lunes, 8 de diciembre de 2008

Las uñas de la Emperatriz eran terriblemente largas.
Por: Lázaro Sarmiento

Del Barrio Chino de La Habana me gustan los letreros de caracteres enigmáticos grabados en los edificios de las antiguas sociedades fraternales. Detrás de sus muros, o en la platea del cine Águila de Oro, imagino un mundo teatral de princesas chinas del Trópico con caras blanquísimas como harina. Aunque sus rostros nada tienen que ver con las exuberantes muchachas que en la actualidad sirven el arroz frito en los establecimientos del barrio mientras de fondo suena Daddy Yankee o Gente de Zona.

Cheng-Wah, Loung Kong Ta Tong, Min Chin Tang...

Me gusta ese cálido callejón en una esquina de Zanja, con algo de set de la Paramount atiborrado de restaurantes que ofertan platos de las comidas china y criolla; también pizzas, espaguetis y abundantes dulces cubanos. Pero sobre todo me encantan las historias y el pasado glorioso de nuestra ciudad amarilla.
Ya en el año 1940 Alejo Carpentier sentía nostalgia por la más admirable fábrica de ensueños que pueda imaginarse: el Teatro Chino de La Habana, “que gozaba del privilegio de ser con el de Lima y el de Los Ángeles, uno de los mejores de América en su género.”

Anotaba Carpentier: “El teatro chino es ininteligible para quien desconoce su simbólica admirable…Pero cuando se sabe del sentido de ciertos objetos dotados de historia, todo se hace claro y poético…”
Algo parecido le dijo un día en su mansión del Vedado Dulce María Loynaz a Miguel Barnet: cuando vaya a Pekín y tenga contacto directo con ese país va a comprender mejor muchas claves de la gran cultura china. El autor de Biografía de un cimarrón debió regresar a La Habana fascinado de su recorrido por la Ciudad Prohibida, la Muralla y mil sitios más porque no tardó en publicar sus Poemas Chinos....

“Las uñas de la emperatriz eran terriblemente largas/La emperatriz poseía un jardín de piedras preciosas y grullas amaestradas…”


Fotos: Lázaro. En el Barrio Chino de La Habana.200

sábado, 6 de diciembre de 2008

La felicidad como un virus contagioso.


Por: Lázaro Sarmiento

Jorge Luis Borges creía que las personas felices son aquellas que uno no conoce. La felicidad es uno de los grandes temas de conversación de la gente en todas las épocas. En esos diálogos florecen ideas interesantes o frases light para compañas de Starbucks, Blockbuster o Nike.

En las últimas horas, junto a los índices de las bolsas en las capitales del mundo , los atentados en Pakistán y el paso de una nave de guerra rusa por el canal de Panamá, las noticias en internet clonaban este titular: la felicidad es contagiosa.

Desde el año 1948, científicos de las universidades de California y San Diego han estudiado el estado de salud de 5.209 ciudadanos de la localidad estadounidense de Framingham (y ahora, además, sus hijos y nietos). Sus conclusiones las publica la revista 'British Medical Journal' (BMJ) "Lo más importante es el reconocimiento de que las personas son seres sociales y el bienestar y la salud de un individuo afecta a la de quienes le rodean".

Probar el efecto contagioso de la felicidad parece ser una buena noticia en medio de reportes de recesión, misiles y secuestros. Un buen regalo de navidad. Lo malo sería descubrir que la tristeza y la depresión serían contagiosas.

Creo que también fue Borges quien dijo que tenemos el deber de ser felices, no por nosotros mismos, sino por las personas que nos rodean.

Foto: Alfredo Zamora. Carnaval, Bayamo, 2007.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Una canción para Esther Borja.
Por: Lázaro Sarmiento

Esther Borja está cumpliendo hoy 95 años. Ella es uno de los símbolos más brillantes de la canción cubana. Hace algún tiempo, cuando la entrevisté para Radio Enciclopedia dijo que le gustaría que la recordaran “amablemente, con una sonrisa en los labios, o quizás escuchando una canción”. El programa se tituló Esther Borja: una vida de bellos recuerdos .


Y entre sus recuerdos más bellos mencionó la primera presentación con Ernesto Lecuona; el concierto de canciones con versos de José Martí, en el cual también interpretó “Cierro mis ojos”, de Ernestina Lecuona; luego, el recital un 10 de Octubre en el Carnegie Hall de Nueva York; el viaje a la Argentina…el éxito de la Damisela encantadora, el programa de televisión Álbum de Cuba… Fueron muchos los momentos de su vida que evocó una tarde en los estudios de la radio en el edificio Focsa de La Habana.

Quizás esos recuerdos estén dormidos ahora para Esther Borja en un lado recóndito, donde es muy difícil llegar pues el cerebro y la memoria siguen siendo grandes misterios. Hoy celebramos su aniversario como ella quería que la recordaran: amablemente, con una sonrisa en los labios, escuchando una canción…

Fotos, Arriba: Esther, Lázaro y Cuca Rivero. Hotel Las Yagrumas, San Antonio .Febrero 2003.
Abajo: Esther, Lázaro y Cuca. Sesión de trabajo en Festival de la Radio,Hotel Pernik, Holguín. Febrero,2004.

Esther Borja: una vida de bellos recuerdos .Equipo de realización: Lázaro Sarmiento, Alfredo Zamora, Sergio Cervantes y Ana Margarita Gil, una de las voces más elegantes de la locución en Cuba. Este programa fue Premio en el Festival Nacional de la Radio, en el Concurso de Periodismo 26 de Julio y en el Caracol de la UNEAC. Además fue galardonado por la Caribbean Broadcasting Union , 2006, en el género documental .

jueves, 4 de diciembre de 2008

Una definición literaria de fotogenia.

El autor del cuento Los sudarios de Verónica, Michel Tournier pone en boca de Verónica, uno de los personajes, la siguiente definición de la palabra fotogenia:

“Ahora, en cambio, se ha hecho fotogénico ¿En qué consiste la fotogenia? En la facultad de producir fotos que van más allá del objeto real. Para que me entienda: el hombre fotogénico sorprende a los que, conociéndole, ven sus fotos por primera vez ya que son siempre más hermosas que él mismo; es como si desvelasen una belleza que hasta aquel momento permanecía oculta. Pero es que esa belleza, no la desvelan las fotos, la crean”.

¿Qué opinas?

miércoles, 3 de diciembre de 2008

La mujer del puerto en La Habana
Por: Lázaro Sarmiento

En La Habana han organizado un homenaje a la gran diva del cine mexicano Andrea Palma (1903-1987). El Hotel Comodoro y la Casa Benito Juárez proyectarán hasta el próximo 18 de diciembre tres películas claves en la trayectoria de esta actriz: La mujer del puerto, Aventurera y Sensualidad.

El melodrama La mujer del puerto, dirigido por Arcady Boytler, se estrenó en 1934. Desde entonces ha mantenido su prestigio de primer clásico del cine sonoro mexicano. El historiador y crítico Emilio García Riera destaca la presencia privilegiada de Andrea Palma en esta cinta:

“En el debut más llamativo que actriz alguna haya tenido en el cine nacional, la señora Palma logró trascender su clara imitación de Marlene Dietrich, comunicar a su interpretación una delicadeza conmovedora y proponer una de las escasas imágenes míticas del cine mexicano de la época: su lánguida silueta, apoyada en el quicio de una puerta (mientras Lina Boytler canta “Vendo placer a los hombres que vienen del mar…”), sobresale como una expresión de la belleza desolada de la ‘flor en el fango’”.(*)

Durante mucho tiempo tuve muy cerca la imagen de Andrea Palma en La mujer del puerto .Fue a partir de las primeras lecturas de los textos de Carlos Monsiváis. Este escritor hizo que descubriera la foto de la artista en la escena más comentada de la película. Ella en la semi oscuridad de un portal: frágil y lejana, la mirada impura, el cigarrillo en los labios, la pose sensual.

Mítica para las generaciones siguientes.

Arranqué la foto de entre las páginas de un ejemplar de Amor perdido y, sin ningún pudor, coloqué a Andrea Palma delante de los lomos de un montón de libros cuyos contenidos estaban lejos de aquel melodrama de culto con su orgía de marineros vulgares, el incesto y el suicidio final de la protagonista . Lo demás es nostalgia.

La mujer del puerto se proyecta este 4 de diciembre en la Casa Benito Juárez de La Habana Vieja.
*Historia documental del cine mexicano (tomo 1: 1929-1937), de Emilio García Riera .México, 1992.
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