domingo, 5 de abril de 2009

Lo que los elefantes de La Habana quieren decirnos
Por: Lázaro Sarmiento

La primera vez que me encontré con un elefante fue en la esquina de Dragones y Zulueta, en el portal del Teatro Martí. Era mi primer día en la capital y mi madre, entonces guajirita y joven, me llevaba cogido de la mano. Íbamos hacia la calle Damas buscando una dirección cuando quedamos sorprendidos por el paquidermo que, amarrado a una bola de hierro, comía hierba en la entrada de emblemático coliseo . Un público numeroso lo rodeaba. Todo el que pasaba por la acera se quedaba hipnotizado frente al animal de memoria prodigiosa La gente siempre se ha sientido atraída por los elefantes. Ahora mismo, una manada se desplaza por La Habana. Son los elefantes de chapas de acero del artista cubano José Emilio Fuentes Fonseca (JEFF). La curadora de esta muestra dice que, “cada emplazamiento de la manada reclama una interpretación histórica, que no escapa a la fabulación popular.” Los elefantes se han robado por el momento el show de la Décima Bienal de La Habana. Me refiero a nivel popular. Luego estarían las interpretaciones y la manera en que la gente asume lo que Jeff y sus paquidermos quieren decirnos. Seguramente cada uno de los lectores del blog tiene la suya.


"Es una de las obras más sorprendentes de la X Bienal de La Habana…La obra, según expresó su autor constituye una metáfora de la adaptabilidad y resistencia grupal, que nace del concepto de la manada y sus estructuras sociales."(http://www.jornadaonline.com/Internacional/26188-Elefantes-en-La-Habana)
"Su itinerario por varios lugares emblemáticos de la capital responde a dos razones fundamentales: ser fiel al hábito traslaticio de esos gigantes de la fauna por las sabanas de África y Asia, y multiplicar sus contactos con la población. Todo lo demás que se especule obedece a otras dos razones: a la natural tendencia del ser humano a construir discursos simbólicos a partir de un hecho estético determinado, o a la enfebrecida malevolencia de quienes buscan a toda costa quinta pata del elefante."(http://www.bohemia.cubasi.cu/2009/04/04/noticias/bienal.3.html)
" Cada emplazamiento de la manda reclama una interpretación histórica, que no escapa a la fabulación popular. Así, historia y mito avanzan a su paso como un desafío al tiempo y como una defensa a la conflictiva convivencia con los seres humanos.
El espíritu de supervivencia de estos mamíferos, la defensa a sus congéneres, el tributo a sus muertos, pero sobre todo la necesidad de vivir bajo las normas de la estructura social de la familia, los asemeja a los humanos. No resulta extraño que José Emilio Fuentes Fonseca (JEFF), en esta ocasión, haya seleccionado como motivo escultórico al elefante. Manipula el poder simbólico de los paquidermos (riqueza, fuerza y cognición) y con ello, evoca a la sabiduría de los antiguos esclavos africanos e inmigrantes chinos, quienes nos legaron el culto a este tótem ancestral desde tiempos antiguos. Tanto es así que aún hoy, la protección de los hogares cubanos se manifiesta en el uso de las esculturillas de elefantes como amuletos para la buena suerte y desenvolvimiento económico." (Darys J. Vázquez Aguiar, curadora de la muestra)(http://www.ohch.cu/noticias/info.php?id_noticia=20090331154523&cat=noticias )


Paso mis manos sobre la piel de acero del elefante para invocar algunos de los atributos simbólicos del animal: riqueza, fuerza y cognición.Localicé a la manada de JEFF el sábado en el parque que está entre la Biblioteca Nacional José Martí y la Terminal Nacional de Ómnibus, frente al Ministerio de Comunicaciones, en la Avenida de Rancho Boyeros de La Habana. Por cierto, a unos metros de aquí - en la desaparecida Feria de la Juventud- hubo durante mucho tiempo un envejecido ejemplar real: “el elefante de la feria”.

"La procesión de elefantes responde a un itinerario de viaje diseñado por el artista en sitios relevantes de la historia (en donde permanecen al menos por un día): la Plaza Vieja, los jardines del Capitolio, la Colina Universitaria, la Tribuna Abierta Antimperialista “José Martí” hasta llegar a la Plaza de la Revolución y luego a 31 y 60 (Buena Vista).
El recorrido finaliza en la plaza del Centro de Negocios Miramar, importante zona de inversión construida a principios de este siglo."
(http://www.arteporexcelencias.com/noticias/364/elefantes_en_la_habanacomercial)

sábado, 4 de abril de 2009

ADOPTEMOS LAS CUCARACHAS DE LA HABANA.


Por: Lázaro Sarmiento

Me habían dicho que la manada de elefantes que se desplaza por La Habana estaba en los jardines del Capitolio, nuestro gran mastodonte republicano. Llegué tarde. Los elefantes se habían marchado ya a otro sitio de esta urbe que juega, dialoga y se energiza por estos días con las propuestas para espacios abiertos, en la calle, de la Décima Bienal de La Habana. Mi frustración se apagó frente a una nueva sorpresa. Unos minutos después desembarqué en la esquina de Trocadero y Zulueta. Aquí, en uno de los ángulos del Palacio de Bellas Artes, están posadas las cucarachas del pintor Roberto Fabelo.

Son diez. Tienen rostro humano. Miden dos metros. Están hechas de poliuretino. Avanzan por la pared hacia lo alto del edificio buscando el oxígeno. El conjunto se denomina Sobrevivientes. El nombre hace gala a la capacidad de resistencia de las cucarachas. Están preparadas genéticamente para resistir una destrucción nuclear. Es decir, en algo básico, son superiores a nosotros.


Fabelo dice que quiso reflejar el sentido kafkiano presente en el mundo actual y sus crisis: “Las cucarachas han acompañado al hombre desde tiempos tan remotos y resistido de tal manera los intentos masivos de exterminarlas que uno llega a pensar si un día se convertirán en seres humanos o viceversa.”

Estas cucarachas fabelianas son tan admirables que deberían quedarse instaladas permanentemente en alguna fachada de la ciudad. Deberíamos adoptar también a los paquidermos de chapas de acero. Me gustaría verlos aplatanados para siempre en los terrenos del Capitolio de La Habana, rompiendo la " corrección "urbanística del lugar, poniéndole una dosis de visualidad transgresora al paisaje.

Las cucarachas de Roberto Fabelo, los elefantes de José Emilio Fuentes Fonseca, el pájaro de Alberto Lescay. Fauna cautivante que pudiera rejuvenecer el repertorio de símbolos urbanos.

Cucarachas de Roberto Fabelo. Conjunto: Sobrevivientes. Museo Nacional. La Habana. Foto Lázaro Sarmiento 03.04.09

lunes, 30 de marzo de 2009


Busco a Polly Magoo.
Por: Lázaro Sarmiento

Hoy pasaron en la televisión el documental Omara, de Fernando Pérez. Hay un momento en que la diva del Buena Vista interpreta La era está pariendo un corazón. Al escucharla sentí que se despertaba una antigua emoción. Quise recordar como era mi vida en la época en que esa canción compuesta por Silvio sonaba en las radios de La Habana. Tal vez la oí por primera vez cuando estaba en la escuela al campo. De pronto me vino a la mente ¿Quién eres tú, Polly Magoo? No puedo contar nada de este película y, sin embargo, su anuncio en la marquesina del cine Payret lo fijé para siempre . También la memoria le ha borrado el rostro y otras partes del cuerpo a la persona con la que dormí una noche, y esperé el amanecer a su lado, en el Hotel New York de la calle Dragones. En cambio, del mismo lugar recuerdo con nitidez algunas escenas vistas en el interior de las habitaciones. Varias puertas entreabiertas a lo largo del pasillo hacia el ascensor del hotel hicieron que disfrutara de imágenes que parecían diseñadas por Pasolini y Proserpina. La lista de los episodios a recordar un domingo por la tarde puede resultar inquietante: la primera vez que aprendimos a besar, la primera pareja que dejamos esperando en un parque, el nombre de los amigos con los cuales nos sentábamos en la esquina de la secundaria para evadir los turnos fastidiosos, y la primera vez que hicimos el amor como Dios manda. Eso lo recuerdo bien y había una radio encendida con Nocturno en la medianoche y una canción del grupo Mocedades.La música ayuda a construir los recuerdos de una época de la que extravié el rostro de Polly Magoo.

A la izquierda, arriba: Foto de Nan Goldin.
Centro: Fachada actual del Hotel New York, Calle Dragones.La Habana- Foto: Lázaro Sarmiento. 28.03.09

sábado, 28 de marzo de 2009

Salvar la información

Unas cuatro mil ciudades se apagaron durante La Hora del Planeta en defensa de la lucha contra el cambio climático.Me sumé a esta iniciativa con entusiasmo. Desde hace bastante tiempo me relaciono con los temas de medio ambiente a través de mi trabajo en la radio. He difundido con pesar, y en muchos casos dramatismo, miles de noticias sobre el estado de la Tierra: bosques dañados, contaminación, peces amenazados, glaciares que se derriten, corales enfermos… En otras ocasiones he sentido satisfacción, y esperanza, al divulgar las acciones emprendidas en lugares cercanos y remotos de la Tierra para proteger un árbol, un tigre o una tortuga marina. Esta labor con datos y mensajes, la mayoría de las veces alarmantes, me ha llevado a dos conclusiones. La primera: que para salvar a los ecosistemas y especies en peligro, es esencial salvar la información y luego encontrar la forma eficaz de usarla. La segunda: en cualquier país que vivamos, se vive sobre un planeta.

Esquina de 23 y Malecón. La Rampa, La Habana. Foto: Alfredo Zamora. 28.03.09

viernes, 27 de marzo de 2009

Lorca en un “antro maravilloso” de La Habana.


Por: Lázaro Sarmiento


Federico García Lorca llegó a La Habana el viernes 7 de marzo de 1930, a bordo del vapor Cuba, procedente de Nueva York. Permaneció en la Isla hasta el jueves 12 de junio del propio año en que, impregnado del aroma del Trópico, partió hacia España en el buque Manuel Arnús.






Sobre la estancia del poeta entre nosotros, la historiadora y periodista Nydia Sarabia en el libro Días cubanos de Lorca destaca:


“Fue un visitador constante de todos los medios cubanos, desde los cenáculos literarios y artísticos, hasta los barrios pobres y humildes y también de la gente anónima del pueblo...Lorca encontró en Cuba el sentimiento solidario como ser humano por su exquisita sensibilidad, y por ser un verdadero creador de imágenes”.


El poeta granadino estuvo en varias localidades del país: Sagua la Grande, Pinar del Río, Caimito del Guayabal, Varadero, Cienfuegos, Santiago de Cuba (¡Oh bovino frescor de cañaveral¡/¡Oh Cuba, oh curva de suspiro y barro¡/¡Iré a Santiago.…En La Habana recorrió numerosos barrios y calles. El Teatro Alhambra con sus personajes-símbolos de la vida nacional y su abanico de música popular no podía faltar entre las atracciones de Lorca en la capital.





La estudiosa Nydia Sarabia en su ya citado libro incluye los testimonios del musicólogo mexicano Adolfo Salazar y del poeta guatemalteco Luis Cardoza y Aragón sobre las visitas de Lorca al Alhambra, un teatro solo para hombres que estaba en la esquina de las calles Consulado y Virtudes:



“Más tarde, el teatro Alhambra hacia sus delicias, y el gallego, el negrito, el militar, el guajiro y la criolla habían pasado a ser gentes de su intimidad, a quienes contaba sus proyectos de teatro surrealista, como El público, donde aparecen caballos en escena y hay una lluvia de guantes.
‘- Es una supervivencia del teatro dell “arte” me decía. Y sugería a los cómicos argumentos de ‘relajo’ ”. (Adolfo Salazar) (1)



”El Alhambra creó algunos personajes como el gallego, el negrito, la mulata, el guajiro, el policía, el maricón. Teatro político, de sátira violenta y crudísima, con ademanes y movinmientos del cuerpo sin ambages. Comentaban situaciones odiosas, estafas del gobierno, con pérfido júbilo y sentimiento de lo grotesco. Fui varias veces con García Lorca, alguna vez con Waldo Frank. Asistir al Alhambra era desprestigiarse; nadie ‘respetable’ ponía los pies en el antro maravilloso.”(Luis Cardoza y Aragón). (2)



Días cubanos de Lorca (Editorial Cultura Popular, La Habana, 2007), de Nydia Sarabia, constituye una fina y valiosa investigación sobre el viaje del gran poeta a la Mayor de las Antillas. Fue una estancia que Federico disfrutó tanto que luego diría que si alguna vez se perdía, lo encontrarían en Andalucía o en Cuba.


A la izquierda, placa colocada por la Oficina del Historiador de la Ciudad en la fachada del restaurante Dos Hermanos, en la Avenida del Puerto de La Habana. La lámina deja constancia de que Federico García Lorca, Alejo Carpentier, Enrique Serpa, Marlon Blando, Errol Flynn y Ernest Hemingway, entre otros artistas , levantaron sus copias en este establecimiento por la amistad y la alegría de vivir.


(1) Adolfo Salazar. In Memoriam. Federico en La Habana, Carteles, 23 de agosto de 1938 .


(2) Luis Cardoza y Aragón. El río. Novelas de de caballería. Fondo de Cultura Económica, México, 1986 .



El Teatro Alhambra en La Habana abrió sus puertas en 1890. El novelista Alejo Carpentier apuntó en una ocasión que “con todos sus defectos, con todas las vulgaridades –verdaderas o supuestas- , que se quiera atribuirle, este teatro constituye un admirable refugio del criollismo”. El Teatro Alhambra se derrumbó el 18 de febrero de 1935. En el lugar se construyó el Teatro Alkazar, (1 700 butacas) nombrado luego Teatro Musical de La Habana. Permanece cerrado por reparación desde hace años.

Imagen de abajo: La esquina de Consulado y Virtudes, Centro Habana, en la actualidad. Aquí estaba el legendario Teatro Alhambra(Foto: Lázaro Sarmiento.26.03.09)


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