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jueves, 25 de marzo de 2010

UN RIO DE RECUERDOS EN PIPIAN.

(ALBUM DE FAMILIA)
Por: Lázaro Sarmiento

La vida empieza a correr/ de un manantial, como un río/ a veces, el cauce sube, / a veces, el cauce sube, y otras se queda vacío. ”Así comienza un poema de Nicolás Guillén perteneciente al libro El son entero. Y muchos años después de que mi vida comenzara a correr regreso a este río, que conocí en la infancia, y cuyo caudal aumenta poderosamente en época de lluvias.

El río está en Pipián, una localidad a siete kilómetros de Madruga, municipio de la provincia La Habana. Una parte de mi familia viene de aquí. El nombre de Pipián aparecía con frecuencia en la década de 1960 en los paródicos y en la televisión pues en este pueblo nació y vivió el ciclista Sergio “Pipián” Martínez, el rey de las carreteras cubanas. El atleta que conoció la gloria deportiva murió en 1979 a consecuencia de un accidente de tránsito.

Yo venía con mi abuela desde La Habana a Pipián, donde residía su madre Rosa. Ella hacia relatos de la Iglesia del pueblo, Nuestra Señora de Lourdes, donde trabajó durante casi toda su vida. Un día me contó que en su lejana juventud había visto a una señora quedarse ciega como castigo por levantarle el vestido a una de las santas de yeso del templo para saber si tenía órganos como todas las mujeres.

Ahora en un viaje en compañía de mi tía Gina dibujo en la memoria algunas cosas que se las tragó para siempre el tiempo, como la brillosa victrola que había en un bar con techo de guano al final de la cuadra donde estaba la casa de mi bisabuela Rosa, o la gasolinera en la entrada, o a la salida, de las tres o cuatro calles que conformaban el pueblo. Y desaparecieron, por suerte, los pisos de tierra blanca que en aquella época tenía la mayoría de las viviendas.

Sin embargo, el paisaje de la primera vez que me bañé en un río sigue siendo el mismo de mi recuerdo.






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domingo, 5 de julio de 2009

HONDURAS, NO SE POR QUÉ PIENSAS TU, SOLDADO, QUE TE ODIO YO.

Por: Lázaro Sarmiento
Desde el avión que lo acercaba a su país hace unos minutos, el presidente Zelaya le expresaba a los militares hondureños que ellos eran también pueblo, que tenían familias, que no reprimieran al pueblo. Pero los generales que han secuestrado el poder en la patria de Morazán prefieren servir a las élites que acaparan las riquezas en una de las naciones más pobres de América. En estos momentos Telesur transmite imágenes de la represión del ejército contra la multitud congregada en el aeropuerto de Tegucigalpa para recibir al presidente Zelaya. Las televisoras aliadas a los golpistas ponen en antena una programación frívola, mientras las ambulancias de la Cruz Roja trasladan del perímetro del aeropuerto los primeros heridos a causa de los disparos de tropas militares desde la terminal aérea.
NO SE POR QUE PIENSAS TU ( Texto de Nicolás Guillén, poeta cubano, perteneciente al libro Cantos para soldados y sones para turistas, publicado en 1937.)
No sé por qué piensas tú,
soldado, que te odio yo,
si somos la misma cosa
yo,
tú.
Tú eres pobre, lo soy yo;
soy de abajo, lo eres tú;
¿de dónde has sacado tú,
soldado, que te odio yo?
Me duele que a veces tú
te olvide de quien soy yo:
caramba, si yo soy tú,
lo mismo que tú eres yo.
Pero no por eso yo
he de malquererte, tú;
si somos la misma cosa,
yo,
tú,
no sé por qué piensas tú,
soldado, que te odio yo.
Ya nos veremos yo y tú,
juntos en la misma calle,
hombro con hombro, tú y yo,
sin odios ni yo ni tú,
pero sabiendo tú y yo,
a dónde vamos yo y tú…
¡No sé por qué piensas tú,
Soldado, que te odio yo¡

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