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jueves, 18 de junio de 2009

PARA SER MONSTRUO HAY QUE TRABAJAR FUERTE.


Por: Lázaro Sarmiento

La única vez que entré en el cine Capitolio fue para ver La novia de Frankenstein. Los cines carcomidos como esa pequeña sala que estaba en el Paseo del Prado de La Habana constituyen magníficos escenarios para disfrutar de los viejos monstruos de la pantalla, que tanto influyeron en nuestras relaciones como espectadores con el miedo y el entretenimiento.

Hacía ya bastante tiempo que había muerto Boris Karloff (1887 – 1969), el intérprete de Frankenstein, cuando me agarró esta producción de 1935 que algunos críticos califican de valiosa pero sobrevalorada cinta de los estudios Universal.

Recordé ahora a Frankenstein en el Capitolio porque estoy leyendo un libro “que no tiene desperdicios”: Monstruos sagrados (Nuer Ediciones, 1998), de Doung Bradley. Sus páginas se refieren a grandes actores y sus caracterizaciones en la historia del cine de terror. La obra describe un fascinante y a la vez extenuarte mundo de maquillaje, látex, agujas de metal, pegamento y artilugios mediante los cuales un simple mortal se convierte en un ser monstruoso.

Por ejemplo, en La novia de Frankenstein, Boris Karloff llegó a trabajar quince horas diarias, sin contar el tiempo del viaje entre su casa y los estudios.


4:30. Despertar
5:20. Viaje hacia los estudios (unos 23 kilómetros)
6:00. Un esteticista prepara su piel, mientras toma un desayuno ligero.
7.00-12.00 Maquillaje.
12:30. Se sujetan los accesorios de piernas y cuerpo y se pone las botas lastradas.
13:30. Comida.
14:00-19.00.En el rodaje siempre se hacía un descanso para el té a las cuatro en punto, probablemente a causa del número de ingleses presentes.
19:00-20.00. Se retira el maquillaje.
20:00. Ducha fría, cena ligera y una taza de té, y un masaje para ayudar a volver ala restringida circulación de sus piernas.
20:30. Conduce de regreso a casa.
21:30. En la cama, se estudia la escena del día siguiente.


Este era el horario de un día cualquiera en el rodaje de La novia de Frankenstein. Y ya era una jornada más flexible comparada con filmaciones anteriores.

Esta mañana me entero por NOTICINE.com (citando a su vez Hollywood Reporter) que la Universal y la productora Imagine negocian con Neil Burger (El ilusionista) para que escriba (junto a su colaborador Dirk Wittenborn) y dirija un "remake" de La novia de Frankenstein.


Los monstruos siempre regresan.


Detrás de estas columnas estaba el cine Capitolio, en el Paseo del Prado de La Habana , frente al Capitolio Nacional.

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jueves, 14 de mayo de 2009

LOS ENAMORADOS SE TRANSFORMAN EN MONSTRUOS


Por: Lázaro Sarmiento

Deberíamos hacer públicas nuestras experiencias como monstruos. Incluso me gustaría que algunos de los lectores de este blog me enviaran las suyas para publicarlas. Estuve pensando en esta idea después de recordar la tesis del escritor Andrew Sean Greer (Washington, 1970) de que “cualquier enamorado se transforma en un monstruo en algún momento.”

La afirmación la hizo Andrew Sean Greer durante la entrevista que en enero de 2005 le concedió al periodista Gabi Martínez de La Razón, a raíz de la publicación en España de Las confesiones de Max Tivoli (Editorial Destino).

“-¿Qué es un monstruo para ti?

-Una criatura egoísta .Los niños son monstruos, las madres rara vez lo son. Los artistas son monstruos; y los hombres de negocios; también los seductores y los hombres malos. Cualquier enamorado se transforma en un monstruo en algún momento, y estamos dispuestos a manipular o perjudicar -¡al objeto de nuestro amor¡-por mantenerlo. A menudo, King Kong es citado como una gran historia de amor, y estoy de acuerdo.

“Yo quería que el sentimiento de amor y felicidad fuera como un pájaro en el pecho de Max, saltando de rama en rama, nunca posado quieto. Porque nunca somos el mismo, en ningún momento. Los grandes amantes navegan y dudan y se mueven adelante y atrás, varias veces al día, incluso a lo largo del mismo día. Somos criaturas intrincadas, y esto hace todo más difícil. Y, como Alicia, uno debe correr tan rápido como pueda sólo para quedarse en el mismo lugar. "


Yo creo que si tuviéramos el valor o el sentido del humor, o la inteligencia, o el cinismo, de hacer públicas nuestras experiencias como enamorados comprobaríamos cuan común es la monstruosidad. .


Imagen: La ducha eléctrica, óleo sobre tela,
(1999) de Rocío García. Serie: Hombres, machos y marineros.

Imagen de la cabecera: Fotograma del filme El imperio de los sentidos.

miércoles, 15 de octubre de 2008



La veneración de un monstruo.
Por: Lázaro Sarmiento

La madre de todas las películas de monstruos, para mí es la madre de diversas emociones personales.

Fue en una fecha de la década de 1960 cuando descubrí a King Kong frente a la pantalla de un aguerrido televisor Emerson. La memoria de aquella proyección es también la historia de un rapor. Lo mismo me sucedió luego con Los pájaros, Hair, El Jardín de los Finzi Contini, Bella de día y La nave va. Guardo más detalles del entorno en el cual descubrí estas películas y de la reacción emocional subsiguiente que de las historias mismas que contaban.

King Kong se estrenó el 2 de marzo de 1933 en el Radio City Music Hall, de Nueva York .El gorila batiéndose con una flota de aviones desde lo más alto del Empire State Building constituye una de las imágenes banderas del siglo veinte.

La heroína .El monstruo. Escenarios exóticos y remotos. La pelea con el dinosaurio. El peligro. Los nativos de la isla de Cráneo. La aventura .El misterio. Los mundos perdidos. La jungla de asfalto. Poderosos atractivos para un niño que quiere fabricar sus propios villanos y heroínas. Además, King Kong representó para este bloguero el deslumbramiento por el cine en una edad en que la mente es muy vulnerable a los estímulos.

Un monstruo movido por una rudimentaria animación stop motion puede recuperar escenas de un tiempo de mi vida que se parecía a la felicidad. Tal vez lo era.
ecoestadistica.com