Reinaldo Morales Campos recuerda el acontecimiento en un artículo publicado en La Jiribilla en el que evoca los carteles de los primeros espectáculos presentados en la sala Covarrubias.
“Entre 1959 y 1960 en el Teatro Nacional de Cuba, devenido uno de los centros culturales más importantes de América Latina, se realizaron importantes presentaciones en su sala Covarrubias, obras como La ramera respetuosa, de Sucre; realizado por Francisco Morin y El lindo ruiseñor, por Dume; así como los espectáculos del Conjunto de Danza Moderna, La suite yoruba, de Ramiro Guerra y los del folclor afrocubano estrenados por Argeliers León, distinguieron la labor de dicha institución; que en eficaz colaboración con las organizaciones obreras y campesinas, extendió su labor a centros laborales y comunidades rurales de todo el país.
“En el Teatro Nacional de Cuba, Ricardo Vigón, jefe de Propaganda hasta que murió en abril de 1960, creó un equipo de trabajo de diseño, que tuvo como director artístico al artista de la plástica Pedro Oraá Carratalá e integrado por los creadores Umberto Peña, Carlos Manuel Díaz Gámez, Roberto Guerrero, Rolando Oraá y José Manuel Villa. Tony Évora colaboró con el diseño del programa que informaba de las actividades programadas en sus instalaciones culturales…”
Imagen derecha: Afiche de Rolando Oraá. Teatro Nacional de Cuba / Ministerio de Educación, serigrafía, 1960.
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