miércoles, 27 de mayo de 2009
PROTESTAS CONTRA CINES DE MEDIANOCHE
El periódico El Mundo publica un comentario sobre las cartas enviadas al alcalde de La Habana, Varona Suárez, en las que se solicita se sitúe un inspector en el cine Campoamor. Los autores de las misivas alegan que en este local “se vulnera los principios de la moral pública” aprovechando la densa oscuridad durante las funciones cinematográficas, lo cual ofende a las familias respetables que acuden a dicha funciones. (23 de Febrero de 1917)
La información anterior está incluida el libro La tienda negra. El cine en Cuba (1897-1990), de María Eulalia Douglas (Cinemateca de Cuba, La Habana, 1996). El cine Campoamor mencionado en las cartas al alcalde habanero no es el que está ubicado en la actualidad en la esquina de Industria y San José (ahora casi en ruinas), sino otro que existió frente al Parque Central, inaugurado en 1915 y demolido en 1925.
Veintiocho años después de las quejas sobre el Campoamor se formula una petición parecida en la prensa habanera de la época :
Algunas entidades y personas solicitan del alcalde de La Habana se suspendan las tandas de las doce de la noche en los cines, alegando que en tales funciones se producen actos atentatorios a la moral, por el tipo de público asistente. La solicitud no es aceptada. (Mayo de 1945)
domingo, 24 de mayo de 2009
LO SIENTO, MALAS NOTICIAS DESDE GROENLANDIA
Por: Lázaro Sarmiento
Un oyente de la estación de radio en la que laboro me reprocha la cantidad de informaciones negativas que incluyo en el programa de ciencia, tecnología y medio ambiente que escribo cada día. Él desea escuchar noticias más optimistas sobre el estado del planeta.
Hoy revisé los libretos de las dos últimas semanas. Quiero saber si hay un balance adecuado de las informaciones divulgadas y hasta que punto las malas noticias sobre el calentamiento global, los océanos, la diversidad y los recursos del planeta están diseñando un paisaje tan sombrío que provoca la protesta de este radioescucha.
Un oyente de la estación de radio en la que laboro me reprocha la cantidad de informaciones negativas que incluyo en el programa de ciencia, tecnología y medio ambiente que escribo cada día. Él desea escuchar noticias más optimistas sobre el estado del planeta.
Hoy revisé los libretos de las dos últimas semanas. Quiero saber si hay un balance adecuado de las informaciones divulgadas y hasta que punto las malas noticias sobre el calentamiento global, los océanos, la diversidad y los recursos del planeta están diseñando un paisaje tan sombrío que provoca la protesta de este radioescucha.
Los niveles de agua de algunos de los principales ríos del mundo se han reducido de manera significativa en los últimos 50 años. Entre ellos el Ganges y el Níger.
La organización Conservación Internacional señala que el 86 por ciento del hábitat de los 34 puntos calientes de la biodiversidad mundial ha sido ya destruido.
Algunas petroleras que perforan en el mar ignoran las peticiones para proteger la ballena gris.
La Antártida se calienta como el resto del planeta.
En una década el cambio climático volverá al Ártico navegable en verano.
Menos del uno por ciento de los océanos tiene estatus de protección.
El 40 por ciento de los arrecifes del Triángulo de Coral en Indonesia ya se ha perdido.
También hubo malas noticias sobre los orangutanes del Congo, el hielo de Groenlandia, los bancos de pesca, la contaminación atmosférica y las ciudades enclavadas en la línea de las costas.
sábado, 23 de mayo de 2009
LA DIOSA DEL CINE Y SU AMANTE MERCEDES
Por: Lázaro Sarmiento
La legendaria Greta Garbo (Estocolmo, 1905-Nueva York, 1990) mantuvo una relación amorosa con la escritora de origen cubano Mercedes de Acosta. Fue un roce corto pero con la pasión suficiente para que el nombre de Mercedes quedara incrustado para siempre en la biografía de uno de los íconos más rotundos del siglo veinte.
En agosto de 2001, Guillermo Cabrera Infante publicó el artículo titulado Greta ama a Mercedes en la serie Grandes historias de amor de Hollywood de El País Semanal . El escritor se refería a Mercedes de Acosta, nacida en 1893 en Nueva York (otros dicen que en La Habana) en el seno de una familia proveniente de Cuba. Falleció en 1968.
Mercedes de Acosta fue poeta, escritora, comentarista de sociedad y guionista de Hollywood. Y aunque murió olvidada y en la penuria, nunca quiso vender las cartas de amor que conservaba de Greta. Pero no hay que pensar en una Mercedes infeliz toda su vida por un amor no correspondido. Los cronistas del tema recuerdan que “alcanzó notoriedad por sus amores con las mujeres más famosas de América”. En su lista de amantes figuraron Isadora Duncan y Marlene Dietrich.
Mercedes y Greta se conocieron en el Hollywood de principios de la década de 1930. Contaba Cabrera Infante que Mercedes llamaba a Greta varias veces al día. La divina respondía con evasivas. Pero Mercedes era insistente hasta que…
“Finalmente se acostaron –para desaparecer Greta en un viaje a las montañas y a un lago secreto-.Mercedes, desesperada en Hollywood, recibió de pronto el reclamo de Greta, mediante su sempiterno chofer mudo que manejaba el automóvil de la estrella, ahora una mujer aquiescente. Pasaron dos semanas de amor junto al lago quieto-pero no fueron felices hasta el fin de sus vidas, sino que murieron como habían vivido: una de ellas sola, la otra abrumada por los recuerdos contados a un diario impúdico, imprudente”.
Y más adelante, Cabrera Infante comentaba que esta historia terminó como siempre terminaron las relaciones de Greta Garbo, tanto heterosexuales como homosexuales:
“Garbo cortó por lo sano y se negó a volver con Mercedes, aunque hubo contactos postales o telefónicos y uno que otro encuentro casual.”
THE END
La legendaria Greta Garbo (Estocolmo, 1905-Nueva York, 1990) mantuvo una relación amorosa con la escritora de origen cubano Mercedes de Acosta. Fue un roce corto pero con la pasión suficiente para que el nombre de Mercedes quedara incrustado para siempre en la biografía de uno de los íconos más rotundos del siglo veinte.
En agosto de 2001, Guillermo Cabrera Infante publicó el artículo titulado Greta ama a Mercedes en la serie Grandes historias de amor de Hollywood de El País Semanal . El escritor se refería a Mercedes de Acosta, nacida en 1893 en Nueva York (otros dicen que en La Habana) en el seno de una familia proveniente de Cuba. Falleció en 1968.
Mercedes de Acosta fue poeta, escritora, comentarista de sociedad y guionista de Hollywood. Y aunque murió olvidada y en la penuria, nunca quiso vender las cartas de amor que conservaba de Greta. Pero no hay que pensar en una Mercedes infeliz toda su vida por un amor no correspondido. Los cronistas del tema recuerdan que “alcanzó notoriedad por sus amores con las mujeres más famosas de América”. En su lista de amantes figuraron Isadora Duncan y Marlene Dietrich.
Mercedes y Greta se conocieron en el Hollywood de principios de la década de 1930. Contaba Cabrera Infante que Mercedes llamaba a Greta varias veces al día. La divina respondía con evasivas. Pero Mercedes era insistente hasta que…
“Finalmente se acostaron –para desaparecer Greta en un viaje a las montañas y a un lago secreto-.Mercedes, desesperada en Hollywood, recibió de pronto el reclamo de Greta, mediante su sempiterno chofer mudo que manejaba el automóvil de la estrella, ahora una mujer aquiescente. Pasaron dos semanas de amor junto al lago quieto-pero no fueron felices hasta el fin de sus vidas, sino que murieron como habían vivido: una de ellas sola, la otra abrumada por los recuerdos contados a un diario impúdico, imprudente”.
Y más adelante, Cabrera Infante comentaba que esta historia terminó como siempre terminaron las relaciones de Greta Garbo, tanto heterosexuales como homosexuales:
“Garbo cortó por lo sano y se negó a volver con Mercedes, aunque hubo contactos postales o telefónicos y uno que otro encuentro casual.”
THE END
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EL MEMORANDUM CUBANO DE GRETA GARBO
“AHORA TE VOY A CONTAR de cuando vi a Greta Garbo en Nueva York. Yo iba masticando castañas. Fue en diciembre, con mucha nieve, a unas cuadras de Washington Square Park. Yo había dejado atrás casa familia y a diario contemplaba los puentes sobre el East River. A veces confundía los días y las noches y disfrutaba el olor a moluscos podridos de los espigones. Me adiestré en múltiples oficios solitarios. En Nueva York ya es un hábito hablar con uno mismo. Los dioses, los ángeles, los arcángeles, las estrellas de cine están en la calle, en los mercados, en la platea de los teatros, y nadie mira a nadie. Pero yo te iba a contar de cuando vi a Greta Garbo en Nueva York. En realidad todos se decían que era ella pero yo no la veía. Hasta que un día un amigo ocasional me llevó a la puerta de su casa. A punto de llegar sonó una alarma, luego un silbato y yo vi un rostro detrás de una ventana. Caía mucha nieve y el hombre del silbato me alejó de la casa. Sonámbulo, con frío, me acerqué a un lago helado y vi un halcón. Llegué al río. Compre una manzana, la mastiqué para quitarme el gusto a la castaña y seguí mi camino.Greta Garbo se asomó a la ventana, su rostro masculino, consagrado a la muerte, me miró una tarde de invierno. Fue la única vez que alguien en Nueva York me dedicó una mirada.”
(Memorandum XV, de Miguel Barnet, pertenece a su libro de poemas Con pies de gato .(Ediciones Unión, La Habana 1993).
Imagen: Greta Garbo en Nueva York (1990) poco antes de morir. Archivo de Life.
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jueves, 21 de mayo de 2009
NAVEGANDO EN EL QUEEN MARY.
Por: Lázaro Sarmiento
Jumbo era un elefante oriundo de Abisinia que después de ser mostrado en París, Londres y Estados Unidos murió atropellado por una locomotora. También se hablaba del barco más grande (Queen Mary) y de los edificios más altos del mundo (Empire State, entonces), así como de una excursión al campo en automóvil dirigida por el tío Felipe… Esto es lo que nunca he olvidado del libro de lectura general para niños descubierto en un closet de la casa de mi abuela (otra vez la casa de Santos Suárez, siempre sale en los escenarios felices). No puedo afirmar que ese fuera el primer libro que leí en mi vida, pero sí es el más antiguo que recuerdo.
Ya se sabe, donde la memoria falla, la imaginación trabaja.
Otro de aquellos primeros libros fue Así es mi país, de Antonio Núñez Jiménez, con un dibujo que me impresionó muchísimo: el mapa de Cuba atravesado por flechas que indicaban las rutas de los ciclones que habían azotado la Isla. Los 500 millones de la Begun, de Julio Verne, y El último de los Mohicanos, de Fenimore Cooper, también estaban en mi biblioteca infantil. Ahora vuelvo a esos libros con la ilusión del artista que reconstruye su antiguo teatro de sombras chinescas.
Luego llegaron los libros mayores. Aunque, como decía Lezama, “cualquier buen libro leído es el libro mayor. O cualquier buen libro es el libro, porque mayor es un grado bélico que le sobra a la lectura”.
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