jueves, 1 de abril de 2010

RUGE EL LEON: HABANEROS TOMAN LAS CALLES.

Por: Lázaro Sarmiento

Una pasión azul se desató hoy en La Habana cuando decenas de miles de personas se lanzaron a las calles para darle la bienvenida al equipo Industriales, identificado por el color azul de sus uniformes. Los peloteros que representan a la capital cubana se coronaron campeones de la actual Serie Nacional de Beisbol en un espectacular juego frente al equipo de Las Villas. El encuentro finalizó bien entrada la madrugada de este jueves en el estadio Sandino de Santa Clara. De esa ciudad del centro de la Isla partieron los Industriales hacia La Habana, donde “los leones” están recibiendo el fervor popular en distintos barrios de la urbe. La caravana deportiva es esperada en estos instantes en La Rampa, cuya calle 23 ha sido tomada por trabajadores y vecinos deseosos de vitorear en su recorrido a las estrellas del beisbol.







Fotos: Alfredo Zamora.01.04.10 .Imágenes en la calle 23, La Rampa, La Habana.

miércoles, 31 de marzo de 2010

LA HABANA: VIENDO LA VIDA PASAR (I)

Por: Lázaro Sarmiento

Bulevar de San Rafael, esquina de la calle Águila, entre los edificios de las tiendas Indochina (a la derecha) y Fin de Siglo (a la izquierda).

A la sombra de los árboles de la Plaza de Armas, en La Habana Vieja, un mercado de libros hace las delicias de los interesados en títulos raros, viejas ediciones, revistas antiguas y también novedades editoriales difíciles de conseguir en otros lugares de la ciudad.

En la esquina de San Rafael e Industria (la puerta es la del antiguo hotel Royal Palm), este turista introduce en su cámara la imagen de un viejo modelo de automóvil, una cucaracha azul con aliento sicodélico.


Frente a la escalinata del Capitolio pienso en los sueños faraónicos de los políticos cubanos en la década de los años veinte del pasado siglo. Inaugurado el 29 de mayo de 1929, este mastodonte de piedra siempre me ha parecido un decorado de Cecil B. De Mille que un zepelín extraterrestre dejó caer en el corazón de La Habana. Primero, las cámaras de cajón y las tarjetas postales, ahora la fotografía digital, y sobre todo su hegemónica presencia, han hecho del Capitolio uno de los edificios símbolos de la capital.


Fotos: Lázaro Sarmiento, marzo 2010.
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UNA FACHADA DECO PARA UNA PELICULA MASTODONTICA.
HACER EL AMOR EN MEDIO DE LA CIUDAD

domingo, 28 de marzo de 2010

EL ANTIGUO EROTISMO EN LOS CORREOS DEL MUNDO.

Por: Lázaro Sarmiento

La modelo se llamaba Suzy de Vérines (el nombre está impreso en el borde superior y seguramente era ficticio). Ignoramos si ella sabía que posaba para una tarjeta postal que a través de la Unión Universal de Correos podía mostrar sus encantos en diversos sitios -algunos muy íntimos- de la geografía mundial, en alguna fecha imprecisa de la segunda o tercera década del siglo veinte.

Pero esta tarjeta nunca se envió. Estuvo guardada durante muchísimo tiempo en un cajón de una casa de La Habana hasta que su último dueño la puso a la venta pública y la colocó en un simulacro de mercadillo entre viejas fotos de películas y álbumes de postalitas con estrellas yanquis del beisbol que se jugaba en la época de la Guerra Fría.

Hoy decidí hacerle un pequeño homenaje a esta modelo fotografiada en un estudio de París (la misma ciudad donde, dicen, Marcel Proust se deleitaba en un local de la rue Madrid con modelos de otras protuberancias y pantomima). Más que enviarla como tarjeta postal (que solo sería vista por unos cuantos destinatarios), invité a Suzy Vérines a internet, a unos noventa años de distancia de su gesto voluptuoso disfrazado de inocencia.

La postal llega ahora a todo el planeta para gloria de Suzy. El triunfo de un cuerpo condenado a la decrepitud y la muerte.

ENLACE RELACIONADO:CINE PORNO EN LA REPUBLICA

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viernes, 26 de marzo de 2010

BARRIO CHINO DE LA HABANA: CHOP SUEY.

Leyendo un texto del ensayista Rogelio Rodríguez Coronel me entero que “el arroz frito atribuido en Cuba a la cocina china, y desconocido en el continente asiático, la sopa china, el chop suey son productos ‘californianos’, así como las maripositas y los rollitos primavera, delicias para el placer con su salsa agridulce”.

Es decir, que estos platos constituyen creaciones de los chinos establecidos en California y de allí pasaron a Cuba. Los chinos californianos comenzaron a llegar a la isla a partir de 1860.

El filólogo destaca que estos inmigrantes provenientes de la costa oeste de Estados Unidos representaron "una clase socioeconómica diferente por el capital que trajo consigo desde Norteamérica de la ‘fiebre del oro’; su influencia se puso de relieve inmediatamente por la estimulación de desarrollo de sociedades clánicas, deportivas y culturales, que conformaron el Barrio Chino habanero, espacio donde inicialmente se promovió la reproducción en la isla de los elementos esenciales de la cultura china”.

El texto de Coronel es mucho más abarcador que las citadas referencias culinarias. Se titula El rastro chino en la cultura cubana. Está incluido en el libro Lecturas sucesivas, Ediciones Unión, La Habana, 2008.

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Vida de cine en La Habana.
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jueves, 25 de marzo de 2010

UN RIO DE RECUERDOS EN PIPIAN.

(ALBUM DE FAMILIA)
Por: Lázaro Sarmiento

La vida empieza a correr/ de un manantial, como un río/ a veces, el cauce sube, / a veces, el cauce sube, y otras se queda vacío. ”Así comienza un poema de Nicolás Guillén perteneciente al libro El son entero. Y muchos años después de que mi vida comenzara a correr regreso a este río, que conocí en la infancia, y cuyo caudal aumenta poderosamente en época de lluvias.

El río está en Pipián, una localidad a siete kilómetros de Madruga, municipio de la provincia La Habana. Una parte de mi familia viene de aquí. El nombre de Pipián aparecía con frecuencia en la década de 1960 en los paródicos y en la televisión pues en este pueblo nació y vivió el ciclista Sergio “Pipián” Martínez, el rey de las carreteras cubanas. El atleta que conoció la gloria deportiva murió en 1979 a consecuencia de un accidente de tránsito.

Yo venía con mi abuela desde La Habana a Pipián, donde residía su madre Rosa. Ella hacia relatos de la Iglesia del pueblo, Nuestra Señora de Lourdes, donde trabajó durante casi toda su vida. Un día me contó que en su lejana juventud había visto a una señora quedarse ciega como castigo por levantarle el vestido a una de las santas de yeso del templo para saber si tenía órganos como todas las mujeres.

Ahora en un viaje en compañía de mi tía Gina dibujo en la memoria algunas cosas que se las tragó para siempre el tiempo, como la brillosa victrola que había en un bar con techo de guano al final de la cuadra donde estaba la casa de mi bisabuela Rosa, o la gasolinera en la entrada, o a la salida, de las tres o cuatro calles que conformaban el pueblo. Y desaparecieron, por suerte, los pisos de tierra blanca que en aquella época tenía la mayoría de las viviendas.

Sin embargo, el paisaje de la primera vez que me bañé en un río sigue siendo el mismo de mi recuerdo.






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