jueves, 21 de mayo de 2009
NAVEGANDO EN EL QUEEN MARY.
Por: Lázaro Sarmiento
Jumbo era un elefante oriundo de Abisinia que después de ser mostrado en París, Londres y Estados Unidos murió atropellado por una locomotora. También se hablaba del barco más grande (Queen Mary) y de los edificios más altos del mundo (Empire State, entonces), así como de una excursión al campo en automóvil dirigida por el tío Felipe… Esto es lo que nunca he olvidado del libro de lectura general para niños descubierto en un closet de la casa de mi abuela (otra vez la casa de Santos Suárez, siempre sale en los escenarios felices). No puedo afirmar que ese fuera el primer libro que leí en mi vida, pero sí es el más antiguo que recuerdo.
Ya se sabe, donde la memoria falla, la imaginación trabaja.
Otro de aquellos primeros libros fue Así es mi país, de Antonio Núñez Jiménez, con un dibujo que me impresionó muchísimo: el mapa de Cuba atravesado por flechas que indicaban las rutas de los ciclones que habían azotado la Isla. Los 500 millones de la Begun, de Julio Verne, y El último de los Mohicanos, de Fenimore Cooper, también estaban en mi biblioteca infantil. Ahora vuelvo a esos libros con la ilusión del artista que reconstruye su antiguo teatro de sombras chinescas.
Luego llegaron los libros mayores. Aunque, como decía Lezama, “cualquier buen libro leído es el libro mayor. O cualquier buen libro es el libro, porque mayor es un grado bélico que le sobra a la lectura”.
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miércoles, 20 de mayo de 2009
BORGES Y LA MULTITUD.
martes, 19 de mayo de 2009
SALVAR CIERTAS EMOCIONES.
Recuerdo que un día sentí una felicidad irídica porque había empezado a trabajar en el lugar que entonces me parecía el centro del universo: La Rampa de La Habana. Y aunque he sido infiel a muchas emociones, esta ha quedado anclada en la zona del cerebro donde algunas impresiones nunca se borran.
“…sin embargo, aprecio y respeto la humilde y tenaz fidelidad que determinadas personas –sobre todo mujeres- mantienen por sus gustos, sus discos, sus antiguas empresas, por las fiestas desaparecidas: admiro su voluntad de seguir siendo los mismos en medio del cambio, de salvar su memoria, de llevarse con la muerte la primera muñeca, un diente de leche, un primer amor.”
En la consulta del dentista, mientras espero mi turno con el terror, me hago acompañar de un libro que fue una de mis lecturas deslumbrantes en una época: Las Palabras (Les Mots) de Jean Paul Sartre. Este texto era la primera parte de una autobiografía entonces inconclusa.
“He conocido a hombres que se acostaron ya tarde con una mujer envejecida por la simple razón de que la habían deseado en su juventud…A mi no me duran los rencores y lo confieso todo, complacientemente; estoy muy bien dotado para la autocrítica a condición de que no pretendan imponérmela.”
Disfruto de este Sartre que, siendo en apariencia tan autobiográfico y personal, no deja de ser un malicioso manipulador. En una página de su libro subrayo esta frase: “soy constante en mis afectos y en mi conducta pero infiel a mis emociones…”.
Al igual que modificamos el recuerdo, también cambiamos la interpretación de antiguas emociones. Y al final hay quienes logran una especie de obra de arte.
Imágenes: Obras de Tamara de Lempicka
lunes, 18 de mayo de 2009
HERMANOS DE LA GALAXIA: RESPONDAN
Por: Lázaro Sarmiento
En una ocasión Vincent Van Gogh escribió: Mirar las estrellas me hace soñar, como sueño al contemplar los puntitos negros que representan a pueblos y ciudades en un mapa. ¿Por qué, me pregunto, los puntos brillantes del firmamento no son tan accesibles como los puntitos negros del mapa de Francia?
Desde mi llegada a la radio he enviado infinidad de señales hacia esos puntos brillantes del cielo. Sigfredo Ariel opina que “en un rincón del cosmos han de estar amontonados cientos y cientos de mensajes (….) lanzados al Enigma con toda impunidad empleando pequeños transmisores propiedad del gobierno”.
En una época esos mensajes en busca de vida extraterrestre se transmitían en las voces de Gladys Roque y Danilo José desde lo más alto del Edificio Ene en La Rampa. Allí Radio Ciudad de La Habana tenía una antena de mediana potencia.
¿Cuántos años han transcurrido desde ese intento de comunicación con otros sitios de la galaxia? Tal vez unos quince años, apenas un instante en el Universo. Por esa fecha (1995), un grupo de científicos en el planeta definía los objetivos del proyecto de búsqueda de inteligencia extraterrestre denominado SETI@Home. Fue puesto en marcha el 17 de mayo de 1999.
Auspiciado por la universidad de Berkeley en California, el SETI@Home cuenta en la actualidad con más de cinco millones de usuarios de 200 países. Ellos ceden la potencia no utilizada de sus ordenadores personales para analizar la información recibida por el mayor radiotelescopio mundial, situado en Arecibo, Puerto Rico. Así se ha logrado la mayor red mundial de computación distribuida.
Entonces más que en hombrecillos verdes y en antenas galácticas, creía en la dialéctica de la fantasía y en la utilidad del juego para decir las cosas más serias. También en la capacidad de los ovnis para transportar ideas y en la pública belleza de esos puntos luminosos en el cielo a los que quería acceder Vincent Van Gogh. Todos los días me esfuerzo para seguir creyendo en la terapeútica de este mensaje:
Llamando a todas las estrellas
Llamando a todas las estrellas
Si en el universo hay seres capaces de captar este mensaje:
Que respondan ¡
Foto derecha: Edificio Ene, Calle Ene, entre 23 y 21, La Rampa. Alberga a las emisoras Radio Ciudad de La habana, Radio Enciclopedia y CMBF,Radio Musical Nacional.
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domingo, 17 de mayo de 2009
CINE LA RAMPA DE LA HABANA.
Por: Lázaro Sarmiento
El cine de Ensayo La Rampa forma parte casi a diario de mis rutas visuales pues vivo a unos cien metros de esta instalación de la calle 23 en el Vedado. Hoy observé que están cambiando las planchas de mármol que cubren una parte de su fachada. Se trata de un necesario retoque de maquillaje en la sala inaugurada en enero de 1955 con el propósito de exhibir filmes de reconocidos valores artísticos.
La Rampa fue uno de los primeros cines en pasar al control del Gobierno Revolucionario. El 11 de noviembre de 1959 la Compañía Operadora de Espectáculos La Rampa S.A. y su moderno cine fueron intervenidos por la Resolución 1104 del Ministerio de Recuperación de Bienes Malversados.
La Compañía que controlaba La Rampa era propiedad de Francisco G. Cajigas García del Prado, Luis Humberto Vidaña Guasch, José Miguel Arado de la Cruz y Buenaventura F. Dellundé Puyáns. Todos tenían empresas que iban desde arroceras y fincas ganaderas hasta valiosas minas de manganeso y hierro. En muchos casos, esos negocios prosperaron gracias a relaciones políticas y a turbios manejos con Fulgencio Batista.
Para embarcar sus minerales por Oriente, Francisco Cajigas se valía de influencias con autoridades gubernamentales, entre ellas el Gral. Alberto Río Chaviano a quien pagaba $5 0000 mensuales. Y Cajigas contribuyó a la campaña presidencial de Batista con $100 000 en efectivo. Esta suma se la entregó personalmente al militar en el campamento de Columbia (Ver: Los Propietarios de Cuba 1958, de Guillermo Jiménez.)
Otro de los dueños del cine La Rampa, Buenaventura Dellundé Puyáns, era político y propietario del Bufete Dellundé que tenía sus oficinas en el Edificio Bacardí. Fue representante a la Cámara de 1948 a 1952.
En el cine La Rampa se estrenó el 30 de diciembre de 1960 Historias de la Revolución, de Tomás Gutiérrez Alea, el primer largometraje de ficción realizado por el Instituto Cubano del Arte y la Industria Cinematográficos, ICAIC, fundado en marzo de 1959.
La Rampa: 900 butacas.
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