jueves, 13 de septiembre de 2012

CLUB LAFAYETTE, HABANA VIEJA.

Por: Lázaro Sarmiento
( fotos que no hice)

Detrás de esta puerta en la calle Aguiar había un escenario delicioso. Un salón pequeño mezclaba los restaurantes habaneros de los años cincuenta, el CAME de los ochenta y el kitsch espontáneo de los empleados. Yo tendría que tener una foto aquí cenando junto a Albis Torres y Sigfredo Ariel. Ellos me trajeron por primera vez a este lugar. Había paredes forradas de espejos que reflejaban los frijoles negros y nuestras caras con destellos de eternidad, como si la juventud fuera para toda la vida.

viernes, 31 de agosto de 2012

FRANCESCA BERTINI, REINA DE LA PAPELERIA.

(ETIQUETAS PARA FOTOS Y RECORTES)
Por: Lázaro Sarmiento



FRANCESCA BERTI NI.
El recorte de arriba permanece conmigo desde 1981. Ha resistido todas las operaciones de exterminio en mi papelería. Quizás porque me recuerda las alegrías y las obsesiones de una época anterior a la internet. Algunos temas solo llegaban en revistas y periódicos, dentro de los maletines de amigos que viajaban al extranjero.


CARPA TEATRO
De niño, en los años sesenta, fui algunas noches con mi mamá a las carpas de teatro que funcionaban en La Habana. Recuerdo haber visto actuar a Zenia Marabal en la que estaba en la calle Infanta. La artista estaba en su esplendor. ¿Por qué conservo este ticket? Pareciera un recuerdo inútil.



EL BAILARIN
Desde luego que no es una foto porno. Es una obra de arte. No es necesaria la aclaración. La hizo Richard Avedon. Es el bailarín Rudolf Nureyev. Me hubiera gustado ser bailarín. Pero no clásico, sino de cabaret. De los que terminan de madrugada y casi siempre alguien los espera a la salida. Y luego a contemplar semidesnudos las azoteas de La Habana, desde la ventana de la habitación, mientras la radio transmite música para hacer el amor.



LA PRIMERA ESCUELA.
El niño en el extremo izquierdo soy yo, mi primera escuela, en Madruga. Un año antes de mudarme para La Habana con mis padres. A ninguno de los niños de la foto los he vuelto a ver. Y si los viera ahora tendría muy pocas cosas que decirles. De esa época solo tengo recuerdos brumosos.



CAFETERAS.
Me gustaban estas cafeteras. Su brillo, su chirrido y su vapor . Hoy las recuerdo como artefactos fabulosos asociados a la primera vez que dormí en La Habana. Mi padre se quedaba en una casa de huéspedes en la calle Neptuno y en mi primera mañana en la capital fuimos a desayunar a la cafetería que estaba frente a la tienda Roseland. Y allí ocurrió el encuentro con las cafeteras Nacional y con unas tazas blanquísimas y muchas manos apurando el café antes de partir hacia sus destinos del día.


LA VIDA EN COLORES.
Este soy yo en 1984. Comenzaba la época de las fotos a color.


martes, 21 de agosto de 2012

¿QUÉ SIGNIFICA LA RADIO PARA USTED?

Por: Lázaro Sarmiento


Todas las emociones del planeta, las grandes y pequeñas, han pasado por la radio cubana durante noventa años. Me levanté esta mañana entre nostálgico y confuso al pensar que he estado más de 40 años debajo del GRAN ECO, entretenido, trabajando, divirtiéndome, estresado, jugando, aprendiendo, informando…Resulta imposible no transitar por los lugares comunes frente a la pregunta ¿qué significa la radio para usted? Recuerdo la primera vez que me bajé de un ómnibus de la ruta 23 en la acera de la calle L del Vedado para asistir a una de las conferencias del Curso de Escritores para Radio y Televisión, convocado por el ICR. Yo estaba entonces en la Secundaria Manuel Ascunce, de Luyanó. Entré en el Estudio 2 de Radio Centro como quien entra a una catedral, al ombligo del mundo o a un aeropuerto en el viaje inicial. Ese día sentí una emoción primigenia y - mientras el conferenciante exponía su tema radiofónico- me pareció que mi cuerpo levitaba sobre los rascacielos enanos del Vedado. He tratado que esa sensación siempre me acompañe.


(22 de agosto, cumpleaños noventa de la radio cubana)

jueves, 19 de julio de 2012

UN PALACIO EN EL PLATANAL.

Por: Lázaro Sarmiento

Desde la ventanilla del ómnibus observaba un mundo idílico. Varias veces al mes mí mamá y yo hacíamos el viaje La Habana-Madruga. A ambos lados de la Carretera Central el mismo paisaje: los árboles verdes, las cruces de los accidentes, las curvas, los pueblos con sus gasolineras y cafeterías y la foto de la cascada del Hanabanilla… Pero también estaban los ojos de pozo profundo de las reses hacia el matadero. Iban en camiones que pasaban a unos centímetros de nuestras miradas, dejando una burbuja de mal olor que rápidamente se disipaba. Y cuando el ómnibus se acercaba a Catalina de Güines mi mamá siempre me decía en voz baja, para que los demás pasajeros no la escucharan: Ahí había un bayú.

Y con bayú, en voz de mi madre, aprendí el poder de las palabras escondidas dentro del lenguaje, mal vistas, discriminadas como las mujeres que poco antes de aquellos viajes habían abandonado su palacio de madera, rodeado de platanales a orillas de la carretera, porque ya no podían seguir siendo putas.


miércoles, 18 de julio de 2012

FUNCION UNICA.

Por: Lázaro Sarmiento





Era domingo y había una multitud en un horario inusual a la entrada del cine Infanta. Entre las personas que esperaban, algunas muy elegantes, otras francamente deplorables, descubrí a una amiga de la emisora. Pregunté qué película atraía a tantos espectadores un mediodía caluroso en La Habana. Mi amiga radiofónica me dijo con rostro luminoso que no se trataba de un filme, sino de la presentación de una conferencia sobre la dicha que iba a impartir una especialista checa. -¡Ah...la dicha¡

Foto: Douglas Fairbanks Jr. y Joan Crawford. Imagen de 1929
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