jueves, 16 de julio de 2009

LA FELICIDAD EN HISTORIA DE MI VIDA.


Por: Lázaro Sarmiento

Se abusa de la palabra felicidad. Se promociona como si fuese un anuncio en las marquesinas de los teatros. Desconfío de esa manipulación. Prefiero a la gente cuando cuenta sus experiencias con la felicidad. Por eso me gusta la descripción que hizo Charles Chaplin al final de su Historia de mi vida (tres ediciones en Cuba: 1967, 1969 y 1974)

“Schopenhauer ha dicho que la felicidad es un estado negativo, pero no estoy de acuerdo con él. Durante los últimos veinte años he sabido lo que es la felicidad. Tengo la suerte de estar casado con una esposa maravillosa: me gustaría decir algo más sobre esto, pero lleva implícito el amor, y el amor perfecto es el más bello de todos los desengaños, porque representa más de lo que uno puede expresar…A medida que convivo con Oona, la profundidad y la belleza de su carácter son una continua revelación para mi. Hasta cuando camina delante por las estrechas aceras de Vevey con su sencilla dignidad, erguida su linda figurita, con un pelo oscuro peinado hacia atrás, en el que se ven unas hebras de plata, me invade una repentina oleada de amor y de admiración por todo lo que ella es, y se me hace un nudo en la garganta.

Con esta felicidad me siento a veces en nuestra terraza, a la puesta del sol, y contemplo la amplia pradera verde, con el lago a lo lejos, y más allá del lago veo las tranquilizadoras montañas, y en esta disposición de ánimo no pienso en nada, y gozo de su magnífica serenidad.” (THE END)

Siempre he recordado esta imagen de Chaplin sobre la sensación de felicidad. También me gusta evocar a Borges cuando afirmaba que tenemos el deber de ser felices, no solo por nosotros mismos, sino por las demás personas.


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martes, 14 de julio de 2009

OTROS MUNDOS: RECUERDOS DE LA VEDETTE


Dicen que hace años uno de sus admiradores rompió los cristales de un teatro para robarse una foto donde ella lucía deslumbrante en su mejor época. El protagonista de este arrebato de idolatría tuvo que cumplir una sentencia en la cárcel y en la celda colocó la imagen de la vedette como la de una santa glamorosa. Durante décadas Rosita Fornés fue en Cuba la estrella más mimada y televisada (y también cuestionada). En la foto, un ángulo del estudio de su casa en el reparto Siboney, al oeste de La Habana.

OTROS MUNDOS: ENERGIA EN LA HABITACION


Una compañera de trabajo afirma que hay regueros que constituyen señales de vida y energía. En la habitación de este escritor amigo mío podría ocurrir en cualquier momento una enorme explosión energética. Él acumula cerca de su cama numerosos objetos, principalmente libros y revistas, en fértil reguero. Y así en toda la casa.

Fotos: Lázaro Sarmiento

OTROS MUNDOS: NIOVIS


En una vieja casa de Centro Habana, Niovis adora a sus artistas favoritos de la pantalla: María Félix y Jorge Negrete. Ella misma, a los 79 años de edad, no pierde las esperanzas de llegar al cine. Sueña con ser descubierta por un productor europeo. Mientras tanto, aprovecha el tiempo: después de graduarse el pasado año en la Cátedra del Adulto Mayor de la Universidad de La Hababa, ahora estudia idioma inglés.


Fotos: Lázaro Sarmiento

domingo, 12 de julio de 2009

EL HOMBRE EN LA LUNA: MAGNIFICO Y ATERRADOR.


Hace tres días regresaron los hombres de la luna. Nadie habla de otra cosa. Fue un viaje magnífico y aterrador.

Así comienza Jaime Sabines uno de los textos de su libro Maltiempo, publicado en 1972. El poeta mexicano se refería a la llegada del hombre a la luna el 20 de julio de 1969. El primer terrícola en pisar suelo lunar fue el astronauta estadounidense Neil Armstrong, quien pronunció una frase que pasó a la historia: “Este es un pequeño paso para un hombre, y un gran salto para la Humanidad.”
Por su parte Jaime Sabines escribió en su crónica-poema: “La televisión nos la enseñó de cerca: ¿arena, cenizas, roca?, el horizonte demasiado breve, parecía que el astronauta se fuese a caer por la borda.
¿Cuántas cosas averiguaremos de la luna? Su estupenda, desolada soledad infinita, su enrarecimiento, ¡su vacío?, su superficie igual que el espacio que la rodea: caminos empedrados hacia las estrellas.
Sabremos muchas cosas de la luna, composición química, distancias, logos y grafías. Y sin embargo… ¿le quitarán la miel?, ¿perderá su ternura?
Quiero pensar que no ha pasado nada. La luna no es eso. La luna es la distancia de aquí a la luna. Es la luz de la luna mansa e infinita. Es también su sombra, la certeza de que está allí esperando.
Mientras no nos la quiten, mientras no la hagan girar en orbita alrededor de otro planeta, la luna será nuestra como siempre hemos pensado: un hermoso sueño, una distante luz que nos penetra, un suave amor profundo y quieto en nuestro corazón. La luna será siempre el resplandor que sale de nosotros en la noche y en la soledad.”

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