Una puerta siempre es una tentación. A veces imagino los mundos que se ocultan más allá de un umbral. Me gustaría que detrás hubiera un misterio, o un ejército de enanos, una corte de meretrices o una piscina olímpica. Casi todas las puertas elegidas por mi son puertas modestas en sus materiales, con poco brillo en la madera. Nunca iría a buscar el misterio a las puertas del Capitolio. Donde he encontrado las mayores sorpresas es detrás de las puertas desvencijadas de los barrios.
Puerta en la calle Belascoaìn en La Habana.
Puertas tentación barrios sorpresas
Oh! Cuantos recuerdos detras de esa puerta y al subir esa escalera...
ResponderEliminarSaludos Lázaro.
ResponderEliminarMe alegra compartir contigo este punto de vista, el de que detrás de lo simple y sencillo se esconde lo grandioso.
Saludos.
Un día alguien en una ciudad donde me quejé por fea y polvorienta me dijo que no había tocado las puertas correctas... y tuvo razón.
ResponderEliminarNo máw tocarlas y el color cambió
Sigo leyéndote