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martes, 16 de junio de 2009

EN UN BESO, LA VIDA


La palabra victrola quedó anclada para siempre a un tipo de música: el bolero. El investigador Leonardo Acosta se refiere a esta modalidad en un texto titulado El bolero y el Kitsch:

“Lo que llamamos bolero de victrola era lo que se escuchaba en bodegas, bodegones, bares de mala muerte y, desde luego, en los burdeles, donde hombres marginados o no y las propias ‘camareras del amor’ se veían reflejadas en las incidencias de un buen bolerón, que se paladeaba igual que – y a veces junto a – una cerveza. El machismo y la guapería, integrantes de lo que puede dominarse cómo ‘complejo del machihembrismo’, fueron producto de una sociedad injusta, y la música que los reflejó no debe ruborizarnos, porque es también parte de nuestro patrimonio cultural, y con aquellos temas y lenguajes se hicieron excelentes boleros y canciones que ha menudo han trascendido todas las fronteras (nacionales, clasistas y regionales) para convertirse en clásicos en el nivel mundial”.

Mientras que las victrolas clásicas terminaron oxidadas y destruidas por el tiempo o la indolencia, muchos de los boleros que estas máquinas amplificaron han llegado hasta nuestros días. Recuerdo de niño las victrolas poderosas, plateadas, en los cafés de los pueblos de la Carretera Central, observadas en los viajes de La Habana a Madruga, donde nací.

Han cambiado las estéticas, los estilos de vida, las modas, los giros del lenguaje y los artefactos, incluso los virus mutaron. No estoy seguro de que haya cambiado mucho la psicología que proclamó desde el corazón de una victrola…En un beso, la vida….

Acosta, Leonardo. El bolero y el Kitsch, en Revista Letras Cubanas, No. 9, La Habana, 1988.

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lunes, 17 de noviembre de 2008

Otros mundos: el cine del Barrio Chino.
Por: Lázaro Sarmiento

Entremos al Águila de Oro, el cine del Barrio Chino de La Habana y uno de los pocos cines de barrio que aún funcionan. En las paredes hay una decoración que sugiere varias lecturas.



1.- Expresa la voluntad de los empleados por dignificar su labor y embellecer el local.

2.-Los murales de recortes sustituyen elementos decorativos que deberían formar parte de una real estrategia publicitaria y un buen diseño artístico.

3- Al decorar el reducido recibidor con estas fotos y carteles están enfrentando el temor de que el local pueda ser cerrado. Los cines de barrio están en extinción y este “debe estar en remojo”.

4.- Hay un desfase entre las imágenes y el deterioro general de la instalación.

5.- Lo kitsch, lo espontáneo, pasa a ser secundario.

6.- Refleja pequeños mundos ocultos con una capacidad espontánea para constituirse.

El Águila de Oro tiene algo de caja china. En lo que era la platea original han construido en un rincón una habitación pequeña, como una caja. Dentro proyectan películas en video, la mayoría de artes marciales, aunque también se incluyen cintas como Helena de Troya.


Miles van der Roher, refiriéndose a la arquitectura, decía: Dios está en los detalles. Un frío espíritu esteticista tal vez dejaría fuera los detalles este local.

Yo prefiero tratar de interpretar los mensajes que ese dios de barrio está transmitiendo.
ecoestadistica.com