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miércoles, 4 de marzo de 2009

La radio cubana en la máquina del tiempo.
Por: Lázaro Sarmiento

Hoy compré dos viejos números de la revista Bohemia. El primero es del 25 de junio de 1965. En la sección Esta semana, la célebre publicación promociona dos programas radiales de la época: Biblioteca Popular, bajo la dirección de Luis Manuel Martínez Casado (Domingo, 9:30p.m por CMQ-Radio) y Teatro Lírico (De Doña Mariquita a South Pacific) dirigido por Orlando Martínez, por CMBF-Radio Musical Nacional. Domingo, 9 p.m. Dos programas de lujo en la noche dominical para los oyentes de toda la Isla. Recordemos que la CMQ luego pasó a denominarse Radio Liberación hasta fusionarse, finalmente, con la actual Radio Rebelde.



El otro número es del 8 de agosto de 1986. En la sección Qué se oye, Bohemia reflejaba la reposición por esos días en Radio Progreso de Médico de guardia, a las 10 y 45 a.m. Esta novela de María Caridad González y dirigida por Moraima Osa (fallecida en La Habana hace unas semanas) ya se había transmitido por la misma emisora en 1970. Médico de guardia tuvo un elenco de lujo en su segunda salida al aire: Odalys Fuentes, Julio Alberto Casanova, Teresita Rúa, Frank Negro y Fela Jar. En la actualidad, Radio Progreso sigue siendo un baluarte de la novela radial.


Con tres actrices de “la novela del aire” en el Festival Nacional de la Radio en Holguín, en el año 2004: Obelia Blanco, Odalys Fuentes ( protagonista de Médico de Guardia en 1986) y Raquel González.

miércoles, 1 de octubre de 2008

Joaquín Cuartas, escritor millonario en Cuba.
Por: Lázaro Sarmiento

El escritor radial Joaquín Cuartas arribó a los 70 años de edad (La Habana, 29 de septiembre de 1938). Este número parece no preocuparle en absoluto. El acontecimiento lo celebró cocinando una nueva novela en su casa de la Víbora, donde vive con su única hija, el esposo y los dos nietos. Desde allí se mueve a través del hilo telefónico como pez en el agua por un mundo de vasos comunicantes. De lejos puede descomponer historias, divulgar noticias y glorificar o satanizar personajes, así como proclamar verdades con la misma imaginación desbordante con la que arma sus dramas radiofónicos.

Llegó por primera vez a Radio Progreso en 1968. Ese año adaptó para el micrófono la novela Fahrenheit 451 de Ray Bradbury. Desde entonces Joaquín Cuartas se convirtió en un escritor clave de la radio cubana de las últimas décadas.

Antes se había probado como autor teatral. En 1965 recibió mención en Teatro en el Concurso Casa de las Américas. El premio fue para La noche de los asesinos, de José Triana. En 1990, Joaquín Cuartas obtuvo en España el premio Margarita Xirgu de teatro radiofónico. Y en 1994 su radioteatro Vereda tropical es premiado por el Consejo de Cooperación Iberoamericano.

En Cuba siempre existieron escritores de radio con gran dominio del medio. Entre los autores de radionovelas del período anterior a la Revolución de 1959 figuran Félix B. Caignet, Caridad Bravo Adams, Iris Dávila, Dora Alonso y Delia Fiallo. Y más nombres. Después, las radionovelas dejaron de ser esclavas de las empresas publicitarias y de las compañías de jabones y detergentes. El país cambió y con él los puntos de vista de las producciones dramatizadas. Ya no se volverían a poner novelas en antena para que la gente comprara los productos de los patrocinadores. Además de entretener, ahora se quería enriquecer el universo cultural de los radioescuchas.

En ese contexto surgió la obra de Joaquín Cuartas. Creó historias cercanas a los intereses del público contemporáneo, movió el papel del narrador, agilizó el ritmo y enriqueció los diálogos. Se propuso hacer una radio beligerante, agresiva y de búsqueda. Lo logró.

Entre sus novelas sobresalen Regreso a las cumbres, Barranco de ciegos (versión libre), Amor con punto y coma, Encuesta para un divorcio, Cuando la vida vuelve y Crónica social. Estas obras fueron premiadas por el Instituto Cubano de Radiodifusión y por la Unión de Escritores y Artistas de Cuba. A Joaquín Cuartas le gustan los premios. Se emociona a la espera del veredicto de los jurados. Los disfruta como un niño cuando recibe un juguete. También ha escrito para niños.

Joaquín Cuartas no utiliza computadora, no posee una extensa biblioteca ni se auxilia de libretas de apuntes. Cerca de su máquina de escribir eléctrica, estilo jurásico, únicamente cuelga el título de Contador, graduado de la Escuela de Comercio del Instituto Edison de La Habana. A veces le basta enamorarse de una frase, o recordar una anécdota para escribir “por arte de magia” un teatro o un cuento.

Las emisoras en toda la Isla se disputan sus libretos. Joaquín Cuartas es un escritor con millones de oyentes. Quizás es el autor más millonario de Cuba.

domingo, 21 de septiembre de 2008


Un automóvil para el autor de El derecho de nacer.
Por: Lázaro Sarmiento

Es la reina de todas las radionovelas del mundo. El tiempo no ha erosionado la alcurnia melodramática de El derecho de nacer, del escritor y compositor cubano Félix B. Caignet. Comenzó a transmitirse el primero de abril de 1948 por CMQ Radio, cadena que llegó a convertirse en una especie de Olimpo Radiofónico en América Latina. La novela estuvo en el aire durante un año y diecisiete días (314 capítulos). Luego conocería el éxito en estaciones de otros países y en el cine y la televisión.

El país entero, o casi todo, se paralizaba a la hora en que la CMQ ponía en antena El derecho de nacer. Esta dramatización había logrado destronar en poco tiempo a La novela del aire, de la RCH, Cadena Azul, la emisora rival de la CMQ. La novela del aire era escrita por María Caridad Bravo Adams, que durante años había dominado el rating de radionovelas en la Isla.

Goar Mestre, el magnate de la CMQ, le dijo a Caignet a principios de 1948:
- Si me das la cuarta parte del rating el primer mes, te regalo el automóvil que tú quieras, de la marca que tú quieras-.
Por supuesto que Caignet tuvo el automóvil que quiso y mucho más porque El derecho de nacer batió los récords de audiencia en la Isla. Y las ganancias que esta novela le proporcionaban a la CMQ multiplicaban el monto del elevando sueldo del escritor.

Tan atrayente como los recursos empleados en El derecho de nacer para anestesiar a los oyentes, o digamos mejor, mantenerlos pegados durante más de un año al la transmisión radial, resulta el estudio de todo lo relacionado con la producción, intérpretes y contexto de la novela, así como la psicología del propio autor. Caignet murió en el Reparto Siboney de La Habana en 1976.En su última entrevista se quejaba de que estaba olvidado y no imaginó nunca que, años más tarde , Radio Arte, la productora de programas dramatizados del Instituto Cubano de Radio y Televisión, ICRT, volvería a grabar con esmero y pleitesía El derecho de nacer.

Y más interesante aún sería conocer las reacciones de las jóvenes audiencias de hoy (2008) ante una dramatización como ésta .¿Hasta qué punto han cambiando las emociones y gustos de los oyentes? ¿Cuál sería en la actualidad el aporte del tema del aborto desde un argumento concebido para la sociedad cubana de hace seis décadas?Habría que averiguar hasta dónde han envejecido o sobrevivido el lenguaje y las técnicas que hicieron de El derecho de nacer la reina de todas las radionovelas. Pero como en La novela del aire habrá que dejar las respuestas para próximos capítulos.
ecoestadistica.com