miércoles, 22 de octubre de 2008

ROSITA FORNES Y LA ADORACION DEL PUBLICO.


Por: Lázaro Sarmiento

Hace unos días, en el Anfiteatro de la Avenida del Puerto de La Habana, Rosita Fornés celebró el aniversario 70 de su debut. Mientras presenciaba el espectáculo recordé Toda una vedette, quizás la última de las grandes revistas protagonizadas por la Fornés. Entre ambas presentaciones habían transcurrido casi veinte años. Sin embargo, algo se mantenía intacto: las expresiones de adoración del público.

Desde el fondo de la platea avanzó en el personaje de Cleopatra sobre una parihuela dorada, sostenida por un grupo de musculosos súbditos musculosos. Los flecos negros de la peluca resaltaban la piel blanquísima del rostro .El cuerpo reclinado en almohadones mostraba los muslos aún victoriosos entre tules. La mirada en tic tac hacia ambos lados del pasillo lanzaba destellos de satisfacción. El público gritó, se paró, pataleó, lloró, quemó las palmas de sus manos. Estas eran las emociones que Rosita Fornés desencadenaba en 1989 en el teatro Mella de La Habana.

Los bailarines que conducían la litera se tomaron su tiempo para que cientos de pupilas observaran “de cerca” a la Reina de Egipto en su pública y democrática esplendidez. Y cuando la caravana subió a la artista hasta lo alto del escenario comenzó el repertorio de adjetivos desde el lunetario:

Rosita faraónica… Bellísima… Rosita tridimensional...Regia… Cuello de porcelana… Que Dios venga y vea a esta señora… Bravo… Tú eres la mejor… Rosa de Cuba…Perrísima…¡¡¡¡

En un momento cumbre de la revista, el Chino Castellanos agarró las piernas de Rosita Fornés y por unos instantes sostuvo su cuerpo en el aire contra la gravedad de la pista. Parecía la imagen de una trapecista en su mejor forma. Fue una proeza acrobática en una mujer que tenía entonces 66 años.


Esa noche de 1989 ocurrieron simultáneamente dos espectáculos en el teatro de la calle Línea de La Habana: uno en el escenario y el otro en la platea. Luego, a la salida, Rosita fue esperada por una muchedumbre, similar a la que la despedía cada semana en el edificio Focsa después de su show de televisión. Y como si dispusiera de todo el tiempo del universo, saludó con oficio de diva a las numerosas personas que se le acercaron queriéndola tocar, besar, ver, fotografiar, respirar su perfume, alcanzar unas fibras de su cabellera…Luego, el chofer puso en marcha el motor y ella se fue envuelta en los cristales oscuros del auto .

Pocas figuras son capaces de provocar reacciones tan apasionadas entre sus seguidores como las suscitadas por Rosita Fornés. El registro adecuado de ese comportamiento de fervor popular quizás hubiera dado como resultado un filme, o un libro, con un poderoso aliento sociológico.

Fotos: Lázaro. Anfiteatro del Puerto de La Habana .18.10.08

lunes, 20 de octubre de 2008

¿Para qué sirve la cultura?
Por: Lázaro Sarmiento

Parece una pregunta ingenua, formulada por un niño .Y así es. Me la hizo el pequeño vecino del apartamento de al lado cuando me pidió buscar en la enciclopedia digital Wikipedia una definición de la cultura.

Prefiero apagar por un momento la computadora y explicarle como la cultura está vinculada a las ideas de libertad y a las luchas revolucionarias de los cubanos desde que el 20 de octubre de 1868 Carlos Manuel de Céspedes y los pobladores de Bayamo entonaron la melodía que sería nuestro Himno Nacional. En homenaje a esa jornada gloriosa se escogió esta fecha como el Día de la Cultura Cubana .

Luego le conté esta anécdota: En el año 1934, el escritor francés André Malraux, durante una visita a una fábrica de Moscú, le preguntó a un obrero soviético por qué leía. El obrero le contestó: Para aprender a vivir.

Entonces la cultura nos enseña a vivir. Pero no basta con vivir solamente. Hay que vivir con dignidad y eso solo es posible si somos libres. El Apóstol José Martí lo expresó en una frase que en un época estaba impresa en las libretas escolares de los niños cubanos: “Ser culto es el único modo de ser libre”.

Y en este momento mi vecinito habló de la Edad de Oro y de los personajes del libro. Me pidió que buscara imágenes de Martí en la computadora. Él elegió un Martí pintado por Raúl Martínez.

¿Para qué sirve la cultura? En primer lugar para aprender a vivir como personas libres. Con esta frase concluyó por esta ocasión el diálogo con la personita de al lado de mi casa. La próxima vez trataré de explicarle como la cultura nos enseña a encontrar la verdad.
Imagen: Raúl Martínez: Martí (1994).
Técnica mixta sobre cartulina (73 x 51 cm).

domingo, 19 de octubre de 2008

ROSITA FORNES, HISTORICA.


Concierto en el Anfiteatro de La Habana por el aniversario 70 de su debut.


Por: Lázaro Sarmiento

1. La Corte Suprema del Arte convoca entre sus concursantes a Rosita Fornés. Casi niña se coloca frente a los micrófonos del famoso programa de CMQ con el sueño de convertirse en estrella de la radio. Afuera, las orquestas llenan de sonidos los Aires Libres del Prado. En el Capitolio de La Habana los políticos inflan los presupuestos y se reparten las ganancias. En Europa, las cancillerías tratan de calmar el apetito expansionista de Hitler. En Hollywood, se discute sobre la actriz que interpretará el papel de Scarlett O’Hara en Lo que el viento se llevó.


2. Pinturas de labios, fronteras, ideologías, vestuarios, muros, pasillos de baile, torres, canales de comunicación, máscaras, productos enlatados, naves alrededor del planeta, virus, sueños y hasta formas de hacer el amor han desaparecido y vuelto a nacer .El mundo ha cambiadovertiginosamente desde los días del debut de Rosita Fornés en La Habana en octubre de 1938. Durante todo este tiempo, ella ha sido aplaudida, mimada, criticada, deseada o querida. Rosita Fornés ha sobrevivido a todos y…a todo.


El joven cantante Ariel Venero en su mejor estilo de galán le entrega una flor a la Fornés, mientras sus compañeros Bernardo Lichilín y Camilo Mederos esperan su turno .


3. El concierto de Rosita Fornés este 19 de octubre de 2008 en el Anfiteatro de La Habana Vieja es histórico por diversas circunstancias. En primer lugar, porque fue una noche única para celebrar sus siete décadas de vida artística. Y porque en el escenario mantiene la ilusión de que sigue siendo lo que sus seguidores esperan de ella: una estrella. Durante el espectáculo logra que el público olvide su edad, los problemas de cadera y todas las referencias de moda.


4. Setenta años después de su juvenil debut ante los micrófonos de la radio de la Isla, Rosita Fornés muestra una inteligente decantación de su estilo de gran vedette. Hay la sensación de que el concierto transcurre fuera de cualquier cronología. Incluso, imita sus antiguos gestos sensuales durante la interpretación de El hombre que me gusta a mí, de Frank Domínguez. Es otra la orquesta, son otros sus partenaires, ella cambia para continuar siendo quien es. En figuras como Rosita Fornés el oficio de estrella es un trabajo a tiempo completo, casi de obrera.



Fotos: Lázaro Sarmiento.

sábado, 18 de octubre de 2008

El erotismo de la radio.

“Aquel descubrimiento me preparó para apreciar el erotismo de una voz, igual que el cine me había enseñado a leer el erotismo de los rostros. De manera que ciertas voces de la radio entraron a saco en mis noches de niño y, según, la intensidad de las emociones, intensificaron la temperatura de mis fantasías”.


Estos textos son del libro El Peso de la Paja, Memorias El cine de los sábados (Círculo de Lectores, 1990), del escritor español Terenci Moix. En sus páginas evoca los años de su infancia y adolescencia en Barcelona durante las décadas de 1940 y 1950. El cine ya entonces era su gran pasión pero también descubrió la radio y todas sus ficciones.



El niño Terenci escuchaba los radioteatros desde la cama, donde comenzó a saber de las grandes pasiones y a medida que avanzaba el drama radiofónico… “las voces empezaban a excitarme, mi cuerpo se encogía sobre sí mismo y, cuando ya estaba convertido en un ovillo, la mano iba en busca del sexo y acababa cerrándose sobre él. Mientras esto hacía, la voz de un narrador contaba que ya anochecía sobre los tejados de Nueva Orleáns.”

“La voz de la criolla indómita y del rudo plantador dispuesto a domarla se instalaban en la oscuridad propagando timbres todavía más oscuros, despidiendo ecos roncos, respiraciones entrecortadas, respuestas insolentes y declaraciones atrevidas. De vez en cuando irrumpía el narrador, cuya voz nunca fue neutra, tanto participaba en la acción, describiendo climas cálidos, pieles sudorosas y hasta perlas que se encendían sobre el escote palpitante de la heroína”

“Así se iba encendiendo mi fantasía, y así iba yo cumpliendo el rito hasta que, de pronto, llegaba un mensajero para informar que Abraham Lincoln acababa de montar el cirio de la Secesión. Las escenas de guerra, tanto en la radio como en el cine, me aburrían soberamente. De ahí que siempre me haya parecido un pelmazo el señor Abraham Lincoln. Porque cortaba mis …CENSURADO…¡ en el momento culminante.”

Nota: El Peso de la Paja es el nombre de una céntrica plaza de Barcelona.

viernes, 17 de octubre de 2008

La Habana: la belleza del conflicto.
Por: Lázaro Sarmiento

¿Donde está la belleza de una ciudad? A esta pregunta se puede responder con diversos argumentos. Hasta con engaño, ingenuidad o confusión. Alguien pudiera decir que la belleza de una ciudad está en su gente. Pero la gente no es la totalidad de una ciudad. Una aproximación al tema la encontré leyendo una entrevista al arquitecto Manuel de Solà-Morales, quien fue director de la Escuela de Arquitectura de Barcelona y fundador Laboratorio de Urbanismo, un centro de reflexión teórica. Para empezar, Solà-Morales dice que a lo mejor las ciudades de hoy no son muy bonitas, pero son mucho más interesantes de lo que eran las ciudades históricas.

“Son más complejas en su funcionamiento, contienen más diversidad de elementos, la gente es más capaz. Cada persona, familia, vivienda, oficina, aeropuerto, estación o playa es capaz de contener muchísima vida, y vida distinta. La ciudad es una máquina cada vez más rica y diversa. A lo mejor, incluso la estética de cierto desorden nos empieza a interesar. Cambiamos la estética tradicional por la diversidad, por la vida, y eso es muy importante, porque la gran fuerza de la ciudad es que sigue atrayendo a la gente, y cuánta más, mejor. Y su verdadera belleza interna, su riqueza, su vida, son también sus conflictos, porque el conflicto forma parte de la imagen de una vida mucho más moderna. En la ciudad histórica parecía que no había conflictos, todo tan ordenado, los paseos tan verdes... Esta energía, en la que no todo es delicioso, pero es muy veraz, creo que es una belleza que han adquirido o adquieren nuestras ciudades, tan interesante como la de orden formal.”

No digo que estas opiniones interpreten la realidad de las ciudades cubanas. Seguramente Manuel de Solà-Morales esta pensando, en primer lugar, en las ciudades europeas y en su experiencia como arquitecto. Sin embargo, sus palabras contienen razonamientos válidos para otras urbes del planeta y sus habitantes. Por ejemplo, a la pregunta ¿Qué es lo esencial que tiene que dar hoy la arquitectura al ciudadano?, el arquitecto catalán responde:

“El sentido de pertenencia, ciudadanía se diría en el castellano más clásico .Cuando vas a un buen paseo o parque, en Madrid u otra ciudad, en parte la sientes tuya; entiendes que mucha gente la ha hecho y que formas parte de esa ciudad. El cambio de lo subjetivo a lo colectivo, eso es lo que hace la ciudad, que es lo contrario del campo. En la ciudad vivimos con la total sensación de que compartimos, y eso en la buena arquitectura es fundamental. Al final no hay distancia entre urbanismo y arquitectura, que buscan lo mismo”.

La frase puede parecer naif, pero cada día siento La Habana más mía y la urgencia de que la pensemos todos.

Fotos: Lazaro

Leer entrevista:
http://www.elpais.com/articulo/portada/interesa/piel/ciudades/elpepusoceps/20081012elpepspor_3/Tes/

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