martes, 4 de mayo de 2010

TEXTOS DE JOSE EMILIO PACHECO.

Memoria


No tomes muy en serio
lo que te dice la memoria.

A lo mejor no hubo esa tarde.
Quizá todo fue autoengaño.
La gran pasión
sólo existió en tu deseo.

Quién te dice que no te está contando ficciones
para alargar la prórroga del fin
y sugerir que todo esto
tuvo al menos algún sentido.



Fotos

No hay una sola foto de entonces.
Mejor así: para verte
necesito inventar tu rostro.

Desde entonces

Hubo una edad (siglos atrás, nadie, nadie lo recuerda)
en que estuvimos juntos meses enteros,
desde el amanecer hasta la medianoche.
Hablamos todo lo que había que hablar.
Hicimos todo lo que había que hacer.
Nos llenamos
de plenitudes y fracasos.
En poco tiempo
incineramos los contados días.
Se hizo imposible
sobrevivir a lo que unidos fuimos.
Y desde entonces la eternidad
me dio un gastado vocabulario muy breve:
“ausencia”, “olvido”, “desamor”, “lejanía”.
Y nunca más, nunca más, nunca, nunca.

Desde hace días vengo disfrutando de La fábula del tiempo, una antología de José Emilio Pacheco, uno de esos poetas con los que creas una adicción que parece natural y quisieras que te durara toda la vida. El libro, publicado por LOM Ediciones (Santiago de Chile, 2007), destaca en su contraportada:

“Con una gran variedad de voces y de formas poéticas – del epigrama y el haikú al versículo y al poema extenso- aparecen en esta antología la tragedia, la violencia y la fugacidad, al lado del fulgor de la hermosura y la celebración del hecho incomparable de estar vivos. Pacheco ha demostrado que todo en el mundo puede ser tema de la poesía. No hay nada que no pueda decirse con el instrumento preciso y lacónico del verso”.

martes, 27 de abril de 2010

SER HOMBRE ES UN TRABAJO MUY DURO.


Por: Lázaro Sarmiento

La frase puede tener diferentes interpretaciones y su interés variar según la estatura del autor, o el mundo interior de quien la escucha. La frase se la dijo un día Ernest Hemingway a su hijo Gregory. Éste la citó mucho tiempo después, a fines de la década del noventa, durante la entrevista que en La Habana le hizo el periodista Armando Chávez, quien luego la incluyó en el libro Rescate del tiempo (Letras Cubanas, 2000).

Chávez:

El crítico europeo que más conoce la literatura de Hemingway, el francés Roger Asselineau, cree que él, como los gatos, parecía ocultar algo. ¿Usted cree que era homosexual?




Gregory:

"Yo no creo que haya sido haya sido homosexual, sentía una gran atracción por las mujeres, pero sí tenía un gran miedo a sentirse homosexual. Él estaba muy preocupado con la masculinidad. Un día me dijo que ser hombre era un trabajo muy duro.

Creo que todo fue ocasionado por la madre. Ella lo vistió como a una niña hasta los cinco años de edad, durante una etapa en que se arraigan características sexuales. Él siempre la odió mucho, aunque explícitamente sólo la culpaba por el fracaso y el suicidio de su padre, Clarence Edmund Hemingway.


Todo eso es ahora muy difícil de explicar, y en aquellos tiempos, yo no conocía a (Sigmund) Freud."


Antes, en la misma entrevista, Gregory Hemingway había dicho que parece que su padre cada día se levantaba con la urgencia de probar que era un hombre. “Esa necesidad lo llevó a practicar deportes, caza, pesca, tauromaquia. Creo que bebía tanto para no soñar con ese conflicto”.




En el Hotel Ambos Mundos, en la calle Obispo, en La Habana Vieja, se conserva la habitación de apenas dieciséis metros cuadrados, donde Ernest Hemingway “vivió en 1928 sus primeras cuarenta y ocho horas en Cuba”.

OTROS TEXTOS SOBRE HEMINGWAY:
HEMINGWAY Y SU AMANTE HABANERA.
UNA AMISTAD EN LA HABANA: HEMINGWAY Y CAMPOAMOR.

domingo, 25 de abril de 2010

PISOS DE LUJO EN LA HABANA.


Por: Lázaro Sarmiento

Estoy seguro de que pocas farmacias en el mundo tienen un piso tan elegante como el que encontramos en la entrada de la farmacia La Central, ubicada en la Manzana de Gómez en La Habana, por la fachada correspondiente a la calle Neptuno. El edificio, dedicado a servicios comerciales y oficinas, quedó concluido definitivamente en 1919. Abarca la superficie de la manzana enmarcada por las calles Neptuno, Obrapía, Avenida de Bélgica y Parque Central.

En el libro 1898-1921: la transformación de La Habana a través de la arquitectura, su autora, Llilian Llanes destaca que este enorme edificio de cinco pisos fue una de las más grandes construcciones fabricadas en esta época. La prensa adelantaba que en sus instalaciones se movería una población flotante de veinticinco mil personas cada día.

“La Manzana de Gómez era una especie de Bolsa donde se ofrecían valores de todas clases, que pertenecía a la extensa familia Gómez Mena: María Luisa, Alfonso, Andrés y José, hijos de su fundador, Andrés Gómez Mena”.


En las últimas décadas, miles de cubanos han estudiado en la Manzana de Gómez ya que muchas de las antiguas oficinas se adaptaron como aulas para idiomas y otros tipos de enseñanza. En la planta baja funcionan tiendas y cafeterías. Transcurridos más de noventa años desde su inauguración, el enorme edificio necesita un fuerte mantenimiento.

Parque Central de La Habana: al fondo, parte de una de las cuatro fachadas idénticas de la Manzana de Gómez, edificio concluido en el año 1919.
Fotos: Lázaro Sarmiento.

viernes, 23 de abril de 2010

HOSPEDAJE PARA ABRAZOS.

Por: Lázaro Sarmiento

Si ahora mismo tuviera una varita mágica que le devolviera su esplendor original a algunas calles de La Habana comenzaría por San Miguel, entre Industria y Amistad. Me interesa la trastienda sociológica de este tramo que funciona como atajo entre unas vías estrechas con fachadas carcomidas y el Paseo del Prado con su aire cosmopolita y edificios magníficos. Y del conjunto, hoy me atrae ese anuncio “luchando” frente a la erosión del tiempo: H. Rex. Ya nadie recuerda en qué momento los cuartos del hospedaje se convirtieron en viviendas familiares. La varita mágica me permitiría llenar este tramo de San Miguel de pequeños hoteles, sin pretensiones exageradas, con un confort mínimo. Las habitaciones la alquilaría por cuatro o cinco horas la gente que en las grandes ciudades necesita acostarse con urgencia, o hacerse invisible en la multitud. Mientras guardo la cámara imagino que en el lugar donde estaba el cartel H. Rex, los restauradores han colocado el siguiente epigrama de la vida rosa del poeta Luis Yuseff:



“Abrazarse a cualquier cuerpo
con la certeza
de que alguna vez
le verás el rostro al ángel. ”


Imagen derecha: Foto de Nan Goldin (Washington, 1953)

domingo, 18 de abril de 2010

MARLENE DIETRICH, DESDE LA HABANA.

Por: Lázaro Sarmiento


Algunos iconos del séptimo arte no solo están en las bóvedas de las cinematecas, o en las pantallas de televisión, o en las enciclopedias, o en la memoria del público. En ocasiones se mueven en espacios tan privados como los textos que las personas escriben en sus cartas.


En 1995 Correos de Cuba incluyó el rostro de la actriz Marlene Dietrich en una serie de sellos para celebrar el centenario del surgimiento del cine.

"Que por mucho tiempo iluminen el espacio con sus maravillosas
apariciones, demoras
y parlamentos, y que todo el dinero del mundo los cubra de manera
resplandeciente
mientras descansan después de un largo día bajo los reflectores
con sus máscaras
pero los cielos operan en el mundo de las estrellas. ¡Es un
precedente divino
que ustedes eternizan ¡ ¡Giren, cintas de celuloide, como gira
el universo ¡"


(Fragmento del poema A la industria cinematográfica en crisis, de Frank O’Hara, autor estadounidense.)

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