domingo, 1 de agosto de 2010

LA GARBO


Dicen que durante toda su vida, Greta Garbo realizó incansables paseos, caminatas por ciudades y parajes en los que trataba de pasar inadvertida. En una ocasión, le confesó a su amigo Sam Green: “Estos paseos son sólo una huida. Cuando ando sola, pienso en el pasado. He destrozado mi vida”.

Foto: Greta Garbo en 1955, cruzando una calle de Nueva York.

La actriz Greta Garbo nació Estocolmo, Suecia, 18 de septiembre de 1905 y murió en Nueva York, EE.UU. 15 de abril de 1990.

EL MEMORANDUM CUBANO DE GRETA GARBO

lunes, 26 de julio de 2010

LAS VENTAJAS DE LOS GUAPOS

O EL CULTO A LA BELLEZA .



“Los guapos (las personas bellas) tienen más posibilidades de salir triunfante en las discusiones y de convencer a los demás. La gente les cuenta secretos y cosas sumamente personales. En realidad, lo que ocurre es que todos quieren complacer a los guapos, hacer gesto conciliatorios, dejarse convencer, contarles cotilleos y, literalmente, dar marcha atrás cuando los ven por la calle”.

Esto señala Nancy Etcoff , profesora de la Facultad de Medicina de Harvard. Ella comenta que los guapos quizás convenzan no por su aspecto, sino con su inteligencia o la fuerza de su personalidad:

“De hecho, las personas atractivas suelen sentirse más a gusto con los demás, más seguras, y no temen las opiniones negativas tanto como la gente que carece de atractivo. Suelen pensar que son dueños de su propia vida, no simples caprichos del destino y las circunstancias, y tienen más tendencia a imponerse”.

En ocasiones, en la consulta médica, en oficinas de gestiones burocráticas o en el salón de una tienda, he tenido oportunidad de constatar los privilegios que genera la belleza. La mayoría de la gente se esfuerza más en atender, o darle explicaciones, a las personas de rostro y cuerpos hermosos. Nancy Etcoff, con mirada provocadora, ingeniosa y perspicaz, trata de demostrar científicamente la razón de esa actitud en las páginas de su libro La supervivencia de los más guapos . La ciencia de la belleza (Editorial Debate, Madrid, 2000).

“La gente está más dispuesta a prestar ayuda a las personas atractivas incluso si no les caen bien”.

sábado, 17 de julio de 2010

CREAR

Katherine Anne Porter en una entrevista: “Hasta Santa Teresa dijo:
‘Puedo rezar mejor cuando estoy cómoda’.”

(De vez en cuando un mini post)

Primavera o Descanso, óleo sobre tela, 1940 Autor Jorge Arche (1905 - 1956)

viernes, 16 de julio de 2010

MIS MUSLOS NO TIENEN NADA QUE ENVIDIARLE A LOS DE ROSITA FORNES.

Por: Lázaro Sarmiento

Los muslos de Rosita Fornés eran tema frecuente de conversación en mi familia. Igual sucedía con el pelo de María Félix. Delante de las visitas, mi abuela decía siempre que el pelo de mi madre era tan hermoso como el de la actriz mexicana. En verdad, mi madre poseía una abundante y atractiva cabellera que debió empezar a teñírsela desde niña porque las canas aparecen en esta familia a edades muy tempranas.


El pelo era una de las obsesiones de mi abuela. Una vez, durante una crisis económica muy fuerte que hubo en el país , me hizo jurarle por San Lázaro y toda la Corte Celestial que si , por desgracia del destino, llegaba a perder la cabeza antes de morirse, no dejara que la enterraran con las canas al aire, que se las cubriera aunque fuera con betún o papel carbón.

En los años sesenta, debido a la escasez de productos, era muy difícil para la peluquería Hollywood complacer a sus clientas, entre las que se contaba mi abuela desde sus días de empleada doméstica. Hacerse un peinado y teñirse en Hollywood fueron dos cosas que se le pegaron de la Polaca porque, para bien o mal, los empleados adoptan muchos de los hábitos de las personas para las que trabajan. A la peluquería la acompañaba en ocasiones su hermana Marina. Las dos, en mi presencia, acostumbraban a protagonizar la siguiente escena:

Marina se subía gozosa la saya plisada y con pose de bailarina de can can me preguntaba:
-Dime Lazarito si mis muslos tienen que envidiarle algo a los de Rosita Fornés!
A lo que mi abuela añadía:
-Y eso que tú nunca te has hecho una cirugía plástica.

Marina creía que sus muslos eran superiores a los de vedette nacional. Yo, por unos segundos, fingía que dudaba. Luego le decía que los suyos eran más hermosos que los de Rosita, pues la conveniencia de mentir para darle alegría y tranquilidad a los demás figura entre las acciones que aprendemos de niños. Por eso, para impresionar a mis compañeros de la escuela, trasmutaba a mi abuela en primera dama de un drama, o reina de una fabulosa aventura. Y ella me seguía divertida.

Cuando los polacos se fueron de Cuba y nos quedamos de dueños de la casa, yo traía a mis amigos y los conducía en una visita dirigida por la terraza del frente, la sala, el comedor y la terraza lateral. Estos son ceniceros de murano…aquí el tocadiscos de alta fidelidad y la voz de Nat King Cole en Aquellos ojos verdes, voy a encender la luces indirectas, miren estas reproducciones en miniatura del Empire State y la Torre Eiffel, no toquen por favor las copas de bacará. ..Les mostraba los jarrones de inspiración cubista y todos los objetos posibles acumulados en un inmueble de la pequeña burguesía en el barrio de Santos Suárez.

La pieza favorita, la que superaba a todas las demás en los performance sobre mi abuela por el mundo, era el abrigo de visón que ella había comprado en una de sus visitas a Nueva York. Mi abuela no desmentía una sola palabra. Se iba a la cocina a preparar una limonada mientras el mayor de sus nietos, muy ceremonioso, salía del dormitorio principal mostrando el magnífico abrigo que por puro milagro los polacos no vendieron antes de marcharse a los Estados Unidos. Ignoraba que para su confección habían sido sacrificados unos 60 ejemplares del pequeño mamífero llamado visón. Yo le anunciaba a los imberbes espectadores que esta era una prenda carísima salida de una tienda en la Quinta Avenida de Nueva York. Hasta entonces, esa ciudad había sido principalmente el escenario mágico de muchas películas que transmitía la televisión en Cine del Hogar. Pero en pocas semanas se convirtió en los periódicos en un lugar muy vinculado a Cuba. Fidel Castro ya había estado dos veces en Nueva York y desde allá viajó a La Habana el birmano Utah, jefe de las Naciones Unidas, cuando el planeta estuvo al borde de una hecatombe atómica durante la crisis de los cohetes.

Hubo gente que no tenía miedo de la guerra, pero mi abuela permaneció muy preocupada por esos meses porque mis tíos y los maridos de mis tías fueron movilizados en unidades militares secretas. Yo no tenía edad entonces para entender el peligro global. Y mientras los milicianos marchaban hacia lugares que no aparecían en los mapas, y desde lo alto de los rascacielos enanos de La Habana podían verse con prismáticos los barcos de guerra norteamericanos en el horizonte, yo me entretenía inventando historias para mis compañeros de aula, como la del amante que mi abuela tenía en Panamá, donde amasaba una fortuna incalculable que algún día nosotros heredaríamos. Mi abuela nos invitaba a pasar a la terraza cercana a los flamboyanes. Allí nos servía la limonada con hielo frapeé en bandeja de plata.

Poco importaban los acorazados yanquis a unas pocas millas del malecón habanero. Yo me sentía a salvo buscando en los armarios de los polacos nuevos tesoros con los que deslumbraría a mis amigos, y mi tía Marina estaba feliz porque creía que sus muslos eran más hermosos que los de Rosita Fornés.

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Yo les mostraba el Empire State en miniatura...

Mi abuela Margot (izquierda) y Marina a principios de los sesenta. Mi tía-abuela (90 años) aún vive pero ya no puede recordar la época en que estaba orgullosa de sus muslos.



… una de las obsesiones de mi abuela.

domingo, 11 de julio de 2010

NANCY CUNARD, FRENTE AL MUNDO.

Por: Lázaro Sarmiento

"En una crisis de su agonía bajó casi desnuda por el ascensor del hotel. Allí se desplomó y se cerraron para siempre sus bellos ojos celestes. Pesaba treinta y cinco kilos cuando murió. Solo era un esqueleto.”

Nancy Cunard murió en París en 1965. Es uno de los numerosos personajes que pasan por las páginas de Confieso que he vivido, de Pablo Neruda, libro que leí por primera vez hace muchísimo tiempo.

Este domingo volví a las memorias del poeta chileno, motivado por el recuerdo del pasaje donde describe la muerte de una mujer que siendo un símbolo glamuroso “luchó toda su vida contra el racismo y los prejuicios sociales, y se relacionó con escritores como Ernest Hemingway, James Joyce o Langston Hughes, convirtiéndose en musa de muchos de ellos.”

Nancy, hija de Lady Cunard, había sido la única heredera de la Cunard Line, el famoso imperio de trasatlánticos.

Ella escandalizó a la aristocracia británica alrededor de 1930 cuando se escapó con un negro, “musicante de unos de los primeros jazz band importados por el hotel Savoy “de Londres. Lady Cunard la desheredó al conocer el negro destino elegido por su hija.

Pablo Neruda destaca que Nancy no pudo volver a residir en Inglaterra , abrazó la causa de la raza negra perseguida, se fue a Addis Abeba durante la invasión de Etiopía y viajó a Estados Unidos para defender a unos muchachos negros de Scottsboro condenados injustamente por los tribunales norteamericanos. De ese país fue expulsada.

Nancy Cunard , rica heredera, musa, idealista política , icono de la moda en los años veinte, se rodeó de mucha de la gente más inteligente y brillante de su tiempo. Pero su vida terminó en la miseria y en la confusión mental causada por el alcohol y las drogas.

De Confieso que he vivido siempre recuerdo, y hasta me gusta fabular, la escena de Nancy Cunard en su frágil desnudez en un ascensor de Paris:

“Su cuerpo se había consumido en una larga lucha contra la injusticia en el mundo. No recibió más recompensa que una vida cada vez más solitaria y una muerte desamparada”.


viernes, 9 de julio de 2010

LA HABANA…


“Porque La Habana tiene un privilegio que solo conocen la grandes capitales del mundo. Y es que el aburrimiento no vive en sus calles. La calle habanera es un espectáculo perenne: teatro, caricatura, drama, comedia, o lo que sea. Pero hay en ella materia viva, humanidad, contrastes que pueden hacer las delicias de cualquier observador. ¡Y no hablemos de ciertos suburbios capitalinos!… ¡No hablemos del puerto! …Porque en este caso penetramos en los dominios del cuento de hadas.

"Por cinco centavos, una lancha, con atribuciones de alfombra mágica, puede llevarnos a Regla, la ciudad misterio, donde reina constantemente una atmosfera de prodigio."

Alejo Carpentier en Crónicas del regreso, 1941.





viernes, 25 de junio de 2010

CARLOS MONSIVAIS, PASION POR EL CINE.



“Compartimos una pasión por el cine, como si la juventud de este arte mereciera memoria, referencias y cuidados tan grandes como los clásicos más clásicos, y era cierto. La frágil película de nuestras vidas, expuesta a morir en llamaradas o presa del polvo y el olvido, era para Monsiváis un arte importantísimo, único, pues, ¿de qué otra manera, si no en el cine, iban a darnos obras de arte Chaplin y Keaton, Lang y Lubitsch, Hitchcock y Welles? Y no se crea que el "cine de arte" era el único que le interesaba a Carlos. Competía con José Luis Cuevas en su conocimiento del cine mexicano y con el historiador argentino Natalio Botana en películas de los admirables años treinta de Hollywood.

“Juntos, presentamos hace un año diez películas que juzgamos las mejores de todos los tiempos -del Amanecer de Murnau a Bailando bajo la lluvia de Kelly y Donen-. Pero enseguida nos dimos cuenta de la injusticia e insuficiencia de tal selección. ¿Dónde quedaban Antonioni y Bergman, Rogers y Astaire, el cine de gánsteres, los westerns que Alfonso Reyes calificaba como "la épica contemporánea"? ¿Y dónde, Juan Orol y Rosa Carmina; dónde las cejas actuantes y activas de María Félix y Dolores del Río; dónde los parlamentos inescrutables de Arturo de Córdoba y la inventiva popular de Clavillazo?"

Fragmento del artículo Pasiones de Monsiváis , publicado en Babelia (26.06.10), en el cual Carlos Fuentes evoca su amistad con Carlos Monsiváis, a quien describe con estas palabras: “ingenio rápido, cultura profunda, mirada penetrante, referencia oportuna, melancolía escondida, regocijo siempre. ”

lunes, 21 de junio de 2010

TRUMAN CAPOTE, EL AMIGO DEL AMANTE.

Por: Lázaro Sarmiento

No soy nada promiscuo, simplemente carezco de la energía necesaria para ello, le dijo con deslenguada franqueza Truman Capote al periodista y novelista Lawrence Grobel durante una de las muchas conversaciones que ambos sostuvieron entre junio de 1982 y agosto de 1984. Esos encuentros dieron por resultado el libro Conversaciones íntimas con Truman Capote, publicado en 1985, al año siguiente de su muerte. Hoy volví a releer algunos capítulos. Y aunque parece que ya no queda nada por decir del autor de Música para camaleones, los libros de entrevistas crean un cómodo y ficticio sentido de apropiación de la intimidad del protagonista que hace recicable su lectura.

Truman afirma a su entrevistador que solo había tenido cuatro grandes historias de amor y una de ellas plena, para toda la vida. Se refería a su relación de más de 35 años con el escritor Jack Dunphy. Ya en unas declaraciones anteriores en la revista Interview, Capote había dicho:

“No hay nadie en el mundo que no se pueda conquistar si uno se concentra de verdad en ello, si realmente se le quiere conseguir. Hay que quererlo con exclusión de todo lo demás. Así es que como conquisté al novelista Jack Dunphy. Todo el mundo decía que no lo lograría; estaba casado con juna chica extraordinaria, Joan McCracken, que también me gustaba, y mucho. Pero yo estaba decidido. Me concentré en ello con exclusión de todo lo demás. Resultó una cosa excelente en todos los aspectos…En cualquier relación que se tenga, con un hombre o una mujer, hay que hacer muy atento y crear una buena amistad…Si uno no puede ser amigo de su amante, hay que olvidarlo. No dará buen resultado”.

Por su parte, Jack Dunphy contó en una ocasión:

“Truman y yo nunca estuvimos juntos – no juntos como la mayoría de las parejas. Esa cercanía nos habría matado. Soñábamos con habitar lugares distintos del que ocupábamos, como los niños que necesitan huir de su niñez, tan salvaje, tan intensa…”

Jack Dunphy murió en 1992.


sábado, 19 de junio de 2010

CARLOS MONSIVÁIS Y UNA FOTO DE ANDREA PALMA.

Por: Lázaro Sarmiento

Carlos Monsiváis fue el responsable de que durante mucho tiempo yo tuviera cerca de mi mesa de trabajo la imagen de Andrea Palma en La mujer del puerto. Ella en la semioscuridad de un portal: frágil y lejana, la mirada impura, el cigarrillo en los labios, la pose sensual. Descubrí a esta mítica actriz gracias al libro Amor perdido. O tal vez debo decir que descubrí a Monsiváis gracias a Andrea Palma. Lo cierto es que, en algún momento, ese volumen y el nombre del autor, así como algunas crónicas suyas, adquirieron una categoría familiar entre mis papeles y libros.

Un amigo mexicano, que había vivido mucho tiempo en La Habana , me contó que durante una conversación que mantuvo un día con Monsiváis surgió al azar la figura de una personalidad de la política de Cuba en el siglo veinte, ya fallecida y cuyas anécdotas no eran muy conocidas. Monsiváis, quien parecía tener el don de la ubicuidad, demostró en aquel diálogo que memorizaba sobre el personaje cubano una cantidad enciclopédica de datos que se supone solo maneja -en el mejor de los casos- un especialista en historia de la Isla.

Un artículo publicado en 2008 en la revista mexicana Letras libres hace referencia a esa cualidad de Monsiváis: “... memoriza desde el nombre del novelista del siglo XIX nunca citado, hasta el del último bar gay abierto en Tijuana, por quién y con qué medios; qué baños debe uno evitar en Chilpancingo o cuántas películas hizo María Antonieta Pons; qué le respondió María Félix en cierta ocasión a Novo; cuál es el novelista sudafricano en ascenso y cuál poeta holandés ya nadie lee; los nombres de toda la Familia Burrón y el número en que Borola pone un orfanato y en vez de leche da agua con cal a los huérfanos; cuál cuento de Maupassant se parece a uno de Poe y dónde vivió Lizardi; la letra de Cenizaso; cuál es el estanquillo más viejo de Tlalpan, etc. Es una máquina traganombres, un fichero andante, una enciclopedia de la trivia y una presencia en cualquier lugar donde alguien comience a sonar, ya sea una Gloria Trevi adolescente o el último ganador de los Juegos Florales de Macuspana”.

Los caminos por los cuales uno llega al mundo de un escritor son insospechados. Pueden comenzar en el blanco y negro de un melodrama de culto con su orgía de marineros vulgares, el incesto y el suicidio final de la protagonista.



viernes, 18 de junio de 2010

LA HABANA Y EL ESPLENDOR DE UN HOTEL.

Por: Lázaro Sarmiento

En el mapa de los paisajes esplendorosos del mundo aparece el Hotel Nacional, en La Habana, con su magnífica vista de la capital cubana. A los valores arquitectónicos y paisajísticos de esta instalación hay que añadir una rica historia desde su inauguración en 1930 y la alcurnia de muchos de sus huéspedes.

En un libro que publicó en 1993, Cuba y turismo, el periodista Alberto Pozo se refirió a este símbolo suntuoso de la industria turística de la Isla con las siguientes palabras:

“El Hotel Nacional fue deliberadamente diseñado para ostentar el liderazgo del Caribe por la cadena norteamericana Intercontinental, a su vez subsidiaria de la Pan American Airways, en realidad propiedad del Chase Manhattan Bank, representante de los intereses del grupo Rockefeller. En este ejemplo se aprecia claramente el mecanismo del capital norteamericano y, en especial, de ese grupo Rockefeller que afincó muy adentro sus garras en Cuba.

El Hotel Nacional resultó también una típica operación del imperialismo yanqui con un país subdesarrollado. El Estado cubano le cedió los amplios terrenos, en un promontorio único, que domina todo el Malecón, la entrada de la bahía habanera y la parte más resplandeciente de La Habana Vieja, Centro Habana y el gran barrio residencial del Vedado. El Nacional goza de la vista más bella de La Habana, uno de los paisajes más esplendorosos del mundo, al decir de innumerables especialistas en la materia. Todo esto se concedió a cambio solamente del derecho a usar una suite presidencial destinada a recibir visitantes ilustres. También se especificó que el hotel se entregaría a Cuba en la década del 90”.









En otras entradas he recordado que en esta piscina del Hotel Nacional de Cuba se bañó el animal más bello del mundo: Ava Gardner.


TEXTOS RELACIONADOS:
LOS EDIFICIOS-CISNES DEL VEDADO
CLAVES DEL PASADO: LEY SECA Y TURISMO EN LA HABANA
VEDADO. (I)

GEORGE RAFT Y UN NIDO DE MAFIOSOS EN LA HABANA
BESAR LAS PAREDES DE EL VEDADO
HOTEL TROTCHA: LA FILOSOFIA DE LAS RUINAS
Fuente: Pozo Hernández, Alberto. Cultura y turismo. Editora Política. La Habana: 1993.

domingo, 13 de junio de 2010

PETE SEEGER, UN FRUCTIFERO ENCUENTRO.

“Ha dejado un pedacito de Cuba en Estados Unidos, un poquito de África en Italia, un soplo de España en Japón. Para Pete no hay fronteras. Si hay un reparador de sueños, ese es él”. Esto afirmaba en su blog el cantautor Silvio Rodríguez, luego de dedicarle a Pete Seeger el segundo de sus conciertos en el Carnegie Hall, de Nueva York, como parte de sus actuales presentaciones en Estados Unidos.

La trayectoria de Pete Seeger es extensa y caracterizada por su activismo social. Este artista norteamericano popularizó en el mundo los versos de José Martí con música de la Guantanamera. Él conoció esos textos y la melodía en la década de los sesenta durante un encuentro en Estados Unidos con el entonces joven compositor cubano Héctor Angulo. Los investigadores Iraida Sánchez Oliva y Santiago Moreaux Jardines en el libro La Guantanamera (Editorial José Martí, La Habana, 1999), lo cuentan así:

“Un fructífero encuentro.

Gracias a un inesperado y fructífero encuentro entre Pete Seeger y Héctor Angulo, la Guantanamera da su salto a la universalidad. De labios del propio Seeger nos llega la historia:

…Fue en 1962. Yo estaba de visita en un campamento de verano, al norte, para niños de una extensa zona. Como es natural, llevé mis canciones y algunos me preguntaron: ‘Peter, ¿por qué no aprende una canción que nos enseñó un instructor cubano que tenemos aquí’. Era Héctor Angulo, que se ganaba la vida trabajando durante las vacaciones para poder proseguir sus estudios musicales, y fue idea suya o de su maestro, Julián Orbón, introducir versos de Martí en la guajira de Joseíto Fernández, y así fue como la aprendí, y ese mismo día supe quién era José Martí …


Creo que fue una bendición ese descubrimiento: llevé la Guantanamera a más de 35 países, ‘con los pobres de la tierra’” (Declaraciones de Pete Seeger al periodista López Nussa, publicadas en Bohemia, el 30 de diciembre de 1983).


El compositor Héctor Angulo (Santa Clara, 1932) ha cultivado la música de cámara, coral y sinfónica. A partir de 1960 realizó estudios superiores becado por el Ministerio de Educación cubano en la Manhattan School of Music de Nueva York.

“Durante 1962 trabajaba como instructor en un campamento de verano progresista –Woodland Camp-, al norte de Nueva York, donde los niños y jóvenes, hijos de obreros de diversas tendencias políticas, de campesinos y judíos, negros, blancos y latinos, disfrutaban de una estancia sobre verdaderas bases de colectivismo, sin fronteras raciales, políticas, sociales ni religiosas (…) Un maravilloso domingo de aquellos, Pete Seeger llega al campamento y conoce al compositor cubano. Ya éste les había enseñado a los niños la melodía de la Guantanamera con las tres estrofas -I, V y III- escogidas por el propio Angulo- con la intención de exaltar el sentimiento de fraternidad y amor hacia los desposeídos- de las muchas que Martí había escrito en sus Versos sencillos. Seeger se llevaría entonces la cinta grabada con la letra y música de lo que más tarde se convertiría en himno de solidaridad y esperanza”.

viernes, 11 de junio de 2010

LAS CANCIONES MÁS POPULARES EN CUBA EN 1960


Contigo besos salvajes (Manuel Fontals y Claudio Estrada) por Ñico Membiela.
La pachanga (Eduardo Davidson), distintas versiones.
Sabor a mí (Álvaro Carrillo), Rolando Laserie y Lucho Gatica.
Sombras (R. Sansores y Carlos Brito), Blanca Rosa Gil.
Orgullo (Armando Valdespi), distintas versiones.
Ódiame (Rafael Otero), distintas versiones.
El pájaro chogüí (India Pitagua), Héctor Cabrera.
Ayúdame dios mío (Mario de Jesús) Héctor Cabrera.
Recuerdos de Ipacarai (Demetrio Ortiz), Monna Bell.
Egoísmo (Eduardo Arias), Orlando Contreras y Adilia Castillo.

Algunos de estos títulos fueron éxitos en las victrolas. Unos años después, de niño, recuerdo que Monna Bell y Lucho Gatica seguían siendo muy populares en las emisoras de radio de Cuba.

Fuente: Orejuela Martínez, Adriana. El son no se fue de Cuba. Editorial Letras Cubanas, La Habana, 2006.

Imagen: Striptease, cuadro de Rocío García, 1997.

domingo, 6 de junio de 2010

IMÁGENES DE ALICIA ALONSO EN LOS ARCHIVOS DE LIFE.


En los archivos en internet de la revista Life hay un buen número de fotografías de Alicia Alonso pertenecientes a su luminosa trayectoria en el American Ballet Theater. La estrella cubana que pronto cumplirá 90 años de edad acaba de recibir en Nueva York un emocionante homenaje de esta compañía danzaria donde ella compartió una parte importante de su vida artística. De la gala que tuvo lugar en el Metropolitan Opera House, la Alonso afirmó:

“Fue una noche espléndida, una de esas experiencias que un ser humano no puede olvidar”.

En La Habana, el periódico Granma reflejaba en la primera página de su edición del sábado 5 de junio de 2010 el homenaje tributado a la bailarina Alicia Alonso por el American Ballet Theater, en Nueva York.

Imágenes de Alicia Alonso en 1944, American Ballet Theater, Nueva York. Fotógrafo Gjon Mili. Archivos de Life en internet.

ALICIA ALONSO EN BUENA SUERTE VIVIENDO:
ALICIA ALONSO, NOASTALGIA DEL FUTURO.
NUESTRAS VIDAS APUNTAN HACIA UNA EDAD.
ALICIA ALONSO DETIENE EL TIEMPO.

sábado, 5 de junio de 2010

SILVIO RODRIGUEZ Y LA LITERATURA DE CIENCIA FICCION.

“El libro que me fanatizó fue La nebulosa de Andrómeda…”


Silvio Rodríguez poseía en los años ochenta una de las mejores bibliotecas de ciencia ficción de Cuba. El dato aparece en el libro Silvio: que levante la mano la guitarra, de Víctor Casaus y Luis Rogelio Nogueras, publicado por Letras Cubanas en La Habana en 1984.

Ese volumen, que ha tenido varias ediciones, abarca valoraciones sobre la nueva trova cubana , la trayectoria de Silvio entre 1949 y 1983, los textos de muchas de sus canciones, fotografías, una cronología del artista y una larga entrevista que trata de acercamos a su personalidad y a los rasgos de su mundo creativo.

Es de suponer que la biblioteca de ciencia ficción de Silvio Rodríguez sea en la actualidad tan buena como en la época en que se publicó este libro.

“Desde niño me atrae la literatura y el arte fantástico. También el género de horror. Creo que le debo tanto a Drácula, Buck Rogers y Peter Pan como a Sindo Garay, los Beatles y Beethoven. Y actualmente hay extraordinarios escritores de ciencia ficción, verdaderos artistas.

“El libro que me fanatizó fue La nebulosa de Andrómeda, del soviético Iván Efremov. Claro que antes había leído a Poe, Hoffman, Stevenson, Lovecraft, Verne, Conan Doyle, Wells y Burroughs. Por una edición que hizo la Revolución, a principios de los sesenta, descubrí a ese poeta que lleva por nombre Ray Bradbury –él me acabó de reclutar. Luego llegué al inestable y megalómano maestro Asimlov; admiré al impenitente y tierno idealista Clarke; zozobré sin remedio ante la dolorosa humanidad de Teodore Sturgeon”.

Silvio afirmaba que la literatura de ciencia ficción es un género duro, “sobre todo hoy, donde cada día la realidad amenaza con ridiculizar la fantasía. Es un género de profetas o parlanchines. Creo que por eso me gusta: porque lo valioso reluce con toda claridad sobre lo inútil”.

Los autores del volumen le hacen a Silvio esta pregunta clásica: Hay un diluvio, un naufragio, un desastre, un cataclismo, una invasión extraterrena, lo de siempre, y tú puedes salvar cinco canciones tuyas, cinco libros ajenos (además de este), cinco películas ¿Cuáles serían?

“Preferiría salvar vidas humanas a cualquier cosa inventada por el hombre. De no poder ser así, preferiría salvar objetos prácticamente útiles, en caso de desastre. Pero si tampoco pudiera ser así, quizás preferiría no salvar nada, porque creo que acabaría odiándolo todo, al quedarme tan solo. Aun así voy a tratar de contestar la pregunta.

“Mis canciones: La era está pariendo un corazón, Al final de este viaje, Te doy una canción, Playa Girón, Rabo de nube, Testamento, Unicornio.

“Los libros: Las mil y una noches; La edad de oro, de José Martí; Poemas humanos, de César Vallejo; Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez; El señor de los anillos, de J. R. Tolkien; El pequeño príncipe, de Antoine de Saint-Exupèry.

“Las películas: El gran dictador, de Charles Chaplin; Madre Juana de los Ángeles, de Jerzy Kawalerowiez; Solaris, de Andrei Tarkovski; Fantasía, de Walt Disney; El séptimo sello, de Ingmar Bergman.”

Estos son los libros, canciones y películas que Silvio Rodríguez hubiera salvado en 1984. Veintiséis años después, tal vez la selección no sea idéntica frente a un cataclismo o una invasión extraterrena. En cambio, me atrevo a opinar de que su respuesta de entonces a la la pregunta ¿para qué se canta? sería ahora la misma:

“Yo canto por goce y por conciencia. O sea, que disfruto cantando lo que invento. Incluso a veces me parece que vale la pena que cante a los demás algunas de las cosas que se me ocurren. Pero yo soy un hombre con su visión del mundo, un hombre que ha tomado partido. De lo que resulta que estoy invitando a todos a sumarse a mi bando, que es el bando de la Revolución y la belleza. ”


Imagen de la derecha: Afiche antológico de Alfredo Rostgaard,1967.

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