viernes, 8 de enero de 2010

LA PROSTITUCION EN LA VIEJA HABANA.


Por: Lázaro Sarmiento

Sobre el tema de la prostitución en La Habana anterior al triunfo de la Revolución hay diversos matices y visiones. Por ejemplo, el ensayista Guillermo Jiménez discrepa de la afirmación de que el chulo era el personaje que dominaba la prostitución en todos los casos:

“Eso no ocurría realmente en La Victoria. La Victoria era un gran negocio, con casas de prostitución aristocráticas. Allí las mujeres eran presentables, cuando comenzaban a mostrar deterioro físico, las eliminaban. Existían los chulos, naturalmente, que formaban parte de la prostitución del lugar, para apaciguar las posibles violencias, que no las había mucho en los prostíbulos. Pero quienes dominaban realmente los mejores prostíbulos de La Victoria eran dos o tres homosexuales que había allí: Beto, Otto y un tercero que conocía de niño y era mi amigo, que se llamaba Tomasito. Desde luego, era nacido varón. Tomasita se convirtió en una gran potencia de la trata de blancas que se desarrolló en la década del cincuenta entre La Habana y Caracas. Y si había chulos importantes era, precisamente, los chulos de estos homosexuales. Había también una mujer muy famosa, muy atractiva, que era una de las grandes propietarias: tenía algunas casas. ”

Palabras de Guillermo Jiménez Soler durante su conversatorio en la Maqueta de La Habana, el 6 marzo de 1998. Esta intervención aparece incluida en el libro La Habana que va conmigo, selección de Mario Coyula (Letras Cubanas, 2002).

La Victoria es un barrio de Centro Habana.

Guillermo Jiménez Soler (La Habana, 1936) fue combatiente clandestino del Directorio Revolucionario, comandante del Ejército Rebelde y presidente del Banco Nacional de Cuba. Abogado, periodista y ensayista, es autor del los formidables libros Las Empresas de Cuba 1958 y Los propietarios de Cuba 1958.

miércoles, 6 de enero de 2010

LA HABANA DIFUNTA, UNA VISION.

Una opinión en pocas palabras sobre La Habana anterior a los años sesenta, muy diferente a la de aquellos cronistas y novelistas que recrean una ciudad fabulosa en cuanto al ocio y la vida nocturna, ofrece Leonardo Acosta en el artículo Un mano a mano con Félix B. Caignet publicado en la Gaceta de Cuba (no. 5, 2009):

“En cuanto a esa Habana tan mitificada adonde acudían los ‘famosos' de entonces, ciudad que a semejanza de Nueva York ‘nunca dormía’, con cien nigth clubs y puras estrellas en cada uno, con una música en plena Edad de Oro, a la par de sus espectáculos nocturnos, confieso que la viví y puedo certificar que en gran parte se trata de una leyenda bien maquillada y magnificada para consumo de los turistas de antes y de ahora. Los ‘misterios de La Habana’, sazonados a lo chef Eugenio Sue, con sus antros de vicio, pecados inconfesables y mafias siniestras al acecho, son más de utilería que otra cosa, para olvidar la otra cara de nuestra capital: una ciudad algo polvorienta, calurosa a pesar de los alisios y los nortes y, sobre todo, aburridísima…; y ésa era la cara habitual”.

En el artículo citado, el ensayista, poeta, musicólogo y saxofonista Leonardo Acosta (1933) brinda sus opiniones sobre el libro de Reynaldo González El más humano de los autores, obra a la que califica de ensayo, biografía del escritor radial y compositor Félix B. Caignet, investigación histórica y sociológica sobre la Cuba de los años 1936-1966 y provocativo mural costumbrista.

Arriba derecha: Esquina de Prado y Neptuno, a un costado del Parque Central. El anuncio de la bañista de la trusa Jantzen fue uno de los lumínicos símbolos de La Habana de los años cuarenta y cincuenta. Ha sido nombrado en diversos textos literarios, entre ellos La Habana para un infante difunto, de Guillermo Cabrera Infante.

martes, 5 de enero de 2010

SIEMPRE BUSCAREMOS LA NOSTALGIA.


Por: Lázaro Sarmiento

La nostalgia puede ser una estrategia inteligente, aunque pocas veces estemos conscientes de ello. Un estudio realizado hace un par de años en la Universidad de Southsampton, en el Reino Unido, entre estudiantes británicos, chinos y norteamericanos, demostró que aquellos que evocaron un recuerdo nostálgico se sintieron luego mucho más felices que quienes habían recordado algo ordinario.

Ese poder de la nostalgia de influir en el estado de ánimo actúa en mí cada vez que exploro los recortes de prensa, viejas portadas y hojas sueltas que a través de los años se han ido acumulando , sin ninguna pretensión, en alguna gaveta, dentro de libros o en sobres amarillos . Su principal valor es que construyen la memoria, el itinerario, de antiguas emociones.


Cuando deslizo la vista y los dedos sobre estas imágenes y textos, siento una felicidad conocida y lejana a la vez. Es una nostalgia que se alimenta de las historia de los otros.

Arriba, izquierda: Ejemplar de la revista Filmòpolis de 1932 con Norma Shearer, estrella de la Metro, promocionando su película Vidas íntimas. Es difícil no sucumbir a la mitología de las actrices del cine dorado de los años veinte y treinta.

A la derecha: Anuncio de la línea de trasatlánticos Pinillos, en la Guía de La Habana de 1917. En uno de los buques de esta compañía llegaría dos años después mi abuelo Manuel desde las Islas Canarias, al igual que muchos de sus compatriotas.


Durante mucho tiempo esta foto estuvo colgada en mi habitación. Tiburón me convertió en fan de Steven Spielberg.

La primera de las divas y el galán en pose de gigoló .Ella 89 años. Él 40. En 1981 un amigo me trajo de España este recorte de El País donde aparece Francesca Bertini en el Festival de San Sebastián acompañada por el actor Fabio Testi. En una época anterior a internet los recortes de prensa extranjera eran el equivalente a los sitios web de la actualidad . Francesca Bertini fue una revelación tardía para mí. Siempre he imaginado que hilos invisibles prendidos en las pestañas mantenían abiertos los ojos de la legendaria anciana.


Este ticket me trae a la memoria que, de niño, mi madre me llevó a los espectàculos de las tres carpas de teatro que había en La Habana. Estaban en la Víbora, Marianao y en la calle Infanta. Recuerdo haber visto en uno de estos escenarios a Zenia Marabal.




En una librería de viejo compré por un peso esta revista de septiembre de 1937 sobre la radio y la televisión en Estados Unidos. El editor era Hugo Gernsback. Las librerías de viejo han perdido en La Habana su antigua inocencia.

lunes, 4 de enero de 2010

VAMPIRISMO: FORMA DE LA DEVORACION AMOROSA.

“Tal vez un día el hombre, cansado de preparar, de vincular, de explicar, llegue a escribir sólo fragmentos”. Con estas palabras de Samuel Johnson, el exquisito escritor cubano Antón Arrufat abre su libro Ejercicios para hacer de la esterilidad virtud (Edición Unión, 2007). Unos textos, fragmentos de la vida, cuyo género literario resulta difícil de clasificar.

“El atractivo del vampirismo –dijo mientras caminaba- reside en que es una metáfora del amor. Eso mantiene estremecidos a los espectadores (o lectores) ante el vuelo del vampiro, como creyentes, deseando también morder al amante y chuparle la sangre. La sangre, símbolo de tantas cosas esenciales: la sangre derramada, el sacrificio, el erotismo, el color rojo, el precioso don…Vampirismo: forma de la devoración amorosa. El intento de comerse a quien se ama. Empezar por la sangre… ¿Comérselo o intentar –soñar- un viaje por sus arterias, conocer su páncreas y dormir en sus ventrículos?”

Antón, muchos, alguna vez, gozando del sexo como la carne y las circunstancias mandan, hemos interpretado con devoción el papel del vampiro. (¿Acaso qué son esas marcas dejadas en la otra piel?)

Hace nueve años , el escritor Antón Arrufat - junto a otras personalidades de las artes y letras- sirvió en La Habana de modelo para un reportaje especial sobre Cuba publicado en la revista italiana Io Donna (No. 2, 2001). ) En la foto, mostrando una prenda de Prada.

“Imagina ver todo distinto: susceptible a resortes que a los demás nada importan ni nada significan: alargan la mano con la mayor naturalidad.
Imagina ver todo distinto: para él un movimiento de su brazo implica una aventura o una debilidad enamorada de sí misma”. (Ejercicios para hacer de la esterilidad virtud )

Dante´s Cove inició con éxito en el mundo de las series para televisión el tema del vampirismo gay.


Unos instantes antes de redactar este post, leo en 20minutos. es : “Eclipse, la próxima entrega de la saga vampírica Crepúsculo, promete ser mucho más "brutal y oscura" que Luna Nueva. Así al menos lo asegura una de sus estrellas, Charlie Bewley, el joven actor que interpreta a Demetri, un vampiro del clan de los Volturi. ‘Eclipse tiene este estado de ánimo diferente, más oscuro, brutal y vicioso’, afirmó.”

sábado, 2 de enero de 2010

LA CUBANIDAD Y LOS ESTEREOTIPOS.

En una amplia entrevista publicada en Revolución y Cultura (No. 2, 2009) le preguntan al escritor Abilio Estévez ¿Cuáles son los estereotipos de la cubanidad que más le molestan y por qué? El autor de Inventario secreto de La Habana y Tuyo es el reino responde:

“Todos los estereotipos son incómodos, ¿no? Cuando me preguntan qué es la cubanidad, no sé responder. Sólo lo sé cuando no me preguntan. Como San Agustín con el tiempo. Y por lo general sé un poco de cubanidad por negación. Quiero decir, sé que no soy francés, catalán ni boliviano. Me gusta, por ejemplo, mirar descaradamente al otro, algo que en Barcelona puede ser de mal gusto. Y en Nueva York algo peligroso. Por supuesto, me molesta que digan que somos un pueblo muy alegre y con un gran sentido del humor. Le encanta el choteo y quizá s sea bastante irresponsable, pero de ahí al sentido del humor hay un enorme trecho de verdad. Creo que tras la máscara de ‘lo gracioso qué somos’ existe una gran solemnidad. Observen qué en serio nos tomamos, cómo nos creemos el centro del mundo. El tono enfático y grave de nuestros políticos, desde Martí hasta hoy. Cuando estoy en una fiesta y digo que soy cubano, por poner otro ejemplo, todo el mundo me pide que baile. Y no sé bailar. Es el momento de la vida en que más envidio a Carlos Acosta. Una vez Abelardo Estorino respondió: ‘Soy cubano, no tengo nada que explicar’. Yo nací en La Habana, soy habanero, de manera que no es algo que experimente. Es algo que los demás experimentan por mí. Es algo de lo que se percatan los otros. No sé muy bien qué es ser cubano. ¿Será que me gusta mucho Ñico Membiela? ¿O tal vez que odio el calor? ¿Y qué disfruto mucho los dulces muy dulces?”

La entrevista titulada Nombrar a Abilio Estévez fue realizada por Elizabeth Mirabal y Carlos Velazco. Ambos obtuvieron en el 2007 el Premio nacional de Periodismo cultural Rubén Martínez Villena, otorgado por la Asociación Hermanos Saìz .


Fotografía de Alfredo Zamora: Fiesta en Bayamo.
ecoestadistica.com