lunes, 23 de noviembre de 2009

CAFÉ PARIS

Por: Lázaro Sarmiento

Ser diplomático es la primera condición para un cantinero, según el barman Jimmie Charters. Ex boxeador inglés de pesos ligeros, Charters fue el responsable del gran éxito del bar Dingo, en el barrio de Montparnasse de París, durante las décadas de 1920 y 1930. El lugar llegó a conocerse como la Barra de Dingo y entre sus clientes figuraban Ernest Hemingway, Scott Fitzgerald, Aleister Crowley, Isadora Duncan, Sinclair Lewis, John Dos Passos, Ezra Pound y Nancy Cunard.

En 1937 Jimmie Charters publicó sus memorias bajo el título This Must Be the Place: Memoirs of Montparnasse.

“El cantinero debe siempre animar al cliente con sus charlas, si él es gustoso de ellas, porque eso significa aumentar la venta y retenerlo para que consumo más. Un cantinero jamás debe presentar un cliente a otro. Los clientes, sin ser presentados, gustan charlar unos a otros y les desagrada que los presente formalmente un cantinero, porque en realidad no lo consideran su igual”. (Citado en el libro El arte del cantinero. Los vinos y los licores, de Hilario Alonso Suárez, publicado en La Habana en 1948. )

Cuban Milk Punch (Ponche cubano de leche)

1 vasito de vainilla.
1 huevo fresco.
1 cucharadita de azúcar.
3 vasitos de leche fresca.
Hielo. Bátase, cuélese y sírvase en vaso alto.

Ocasionalmente me gustaría ser barman de un pequeño lugar como el Café París, esquina de Obispo y San Ignacio, en el Centro Histórico de La Habana. Detrás de la barra de maderas preciosas, observaría feliz la vida pasar.


Fotos: Alfredo Zamora

viernes, 20 de noviembre de 2009

ILUSIONES, PAPELES Y DESEOS, VEINTE AÑOS ATRÁS.


Una historia de ilusiones perdidas, desesperadas ambiciones y honestos deseos...Así promocionaban el filme Papeles secundarios hace veinte años en la revista Bohemia (3 de noviembre de 1989), a unas semanas del XI Festival del Nuevo Cine Latinoamericano. El mismo número de la publicación se refería al VI Festival Caracol de la Asociación de Cine, Radio y TV de la UNEAC, donde el Programa de Ramón (Radio Ciudad de La Habana, entonces la emisora joven de la capital) se había convertido en el centro de las discusiones durante el evento teórico sobre “el abordaje de la realidad en los medios”. Bohemia también se hacía eco de la ponencia para el Caracol de Joaquín Cuartas (el patriarca de la radionovela en Cuba en las últimas décadas) en la cual afirmaba: "Escribir es un arte difícil. Ser honesto escribiendo lo es más”.

En la imagen de Bohemia, el elenco del Programa de Ramón, encabezado por su director Fernández Larrea, en los jardines del Hotel Nacional de La Habana, octubre de 1989.

martes, 17 de noviembre de 2009

LA HABANA, VIDA PRIVADA


Por: Lázaro Sarmiento

La Habana es el principal set erótico y sexual de numerosas vidas contadas . Admiramos el esplendor de su pasado arquitectónico, la exuberancia de columnas, el eclecticismo de sus barrios, el modernismo de El Vedado, los parques republicanos, las avenidas floridas, los palacios con nuevos destinos... Disfrutamos el ocio expectante, los licores en las barras, las coreografías y en ocasiones hasta la falta de privacidad. Abrimos las mil puertas de mil pasarelas con etiquetas diferentes...

Y también en este espacio los habaneros nos miramos unos a otros con ternura, deseo o ¿morbo? (los adjetivos igualan el número de plazas urbanas) y nos tocamos y alimentamos el placer en sus esquinas, en los asientos públicos, al final de un pasillo, en la negrura del asfalto, en habitaciones calurosas o refrigeradas.

Recuerdo una noche en la que desde la ventana de una casa – que no era la mía- veía una extensión de azoteas repletas de trastes y alambres, y no muy lejos, cerrando el cuadro, el edificio rejuvenecido de la Lonja del Comercio. Éramos dos cuerpos sobre la cama en la edad de los inmortales. Y debajo de aquella superficie de techos sombreados y de tanques de agua y señales de video rebotando de un lugar a otro, seguramente había más cuerpos (como los nuestros) orgullosos de sus fluidos.

Nunca he sentido una imagen de La Habana tan cerca del sexo como esa vez. Tuve la sensación de que nuestra desnudez flotaba en algún punto entre la ventana y la cúpula de la Lonja, en una alfombra de azoteas. 4 A.M: esperamos el amanecer abrazados a un pedazo de la ciudad. No hemos vuelto a encontrarnos.

La vida bajo los techos de La Habana ...




Parque de la Fraternidad. Arriba: Piso superior de la Lonja del Comercio. La Habana. Fotos: Lázaro Sarmiento.



ENLACES RELACIONADOS:
HACER EL AMOR EN MEDIO DE LA CIUDAD
HAY MUCHAS FORMAS DE HACER EL AMOR
MARY PICKFORD Y EL DESTINO DE UN HOMBRE
HACER EL AMOR: ORGASMO CREATIVO
SEXO. LA PRIMERA VEZ



domingo, 15 de noviembre de 2009

LA HABANA, IMAGENES DE NUEVO MERCADO DE ARTESANIA


Por: Lázaro Sarmiento

El fin de semana me fui a la nueva sede de los “artesanos de la catedral”: el Centro Cultural Antiguos Almacenes San José, en la Avenida del Puerto, de cuyas instalaciones ayer publiqué en este blog algunas fotos. Estoy seguro de que este mercado se convertirá muy pronto en uno de los sitios preferidos de los habaneros. En la imagen de la izquierda, rumbo al Vedado luego de visitar los almacenes, observo desde la ventanilla de un ómnibus de la ruta P-5 un restaurado café frente al embarcadero de la lanchita de Regla.



Este centro cultural forma parte de un proyecto mayor de la Oficina del Historiador de la Ciudad, con el apoyo de diversas instituciones del Estado, para rescatar el esplendor de la Avenida del Puerto. Los primeros resultados ya son admirables desde la Plaza de San Francisco hasta los Antiguos Almacenes San José.


Hay que seguir soñando y trabajando para materializar el sueño de que La Habana toda sea algún día como lo que ahora estamos viendo y disfrutando en muchos lugares de su Centro Histórico.


Los Antiguos Almacenes San José están junto a la Iglesia de Paula, a orillas de la bahía habanera. Desde los primeros días de noviembre y después de una cuidadosa restauración, los viejos almacenes se convirtieron en un funcional mercado de artesanía artística (ubicado antes en las cercanías de la Plaza de la Catedral). La entrada es libre y abre todos los días de la semana.

ENLACES RELACIONADOS:

sábado, 14 de noviembre de 2009

LA HABANA: BUENAS NOTICIAS DESDE EL PUERTO.

Por: Lázaro Sarmiento

Una instalación magnífica. Una vista espléndida. Una proyecto brillante de enriquecimiento espiritual y ambiental. Acabo de romper una de las reglas de este blog: utilizar pocos adjetivos. Pero fueron las primeras palabras que surgieron para describir el placer que sentí al recorrer las instalaciones del nuevo Centro Cultural Antiguos Almacenes San José, en la Avenida del Puerto de La Habana.

Unos amplios almacenes construidos en 1885 (con la mejor tecnología de la época) se han convertido desde los primeros días de noviembre -luego de una esmerada restauración- en la nueva sede de los populares “artesanos de la Catedral.“

En alguna parte leo las buenas noticias: “Teatro, exposiciones, música, agradables espacios para el diálogo, y bellos y funcionales mercados de artesanía artística forman parte de este proyecto que, desde el presente, contribuirá a enaltecer la belleza de la ciudad y a un armónico enriquecimiento espiritual y ambiental de quienes estamos llamados a amarla y cuidarla cada día más.”

Desde la Oficina del Historiador de la Ciudad también se anuncia que “la reapertura de los antiguos almacenes San José, devenidos en un hermoso Centro Cultural, es sólo el preámbulo de una obra mayor que devolverá vida y esplendor a cada uno de los edificios y rincones de la Avenida del Puerto...”

Hay que seguir soñando y trabajando para materializar el sueño de que La Habana toda sea algún día como lo que ahora estamos viendo y disfrutando en muchos lugares de su Centro Histórico.






Imágenes del Centro Cultural Antiguos Almacenes San José, en la Avenida del Puerto de La Habana. Funcionales instalaciones para la venta de artesanía artística. Un sitio privilegiado para contemplar la Bahía de La Habana. Fotos: Lázaro Sarmiento 13.11.09


ENLACES RELACIONADOS:
LA HABANA: COLECCIONANDO IMAGENES
AVENIDA DEL PUERTO
DESEMBARCO POR LA LANCHITA DE REGLA
LA HABANA, PASEO DEL PRADO FRENTE AL CAPITOLIO

jueves, 12 de noviembre de 2009

LOS ABANICOS DEL HOTEL GRANADA.


Por: Lázaro Sarmiento

Sigfredo Ariel llegó a mi casa con unos abanicos de cartón como regalo. Sigfredo Ariel es un poeta cuyos obsequios poseen siempre una hermosa cualidad imaginaria, un vaso comunicante hacia realidades paralelas. Los abanicos tienen los rostros de Kirk Douglas y Gene Kelly, fotografiados en su época de galanes. Se confeccionaron hace más de cincuenta años. Sin embargo, parecen recién salidos de la imprenta. Estaban destinados originalmente a mitigar el calor de los huéspedes del Hotel Granada, una instalación muy modesta en la calle Corrales no. 10 y 12, en La Habana. Open All Night. Este hospedaje era el “preferido para la luna de miel” y “por los viajeros del interior, montado con todos los adelantos modernos”, consignan los textos pretenciosos en el dorso de los abanicos. Sigfredo los encontró en un contenedor de basura en la esquina próxima al antiguo hotel, convertido desde hace décadas en edificio familiar. Allí vio a las luminarias del cine asomar sus caras en medio de hollejos de naranja, borra de café y pedazos de madera vencidas por la humedad. Durante unos minutos, el poeta se convertió en un buzo, una palabra prestada para nombrar a las personas que escarban en los desechos de la ciudad en busca de cosillas de poco valor. En ocasiones, los buzos luchan entre ellos por repartirse la basura. Fueron numerosos los Kirk Douglas y Gene Kelly rescatados por las manos de Sigfredo. Y de las suyas han pasado a las manos de algunos de sus amigos.


Un poeta siente el deber de rescatar la nostalgia del fondo de la basura.

Fachada del antiguo hotel Granada, calle Corrales no. 10 y 12, entre Egido y Zulueta. La Habana

Los abanicos han resistido varias décadas su propia vejez y la de los huéspedes del hotel y también la desaparición de sus habitaciones.

Esquina de Corrales y Zulueta. La Habana .Hasta hace unos años en esta esquina estuvo la posada, digo, hotel Venus.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

VENTANAS DE LA HABANA.



Por: Lázaro Sarmiento


En esta casa en la calle Tejadillo se venden antigüedades. Los viejos anuncios de Coca Cola, que en una época estuvieron en calles y en las paredes de bodegas y cafeterías, constituyen una de las principales ofertas. Me gustaría llevarme algunas de las cosas exhibidas en esta sala habanera pero el bolsillo y las pautas del minimalismo lo impiden.






San Lázaro es uno de los santos más venerados en Cuba. Este joven cumple una promesa de vestirse con prendas de fibra de saco y empujar descalzo una carretilla con la imagen del santo por las calles de La Habana Vieja. Aquí hace una parada en el Café Luz de la calle Obispo. Cada 17 de diciembre se produce la apoteosis de la adoración a San Lázaro con masivas peregrinaciones hasta el sanatorio del Rincón, en las afueras de la capital.

Es probable que las antiguas taquillas del balcony del cine Actualidades de La Habana nunca vuelvan a prestar servicio. Hasta hace muy poco tiempo el Actualidades era el cine en funciones más antiguo de Cuba (algunos dicen de América Latina) pero ya estas ventanilla no se usaban. Desde el pasado año el local está cerrado.



lunes, 9 de noviembre de 2009

LAS MENTIRAS MÁS CRUELES



En el inicio del capítulo tres de su novela Contact, el astrónomo y escritor Carl Sagan colocó las siguientes frases:

“Las melodías que pueden escucharse son dulces, pero aquellas que no pueden escucharse lo son más”. John Keats, Oda a una Urna Griega.

“Las mentiras más crueles a menudo se dicen en silencio”. Robert Louis Stevenson, Virginihus Puerisque (1881).

Y más adelante, en el mismo capítulo, cita a Franz Kafka:
“Las sirenas poseen un arma más letal aún
que su canto: su silencio...
es posible que alguien haya podido escapar
de su canto
pero de su silencio, jamás.”


Arriba: The Warlhol Collection.

sábado, 7 de noviembre de 2009

KING Y LAS LUCES DEL PRADO.

Por: Lázaro Sarmiento


King se recostaba todas las noches a la farola de la esquina de Prado y San José, a unos pasos de la marquesina del cine Payret. Y lo hacia con la naturalidad de un bajorrelieve viviente del Paseo del Prado de La Habana. King había sido ayudante en el estudio fotográfico Narcy, en la época de los reportajes de farándula en la revista Bohemia y los anuncios de cerveza con lindas modelos en las vallas de las carreteras.

Narcy, “fotógrafos de los artistas”, siempre estuvo después de Armand, “el fotógrafo de las estrellas”. Ese mundo era historia muy antigua, cuando un amigo cazador de anécdotas y productor de discos hizo que me fijara en aquel señor mayor, pulcro, perfumado y bien vestido, conversador y memorioso, que cada noche se “encadenaba” a la luminaria de la entonces concurrida esquina del Payret . Lo rodeaban amigos ocasionales y principiantes que aprendían “de la vida” con la experiencia de la gente de más edad.

Casi todas las vedettes de los tiempos de King en la fotografía estaban retiradas en Cuba o el extranjero y algunas vivían en asilos. Sin embargo, King continuaba trabajando la imagen. Ahora sus ojos seguían a jóvenes de la ciudad y el campo, que alardeando de sus hormonas, músculos, gestos y camisas semiabiertas, desfilaban delante de sus espejuelos de aumento: desde el portal de La Sortija hasta el Parque Central, y luego el mismo trayecto a la inversa. King era feliz en aquel pedazo de acera, de donde solo se apartaba para ir al Teatro Musical o a las funciones de ópera y ballet de la sala García Lorca. Pero un día no se le vio junto a su farola. Había enfermado.

Fui con el productor de discos al apartamento de King en la calle San Miguel para conocer su estado de salud. Allí se había construido una especie de jaula dentro de la propia casa. En la puerta de su habitación que daba a la sala relucía un enorme candado. Años atrás trajo a vivir con él a una muchacha necesitada de vivienda. Luego la muchacha se enamoró, se casó, tuvo hijos que ahora corrían por la edad de la peseta, y King se convirtió en una persona ajena en el seno de la familia que una vez quiso inventarse. Ellos hablaban de temas que a él no le interesaban, veían en televisión programas que a él no le gustaban, y lo observaban de una manera que a él le dolía. Por último, ellos obtuvieron de las leyes derechos eternos de ocupación del inmueble.

King no podía recibir las visitas que hubiera querido, ni brindarles té, ni tampoco enseñarles las fotos de artistas que había sacado del estudio Narcy antes de la intervención. Y mucho menos soñar con abanicar en su cama a alguno de los paseantes del Prado durante una noche de calor, aunque el deseo podía costarle la vida como les había ocurrido a otros homosexuales en la ciudad.

De pronto sintió la necesidad de que lo cuidaran. Pensó que lo mejor sería irse a Camagüey a vivir con su única hermana, Carmelina, la cual residía sola en un impresionante palacete colonial. Se despidió de su farola la noche en que estrenaron en el Payret Fresa y chocolate.

Años después me encontré a King ya muy apagado y encogido en la calle República de la ciudad de Camagüey durante un evento de la radio. Y aunque los cuerpos que sus ojos desnudaban los hay en todas la ciudades del mundo, lo primero que me preguntó fue por su esquina de Prado y San José en La Habana.

Me asusta la fragilidad de los paisajes.

Abajo: Acera de La Sortija, en Monte y Prado. Imágenes actuales del Paseo del Prado de La Habana. Arriba izquierda: Obra de Michael Kirkham.






martes, 3 de noviembre de 2009

FORMAS DE HACER EL AMOR: ACTIVOS Y PASIVOS.

Por: Lázaro Sarmiento

Otra vez en el blog un tema sobre relaciones sexuales de pareja. Primero: lo de activos y pasivos no tiene nada que ver con el estereotipo sobre uniones homosexuales. Tiene que ver con el disfrute del placer en una pareja independientemente de su identidad sexual.

Se trata de experiencias basadas en las sensaciones y de ejercicios centrados en el acto de tocar y acariciar, una vez como parte activa y otra como pasiva.

Ahora podemos seguir: durante un tiempo los terapeutas sexuales orientaban a sus pacientes que cuando en la cama asumieran el papel activo, trataran de de complacer a su pareja. Y cuando se comportaran como pasivos, comunicaran a la otra persona todo lo que les gustara y todo lo que no les agradara. Así nuestra pareja actuaría pensando en nuestras expectativas. Sin embargo, esta conducta podía generar mucha tensión.

En la actualidad hay terapeutas que han modificado esos puntos de vista. Ellos aconsejan que cuando actuemos como activos, debemos tocar para nuestro propio placer y no preocuparnos por lo que esté pensando o sintiendo nuestra pareja, tampoco debemos hablarle durante la experiencia ni pedirle reciprocidad. Debemos dar por sentado que la acaricia le gusta y si hay algo que le disguste ya nos lo dirá. En pocas palabras: cuando seamos activos la única tarea es concentrarnos en nuestras propias sensaciones.

Cuando nos corresponda ser el elemento pasivo, hay que relajarse y centrar la atención en las sensaciones que percibimos cuando nuestra pareja está tocándonos. De lo que se trata es de absorber las sensaciones como una esponja, con la única excepción de que si la otra persona hace algo que nos duele o moleste debemos comunicárselo.

Los autores de un libro que cada día me gusta más, Sexualidad sagrada (Ediciones Robin Book, S.L), consideran que “dividir las actividades en dos papeles específicos también contribuye a conocer más nuestro propio cuerpo-y el de nuestra pareja- que si practicamos tocando los dos al mismo tiempo”.

Y más adelante afirman: “Este enfoque de papel pasivo/papel activo favorece asimismo una actitud que implica compartir y confianza”.

Tal vez en una reencarnación elija la profesión de terapeuta sexual.


Arriba: “El beso. Bela Lugosi, 1963”. Andy Warhol . Mugrabi Collection Abajo: Greta Garbo en Reina Cristina. Allan Grant .
ENLACES RELACIONADOS:
HAY MUCHAS FORMAS DE HACER EL AMOR

domingo, 1 de noviembre de 2009

NOSTALGIA DE LAS CIGUEÑAS RUSAS.


Por: Lázaro Sarmiento

Tengo dos amigos que sienten nostalgia de la época en que las películas rusas (antes soviéticas) eran frecuentes en las salas de la Isla. Ellos descubrieron esta filmografía durante una jornada de cine de la antigua URSS organizada en Cuba en los primeros tiempos de la Revolución. Fueron dos semanas de proyecciones en el teatro Estrada Palma (hoy García Lorca) de La Habana en febrero de 1960. Allí vieron por primera vez El acorazado Potiomkin, Chapayev y Cuando vuelan las cigüeñas.

En las décadas siguientes hasta el derrumbe de la Unión Soviética, los espectadores cubanos nos relacionamos estrechamente con una cinematografía de un aliento artístico diferente y de indiscutibles valores humanistas. Con el tiempo necesitó renovarse, traspasar los límites y adaptarse a un mundo que cambiaba a una velocidad de montaña rusa. Su historia fue condensada y bien contada por la ucraniana Zoia Barash en el libro El cine soviético del principio al fin (Ediciones ICAIC, 2008). Zoia trabaja en nuestro país desde el año 1963 y en la Cinemateca de Cuba llegó a ser especialista de cine de los países socialistas europeos.

Por los días en que mis amigos acudían a las funciones del Estrada Palma, el escritor Guillermo Cabrera Infante, el Caín de las críticas cinematográficas, publicó en el periódico Revolución:


“Resulta curioso anotar que el cine a observar con atención en los próximos en los próximos cinco años sea el cine soviético. Como la Nueva Ola francesa en sus comienzos de hace tres años (Vadim: Y Dios creó la mujer) los indicios son apenas trazos: la muerte de un personaje resuelta por un piano, una tormenta y un sauce llorón; la violación de una muchacha en medio de un bombardeo fulgurante; un amante muerto por su amante entre el estruendo de las olas: Shakespeare, Dostoievski y Cía. Por supuesto que serán dos cines esencialmente diferentes, pero como los jóvenes directores franceses, los jóvenes directores rusos representan el único fenómeno naciente del cine actual.” (13 de marzo de 1960)

Casi cincuenta años después, en la última decena de octubre, se presentó en la sala Chaplin del Vedado una Semana de cine ruso, luego de una larga ausencia en las carteleras de aquí. Me encontré con mis amigos a la salida de la proyección de Somos del futuro, obra realizada en el 2008. Comentamos sobre las condiciones en las que deben trabajar ahora los directores en Rusia y las señales de recuperación de su industria fílmica (unas 100 producciones al año).

Cité al actor ruso Boris Galkin, de visita entre nosotros, quien lamentaba que en Rusia en la actualidad el 75 por ciento de los filmes exhibidos en las salas de cine corresponde a películas norteamericanas. Él dijo a la prensa que “ninguno de los títulos de la muestra clasificaba como filmes comerciales al estilo de Hollywood.”

Mis interlocutores recordaron la belleza conmovedora de Tatiana Samoilova medio siglo atrás, sus ojos orientales, y su llanto en silencio al reconocer que el novio había muerto. Las nueve películas rusas proyectadas en La Habana no disminuyeron la nostalgia que mis amigos sienten por Cuando vuelan las cigüeñas.

Luego, regresaron a su casa a enfrentarse en televisión a los autos, la sangre y el erotismo distorsionado de la Película del Sábado.

Arriba: Fotograma de la cinta Cuando vuelas las cigüeñas. (Letiat Zhuravli) Dirección:Mikheil Kalatozov. Reparto:Tatiana Samoilova, Alexei Batalov.Año:1957.Abajo: Estreno de Cleopatra en Hollywood., 1963 Foto de Barry Feinstein .


jueves, 29 de octubre de 2009

ALBA MARINA Y SU BUSQUEDA EN LAS PROFUNDIDADES


Por: Lázaro Sarmiento

La única vez que estuve cerca de Alba Marina fue en la esquina de las calles K y 19 en el Vedado. Yo iba camino de la emisora COCO y ella venía en dirección contraria, hacia Coppelia. La elegante mezzo-soprano, cuya imagen me era familiar desde niño a través de los programas de televisión, tal vez estaba próxima a cumplir los 70 años. Me llamó la atención que avanzaba con energía faraónica y la mirada fija en el piso de la acera, como quien busca un valioso objeto perdido. Lo que la diva buscaba ese día debía moverse unos pasos delante. Había dejado atrás una cuadra entera pero sus ojos azules, tan impresionantes como su cabellera rubia de valkiria, seguían explorando el cemento que cubre las aceras con esa capa promiscua que es la misma en todas las ciudades del mundo. Sin embargo, Alba Marina estaba lejos de cualquier cualidad gregaria.

En una expedición, siendo adolescente, por una librería de viejo en la Calzada de 10 de Octubre, frente al cine Moderno, descubrí el Álbum de 1959 de los Artistas de CMQ-Televisión. La página dedicada a Alba Marina la retrataba bajándose de un lujoso automóvil , a punto de pisar una alfombra roja fuera de la cámara y luciendo, desde luego, la cabellera-adorno que la distinguía y acompañaba a su voz exquisita en los escenarios, donde había actuado junto a figuras como Maurice Chevalier , María Félix y Nat King Cole.


Hace mucho tiempo extravié ese álbum con las fotos de cantantes, actores y presentadores cuya mayoría envejeció bien o mal, murió o se fue de Cuba. Sin embargo, gracias a los guiños de la fascinación, siempre recuerdo la fotografía de Alba Marina en su época esplendorosa de la CMQ. Incluso cuando escucho la palabra televisión me viene a la mente aquella imagen, originada a casi treinta años de distancia de la mujer real que yo tenía ahora a unos pasos de mi, a punto de atravesar temerariamente una calle habanera mientras sus ojos claros, que ya habían perdido parte del antiguo poderío, seguían atentos a la superficie de la acera.




Durante las tres décadas transcurridas entre ambas imágenes, Alba Marina fue uno de los pilares del Teatro Lírico fundado por la Revolución, viajó por los países socialistas de Europa y obtuvo en 1982 el premio de actuación femenina en el Festival de Teatro de La Habana por su papel protagónico en la ópera La médium.

Ese día daba la impresión de no importarle el tráfico ni el riesgo. Un auto podía atropellarla. Los choferes no tendrían tiempo de detener sus vehículos ante el cuerpo de una dama que, mirando con obstinación el suelo, cruzara la calle como lo haría una reina soberbia en una ciudad operática. Y cuando yo estaba a punto de vencer mi timidez y advertirle del peligro inminente -¡Cuidado, Alba Marina!- ocurrió lo inesperado. La artista, como obedeciendo a un reloj interno, alzó la vista y miró en la dirección del tránsito con un movimiento de muñeca mecánica. Luego, todo en segundos, transformó el gesto rígido en una falsa sonrisa glamurosa y me dedicó una mirada directa que podía parecer inteligente y hasta dulce pero en el fondo me resultó extraña, convulsiva . Entonces se percató de una pausa en la caravana de autos, bajó la acera, clavó de nuevo su mirada en el asfalto y continuó imperturbable hacia lo alto de la calle K.


Después supe que había ingresado en un asilo ubicado al este de la capital. Allí una tarde organizaron un acto para evocar sus glorias como una de las grandes cantantes cubanas de todos los tiempos. Un amigo escritor que tenía automóvil y yo hicimos planes para ir a verla pero nos detuvimos en la casa de un pintor que vivía en el trayecto, y la visita al asilo se pospuso para otra ocasión. No hubo oportunidad. Alba Marina murió en 1994. Lo que ella buscaba con obstinación unos años antes , la única vez que la vi de cerca, debió ser un objeto muy raro , cuya identidad permanecía blindada detrás del brillo de sus ojos , o en la profunda dureza de las aceras de El Vedado.



miércoles, 28 de octubre de 2009

SEXO CREATIVO.

El orgasmo puede planificarse, o surgir como una sorpresa.


Por: Lázaro Sarmiento

Las etiquetas de sexo atraen lectores para el blog. Es lógico, sexo, erotismo, sexualidad, orgasmo, etc. constituyen términos muy tecleados en las búsquedas en internet. Y no solo en la red, en la vida real el sexo es una de las preocupaciones claves (o placeres). Pero muchas personas tienen dificultades para relacionarse de una manera natural con el sexo. Por otra parte, están los retorcidos o los autocensurados por sus propios prejuicios. También los muy tímidos, a los que respeto. Y no estoy refiriéndome a la pornografía.

Hablo de lo que ocurre de mutuo acuerdo entre los miembros de una pareja cuando van a la cama. Y algo que casi siempre pasa en esa gozosa intimidad es el logro del orgasmo. Y también casi siempre todos queremos alcanzar un gran orgasmo sexual. Eso lo podemos garantizar, por ejemplo, acumulando gran cantidad de tensión o carga energética de antemano.

En el libro titulado Sexualidad sagrada - Ediciones Robin Book S. L- uno de los autores señala que “de la misma manera que tenemos un umbral para el dolor lo tenemos también para el placer. Cuanto más placer contengamos, de más energía para el éxtasis disfrutaremos. Comprometámonos a superar nuestro nivel de tolerancia normal”.

Y más adelante, nos dice que el evitar el orgasmo en alguna sesión, lo viviremos mucho más entrañablemente en otras. “El hecho de tomarse un respiro por lo que se refiere a los orgasmos genitales no significa que nos olvidemos de nosotros mismos. Más bien estamos explorando otras dimensiones del propio mundo amoroso. Visto con perspectiva, estamos contando con un gran orgasmo”.

Y por último se recomienda detenernos y apartar el cuerpo del otro al crear la presión para la unión genital propiamente dicha. Esta técnica puede llevarse a cabo antes o cuando se ha realizado la penetración. Sucede que en estas circunstancias, una breve separación a la fuerza aumenta el frenesí.

Aunque no me gusta llevarme a la cama los manuales de autoayuda, creo que debemos tener muy en cuenta lo que recuerda el texto de Sexualidad Sagrada: El orgasmo sexual puede planificarse o surgir como una sorpresa."

El resto es creatividad individual.

Arriba izquierda: Foto de Nan Goldin.


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