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domingo, 4 de septiembre de 2011

LA BELLEZA QUE PASA.

Por: Lázaro Sarmiento




La capacidad para sentirse abrumado por la belleza tiene un vigor asombroso y sobrevive entre las más rigurosas distracciones. Esto escribió Susan Sontag en el ensayo Un argumento sobre la belleza, recogido en su libro póstumo Al mismo tiempo.

Me gusta pensar en el carácter efímero de la belleza de los cuerpos y en su visibilidad acentuada cuando se muestra junto a la imagen contraria: un hombre feo y una mujer hermosa; o un organismo carcomido junto a un tórax y unas extremidades lozanas. Hay muchas otras representaciones.

Uno de los personajes de El nombre de la rosa de Umberto Eco afirma que la belleza del cuerpo solo existe en la piel: “Si los hombres viesen lo que hay debajo de la piel se estremecerían de horror”(… )“Si piensas en lo que se esconde en la nariz, en la garganta y el vientre, sólo encontrarás suciedad.”

Y volviendo a Susan Sontag: “La belleza menos ‘enaltecedora’ del rostro y del cuerpo aún es el sitio más comúnmente visitado de lo bello.”

Pero ¿por qué esta amalgama de citas?

Sucede que hoy me impactó en La Rampa la imagen de una pareja integrada por una mujer impresionante, bellísima según los cánones generalmente idealizados, y un hombre masculinamente muy feo, con algo de simio cortés. Parecían enlazados por una armonía que dejaba fuera todo el escenario que los rodeaba. Tuve la impresión de que ella caminaba junto a él como si lo considerara un lujo, un regalo de la vida. Los dos parecían respirar un perfume fabricado en lugares recónditos de sus cuerpos.

Me incliné en gesto de admiración y respeto.





domingo, 5 de septiembre de 2010

TOCAR LO QUE LA BELLEZA ESCONDE.



Viendo esta radiografía del torax de Marilyn Monroe recordé unos apuntes que guardaba de El nombre de la rosa.

“Porque de tres cosas depende la belleza: en primer lugar, de la integridad o perfección, y por eso consideramos feo lo que está incompleto; luego, de la justa proporción, o sea de la consonancia; por último, de la claridad y la luz, y, en efecto, decimos que son bellas las cosas de colores nítidos”.

“La belleza del cuerpo solo existe en la piel. Si los hombres viesen lo que hay debajo de la piel…”

“Toda esa gracia consiste en mucosidades y en sangre, en humores y en bilis. Si pensases en lo que se esconde en la nariz, en la garganta y en el vientre, sólo encontrarás suciedad. Y si te repugna tocar el moco o el estiércol con la punta del dedo ¿cómo podrías querer estrechar el moco que contiene todo ese excremento? ”

Estas consideraciones pertenecen a uno de los personajes de El nombre de la rosa, la novela histórica que Umberto Eco publicó en 1980. Veinticinco años después este autor dio a conocer La Historia de la belleza y en 2007 La Historia de la Fealdad.

La vedette Rosita Fornés (nacida en 1923), una de las bellezas nacionales en Cuba.


La seductora actriz Norma Shearer (10 de agosto de 1900 Quebec, Canadá - 12 de junio de 1983 California, Estados Unidos) reinó en el cine de los años veinte. Fue víctima del alcoholismo y la depresión durante los últimos años de su vida.

Arriba: Fotografía realizada por Herman Puig (nombre artístico de German Puig Paredes). Este cineasta y famoso fotógrafo de desnudos, nació en Sagua la Grande, Cuba, el 25 de febrero de 1928. Reside en París.

Arriba: Imagen realizada por el célebre fotógrafo Richard Avedon (Nueva York, 15 de mayo de 1923 - San Antonio, Texas, 1 de octubre de 2004).


lunes, 2 de agosto de 2010

OSCURO

Por: Lázaro Sarmiento

Pensé en los amores deseados (no imposibles) y en algunos libros perdidos, mientras una voz desde la estación de radio emitía consejos para parejas en activo. Es sorprendente la lista de imágenes que nos envuelven en la cama de madrugada en medio de un agujero de insomnio. Recordé primero El reposo del guerrero (Christiane Rochefort), que leí mucho antes de las primeras relaciones sexuales. Este libro lo extravié en alguna parte, al igual que Vuelo nocturno, de Saint-Exupéry que prefiero por encima de El Principito y sus recetas universales. Y estaba centrado en un rostro en otra dimensión del tiempo, imaginado más que recordado (igual que yo, tendría hoy otra cara frente a la fosforera encendida) cuando la locutora dijo “usted aprenderá a aceptar los cambios físicos si se concentra en lo que puede darle a su pareja, en lugar de pensar en lo que no puede ofrecerle”. Me levanté a orinar y cuando ya estaba en el baño, ella seguía su terapia radiofónica a las 3 y 15 A.M (el digital de la habitación):

“De más valor a las sensaciones y no tenga miedo a hacer experimentos. Al descubrir más maneras de jugar con el cuerpo, usted conseguirá que las relaciones íntimas sigan siendo frescas y emocionantes”.

Luego presentaron una grabación de Enya.

Esta mañana había olvidado el inventario de imágenes y los juegos de unas horas antes. La radio continuaba prendida y la misma locutora mencionaba ahora una enorme mancha negra en el mar.

¿Con quién habré dormido en una playa de oscuras arenas?


Oscuro 4, obra de Rocio García (Cuba)

domingo, 9 de mayo de 2010

CUERPOS ENCERRADOS EN UNA CAJA CHINA.

Por: Lázaro Sarmiento


En La inmortalidad Milan Kundera escribe: “Con cierta parte de nuestro ser vivimos todos fuera del tiempo. Puede que sólo en circunstancias excepcionales somos conscientes de nuestra edad y que la mayor parte del tiempo carecemos de edad”.

Cuando yo tenía la mitad de los años que tengo ahora, coincidí con dos personas dentro de una suerte de caja china en medio de un juego erótico. Una de ellas era aproximadamente de mi misma edad. La otra, la consideré entonces, casi anciana (en realidad estaba lejos de serlo). Fue esta persona la que me pidió:
- Por favor, retírate porque tú eres joven y tienes un mundo por delante.

Me fui regocijado en mi juventud.

Pero ahora me doy cuenta de que pronto llegará el día en que tendré la edad que tenía la persona que me suplicó le dejara el terreno libre. Y como un vulgar especulador, calculo la porción del mundo que le va quedando por delante a cada parte de mi cuerpo.

El recuerdo en la caja china constituye uno de esos momentos excepcionales en los que soy consciente de mi edad.


viernes, 23 de abril de 2010

HOSPEDAJE PARA ABRAZOS.

Por: Lázaro Sarmiento

Si ahora mismo tuviera una varita mágica que le devolviera su esplendor original a algunas calles de La Habana comenzaría por San Miguel, entre Industria y Amistad. Me interesa la trastienda sociológica de este tramo que funciona como atajo entre unas vías estrechas con fachadas carcomidas y el Paseo del Prado con su aire cosmopolita y edificios magníficos. Y del conjunto, hoy me atrae ese anuncio “luchando” frente a la erosión del tiempo: H. Rex. Ya nadie recuerda en qué momento los cuartos del hospedaje se convirtieron en viviendas familiares. La varita mágica me permitiría llenar este tramo de San Miguel de pequeños hoteles, sin pretensiones exageradas, con un confort mínimo. Las habitaciones la alquilaría por cuatro o cinco horas la gente que en las grandes ciudades necesita acostarse con urgencia, o hacerse invisible en la multitud. Mientras guardo la cámara imagino que en el lugar donde estaba el cartel H. Rex, los restauradores han colocado el siguiente epigrama de la vida rosa del poeta Luis Yuseff:



“Abrazarse a cualquier cuerpo
con la certeza
de que alguna vez
le verás el rostro al ángel. ”


Imagen derecha: Foto de Nan Goldin (Washington, 1953)

martes, 3 de noviembre de 2009

FORMAS DE HACER EL AMOR: ACTIVOS Y PASIVOS.

Por: Lázaro Sarmiento

Otra vez en el blog un tema sobre relaciones sexuales de pareja. Primero: lo de activos y pasivos no tiene nada que ver con el estereotipo sobre uniones homosexuales. Tiene que ver con el disfrute del placer en una pareja independientemente de su identidad sexual.

Se trata de experiencias basadas en las sensaciones y de ejercicios centrados en el acto de tocar y acariciar, una vez como parte activa y otra como pasiva.

Ahora podemos seguir: durante un tiempo los terapeutas sexuales orientaban a sus pacientes que cuando en la cama asumieran el papel activo, trataran de de complacer a su pareja. Y cuando se comportaran como pasivos, comunicaran a la otra persona todo lo que les gustara y todo lo que no les agradara. Así nuestra pareja actuaría pensando en nuestras expectativas. Sin embargo, esta conducta podía generar mucha tensión.

En la actualidad hay terapeutas que han modificado esos puntos de vista. Ellos aconsejan que cuando actuemos como activos, debemos tocar para nuestro propio placer y no preocuparnos por lo que esté pensando o sintiendo nuestra pareja, tampoco debemos hablarle durante la experiencia ni pedirle reciprocidad. Debemos dar por sentado que la acaricia le gusta y si hay algo que le disguste ya nos lo dirá. En pocas palabras: cuando seamos activos la única tarea es concentrarnos en nuestras propias sensaciones.

Cuando nos corresponda ser el elemento pasivo, hay que relajarse y centrar la atención en las sensaciones que percibimos cuando nuestra pareja está tocándonos. De lo que se trata es de absorber las sensaciones como una esponja, con la única excepción de que si la otra persona hace algo que nos duele o moleste debemos comunicárselo.

Los autores de un libro que cada día me gusta más, Sexualidad sagrada (Ediciones Robin Book, S.L), consideran que “dividir las actividades en dos papeles específicos también contribuye a conocer más nuestro propio cuerpo-y el de nuestra pareja- que si practicamos tocando los dos al mismo tiempo”.

Y más adelante afirman: “Este enfoque de papel pasivo/papel activo favorece asimismo una actitud que implica compartir y confianza”.

Tal vez en una reencarnación elija la profesión de terapeuta sexual.


Arriba: “El beso. Bela Lugosi, 1963”. Andy Warhol . Mugrabi Collection Abajo: Greta Garbo en Reina Cristina. Allan Grant .
ENLACES RELACIONADOS:
HAY MUCHAS FORMAS DE HACER EL AMOR

sábado, 29 de agosto de 2009

HOY, SÚBDITO DE LA BELLEZA.

Por: Lázaro Sarmiento

La capacidad para sentirse abrumado por la belleza tiene un vigor asombroso y sobrevive entre las más rigurosas distracciones. Esto escribía Susan Sontag en el ensayo Un argumento sobre la belleza, recogido en su libro póstumo Al mismo tiempo.

Me gusta pensar en el carácter efímero que a veces tiene la belleza (el de los cuerpos) y en su visibilidad acentuada cuando se muestra junto a la imagen contraria: la pareja de un hombre feo y una mujer bella; o un organismo carcomido junto a un tronco y unas extremidades de atleta. Hay muchas otras representaciones.

Uno de los personajes de El nombre de la rosa de Umberto Eco afirma que la belleza del cuerpo solo existe en la piel: “Si los hombres viesen lo que hay debajo de la piel se estremecerían de horror”… “Si piensas en lo que se esconde en la nariz, en la garganta y el vientre, sólo encontrarás suciedad.”

Y volviendo a Susan Sontag: “La belleza menos ‘enaltecedora’ del rostro y del cuerpo aún es el sitio más comúnmente visitado de lo bello.”

Pero ¿por qué esta amalgama de citas sin profundizar en ningún concepto? .

Sucede que hoy me impactó la imagen de una pareja integrada por una mujer impresionante, bellísima según los cánones generalmente idealizados, y un hombre masculinamente feo, con algo de simio cortés. Parecían enlazados por una armonía que dejaba fuera todo el escenario que los rodeaba. Ella daba la impresión de que consideraba un lujo caminar junto a él. Y los dos respiraban una química fabricada en lugares recónditos de sus cuerpos.

Me incliné en gesto de admiración y respeto ante la atracción hormonal que los enlazaba.

domingo, 9 de agosto de 2009

LA HABANA, EL RESPLANDOR DE LOS CUERPOS.


Por: Lázaro Sarmiento


Hoy abrí una de mis viejas libretas de apuntes. Lo primero que encuentro es es una cita de Marguerite Yourcenar: “Un corazón es tal vez algo sucio. Pertenece a las tablas de anatomía y al mostrador del carnicero. Yo prefiero tu cuerpo.” Estas palabras son del libro Fuegos que la escritora belga publicó en 1936.

Por el camino de las asociaciones, la Yourcenar me lleva a un texto de Abilio Estévez titulado La Habana son los cuerpos (Arquitectura cubana. Metamorfosis, pensamiento y crítica. Selección de textos, Artecubano. Ediciones 2002) . La visión de Estévez contribuye a que disfrute mejor el estado de ánimo con el que llego a El Vedado luego de atravesar la Habana profunda desde la calle Obispo. Durante el recorrido me he sentido tocado por una ola de cuerpos como consignas, capaces de “iluminarte de inmenso” con una electricidad natural y lúdica, no obstante el sudor, el calor y la voracidad del mediodía.

“…Semidesnudos y espléndidos. A cualquier hora y en cualquier lugar. En parques y plazas, en iglesias y estadios, en cuarterías y hospitales, en bosques y páramos, y por supuesto en las playas…Siempre, me ha parecido que sí, que es cierto, que todo se destruye, porque ya sabemos (desde Valery o desde siempre) que nosotros, las civilizaciones, somos mortales, pero vamos descubriendo que son los cuerpos, en verdad, los únicos que permanecen”.

“No importa que el cine Principal (el cine en el que mi padre pudo descubrir que Umberto D era una obra maestra) se halle ahora semiderruido, puesto que constato que ese antiguo cine (ahora es un almacén) está rodeado de mujeres y hombres de una belleza que (puedo jurarlo) dan ganas de llorar.”

Y luego de reflexiones minimalistas que condensan numerosas imágenes , Abilio concluye “…Que me perdonen arqueólogos, historiadores, arquitectos, pero lo mejor de La Habana son los cuerpos (los cuerpos humanos, quiero decir).”

Ahora regreso a la admirada Marguerite Yourcenar: Siempre buscaré la oportunidad de dejar el corazón en las tablas de anatomía...


Barrio de Centro Habana. El edificio que sobresale es el Hospital Hermanos Ameijeiras.



viernes, 10 de julio de 2009

EL MISTERIO DE TODO SER HUMANO.

La vida es el misterio de todo ser humano: es tan admirable que siempre se le puede amar. La breve reflexión es de Marguerite Yourcenar en Alexis o el tratado del inútil combate. En este libro, la escritora pone en labios del protagonista las siguientes meditaciones:

“La simpatía puede ser silenciosa. La he conocido en silencio porque los que me la inspiraban no me hubieran entendido”

“Recuerdo la curva especial de una nuca, de unos labios o de unos párpados, algunas caras a las que amé por su tristeza, por el pliegue de cansancio que cercaba su boca”.

“…incluso he olvidado los nombres o no los he sabido nunca”.

“Nuestro cuerpo olvida, incluso nuestra alma, quizás sea esto lo que explique, en algunos casos, la renovación de nuestra inocencia”.

(Vuelvo al cuaderno de apuntes de la época en que descubrí Alexis o el tratado del inútil combate. No he vuelto a releerlo desde entonces. Tal vez el libro haya envejecido)

viernes, 26 de junio de 2009

LA MAYOR PARTE DEL TIEMPO CARECEMOS DE EDAD

“Aquella sonrisa y aquel gesto lucían encanto y elegancia, mientras que el rostro y el cuerpo ya no tenían encanto alguno. Era el encanto del gesto, ahogado en la falta de encanto del cuerpo. Pero aquella mujer, aunque naturalmente tenía que saber que ya no era hermosa, lo había olvidado en aquel momento.

“Con cierta parte de nuestro ser vivimos todos fuera del tiempo. Puede que sólo en circunstancias excepcionales seamos conscientes de nuestra edad y que la mayor parte del tiempo carecemos de edad”.

Milan Kundera (Brno, 1929) en su novela La inmortalidad.


Imagen: Danielle Darrieux (Burdeos, 1917) Actriz cinematográfica francesa.
Entradas relacionadas en el blog:

martes, 14 de abril de 2009

El poder de la piel

“La belleza del cuerpo solo existe en la piel. Si los hombres viesen lo que hay debajo de la piel, como sucede en el caso del lince de Beocia, se estremecerían de horror al contemplar a la mujer. Toda esa gracia consiste en mucosidades y en sangre, en humores y en bilis. Si piensas en lo que se esconde en la nariz, en la garganta y en el vientre, solo encontrarás suciedad.”(El nombre de la rosa, de Umberto Eco)

Strength Training, de Steven Klein, fotografía de agosto de 2006/Arriba izquierda: Avedon.
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