Por: Lázaro Sarmiento
Bajo la mirada cómplice de los satélites, llevando coreografías románticas y posmodernas de una ciudad a otra del planeta, mimada por la devoción de su público, Alicia Alonso ha logrado el sueño secreto de la mayoría de los terrícolas: detener el tiempo.
Al final de la década del setenta, en el Gran Teatro de La Habana, la vi bailar por primera vez. Aplaudí su adagio del Lago de los Cisnes con el deslumbramiento de quien asiste a la revelación de un misterio, a la escenificación de una leyenda.
Ella había convertido unos pocos minutos en el escenario en un poderoso símbolo artístico. Luego de la función le expresó a un periodista: “En cualquier oficio hay que buscar la perfección... Créame, no hay incógnitas en mi baile, solo trabajo, constante, infinito, sin retención”.
Las personas que la ovacionamos aquella noche sabíamos que la perfección de sus doncellas-cisnes, de su ingrávida Giselle, de la electrizante Carmen, constituye un enigma que muy pocas bailarinas logran descifrar jamás.
Y cuando parecía que en la Tierra quedaban pocas reinas como las que habitan los cuentos de “Había una vez”, Alicia desafió los pronósticos y se negó a abdicar. Su arte se multiplica en numerosos proyectos, puestas en escena, clases magistrales y a través del Ballet Nacional de Cuba, uno de los rostros de la cultura cubana.
Hace unas semanas, cuando un crítico le agradeció a Alicia Alonso su presencia en el programa de televisión La Danza Eterna, la artista afirmó: “me verás durante 200 años”. Él fue halagador con una pregunta: ¿por qué ponerle límites a ese tiempo? Entonces Alicia, sin perder un segundo, le respondió con una sonrisa pícara: “porque no se puede ser egoísta”.
Hoy que celebramos el cumpleaños 92 de Alicia y su carrera gloriosa, pienso que entre mis mejores recuerdos figura aquella noche en el Gran Teatro de La Habana, cuando un frágil cisne de amor me enseñó que el mundo pertenece a los que no se cansan y que el corazón de una mujer transformada en ave puede detener el tiempo.
Foto: Alicia Alonso entrevistada por el periodista cubano Ismael Cala, en CNN.