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martes, 11 de noviembre de 2008

DESEMBARCO POR LA LANCHITA DE REGLA.


Por: Lázaro Sarmiento


1.-Visito Regla. Llego al “ultramarino pueblo” en ómnibus, es decir, por la entrada del cementerio. Para el regreso escojo la romántica lanchita de Regla que atraviesa la bahía de la capital. Hacía más de dos años que no realizaba esta ruta. Sorpresa al desembarcar en el paradero de la “lanchita”: hay una nueva imagen en esta zona de la Avenida del Puerto de La Habana. Desaparecieron las fachadas carcomidas y descoloridas. Los viejos bares de “mala muerte” ya no existen en este tramo. Las cúpulas de la catedral ortodoxa rusa reflejan un brillo cosmopolita y exótico, a la vez.

2.- Los hermanos de la Avenida del Puerto. El restaurante Dos Hermanos, que conocí como un bar decadente, y al que le atribuía mundanas historias marineras, Two Brothers, escenario para episodios de “bajos fondos”, está a punto de reabrir luego de una esmerada remodelación. Ahora al lugar se le restituye su pasado glorioso. En la cantina de Dos Hermanos levantaron copas “por la amistad y la alegría del mundo”: Federico García Lorca, Alejo Carpentier, Enrique Serpa, Marlon Brando, Errol Flynn y Ernest Hemingway, entre otras personalidades.

domingo, 9 de noviembre de 2008

Los edificios-cisnes del Vedado.
Por: Lázaro Sarmiento

El Hotel Nacional es uno de los edificios emblemáticos de Cuba. En sus habitaciones han dormido presidentes, nobles, divas del cine, mafiosos, celebridades deportivas y también gente sencilla y anónima. Desde hace algunos años, varias de las lujosas piezas de la instalación están reservadas cada día para trabajadores de la Isla que se han destacado en sus esferas productivas, científicas y artísticas.

Uno de los privilegios de alojarse en el Nacional lo constituye poder observar desde sus ventanas y jardines un conjunto de magníficas vistas de la ciudad. Por el este, La Habana profunda, de edificios descascarados y desvencijados; apuntalada por una población vital, joven y sensual que pasa mucho tiempo en la calle o en las puertas de sus casas.

Por el oeste y el sur del Hotel Nacional se extiende el Vedado. Y a unos metros está La Habana que heredamos del delirio inmobiliario de la década de los cincuenta. Luego vino el esplendor de La Rampa en los años 60. Los arquitectos extranjeros se pasean hoy por las aceras del Vedado como si atravesaran una enorme maqueta a de la arquitectura del Movimiento Moderno de la segunda mitad del siglo veinte.

En otras ciudades del mundo, los nuevos rascacielos, el asfalto implacable, las últimas modas o la voracidad consumista han aplastado el viejo glamour arquitectónico. El Vedado, sin ser invulnerable a la mediocridad o la improvisación, conserva muchas de sus mejores cualidades urbanísticas. Y sigue siendo el lugar preferido para vivir en la capital.

En 1960 Jean Paul Sartre se alojó en una de las habitaciones del Nacional. Luego escribiría: “Personalmente, me gustan los rascacielos: apreciados uno por uno, los del Vedado son bonitos. Pero los hay en todas partes y resultan un desorden de formas y colores. Cuando la mirada trata de unirlos, se les escapa: no hay unidad; cada uno vive por sí. Muchos son hoteles: el Habana Hilton, el Capri, veinte más.

“Es una carrera de pisos: Uno más. ¿Quién pone más? A los quince, el rascacielos es de bolsillo. Cada uno alarga el cuello para mirar el mar por encima del hombro de su vecino. Potente y desdeñoso, el Nacional vuelve la espalda a esa agitación”.

A la visión de Sartre le añado una apreciación desde la ventana de mi habitación en el hotel: los rascacielos enanos del Vedado no alargaban el cuello solo para mirar el mar. Por encima de las azoteas de sus vecinos querían observar un poco más allá.Querían ver Miami.


Fotos: Alfredo Zamora.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Imágenes del Tercer Mundo en La Habana.
Por: Lázaro Sarmiento

La Rampa de esta época está necesitada de acontecimientos culturales como la exposición que tuvo lugar en el Pabellón Cuba hace cuarenta años: Del Tercer Mundo. Fue audaz, integradora, inteligente, trasgresora. De esta exposición, The New York Times dijo el 10 de enero de 1968: “La Habana escarnece a los Estados Unidos en una exhibición estupefaciente.”

El primer mes de 1968 se efectuó el Congreso Cultural de La Habana. Para celebrar este evento se inauguró en la instalación de la esquina de 23 y N del Vedado la exposición Del Tercer Mundo.

La profesora Adelaida de Juan recuerda esta muestra en las páginas de la revista Revolución y Cultura (3-4/2008). En su opinión, esa exposición sigue siendo a cuatro décadas, una de las “más originales y abarcadoras en lo que se refiere a la combinación de elementos y a la utilización de los espacios arquitectónicos disponibles”.

La idea se basó en la exposición de problemas del llamado Tercer Mundo, sus realidades, su posición en el mundo contemporáneo y las posibles soluciones a su problemática histórica.

El guión fue elaborado por la cineasta Rebeca Chávez, el diseñador José Gómez Fresquet-Frémez- y el arquitecto Fernando Pérez O’Reilly. Colaboró un amplio equipo de diseñadores, arquitectos, fotógrafos y músicos bajo la coordinación de Silvia Flamand.

Adelaida de Juan apunta: “No cabe duda de que Del Tercer Mundo causó un impacto considerable en sus asistentes. Su incesante reclamo a la atención y a la reflexión, basado en estímulos visuales, auditivos y sensoriales de todo tipo, hizo perdurable su memoria”.

Sería deseable que el Pabellón Cuba retomara el aliento al estilo de la exposición Del Tercer Mundo y de otras que le precedieron o siguieron. Es la única manera de que un lugar que fue tan vanguardista no termine identificándose como una feria para comprar calzado “bonito” y permanent markers.

martes, 4 de noviembre de 2008


Bailando con Setsuko Ono.
En el Hotel Nacional de La Habana, a unos metros de la piscina donde Ava Gardner se mostraba como el animal más bello del mundo, está anclada desde hace cuatro años la escultura titulada Baile. Su autora es la artista y economista japonesa Setsuko Ono, hermana de Yoko Ono.

El conjunto , integrado por tres figuras de hierro, un hombre, una mujer y un niño bailando, “amor de familia”, constituye un detalle de democracia artística , fuera del tiempo, en medio de la elegancia rosa , intacta, del hotel.

Las figuras de Baile han logrado una rara armonía con el lugar. Me recuerdan una frase de Gastón Baquero: “La danza puede ser el idioma perdido de unos dioses”.

Aprovecho para fotografiarme con los humildes dioses de Setsuko Ono.

Fotos: Alfredo Zamora.


viernes, 17 de octubre de 2008

La Habana: la belleza del conflicto.
Por: Lázaro Sarmiento

¿Donde está la belleza de una ciudad? A esta pregunta se puede responder con diversos argumentos. Hasta con engaño, ingenuidad o confusión. Alguien pudiera decir que la belleza de una ciudad está en su gente. Pero la gente no es la totalidad de una ciudad. Una aproximación al tema la encontré leyendo una entrevista al arquitecto Manuel de Solà-Morales, quien fue director de la Escuela de Arquitectura de Barcelona y fundador Laboratorio de Urbanismo, un centro de reflexión teórica. Para empezar, Solà-Morales dice que a lo mejor las ciudades de hoy no son muy bonitas, pero son mucho más interesantes de lo que eran las ciudades históricas.

“Son más complejas en su funcionamiento, contienen más diversidad de elementos, la gente es más capaz. Cada persona, familia, vivienda, oficina, aeropuerto, estación o playa es capaz de contener muchísima vida, y vida distinta. La ciudad es una máquina cada vez más rica y diversa. A lo mejor, incluso la estética de cierto desorden nos empieza a interesar. Cambiamos la estética tradicional por la diversidad, por la vida, y eso es muy importante, porque la gran fuerza de la ciudad es que sigue atrayendo a la gente, y cuánta más, mejor. Y su verdadera belleza interna, su riqueza, su vida, son también sus conflictos, porque el conflicto forma parte de la imagen de una vida mucho más moderna. En la ciudad histórica parecía que no había conflictos, todo tan ordenado, los paseos tan verdes... Esta energía, en la que no todo es delicioso, pero es muy veraz, creo que es una belleza que han adquirido o adquieren nuestras ciudades, tan interesante como la de orden formal.”

No digo que estas opiniones interpreten la realidad de las ciudades cubanas. Seguramente Manuel de Solà-Morales esta pensando, en primer lugar, en las ciudades europeas y en su experiencia como arquitecto. Sin embargo, sus palabras contienen razonamientos válidos para otras urbes del planeta y sus habitantes. Por ejemplo, a la pregunta ¿Qué es lo esencial que tiene que dar hoy la arquitectura al ciudadano?, el arquitecto catalán responde:

“El sentido de pertenencia, ciudadanía se diría en el castellano más clásico .Cuando vas a un buen paseo o parque, en Madrid u otra ciudad, en parte la sientes tuya; entiendes que mucha gente la ha hecho y que formas parte de esa ciudad. El cambio de lo subjetivo a lo colectivo, eso es lo que hace la ciudad, que es lo contrario del campo. En la ciudad vivimos con la total sensación de que compartimos, y eso en la buena arquitectura es fundamental. Al final no hay distancia entre urbanismo y arquitectura, que buscan lo mismo”.

La frase puede parecer naif, pero cada día siento La Habana más mía y la urgencia de que la pensemos todos.

Fotos: Lazaro

Leer entrevista:
http://www.elpais.com/articulo/portada/interesa/piel/ciudades/elpepusoceps/20081012elpepspor_3/Tes/

viernes, 10 de octubre de 2008

Publicidad en los aceras de La Habana.
Por: Lázaro Sarmiento

Variedad de letras en estos anuncios ubicados en los pisos de portales y aceras de La Habana. . Mensajes que en la mayoría de los casos hace tiempo perdieron su función original. Palabras grabadas en el granito y el cemento para realzar la entrada de tiendas, cafés, hoteles y otros establecimientos.

Publicidad en los pisos que no aspiraba a competir con aquellas vallas posadas como insectos de patas metálicas sobre los techos de La Habana. No obstante arrastrarse por los suelos, había elegancia en estos adornos. Diseñados para ser vistos cuando miramos por donde caminamos, ya hoy constituyen una especie de arqueología de gran ciudad.

lunes, 6 de octubre de 2008


Cines de barrio: el Fénix.
Por: Lázaro Sarmiento

Es probable que muy poca gente recuerde el cine Fénix de la calle Santa Ana 255 en Luyanó. Como yo vivía en mi niñez y adolescencia en este barrio de La Habana, me cuento entre las personas que tienen algún recuerdo vinculado con el cine Fénix.

Una sola planta con 680 butacas de madera. Grandes ventiladores de pie. Las ventanas permanecían abiertas hacia los pasillos laterales. A ambos lados de la pantalla estaba la puerta de los baños con los clásicos letreritos de Damas y Caballeros. En el lunetario te encontrabas con los vecinos de tu edificio o con los alumnos de tu escuela. El Fénix era el modesto cine de barrio, sin ninguna posibilidad de pasado luminoso. Aquí vi El arpa de Birmania, archivada en mi memoria como una película rara, extraña.

Pero lo que me resulta tan extraño como el recuerdo de Birmania es que cuando hace unos días regresé a lo que fue el cine Fénix, descubrí en el piso del portal un dibujo con las iniciales: H y F. Estas iniciales habían pasado inadvertidas para mí en todas las ocasiones ya brumosas en que fui a sus funciones. Nunca tuve noticias de que en los altos del cine hubiera habido alguna vez un hotel o una posada.
A principios de la década de 1990, el cine Fénix pasó a ser albergue provisional para varias familias necesitadas que con el tiempo convirtieron la instalación en su hogar definitivo.

El recuerdo de El Arpa de Birmania y el cadáver del cine Fénix me producen una sensación de tristeza, diría que casi de miedo.

viernes, 3 de octubre de 2008

Muchos cubanos encargaron su anillo a El Cairo.
Por: Lázaro Sarmiento

Nombre de una pequeña joyería de la Calle Galiano, entre Barcelona y San José, Ciudad de La Habana. En el carácter exótico y pretencioso del nombre reside el encanto de este mensaje en la acera de la popular arteria comercial. Seguramente en una época algún elemento de la decoración evocaba un templo egipcio. En la actualidad El Cairo mantiene sus servicios a la población habanera.
Las siglas CMQ hace tiempo desaparecieron del aire de la Isla. Sin embargo se mantienen en la acera de Monte y Prado en La Habana. Hubo una época en que los zapatos de muchas estrellas de nuestro país y de otras partes del mundo desfilaron por encima de esas letras, desde los tacones de una muy jovencita Rosita Fornés hasta los de una consagrada Libertad Lamarque. Aquí estuvo la emisora de radio CMQ de 1937 a 1948. La acera perdió su empaque artístico cuando el 12 de marzo de 1948 CMQ Radio se mudó para el nuevo edificio Radio Centro, en el Vedado.

viernes, 26 de septiembre de 2008

FACHADAS DE CINE EN LA HABANA: CINECITO.

Por: Lázaro Sarmiento

El 9 de julio de 1942, el antiguo cine Cinecito (400 butacas), en la calle San Rafael, esquina a Consulado, y con el nombre de Cine Periódico Resumen, comenzó a proyectar cortos, noticieros y dibujos animados .Años más tarde esta sala recobró el nombre de Cinecito con una programación dirigida principalmente al público infantil, función que mantiene en la actualidad.

Desde el 1938, otro cine también en la calle San Rafael, el Rex Cinema, ya ofrecía una programación similar. El Rex Cinema fue la primera sala de Cuba dedicada exclusivamente a la exhibición de filmes documentales, cortometrajes y noticieros.

FACHADAS DE CINE EN LA HABANA: EL MEGANO




Es casi un milagro fílmico que la sala El Mégano, antiguo cine Capri (450 butacas), en Consulado y San José, continúe ofreciendo películas. Dos ventiladores de pie prehistóricos, un proyector ruidoso, un audio de la era de The jazz singer y películas cuyas copias parecen cocidas con hilo, lo convierten en un local museable. El Mégano tiene el mérito de mantenerse funcionando cuando la inmensa mayoría de los cines de barrio de La Habana han desaparecido.


lunes, 22 de septiembre de 2008

Diálogo con las aceras de La Habana.
Por: Lázaro Sarmiento

Antiguos mensajes dibujados en los pisos de muchas aceras de La Habana han sobrevivido la erosión del tiempo o la renovación constructiva. Fueron diseñados para funciones o edificaciones que desaparecieron en su mayoría. Caminar y dialogar con estas imágenes –concebidas para ser pisadas por millones de zapatos- constituye un delicioso ejercicio imaginativo.
La burguesía cubana sentía obsesión por todo lo norteamericano. Las aceras no escaparon a esta inclinación. (Peletería Miami en la comercial calle Neptuno, Centro Habana).
Del Hotel “Flor de Cuba”, en Monte, entre Águila y Revillagigedo, no quedan ya ni las ruinas. Sin embargo, perdura este vestigio en la acera.

sábado, 20 de septiembre de 2008

Vida de cine en La Habana.
Por: Lázaro Sarmiento

-¿Quieres trabajar en el cine?-

Sin dudarlo, respondió afirmativamente la pregunta del amigo. “A casi todo el mundo le gustan las películas entretenidas y la vida dorada de las estrellas”. A los tres días entraba triunfal como acomodadora en el Astor, un cine de barrio de La Habana. Era el mes de septiembre de 1976. Ese año estrenaron en Cuba Romanza de los enamorados (soviética), La tierra prometida (polaca) y Pobre muchacha (inglesa).

Durante los 32 años que lleva en el cine, ha visto pocas películas porque después de un tiempo muy breve como acomodadora pasó a la taquilla –pagaban un poquito más-. Y en la taquilla veía las manos y las caras de los espectadores pero nunca las imágenes que ellos disfrutaban en la penumbra del lunetario. En ocasiones escuchaba de lejos voces en otros idiomas.

Empezó ganado 100 pesos- en aquella época le alcanzaban - pero en la actualidad los 270 pesos que recibe le parecen menos dinero. En el cine Astor trabajó veinte años hasta que se desplomó una parte del techo frente a la pantalla. Entonces la gente desmontó los ladrillos de las paredes, los marcos de las puertas y todo lo que podían canibalear hasta dejar solo el esqueleto de hierro y las escaleras de cemento . En unas semanas vio desaparecer el escenario donde transcurrieron los mejores años de su vida.

Después del derrumbe, la mandaron para el cine Finlay de la calle Zanja. Allí se mantuvo en la taquilla hasta que las autoridades municipales cerraron esta sala hace un año para entregársela como local de ensayo a una agencia musical. Y ahora cobra la entrada en el Águila de Oro, en el Barrio Chino, uno de los dos únicos cines que permanecen funcionando en Centro Habana .Aquí piensa jubilarse, “a no ser que el local cierre”.


El Águila de Oro tiene un público compuesto casi en su totalidad por hombres amantes de las escenas violentas. Proyectan principalmente cintas de kong fu- aunque también algunas viejas producciones como Helena de Troya- en tres tandas separadas, 2 y 30, 4 y 30 y 6 y 30.

Ella llega muy temprano al Águila de Oro y se va cuando ya está en el aire el Noticiero Nacional de Televisión. Vive sola en la calle Soledad, muy cerca de San Lázaro. No tuvo hijos. Está orgullosa de su vida en el cine (en los cines) y se llama María Josefa Reyes Suárez.

viernes, 19 de septiembre de 2008

Se desploma singular árbol en el parque El Quijote.
Por: Lázaro Sarmiento

Si en La Habana existieran árboles gays, además de los de la calle G, esos serían los del Parque El Quijote en la esquina de 23 y J, en el Vedado, a unos 100 metros de la heladería Coppelia. Este viernes 19 de septiembre, alrededor de las cinco de la tarde, se desplomó uno de los verdísimos y exuberantes árboles que dan sombra de día a quienes vienen aquí a esperar el ómnibus de Gunanabacoa, a conocer extraños o simplemente a ver la gente pasar. También en este lugar se venden libros en ocasiones.


Tal vez alguna enfermedad secreta, unas hormigas perversas o los efectos dormidos de la humedad y las ráfagas de viento de días pasados- o la combinación de varios factores-motivaron esta inusitada fractura vegetal en el parque El Quijote.

Fotos : Lázaro Sarmiento.

jueves, 18 de septiembre de 2008


Greta Garbo y su amante Mercedes.
Por: Lázaro Sarmiento

Tendría ahora 103 años. Pero de haber estado viva no hubiera quedado ni un átomo de su antiguo glamour. Greta Garbo nació en Estocolmo el 18 de septiembre de 1905 y murió en Nueva York el 15 de abril de 1990.

Se retiró del cine mucho antes de que el tiempo devastara su rostro perfecto. En esta ocasión no voy a referirme al encanto misterioso de Greta Garbo si no a la relación que mantuvo con la escritora de origen cubano Mercedes de Acosta. Fue un acoplamiento corto pero con la pasión suficiente para que el nombre de Mercedes quedara incrustado para siempre en la biografía de uno de los íconos más rotundos del siglo veinte.

En agosto de 2001 El País Semanal en la serie Grandes historias de amor de Hollywood publicó un artículo de Guillermo Cabrera Infante titulado “Greta ama a Mercedes”.Esta Mercedes de Acosta, de familia venida de Cuba, nació en 1893 en Nueva York (otros dicen que en La Habana) y murió en 1968.

Mercedes de Acosta fue poeta, escritora, comentarista de sociedad y guionista de Hollywood. Murió olvidada y en la penuria pero nunca quiso vender las cartas de amor que conservaba de Greta. Sin embargo, no hay que pensar en una Mercedes infeliz toda su vida por un amor no correspondido. Baste esta frase para lo contrario: Alcanzó notoriedad por sus amores con las mujeres más famosas de América. En su lista de amantes figuraron Isadora Duncan y Marlene Dietrich.

Mercedes y Greta se conocieron en el Hollywood de principios de la década de 1930. Contaba Cabrera Infante que Mercedes llamaba a Greta varias veces al día. La divina respondía con evasivas. Pero Mercedes era insistente hasta que…

”Finalmente se acostaron –para desaparecer Greta en un viaje a las montañas y a un lago secreto-.Mercedes, desesperada en Hollwyood, recibió de pronto el reclamo de Greta, mediante su sempiterno chofer mudo que manejaba el automóvil de la estrella, ahora una mujer aquiescente. Pasaron dos semanas de amor junto al lago quieto-pero no fueron felices hasta el fin de sus vidas, sino que murieron como habían vivido: una de ellas sola, la otra abrumada por los recuerdos contados a un diario impúdico, imprudente”.

Y más adelante, Cabrera Infante comentaba que esta historia terminó como siempre terminaron las relaciones de Greta Garbo, tanto heterosexuales como homosexuales:

“Garbo cortó por lo sano y se negó a volver con Mercedes, aunque hubo contactos postales o telefónicos y uno que otro encuentro casual.” The End

La imagen de arriba es un póster que colgaba en la pared de un cine de Bayamo. Había sido recortado previamente con unas tijeras kitsch y el nombre de Greta Garbo pegado en el centro de la lámina.

Humberto Solás, maestro del cine cubano.
Por: Lázaro Sarmiento

Humberto Solás (La Habana, 4 de diciembre de 1941- La Habana, 17 de septiembre de 2008).

Fue uno de los pilares del cine surgido en Cuba después del triunfo de la Revolución de 1959. Galardonado con el Premio Nacional de Cine (2005) era reconocido como un maestro que contribuyó al esplendor del arte y la industria cinematográficos de la isla. Su largometraje Lucía (1968) esta considerado por la crítica mundial entre las diez películas más importantes de la historia del cine latinoamericano. Desde 2003 Solás estaba dedicado a desarrollar el Festival de Cine Pobre de Gibara, un espacio creado por él para promover alternativas de bajo costo con alto rigor artístico.

Lucía.

“Mi filme Lucía es siempre un diálogo sobre el presente, ya que el pasado solo actúa en la medida en que expresa los condicionamientos culturales, sociales y sicológicos que han definido nuestro particular estilo de vida nacional. Podría citar un ejemplo: uno de los propósitos fundamentales del filme es cuestionar una moral que sobrevive en amplios sustratos de la población y que la realidad revolucionaria impugna. Esta idea se desarrolla a lo largo del filme, aunque éste se ocupe, en términos narrativos, de hechos que ocurrieron en cierta medida durante el pasado. El tema está expresado en función del presente, y los datos que nos proporcionan, ya nos lleguen de las postrimerías del siglo pasado, o de la década de los treinta, están condicionados por la efectividad con que actúan dentro de un solo propósito: demostrar la incompatibilidad, la contradicción, el carácter frustrante de la moral tradicional, arcaica, dentro de la gesta revolucionaria.” (1)

En la filmografía de Humberto Solás figuran: Manuela (1966), Cantata de Chile (1975), Cecilia (1981), Amada (1981), Un hombre de éxito (1986), El siglo de las luces (1991), Miel para Oshún (2001) y Barrio Cuba (2005).

La película Lucía estuvo lista el 20 de septiembre de 1968 y formó parte de un grupo de filmes de ficción y documentales realizados para conmemorar los cien años de lucha del pueblo cubano, iniciada en 1868. Dice el ensayista Ambrosio Fornet que Lucía estalló ante nuestros ojos como expresión “de la continuación en la ruptura,” con un derroche de imaginación dramática y visual que era, al mismo tiempo,” una insuperable lección de historia de Cuba, el más fastuoso ejemplo de lo que podríamos llamar –utilizando el conocido término de Jameson- una alegoría política”.

Cine Pobre.

“…un movimiento que no surge bajo la tutela de un afán mesiánico (nada más ajeno a sus prédicas, que rechazan el peligro de rígidas posiciones ético-sociales), sino encaminado a alentar la multiplicación de la producción tanto nacional como internacional, partiendo del espíritu práctico de concebir nuestra profesión como una posibilidad alcanzable, ajena ala neurótica concepción de producción subhollywoodense que aún impera, desgraciadamente, en Europa, América Latina y en cualquier parte del planeta.”(2)

Lucía, junto a Memorias del subdesarrollo y Fresa y chocolate, forma parte del patrimonio cultural de nuestra nación y constituye una película de las que estamos orgullosos todos los cubanos.

(1) Juan Antonio García Borrero. Guía crítica del cine cubano de ficción. La Habana, Editorial Arte y Literatura ,2001.
(2) Cine Cubano. No. 164, 2007.

martes, 16 de septiembre de 2008


Llamamiento a la sensibilidad de intelectuales y artistas
Prominentes intelectuales y artistas cubanos exigen a la administración del presidente estadounidense, George W. Bush, que ponga fin al bloqueo económico, comercial y financiero contra esta Isla.

CON CUBA HOY
Llamamiento a intelectuales y artistas del mundo

Nuestro país vive hoy una situación dramática। El paso de los poderosos huracanes Gustav e Ike, en un lapso de apenas ocho días, ha golpeado la producción de alimentos y ramas esenciales de la economía en todo el territorio nacional. Aunque las pérdidas de vidas son mínimas, el saldo en viviendas, escuelas e instituciones culturales destruidas resulta estremecedor. Frente a esta circunstancia trágica, en Estados Unidos se ha abierto un debate acerca de las restricciones impuestas a los cubanos residentes en ese país para visitar y enviar ayuda a sus familias en la Isla. Cuba ha solicitado que, al menos, se le permita comprar en Estados Unidos materiales para la reparación de viviendas y líneas eléctricas y que se autorice a empresas norteamericanas a ofrecer créditos comerciales a nuestro país para comprar alimentos. Como respuesta, la administración Bush ha ofrecido una ridícula ayuda y ha ratificado su política de bloqueo económico y financiero, que en esta coyuntura resulta aún más cruel e inmoral. Apelamos a la sensibilidad de intelectuales y artistas de todas partes del mundo para que reclamen el inmediato levantamiento del criminal bloqueo norteamericano y promuevan acciones de solidaridad y ayuda hacia nuestro país.


In Support of CubaWorldwide call to artists and intellectuals.
Our country is facing a dramatic situation. We have suffered the wrath of two powerful hurricanes, Gustav and Ike, in just eight days. These natural disasters have seriously affected food production and essential sectors of the economy throughout the country. Although very few human lives were lost, a massive amount of houses, schools and cultural institutions were damaged or completely destroyed. In view of this tragedy, a debate about the restrictions imposed by the US on Cuban residents to visit and send supplies and money to their families in Cuba has begun. Cuba has requested authorization to buy materials from the US to repair homes and power lines. In addition, Cuba has requested that US companies receive authorization to extend commercial credits to the island to buy food. The Bush Administration’s reply has been a ridiculous offer of aid while ratifying their policy of political and economic blockade, even more cruel and immoral under the present circumstances. We are sending an appeal to artists and intellectuals around the world to demand an immediate end to the criminal US blockade and to promote solidarity and support of our country.

martes, 2 de septiembre de 2008

LA MARQUESINA DEL TEATRO PAYRET.





La marquesina del Teatro Payret, con las dimensiones y el diseño ideales para anunciar grandes espectáculos, ha resistido el paso de los años. Es un adorno que le da un aire especial a la que fuera una de las esquinas más concurridas de La Habana: Prado y San José, o mejor, la esquina del Payret.

Hoy observé que la famosa marquesina está apuntalada por varios troncos y andamios y han colocado un cartelito de “No pase. Peligro”. Parece que va a ser reparada después de varias décadas de reunir bajo sus luces y títulos de películas a muchos habaneros, que no siempre entran al cine. La marquesina ya necesita que la maquillen. También hay labores de remozamiento en el bar situado al lado de la taquilla del teatro, aunque ambas instalaciones pertenecen a administraciones diferentes.

Frente a la fachada del Payret convergen en la fotografía de arriba varios elementos de las calles habaneras de estos días: el ómnibus escolar traído por Pastores por la Paz, los cocotaxis que transportan a los turistas entre el Vedado y La Habana Vieja, un antiguo automóvil norteamericano, el vehículo ruso marca Lada - símbolo de tiempos de prosperidad económica-, y un caballo casi de cuerpo entero. El animal arrastra un carruaje para viajeros que prefieren recorrer la capital de Cuba como en tiempos de Cecilia Valdés.

Inaugurado en 1877, el Teatro Payret fue reconstruido entre los años 1948 y 1951. Desde esta última fecha mantiene su imagen actual. Solo el bar- cafetería del sótano ha sufrido drásticos cambios en su función original.

La esquina de Prado y San José con la marquesina del Payret ha visto disminuir su público en los últimos tiempos.La gente prefiere otros sitios de La Habana, principalmente en horario nocturno.

Foto: Lázaro श्रर्मिएन्तो

martes, 26 de agosto de 2008

LA HABANA EN NUESTRO PJG

Por: Lázaro Sarmiento


La Habana: gran casino-burdel de lujo del Caribe, mucho más grande y rutilante de lo que ya lo era en 1955, año en el que transcurre la novela Nuestro GG en La Habana. Eso es lo que hubiera sido esta ciudad en la actualidad, vampirizada por la mafia, los políticos corruptos y los proxenetas, con rascacielos proyectando sus sombras de cristal sobre las aguas del Golfo.

"Estaba pensando en esta posibilidad cuando Graham Greene consumió un sándwich de jamón y queso en el bar restaurante La Terraza, en Cojímar. Pagó y se fue al aeropuerto de Rancho Boyeros. Un rato antes había escuchado al Mago describir el gran proyecto que había para 150 kilómetros de costa, desde La Habana hasta Varadero: En tres o cuatro años la iban a llenar de hoteles de lujo y de casinos y de playas…Y rápido, con prisa. Las Vegas se quedaría atrás para pobretones que juegan cinco dólares y “Miami sería sólo un aeropuerto de tránsito para seguir hasta La Habana.”

“¿Ya ves cómo se mueve el mundo, escritorcito?”

Los barbudos se movieron más rápido. Salvaron a La Habana de la mafia. Pero ese no es el tema de esta entrada, el de hoy es la novela corta de Pedro Juan Gutiérrez Nuestro GG en La Habana (Editorial Anagrama, Barcelona, 2008) que acabo de leer esta tarde de un tirón y que - como otros textos de este escritor- - te deja con las ganas de seguir leyendo. Piensas que Pedro Juan pudo escribir más, aunque adviertes enseguida esa intención deliberada a cortar y dejar que el lector complete las imágenes a partir de una economía de elementos que él ubica con estrategia minimalista.


Esta no es una novela sobre La Habana, aunque como en otras historias del autor, la ciudad constituye un escenario que seduce, maltrata, envuelve o libera a los personajes. Hay referencias, algunas muy breves, al teatro Shangai, en Zanja y Campanario, el Hotel Inglaterra, un solar en Trocadero 264, el barrio de Colón, el Coney Island, el Hotel Bristol, los barcitos de la Quinta Avenida, el edificio Royal Palm, en el Malecón…


“Había muchas tiendas, teatros, cines, librerías, negocios de todo tipo, edificios en construcción. Recordó aquellas famosas fotos porno en la habitación de George Greene. Fue hasta Neptuno. Había al menos veinte pequeñas librerías de ocasión. Una junto a la otra. Vendían barato, y de todo: libros antiguos, monedas, billetes y sellos de correo para coleccionistas, pornografía de todo tipo. Se tomó su tiempo para escoger bien. Finalmente compró dos pequeños álbumes con postales de principios de siglo. Eran fotos bellísimas de hombres y mujeres desnudos.”


En una escenografía mínima transcurre la novela trepidante Nuestro GG en La Habana, de Pedro Juan Gutiérrez.

lunes, 11 de agosto de 2008


AMOR POR EL CAMPOAMOR.
Por: Lázaro Sarmiento

No sé si ya es demasiado tarde para sentir amor por este cascarón que en una época se llamó Capitolio y que después fue el cine Campoamor.

En la esquina de las calles Industria y San José, a un costado del mesopotámico edificio del Capitolio Nacional, los empresarios Santos y Artigas inauguraron el 20 de octubre de 1921 el cine Capitolio, construido a un costo de 300 mil pesos.

En esta sala se exhibió hace 80 años (1928) El cantante de jazz (The jazz singer), de la Warner, protagonizada por Al Jonson, la primera película de la historia con sonido directo grabado en la cinta.

Luego- como otras instalaciones - comenzó a presentar junto a las películas un espectáculo de variedades musicales.

El Campoamor fue uno de los primeros cines de la capital cubana que el último día de 1944 ofreció una función extraordinaria a las 12 de la noche para esperar el año nuevo. Por cierto, unos meses después, “algunas entidades y personas solicitan al alcalde de La Habana se supriman las funciones a las doce de la noche en los cines, alegando que en tales funciones se producen actos atentatorios a la moral, por el tipo de público asistente, La solicitud no fue aceptada”. (La tienda negra, Cinemateca de Cuba. 1997).

En la acera del frente está el cine Mégano (450 butacas). Este local ha tenido mejor suerte que el Campoamor y aún proyecta películas para un público que mantiene personalizados hábitos en salas que se van extinguiendo en casi todo el mundo.

sábado, 9 de agosto de 2008


El Teatro Chino de La Habana.
Por: Lázaro Sarmiento

El Teatro Chino de La Habana “gozaba del privilegio de ser con el de Lima y el de Los Ángeles, uno de los mejores de América en su género.” Esto afirmaba Alejo Carpentier el 5 de noviembre de 1940 en una crónica publicada en la prensa cubana. En esa fecha ya el exótico escenario de la calle Zanja había perdido todo su esplendor y era, según definición del propio novelista, un teatro de mala muerte.

Decía Alejo que en aquel local existió una de las más admirables fábricas de ensueños que pueda imaginarse y que, “cuando nuestra ciudad amarilla era rica, su público se permitía el lujo de contratar a grandes artistas de allá…”

Y el autor de El siglo de las luces recordaba el arte prodigioso de Wong Sin Fong, “una trágica con cara de gato” que se presentó en el Teatro Chino de La Habana durante cinco meses en un ciclo de dramas históricos.

Wong Sin Fong tenía la ciencia de los gestos sintéticos, reducidos a su máximo sentido lírico o expresivo…Con una sola mano dibujaba una tempestad en el aire, esbozaba un movimiento de terror, ilustraba la ondulante inconsistencia del mar”.

Afirmaba Carpentier que el teatro chino “es ininteligible para quien desconoce su simbólica admirable…Pero cuando se sabe el sentido de ciertos objetos dotados de historia, todo se hace claro y poético”.

Viendo la ceremonia de inauguración de los Juegos en el Estadio Olímpico, o nido de aves, de Pekín, imagino la fascinación que sintieron los habaneros de la tercera década del siglo XX por el arte de Wong Sin Fong, la maravillosa trágica con cara de gato.

miércoles, 18 de junio de 2008


Un museo asimétrico en Centro Habana.

Locomotoras sin estación de ferrocarril, automóvil de marca emblemática canibaleado y otros vehículos parqueados transitoriamente. Calle Dragones, entre Industria y Amistad, frente al siempre verde Parque de la Fraternidad. La pared del fondo pertenece a la Fábrica de Tabacos Partagás. Y a unos metros está el mastodonte de todos los edificios republicanos de Cuba: el Capitolio Nacional.

“Belleza del encuentro fortuito de un paraguas y una máquina de coser en una mesa de disecciones”. Si la frase de Isidore Ducasse, conde de Lautréamont, no fuera tan conocida, me hubiera gustado robármela para describir este encuentro de locomotoras, autos y guaguas en el corazón de Centro Habana.

Dentro de algún tiempo quizás veamos aquí un magnífico museo temático o un hotel. Ahora es solo un museo asimétrico en el lente de un mediocre fotógrafo como yo.
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