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jueves, 2 de julio de 2009

EL TEMA DE LA HOMOSEXUALIDAD EN LA SANTERIA


Por: Lázaro Sarmiento

En Cuba pudo haber existido una organización de lesbianas santeras. Su presencia se ubicaría en la década de 1880. Esta posibilidad aparece reflejada en Género y orientación sexual en la santería. Se trata de un texto del investigador Tomás Fernández Robaina (La Habana, 1941) incluido en su libro de conferencias y ensayos titulado Cuba. Personalidades en el debate racial (Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2007).

El tema de la homosexualidad masculina y femenina en la santería es tratado en el último de los trabajos reunidos en este libro. Tomás Fernández Robaina plantea: “La mujer homosexual sufre marginación en importantes rituales por su condición de mujer, pero no tan directa por su orientación sexual como los hombres homosexuales”.

Más adelante cita a Rómulo Lachatañeré y a Lydia Cabrera. El primero observó que en una casa de santo la mayoría de las mujeres iniciadas en el culto de Obatalá eran lesbianas.

Lydia Cabrera en su imprescindible libro El monte se refiere a la presencia de lesbianas en la Regla de Ocha (se da como referencia el año 1887).
“De acuerdo con sus informantes, nos relata que ellas tenían como oricha a Inle, al que sincretizaban con el San Rafael de la Iglesia católica. Este santo se veneraba en la Iglesia del Ángel, y en particular el 24 de octubre, la fecha de la fiesta anual. Cabrera destaca en su escrito que a dicha festividad iban muchos adonis y alacuatás (homosexuales hombres y mujeres, respectivamente)”.

La prestigiosa estudiosa cubana subraya la presencia de la iyalocha llamada Zumbao, como la capataza del santo, así como la presencia de una supuesta sociedad religiosa de alacuatás. Sobre este asunto, Fernández Robaina escribe:

“No he encontrado otras referencias a lo apuntado por Lydia Cabrera, pero sería muy importante indagar sobre la posible existencia de mayor información sobre esa sociedad. De haber existido, reflejaría aspectos notables, como la participación de las lesbianas en la santería a un nivel tal que habrían tenido necesidad de organizarse."

Lo de la sociedad de alacuatás es solo un pequeño dato dentro de un tema mayor del cual Tomás Fernández Robaina ofrece valiosa y sugerente información: género y orientación sexual en la santería.

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sábado, 23 de mayo de 2009

LA DIOSA DEL CINE Y SU AMANTE MERCEDES

Por: Lázaro Sarmiento

La legendaria Greta Garbo (Estocolmo, 1905-Nueva York, 1990) mantuvo una relación amorosa con la escritora de origen cubano Mercedes de Acosta. Fue un roce corto pero con la pasión suficiente para que el nombre de Mercedes quedara incrustado para siempre en la biografía de uno de los íconos más rotundos del siglo veinte.


En agosto de 2001, Guillermo Cabrera Infante publicó el artículo titulado Greta ama a Mercedes en la serie Grandes historias de amor de Hollywood de El País Semanal . El escritor se refería a Mercedes de Acosta, nacida en 1893 en Nueva York (otros dicen que en La Habana) en el seno de una familia proveniente de Cuba. Falleció en 1968.

Mercedes de Acosta fue poeta, escritora, comentarista de sociedad y guionista de Hollywood. Y aunque murió olvidada y en la penuria, nunca quiso vender las cartas de amor que conservaba de Greta. Pero no hay que pensar en una Mercedes infeliz toda su vida por un amor no correspondido. Los cronistas del tema recuerdan que “alcanzó notoriedad por sus amores con las mujeres más famosas de América”. En su lista de amantes figuraron Isadora Duncan y Marlene Dietrich.



Mercedes y Greta se conocieron en el Hollywood de principios de la década de 1930. Contaba Cabrera Infante que Mercedes llamaba a Greta varias veces al día. La divina respondía con evasivas. Pero Mercedes era insistente hasta que…


“Finalmente se acostaron –para desaparecer Greta en un viaje a las montañas y a un lago secreto-.Mercedes, desesperada en Hollywood, recibió de pronto el reclamo de Greta, mediante su sempiterno chofer mudo que manejaba el automóvil de la estrella, ahora una mujer aquiescente. Pasaron dos semanas de amor junto al lago quieto-pero no fueron felices hasta el fin de sus vidas, sino que murieron como habían vivido: una de ellas sola, la otra abrumada por los recuerdos contados a un diario impúdico, imprudente”.

Y más adelante, Cabrera Infante comentaba que esta historia terminó como siempre terminaron las relaciones de Greta Garbo, tanto heterosexuales como homosexuales:


“Garbo cortó por lo sano y se negó a volver con Mercedes, aunque hubo contactos postales o telefónicos y uno que otro encuentro casual.”

THE END
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