbo “no consistió en otra cosa que en la alteración de un ritmo, en la imposición de un compás distinto. Viendo cualquier película suya de la primera época, la ruptura que imponía su presencia, estática o moviéndose, la distinguía”.

Ese efecto Greta Garbo lo disfruté hace veinte años en la sala Ideal, entonces funcionando (tenía una programación que se anunciaba de cultura cinematográfica). El Ideal, un antiguo cine de barrio con 450 butacas, está en las calles Acosta y Compostela, en el Centro Histórico de La Habana. El filme exhibido era una copia restaurada de La leyenda de Gösta Berling, de la etapa del cine mudo.

Una foto puede convertir a una leyenda en una mortal transeúnte de Nueva York. Las diosas también cruzan las calles.















La actriz Greta Garbo nació Estocolmo, Suecia, 18 de septiembre de 1905 y murió en Nueva York, en Estados Unidos, el 15 de abril de 1990.
Sobre la foto de arriba: "Reclusive film star Greta Garbo clad in knit cap, long dark coat & clunky high-topped shoes, clutching a large handbag to her chest as she walks across intersection in front of several taxis waiting for the light on an East Side Street. Location: New York, NY, US . Photographer: Lisa Larsen taGarbo en la calle. "Archivos de la revista Life.
Sobre el texto citado: Marsé, Juan. Señoras y señores. Retratos con retoques (1974-1984). Plaza Janés. Barcelona, 1998.



TEXTOS RELACIONADOS:
LA DIOSA DEL CINE Y SU AMANTE MERCEDES
EL MEMORANDUM CUBANO DE GRETA GARBO

viernes, 20 de noviembre de 2009

ILUSIONES, PAPELES Y DESEOS, VEINTE AÑOS ATRÁS.


Una historia de ilusiones perdidas, desesperadas ambiciones y honestos deseos...Así promocionaban el filme Papeles secundarios hace veinte años en la revista Bohemia (3 de noviembre de 1989), a unas semanas del XI Festival del Nuevo Cine Latinoamericano. El mismo número de la publicación se refería al VI Festival Caracol de la Asociación de Cine, Radio y TV de la UNEAC, donde el Programa de Ramón (Radio Ciudad de La Habana, entonces la emisora joven de la capital) se había convertido en el centro de las discusiones durante el evento teórico sobre “el abordaje de la realidad en los medios”. Bohemia también se hacía eco de la ponencia para el Caracol de Joaquín Cuartas (el patriarca de la radionovela en Cuba en las últimas décadas) en la cual afirmaba: "Escribir es un arte difícil. Ser honesto escribiendo lo es más”.

En la imagen de Bohemia, el elenco del Programa de Ramón, encabezado por su director Fernández Larrea, en los jardines del Hotel Nacional de La Habana, octubre de 1989.

domingo, 1 de noviembre de 2009

NOSTALGIA DE LAS CIGUEÑAS RUSAS.


Por: Lázaro Sarmiento

Tengo dos amigos que sienten nostalgia de la época en que las películas rusas (antes soviéticas) eran frecuentes en las salas de la Isla. Ellos descubrieron esta filmografía durante una jornada de cine de la antigua URSS organizada en Cuba en los primeros tiempos de la Revolución. Fueron dos semanas de proyecciones en el teatro Estrada Palma (hoy García Lorca) de La Habana en febrero de 1960. Allí vieron por primera vez El acorazado Potiomkin, Chapayev y Cuando vuelan las cigüeñas.

En las décadas siguientes hasta el derrumbe de la Unión Soviética, los espectadores cubanos nos relacionamos estrechamente con una cinematografía de un aliento artístico diferente y de indiscutibles valores humanistas. Con el tiempo necesitó renovarse, traspasar los límites y adaptarse a un mundo que cambiaba a una velocidad de montaña rusa. Su historia fue condensada y bien contada por la ucraniana Zoia Barash en el libro El cine soviético del principio al fin (Ediciones ICAIC, 2008). Zoia trabaja en nuestro país desde el año 1963 y en la Cinemateca de Cuba llegó a ser especialista de cine de los países socialistas europeos.

Por los días en que mis amigos acudían a las funciones del Estrada Palma, el escritor Guillermo Cabrera Infante, el Caín de las críticas cinematográficas, publicó en el periódico Revolución:


“Resulta curioso anotar que el cine a observar con atención en los próximos en los próximos cinco años sea el cine soviético. Como la Nueva Ola francesa en sus comienzos de hace tres años (Vadim: Y Dios creó la mujer) los indicios son apenas trazos: la muerte de un personaje resuelta por un piano, una tormenta y un sauce llorón; la violación de una muchacha en medio de un bombardeo fulgurante; un amante muerto por su amante entre el estruendo de las olas: Shakespeare, Dostoievski y Cía. Por supuesto que serán dos cines esencialmente diferentes, pero como los jóvenes directores franceses, los jóvenes directores rusos representan el único fenómeno naciente del cine actual.” (13 de marzo de 1960)

Casi cincuenta años después, en la última decena de octubre, se presentó en la sala Chaplin del Vedado una Semana de cine ruso, luego de una larga ausencia en las carteleras de aquí. Me encontré con mis amigos a la salida de la proyección de Somos del futuro, obra realizada en el 2008. Comentamos sobre las condiciones en las que deben trabajar ahora los directores en Rusia y las señales de recuperación de su industria fílmica (unas 100 producciones al año).

Cité al actor ruso Boris Galkin, de visita entre nosotros, quien lamentaba que en Rusia en la actualidad el 75 por ciento de los filmes exhibidos en las salas de cine corresponde a películas norteamericanas. Él dijo a la prensa que “ninguno de los títulos de la muestra clasificaba como filmes comerciales al estilo de Hollywood.”

Mis interlocutores recordaron la belleza conmovedora de Tatiana Samoilova medio siglo atrás, sus ojos orientales, y su llanto en silencio al reconocer que el novio había muerto. Las nueve películas rusas proyectadas en La Habana no disminuyeron la nostalgia que mis amigos sienten por Cuando vuelan las cigüeñas.

Luego, regresaron a su casa a enfrentarse en televisión a los autos, la sangre y el erotismo distorsionado de la Película del Sábado.

Arriba: Fotograma de la cinta Cuando vuelas las cigüeñas. (Letiat Zhuravli) Dirección:Mikheil Kalatozov. Reparto:Tatiana Samoilova, Alexei Batalov.Año:1957.Abajo: Estreno de Cleopatra en Hollywood., 1963 Foto de Barry Feinstein .


lunes, 12 de octubre de 2009

CINE Y LITERATURA: RODOLFO VALENTINO


Por: Lázaro Sarmiento


Acabo de ver en el cine Infanta el filme Valentino, de 1977, dirigido por Kurt Russell y protagonizado por Rudolf Nureyev, Michelle Phillips y Leslie Caron.Sentí la motivación de buscar la imagen que de este artista dibuja el escritor mexicano Paco Ignacio Taibo I, en las páginas de ficción Siempre Dolores, una novela sobre el Hollywood del cine mudo. Por cierto, en La Habana hubo un cine denominado Valentino, que estaba en la esquina de Tejas.



“Conocí a Rodolfo Valentino bailando el tango con un absoluto desprecio por cuantos le contemplaban, y vi en su dormitorio dos días después de su muerte un escandaloso casco de metal blanco, con una toma de contacto que le hacía llegar corriente eléctrica; un artefacto ridículo concebido por un supuesto instituto llamado Merke para que creciera el pelo en treinta días. Lo vi orgulloso aplastando al bailar todo espíritu de competencia, y supe de ese hombre acongojado que lloraba cuando le caían algunos pelos al ducharse”.



El personaje que cuenta la vida de Dolores del Río en las páginas de Siempre Dolores ofrece una personal visión de la histeria colectiva que desencadenó la muerte de Valentino en Nueva York el 23 de agosto de 1926:

“Hollywood ha mentido a millones de gentes, asegurándoles que dentro de cada ser humano hay una posibilidad de llegar a estrella; la tentación aún es más grande que la de ocupar el sillón principal de la Casa Blanca, ya que proponer el estrellato es tanto como proponer el cielo, y en Estados Unidos sólo hay un cielo que remueve de inmediato todo sacrificio llevado a cabo; y ese cielo rutilante es Hollywood.”


“La muerte de Valentino, un inmigrane inculto, pobre, asustado por su propio destino, abre un hueco que va a ser cubierto por otro aspirante al cielo cinematográfico”.


“Miles de gentes llorando ante las cámaras que filman los más sórdidos detalles .Cientos de gentes que caen desmayadas, en actitudes heroicas y estéticas, y quedan sobre la calle en un patético gesto de absoluta inmovilidad. Decenas de muchachas que anuncian su suicidio y se dejan retratar con los ojos llorosos y el pelo revuelto. Goldwyn, Zukor, el taimado Jesse Laski, no podían relacionar esta pasión ante la muerte de Rodolfo Valentino con el escaso interés que sus últimos films habían despertado”.


martes, 6 de octubre de 2009

BETTE DAVIS LO HIZO DE UN MODO DURO.


Por: Lázaro Sarmiento

Los antiguos recortes de periódico que he estado revisando por estos días, almacenados en contenedores plásticos multiuso, reeditaron la noticia de la muerte de Bette Davis, veinte años despúes.

En Radio Ciudad de La Habana, donde Los ojos de Bette Davis, en la voz de Kim Carnes, había sido una de las canciones favoritas, las referencias a la veterana actriz flotaban con frecuencia en el aire de la capital desde programas como Musicalísimo, Espacio abierto, Un domingo a los once, Banda Sonora de la Mañana, Hoy, Radio F y Palabras contra el olvido.

En esa época yo acumulaba en files y cajas de cartón la papelería sobre los temas que me interesaban, artesanía que ha pasado ahora a voraces archivos digitales, alimentados por internet. Algunos de los recortes, y también guiones radiofónicos de aquellos años, han sobrevivido a las operaciones de extermino desatadas por la necesidad de ganar espacio. Así, envuelta en el humo de un cigarro, la mirada licuada en un vaso de whisky, siempre he tenido a Bette Davis en una versión de papel. En su tumba real figura este epitafio: Ella lo hizo de un modo duro.
ENTRADAS RELACIONADAS:
CINE, SEXO Y CIGARRILLOS
LA FARANDULA PASA: Los 100 años de Bette Davis.





jueves, 27 de agosto de 2009

CINES DE BARRIO: ATLÁNTIDAS QUE NO REGRESARÁN.

“Cines de todo tipo, situados en cualquier clase de esquina. ¿No íbamos a amarlos? Cines humildes, con la copias de las películas destrozadas, cines baqueteados, decididamente pobretones, pero también cines dotados de una vulgar ostentosidad, cuando presumían ser de ‘reestreno preferente’. Cines, en fin, que sucumbieron a los abusos del Tiempo, a los ímpetus de las décadas; locales que fueron desapareciendo de una geografía urbana que también cambió, dramáticamente, inexorablemente, convirtiéndonos a nosotros en esclavos del cambio que no cesa.


“El ensueño cambió el signo. La memoria, esa ramera, otorga al pasado una belleza que me conmueve y, así, los tristes cines de barrio me parecen emporios de una suntuosidad jamás superada.

“¡Atlántidas que no regresarán! ¡”


(Tomado de El Peso de la Paja. Memorias. El cine de los sábados, de Terenci Moix (Círculo de Lectores, Barcelona, 1991)


Cine Ritz, en Rodríguez y Fábrica. Luyanó. La Habana. (cerrado hace años)



Cine Luyanó, en la calzada de Luyanó.La Habana (cerrado, ahora es una academia de judo).


martes, 25 de agosto de 2009

PUBLICO AUTORIZADO A DESTRUIR CINE DESPUES DE FUNCION.


¡ Acción en la platea ¡

Por: Lázaro Sarmiento

Los espectadores de un cine de La Habana fueron autorizados por el dueño de la sala a destruir los asientos de la platea con sus propias manos una vez concluida la función. El cine se llamaba Renacimiento y estaba situado en la esquina de 15 y 14, en el barrio de El Vedado. Luego el local se transformó en el cine Ámbar. El incidente ocurrió en la década del cincuenta y forma parte de las memorias del crítico y director Enrique Colina, recogidas en el libro La Habana que va conmigo (Letras Cubanas, 2002), selección de Mario Coyula:

“En ese cine Renacimiento las butacas eran de madera mala, la pantalla era desastrosa, allí se ponían nada más que películas mexicanas. Este cine entra en bancarrota a principios del cincuenta. El propietario se arruina. El día que da la última función, el dueño anuncia que el cine va a ser remodelado y que todo el que estuviera allí, cuando se terminara la película, tendría derecho a destruir su butaca y todo lo demás que pudiera romper. Cuando se acabó la función ¡tembló Roma¡ porque acabaron, no hubo necesidad de tumbar el cine, la gente prácticamente lo tumbó, imagínense el gusto de la gente de poder romper cosas. Así surge el cine Ámbar, que tenía un aire acondicionado extraordinario”.

Los habaneros que disfrutaron de aquella función en la vieja sala Renacimiento constituyeron un público privilegiado. Nunca en el mundo los espectadores pueden, como en una película loca, destruir un cine después que en la pantalla aparece el letrero: THE END.




domingo, 9 de agosto de 2009

LA HABANA, EL RESPLANDOR DE LOS CUERPOS.


Por: Lázaro Sarmiento


Hoy abrí una de mis viejas libretas de apuntes. Lo primero que encuentro es es una cita de Marguerite Yourcenar: “Un corazón es tal vez algo sucio. Pertenece a las tablas de anatomía y al mostrador del carnicero. Yo prefiero tu cuerpo.” Estas palabras son del libro Fuegos que la escritora belga publicó en 1936.

Por el camino de las asociaciones, la Yourcenar me lleva a un texto de Abilio Estévez titulado La Habana son los cuerpos (Arquitectura cubana. Metamorfosis, pensamiento y crítica. Selección de textos, Artecubano. Ediciones 2002) . La visión de Estévez contribuye a que disfrute mejor el estado de ánimo con el que llego a El Vedado luego de atravesar la Habana profunda desde la calle Obispo. Durante el recorrido me he sentido tocado por una ola de cuerpos como consignas, capaces de “iluminarte de inmenso” con una electricidad natural y lúdica, no obstante el sudor, el calor y la voracidad del mediodía.

“…Semidesnudos y espléndidos. A cualquier hora y en cualquier lugar. En parques y plazas, en iglesias y estadios, en cuarterías y hospitales, en bosques y páramos, y por supuesto en las playas…Siempre, me ha parecido que sí, que es cierto, que todo se destruye, porque ya sabemos (desde Valery o desde siempre) que nosotros, las civilizaciones, somos mortales, pero vamos descubriendo que son los cuerpos, en verdad, los únicos que permanecen”.

“No importa que el cine Principal (el cine en el que mi padre pudo descubrir que Umberto D era una obra maestra) se halle ahora semiderruido, puesto que constato que ese antiguo cine (ahora es un almacén) está rodeado de mujeres y hombres de una belleza que (puedo jurarlo) dan ganas de llorar.”

Y luego de reflexiones minimalistas que condensan numerosas imágenes , Abilio concluye “…Que me perdonen arqueólogos, historiadores, arquitectos, pero lo mejor de La Habana son los cuerpos (los cuerpos humanos, quiero decir).”

Ahora regreso a la admirada Marguerite Yourcenar: Siempre buscaré la oportunidad de dejar el corazón en las tablas de anatomía...


Barrio de Centro Habana. El edificio que sobresale es el Hospital Hermanos Ameijeiras.



viernes, 31 de julio de 2009

LUGARES DE LA HABANA: CINE TRIANON.


Por: Lázaro Sarmiento

El cine Trianón, en la avenida Línea en El Vedado, se inauguró en 1920. Fue diseñado por Joaquín Weiss (1894- 1968). El inmueble conserva su fachada original cuyo lenguaje arquitectónico es muy parecido al que mostraban los teatros de la época. En el Anuario Cinematográfico de 1958 aparece registrado con Mil 100 butacas. Durante décadas integró uno de los principales circuitos de estreno. Desde hace algún tiempo acoge al exitoso grupo teatral El Público, dirigido por Carlos Díaz.

Por cierto, en 1920, mientras el Trianón ofrecía sus primeras funciones, el entonces camarógrafo Ramón Peón sobrevoló La Habana junto a un aviador llamado Kelly y filmó imágenes de la ciudad. Algunos historiadores consideran que tal vez sean las primeras vistas aéreas de la capital cubana. El avión se cayó sin que ninguno de los ocupantes sufriera daños.



En la actualidad el local esta siendo sometido a labores de reparación y mantenimiento.


jueves, 18 de junio de 2009

PARA SER MONSTRUO HAY QUE TRABAJAR FUERTE.


Por: Lázaro Sarmiento

La única vez que entré en el cine Capitolio fue para ver La novia de Frankenstein. Los cines carcomidos como esa pequeña sala que estaba en el Paseo del Prado de La Habana constituyen magníficos escenarios para disfrutar de los viejos monstruos de la pantalla, que tanto influyeron en nuestras relaciones como espectadores con el miedo y el entretenimiento.

Hacía ya bastante tiempo que había muerto Boris Karloff (1887 – 1969), el intérprete de Frankenstein, cuando me agarró esta producción de 1935 que algunos críticos califican de valiosa pero sobrevalorada cinta de los estudios Universal.

Recordé ahora a Frankenstein en el Capitolio porque estoy leyendo un libro “que no tiene desperdicios”: Monstruos sagrados (Nuer Ediciones, 1998), de Doung Bradley. Sus páginas se refieren a grandes actores y sus caracterizaciones en la historia del cine de terror. La obra describe un fascinante y a la vez extenuarte mundo de maquillaje, látex, agujas de metal, pegamento y artilugios mediante los cuales un simple mortal se convierte en un ser monstruoso.

Por ejemplo, en La novia de Frankenstein, Boris Karloff llegó a trabajar quince horas diarias, sin contar el tiempo del viaje entre su casa y los estudios.


4:30. Despertar
5:20. Viaje hacia los estudios (unos 23 kilómetros)
6:00. Un esteticista prepara su piel, mientras toma un desayuno ligero.
7.00-12.00 Maquillaje.
12:30. Se sujetan los accesorios de piernas y cuerpo y se pone las botas lastradas.
13:30. Comida.
14:00-19.00.En el rodaje siempre se hacía un descanso para el té a las cuatro en punto, probablemente a causa del número de ingleses presentes.
19:00-20.00. Se retira el maquillaje.
20:00. Ducha fría, cena ligera y una taza de té, y un masaje para ayudar a volver ala restringida circulación de sus piernas.
20:30. Conduce de regreso a casa.
21:30. En la cama, se estudia la escena del día siguiente.


Este era el horario de un día cualquiera en el rodaje de La novia de Frankenstein. Y ya era una jornada más flexible comparada con filmaciones anteriores.

Esta mañana me entero por NOTICINE.com (citando a su vez Hollywood Reporter) que la Universal y la productora Imagine negocian con Neil Burger (El ilusionista) para que escriba (junto a su colaborador Dirk Wittenborn) y dirija un "remake" de La novia de Frankenstein.


Los monstruos siempre regresan.


Detrás de estas columnas estaba el cine Capitolio, en el Paseo del Prado de La Habana , frente al Capitolio Nacional.

Entradas relacionadas en el blog:

viernes, 29 de mayo de 2009

MARY PICKFORD, SIEMPRE EN DOMINGIO.


Por: Lázaro Sarmiento

Hubo una época en la que Mary Pickford se mencionada casi todas las semanas en la Televisión Cubana, incluso varios años después de su muerte. En uno de sus momentos más glamorosos, esta actriz había visitado La Habana. Y un exquisito coctel criollo lleva su nombre. Pero estas no eran las razones de la popularidad de la estrella en la Isla. Mi generación conoció a Mary Pickford gracias a las películas de pocos rollos de los tiempos heroicos del cine que pasaba el programa La Comedia Silente, con la voz inolvidable de Armando Calderón, los domingos por la la mañana.

En esas comedias Mary Pickford aparecía con su figura meliflua, sus “ricitos de oro”, sus pamelas y vestidos de cretona. Para la historia del cine, era una leyenda forjada desde un mundo de sombras.

El novelista Alejo Carpentier en una crónica publicada en 1952, año en el que se rumoró sobre el regreso de la actriz a la pantalla –como había sucedido con Gloria Swanson en Sunset Boulevard- , escribió:

“Mary Pickford fue la eterna ingenua. Tan diminuta que podía permitirse el lujo de interpretare el personaje del Pequeño Lord de Fautleroy, era realmente encantadora en papeles de provincianas extraviadas en Nueva York, de muchachas de arrabal que atraviesan todos los infiernos sin mancillarse de tiernas heroínas de novelas cuyo desenlace premiaba invariablemente la virtud y escarnecía el vicio.”

En los años en que la Televisión Cubana transmitía La Tanda del Domingo, ya Mary Pickford vivía retirada desde hacia décadas en una mansión de Santa Mónica con su marido e hijos adoptivos. Dicen que con estos últimos nunca simpatizó. En un mundo de sonoridades apabullantes, ella había vuelto al silencio, una cualidad de las películas que la convirtieron en la gran dama de un universo mitológico. Murió el martes 29 de mayo de 1979. Tenía 87 años.


Dos días antes, estoy casi seguro, su rostro cándido había asomado en los rollos de aquella Comedia del domingo, en una época en la que ya ningún cine del mundo proyectaba sus viejos filmes.


En la foto de la derecha : Mary Pickford con Charles Chaplin y Douglas Fairbanks. Con ellos y David W. Griffith, la actriz fundó en 1919 la compañía United Artists. En 1920 Mary y Douglas Fairbanks contrajeron matrimonio. La relación duró hasta 1936. Un año después, Pickford se casó con Charles "Buddy" Rogers, otro actor con el que logró la estabilidad sentimental.

El rostro de Mary Pickford aparece, junto al de muchas otras figuras famosas , en la portada del mítico disco Sgt. Pepper’s lonely Hearts Club Band. Esta producción de Los Beatles se lanzó al mercado en 1967.


miércoles, 27 de mayo de 2009

PROTESTAS CONTRA CINES DE MEDIANOCHE


El periódico El Mundo publica un comentario sobre las cartas enviadas al alcalde de La Habana, Varona Suárez, en las que se solicita se sitúe un inspector en el cine Campoamor. Los autores de las misivas alegan que en este local “se vulnera los principios de la moral pública” aprovechando la densa oscuridad durante las funciones cinematográficas, lo cual ofende a las familias respetables que acuden a dicha funciones. (23 de Febrero de 1917)

La información anterior está incluida el libro La tienda negra. El cine en Cuba (1897-1990), de María Eulalia Douglas (Cinemateca de Cuba, La Habana, 1996). El cine Campoamor mencionado en las cartas al alcalde habanero no es el que está ubicado en la actualidad en la esquina de Industria y San José (ahora casi en ruinas), sino otro que existió frente al Parque Central, inaugurado en 1915 y demolido en 1925.

Veintiocho años después de las quejas sobre el Campoamor se formula una petición parecida en la prensa habanera de la época :

Algunas entidades y personas solicitan del alcalde de La Habana se suspendan las tandas de las doce de la noche en los cines, alegando que en tales funciones se producen actos atentatorios a la moral, por el tipo de público asistente. La solicitud no es aceptada. (Mayo de 1945)


domingo, 17 de mayo de 2009

CINE LA RAMPA DE LA HABANA.


Por: Lázaro Sarmiento

El cine de Ensayo La Rampa forma parte casi a diario de mis rutas visuales pues vivo a unos cien metros de esta instalación de la calle 23 en el Vedado. Hoy observé que están cambiando las planchas de mármol que cubren una parte de su fachada. Se trata de un necesario retoque de maquillaje en la sala inaugurada en enero de 1955 con el propósito de exhibir filmes de reconocidos valores artísticos.

La Rampa fue uno de los primeros cines en pasar al control del Gobierno Revolucionario. El 11 de noviembre de 1959 la Compañía Operadora de Espectáculos La Rampa S.A. y su moderno cine fueron intervenidos por la Resolución 1104 del Ministerio de Recuperación de Bienes Malversados.

La Compañía que controlaba La Rampa era propiedad de Francisco G. Cajigas García del Prado, Luis Humberto Vidaña Guasch, José Miguel Arado de la Cruz y Buenaventura F. Dellundé Puyáns. Todos tenían empresas que iban desde arroceras y fincas ganaderas hasta valiosas minas de manganeso y hierro. En muchos casos, esos negocios prosperaron gracias a relaciones políticas y a turbios manejos con Fulgencio Batista.

Para embarcar sus minerales por Oriente, Francisco Cajigas se valía de influencias con autoridades gubernamentales, entre ellas el Gral. Alberto Río Chaviano a quien pagaba $5 0000 mensuales. Y Cajigas contribuyó a la campaña presidencial de Batista con $100 000 en efectivo. Esta suma se la entregó personalmente al militar en el campamento de Columbia (Ver: Los Propietarios de Cuba 1958, de Guillermo Jiménez.)

Otro de los dueños del cine La Rampa, Buenaventura Dellundé Puyáns, era político y propietario del Bufete Dellundé que tenía sus oficinas en el Edificio Bacardí. Fue representante a la Cámara de 1948 a 1952.

En el cine La Rampa se estrenó el 30 de diciembre de 1960 Historias de la Revolución, de Tomás Gutiérrez Alea, el primer largometraje de ficción realizado por el Instituto Cubano del Arte y la Industria Cinematográficos, ICAIC, fundado en marzo de 1959.

La Rampa: 900 butacas.


martes, 5 de mayo de 2009

LA PRIMERA DE LAS DIVAS

Por: Lázaro Sarmiento

Unos hilos invisibles sostenían los párpados envejecidos de Francesca Bertini para que sus ojos se mantuvieran abiertos ante la mirada pública y el bombardeo de las cámaras, arropada en una lluvia de luces. Esto pensé al descubrirla tardíamente en un reportaje en la prensa en octubre de 1981.

Miguel Barnet me había traído de Madrid un ejemplar de El País que, en la sección de Artes, incluía dos fotos de la legendaria actriz italiana. La primera era de archivo y pertenecía al melodrama operístico Asunta Spina (1914). Esta es la única película de la artista que se conserva de su etapa silente.

La otra imagen mostraba a la Bertini a los 90 años acompañada por el actor Fabio Testi. El Festival de Cine de San Sebastián homenajeaba por esos días a la antigua reina de las divas y ella acudía a todos los actos oficiales del brazo de Testi, como escoltada por un gigoló de lujo.

Entonces no existía Internet, el mundo no estaba globalizado como en el presente y un simple recorte de periódico constituía un valioso regalo para quienes la información representa mucho más que acumular datos: es morbo y placer.

Hasta ese momento, Francesca Bertini había sido para mí solo un nombre en las enciclopedias de cine. Los textos decían que en sus películas" sobresalía la frescura de una niña en su rostro de mujer, con perfil sensual de camafeo”. Luego estaba “la belleza de sus ojos, bordeados de negro por un maquillaje que los volvía más misteriosos”.

En la fotografía de 1981, con el mismo gesto de las estrellas de todas las épocas, Francesca saludaba con una mano al auditorio o, quizás, le hacía un postrero guiño a la eternidad porque las personalidades como ella son conscientes de su propia simbología.

Los ojos que "embrujaron" a los hombres de las primeras generaciones del cine, ahora imitaban un jeroglífico chino, dibujado con finas líneas. En algún momento, la anciana debió acordarse de su antiguo poderío y fue entonces cuando sus ojos brillaron como los de una fiera: “Yo fui la primera diva, y era sólo una actriz que había creado un tipo de mujer. Yo inventé el neorrealismo… Pero lo hice toda sola: yo creé a Francesca Bertini”.

Afirmó que tenía el secreto de la juventud pero que no se lo diría a nadie y que regresaría a San Sebastián dentro de diez años. Murió antes, en 1985. Nunca he olvidado los hilos invisibles que sostenían sus párpados .




Entradas relacionadas:

La reina de los cines de La Habana

FRANCESCA BERTINI EN UN RECORTE DE PERIODICO

CINEMATOGRÁFICAS (EL MUNDO ANTIGUO)



“No a ustedes, delgadas revistas y oscuras publicaciones
con sus estudiosas incursiones en la pomposidad de las hormigas.
no a ti, teatro experimental en el que la realización Emotiva
se une al Conocimiento Poético para siempre, no a ti
orgullosa Gran Opera, obvia como una oreja (aunque estás
cerca de mi corazón), sino a ti, Industria del Cine,
¡es a ti a quien amo¡


(Frank O’Hara, del poema A la industria cinematográfica en crisis)




“Yo soy grande- dice la Desmond-, son las películas quienes se han empequeñecido”.
(Gloria Swanson en El ocaso de una vida)



“Se exhibe a la artista como si fuera una res”.
(Mirta Aguirre en una crítica cinematográfica refiriéndose a María Félix en el filme La diosa arrodillada)


¡Giren, cintas de celuloide, como gira el universo ¡




“Pero en el cine, sentado en la oscuridad, con las imágenes yendo y viniendo, es como si una lluvia de meteoritos le cayera encima a uno”.
(Henry Miller)



Abajo: Imagen actual del Cine Riviera, Calle 23 del Vedado. Reúne algunas de las características de las salas cinematográficas de los años 50 del siglo veinte.
ecoestadistica.com