domingo, 2 de noviembre de 2008

El tema de la homosexualidad en la santería.
Por: Lázaro Sarmiento

En Cuba pudo haber existido una organización de lesbianas santeras. Su presencia se ubicaría en la década de 1880. Esta posibilidad aparece reflejada en Género y orientación sexual en la santería. Se trata de un texto del investigador Tomás Fernández Robaina (La Habana, 1941) incluido en su libro de conferencias y ensayos titulado Cuba. Personalidades en el debate racial. (Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2007)

Contrario a lo que pudiera pensarse de la lectura del anterior párrafo, el volumen no está dedicado a la sexualidad en la santería y a la proyección de las personas que en este ámbito presentan una orientación diferente a la impuesta por el género. El propósito del libro es “dar a conocer el pensamiento y los hechos de figuras que tomaron parte activa en los debates y en la lucha por el mejoramiento de la situación social, económica, política, cultural y religiosa de nuestros afrodescendientes”.

El tema de la homosexualidad masculina y femenina en la santería es tratado solo en el último de los trabajos reunidos en Cuba. Personalidades en el debate racial. Hoy Buena suerte viviendo se detiene en esas páginas finales.


Tomás Fernández Robaina plantea: “La mujer homosexual sufre marginación en importantes rituales por su condición de mujer, pero no tan directa por su orientación sexual como los hombres homosexuales”.

Más adelante cita a Rómulo Lachatañeré y a Lydia Cabrera. El primero observó que en una casa de santo la mayoría de las mujeres iniciadas en el culto de Obatalá eran lesbianas.



Lydia Cabrera en su imprescindible libro El monte se refiere a la presencia de lesbianas en la Regla de Ocha (se da como referencia el año 1887).

“De acuerdo con sus informantes, nos relata que ellas tenían como oricha a Inle, al que sincretizaban con el San Rafael de la Iglesia católica. Este santo se veneraba en la Iglesia del Ángel, y en particular el 24 de octubre, la fecha de la fiesta anual. Cabrera destaca en su escrito que a dicha festividad iban muchos adonis y alacuatás (homosexuales hombres y mujeres, respectivamente)”.

La prestigiosa estudiosa cubana subraya la presencia de la iyalocha llamada Zumbao, como la capataza del santo, así como la presencia de una supuesta sociedad religiosa de alacuatás. Sobre este asunto, Fernández Robaina escribe:

“No he encontrado otras referencias a lo apuntado por Lydia Cabrera, pero sería muy importante indagar sobre la posible existencia de mayor información sobre esa sociedad. De haber existido, reflejaría aspectos notables, como la participación de las lesbianas en la santería a un nivel tal que habrían tenido necesidad de organizarse.”

Lo de la sociedad de alacuatás es solo un pequeño dato dentro de un tema mayor del cual Tomás Fernández Robaina ofrece valiosa y sugerente información: género y orientación sexual en la santería.

jueves, 30 de octubre de 2008

Drácula, marcianos y hombres misteriosos.

Por: Lázaro Sarmiento

La transmisión de La Guerra de los Mundos el 30 de octubre de 1938 desde la antena de la CBS en Nueva York vinculó para siempre el nombre de Orson Welles a la historia de la radio. Este artista dirigió y protagonizó numerosos programas de radio antes y después de la noche de aquel día en el que desató el pánico en la costa este de Estados Unidos.

La radio fue el medio en el cual Welles “forjó su personalidad artística mediante diversos recursos dramáticos perfectamente entramados con los escenarios y la pantalla.” Desde la adaptación de la obra Julio César, de Shakespeare, hasta The Black Museum, serie de intriga para la BBC, y un episodio sobre Sherlock Holmes en el que compartía el reparto con Ralph Richardson y John Gielgud a mediados de los cincuenta, Orson Wells se mantuvo fiel a los micrófonos de la radio no obstante su éxito profesional en el teatro y el cine. Ya desde sus primeros programas, utilizó el montaje paralelo que luego emplearía con eficacia en el séptimo arte.

Entre los títulos que Orson Wells adaptó para la radio figuran La vuelta al mundo en ochenta días, Drácula, El conde de Montecristo, Jane Eyre y La isla del tesoro.Además, interpretó con su excelente y poderosa voz a diversos personajes como el de Benito Juárez en la emisión radiofónica Thunder from the Hills, con guión de Arthur Miller.

El artículo de Esteve Riambau titulado El micrófono y la cámara: Orson Welles y la radio subraya lo siguiente:

“Ricos en contenido y en efectos sonoros, estos programas contaban además con partituras de Bernard Herrmann -compositor de Ciudadano Kane y de algunos de los mejores films de Alfred Hitchcock-, configurando así una textura sonora particularmente rica, casi tanto como la que se aprecia en la mayoría de los films de Welles. El futuro cineasta había ido modelando esos recursos desde su más tierna edad. Apenas adolescente, mientras estudiaba en la progresista Todd School empuñaba un micrófono para entretener a sus compañeros durante las horas de la comida. Poco después, con apenas veinte años, ya debutaba profesionalmente en las emisiones de March of Time. Noticias de actualidad dramatizadas con la ayuda de actores, estos programas incentivaban la impostación de la voz para imitar a diversos personajes célebres. Haile Selassie, el mariscal Hindenburg o el mismísimo general Franco fueron algunas de las personalidades a las que Welles prestó su voz, tal como después haría en el doblaje de algunos actores de sus films que ya no estaban disponibles cuando él los requería”.

Orson Wells fue también un hombre de radio.

Una amplia información sobre este tema puede consultarse en: http://www.kane3.es/radio/el-microfono-y-la-camara-orson-welles-y-la-radio.php

miércoles, 29 de octubre de 2008

Alicia Alonso, nostalgia del futuro

Todo lo que emana de Alicia Alonso es grande. Los acontecimientos que tienen que ver con ella crecen y se magnifican.

Por eso interpreté como algo excepcional y natural a la vez las vibraciones que sentí hace unas horas cuando, camino del Vedado, cruzaba cerca del Gran Teatro de La Habana, donde un rato más tarde comenzaría la gala por el aniversario 60 de la fundación del Ballet Nacional de Cuba , una de las contribuciones de Alicia a la cultura cubana junto a Fernando y Alberto Alonso.

Mucho antes de las ocho de la noche, ya el teatro estaba acosado por un enjambre de amantes del ballet, ómnibus lujosos, funcionarios, embajadores, personas curiosas, familiares de los artistas, automóviles, oficiales del tránsito… Había en el ambiente esa luminosidad invisible que proyecta el arte y que contrastaba con el discreto alumbrado público que rodea el edificio de rara arquitectura en la manzana de Prado, San José, Industria y San Rafael, donde habitualmente tienen lugar las presentaciones del ballet cubano.

De pronto recordé una noche parecida de principios de la década de 1980 en la que vi bailar por primera vez a Alicia Alonso el adagio del Lago de los Cisnes. Disfruté aquella función con el deslumbramiento de quien asiste a la revelación de un misterio, a la escenificación de una leyenda.

Ella convertía unos pocos minutos en el escenario en un poderoso símbolo artístico.

Hay algo más en Alicia Alonso que está a la altura de su legado: esa fascinación por la vida convertida en una suerte de milagro cotidiano. Esta actitud es la única explicación que encuentro a su vitalidad increíble, a la militancia laboriosa con la dignidad de un pueblo, a su sentido del humor al decir que vivirá 200 años, a la invención de coreografías, y a sus constantes desplazamientos por el mundo. Ayer en las Pirámides, mañana en Madrid, hoy en La Habana .

Luego, al llegar a mi casa, todavía colmado de buenas vibraciones, y observar a la diva por televisión acompañada en el escenario por dos jóvenes bailarines, y verla señalando con los brazos hacia un punto impreciso, tal vez un planeta lejano donde ella hubiera querido bailar , corrí hasta la computadora para enviar este email : Alicia, me gustaría ser un mago poderoso para entregarle una porción del Tiempo tan grande como sus sueños .

martes, 28 de octubre de 2008

Terror desde la radio

Por: Lázaro Sarmiento

Falta muy poco para la noche más terrorífica en la historia de la radio. Hoy en Estados Unidos, los periódicos y las estaciones de radio se refieren a la política europea y en particular a la guerra civil en España. Hace un mes, el Canciller de Alemania, Adolfo Hitler, y el primer ministro de la Gran Bretaña, Neville Chamberlain se entrevistaron en Munich. A su regreso a Londres, el político británico dijo que” ¡traía la paz para nuestro tiempo¡”. En otro orden de noticias, esta tarde David O. Selznick declaró en Hollywood que continúa buscando una actriz para el papel de Scarlett O’Hara.

En Nueva York, el joven Orson Welles, director de la compañía The Mercury Theatre, trabajan en estos momentos en la adaptación de “La Guerra de los Mundos”, novela de H. G Wells. Seis actores interpretarán desde uno de los estudios de radio de la CBS a los más de 20 personajes que desfilan por el libro. El programa se transmitirá el próximo 30 de octubre.

Orson Welles (23 años de edad) está muy entusiasmado con este radioteatro.

Les propongo que nos acerquemos al grupo de Orson Welles para conocer detalles del libreto que están ensayando esta noche…


LOCUTOR PRIMERO… Temperatura máxima, sesenta y seis; mínima, cuarenta y ocho. Esta predicción del tiempo se la hace a ustedes la oficina central de Meteorología.

LOCUTOR SEGUNDO. Ahora, señores Oyentes, les trasladamos a ustedes al salón meridiano del hotel Park Plaza, en el centro de Nueva York, donde escucharán ustedes la música de Ramón Raquello y su orquesta.

(Una canción española... Acaba.)

LOCUTOR TERCERO. Buenas noches, señoras y caballeros. De la sala meridiana del hotel Park Plaza, de la ciudad de Nueva York, les invitamos a ustedes a oír la música de Ramón Raquello y su orquesta. Con un toque de sentimiento hispánico, Ramón Raquello comienza... la Cumparsita.

(Empieza a sonar la música.)

LOCUTOR SEGUNDO. Señoras y caballeros, interrumpimos nuestro programa de baile, para comunicar a ustedes un boletín especial que debemos a la Radio Intercontinental de Noticias. A las ocho menos veinte, hora central, el profesor Farrell, del Observatorio de Mount Jennings, de Chicago (Illinois), comunica que se han observado en el planeta Marte algunas explosiones de gas incandescente, que se suceden a intervalos regulares.

Mañana continuamos el ensayo.

viernes, 24 de octubre de 2008


La vida en blanco y negro (I).




No recuerdo la fecha exacta de estas imágenes.

Sigfredo Ariel y Lázaro Sarmiento en la acera de Coppelia, después de una sesión de trabajo en Radio Ciudad, entonces la emisora joven de la capital. Olvidé que en los alrededores de la heladería hubo en un tiempo fotógrafos con cámaras de cajón como los del Capitolio de La Habana.
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