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viernes, 26 de diciembre de 2008


Ángeles de la calle en Navidad
Por: Lázaro Sarmiento

Pulverización de estéticas y tramas. Hoy vi en la sala Chaplin de la Cinemateca de Cuba la película Ángeles de la calle, una coproducción cubano-mexicana estrenada el 25 de enero de 1954 en el cine Fausto de La Habana. El argumento se basa en la novela radial homónima de Félix B. Caignet (quien puso una parte del dinero para la filmación).

En radio, Ángeles de la calle comenzó a transmitirse por la CMQ en agosto de 1948. Pertenece a las creaciones de Caignet que contienen una denuncia. En este caso la indiferencia social hacia la infancia abandonada. La película envejeció con una lejanía prehistórica (me imagino que los libretos radiales más aún). Diálogos falsos, niños-adultos que más que dialogar expresan sermones, escenas torpes y giros increíbles de los personajes.

Al final el amor y la devoción de los pobres hacia los ricos todo lo pueden. La madre mala -rubia, joven y bella- se humaniza después del accidente del hijo y de su salvación con la sangre del amiguito negro.Y los niños de la calle viven en una especie de comuna solidaria y virtuosa. Utópica. Pero no estoy atacando a Félix B. Caignet, cuyo aporte a la dramaturgia radial es enorme. Desde su visión y sensibilidad, puede que haya hecho más que la mayoría de sus colegas (tuvo los más altos ratings) para tocar problemas humanos y sociales. Lo de Caignet era estremecer los corazones. Lo hizo con los oídos puestos en el clamor y en los mejores sentimientos de las personas a las que iban dirigidos aquellos dramas.

La solución para sus ángeles no podía estar en las novelas ni en las películas. Había que buscarla en transformaciones de fondo.

Josefa Bracero asegura que el investigador Oscar Luis López al morir en 2007 daba los toques finales al libro titulado La radionovela y Félix B. Caignet. Y la revista La Siempreviva publicará en su próxima entrega Félix B. Caignet: su sitio entre los afrocubanistas, de Reynaldo González. Ambos textos podrían contribuir a una revalorización definitiva del autor de El derecho de nacer y Ángeles de la calle.

Félix B. Caignet falleció en La Habana el 25 de mayo de 1976.

Cada vez que constato la repercusión que tuvo la obra de este escritor y compositor me pregunto si ya no es hora de que un premio radial o una instittución cultural de nuestro país lleven su nombre.

domingo, 21 de septiembre de 2008


Un automóvil para el autor de El derecho de nacer.
Por: Lázaro Sarmiento

Es la reina de todas las radionovelas del mundo. El tiempo no ha erosionado la alcurnia melodramática de El derecho de nacer, del escritor y compositor cubano Félix B. Caignet. Comenzó a transmitirse el primero de abril de 1948 por CMQ Radio, cadena que llegó a convertirse en una especie de Olimpo Radiofónico en América Latina. La novela estuvo en el aire durante un año y diecisiete días (314 capítulos). Luego conocería el éxito en estaciones de otros países y en el cine y la televisión.

El país entero, o casi todo, se paralizaba a la hora en que la CMQ ponía en antena El derecho de nacer. Esta dramatización había logrado destronar en poco tiempo a La novela del aire, de la RCH, Cadena Azul, la emisora rival de la CMQ. La novela del aire era escrita por María Caridad Bravo Adams, que durante años había dominado el rating de radionovelas en la Isla.

Goar Mestre, el magnate de la CMQ, le dijo a Caignet a principios de 1948:
- Si me das la cuarta parte del rating el primer mes, te regalo el automóvil que tú quieras, de la marca que tú quieras-.
Por supuesto que Caignet tuvo el automóvil que quiso y mucho más porque El derecho de nacer batió los récords de audiencia en la Isla. Y las ganancias que esta novela le proporcionaban a la CMQ multiplicaban el monto del elevando sueldo del escritor.

Tan atrayente como los recursos empleados en El derecho de nacer para anestesiar a los oyentes, o digamos mejor, mantenerlos pegados durante más de un año al la transmisión radial, resulta el estudio de todo lo relacionado con la producción, intérpretes y contexto de la novela, así como la psicología del propio autor. Caignet murió en el Reparto Siboney de La Habana en 1976.En su última entrevista se quejaba de que estaba olvidado y no imaginó nunca que, años más tarde , Radio Arte, la productora de programas dramatizados del Instituto Cubano de Radio y Televisión, ICRT, volvería a grabar con esmero y pleitesía El derecho de nacer.

Y más interesante aún sería conocer las reacciones de las jóvenes audiencias de hoy (2008) ante una dramatización como ésta .¿Hasta qué punto han cambiando las emociones y gustos de los oyentes? ¿Cuál sería en la actualidad el aporte del tema del aborto desde un argumento concebido para la sociedad cubana de hace seis décadas?Habría que averiguar hasta dónde han envejecido o sobrevivido el lenguaje y las técnicas que hicieron de El derecho de nacer la reina de todas las radionovelas. Pero como en La novela del aire habrá que dejar las respuestas para próximos capítulos.
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