Un edificio de la calle Colón entre Prado y Consulado conserva el esqueleto integro de su viejo ascensor en forma de jaula, de los que hubo muy pocos en La Habana. Desaparecieron muchos de los inquilinos contemporáneos de estas armazones pero sus hierros, que un día fueron símbolo de comodidad y modernismo, se niegan a convertirse en chatarra.
miércoles, 2 de enero de 2013
ANTIGUOS ASCENSORES EN LA HABANA
Un edificio de la calle Colón entre Prado y Consulado conserva el esqueleto integro de su viejo ascensor en forma de jaula, de los que hubo muy pocos en La Habana. Desaparecieron muchos de los inquilinos contemporáneos de estas armazones pero sus hierros, que un día fueron símbolo de comodidad y modernismo, se niegan a convertirse en chatarra.
viernes, 21 de diciembre de 2012
ALICIA ALONSO, REINA DEL TIEMPO.
Por: Lázaro Sarmiento
Bajo la mirada cómplice de los satélites, llevando coreografías románticas y posmodernas de una ciudad a otra del planeta, mimada por la devoción de su público, Alicia Alonso ha logrado el sueño secreto de la mayoría de los terrícolas: detener el tiempo.
Al final de la década del setenta, en el Gran Teatro de La Habana, la vi bailar por primera vez. Aplaudí su adagio del Lago de los Cisnes con el deslumbramiento de quien asiste a la revelación de un misterio, a la escenificación de una leyenda.
Ella había convertido unos pocos minutos en el escenario en un poderoso símbolo artístico. Luego de la función le expresó a un periodista: “En cualquier oficio hay que buscar la perfección... Créame, no hay incógnitas en mi baile, solo trabajo, constante, infinito, sin retención”.
Las personas que la ovacionamos aquella noche sabíamos que la perfección de sus doncellas-cisnes, de su ingrávida Giselle, de la electrizante Carmen, constituye un enigma que muy pocas bailarinas logran descifrar jamás.
Y cuando parecía que en la Tierra quedaban pocas reinas como las que habitan los cuentos de “Había una vez”, Alicia desafió los pronósticos y se negó a abdicar. Su arte se multiplica en numerosos proyectos, puestas en escena, clases magistrales y a través del Ballet Nacional de Cuba, uno de los rostros de la cultura cubana.
Hace unas semanas, cuando un crítico le agradeció a Alicia Alonso su presencia en el programa de televisión La Danza Eterna, la artista afirmó: “me verás durante 200 años”. Él fue halagador con una pregunta: ¿por qué ponerle límites a ese tiempo? Entonces Alicia, sin perder un segundo, le respondió con una sonrisa pícara: “porque no se puede ser egoísta”.
Bajo la mirada cómplice de los satélites, llevando coreografías románticas y posmodernas de una ciudad a otra del planeta, mimada por la devoción de su público, Alicia Alonso ha logrado el sueño secreto de la mayoría de los terrícolas: detener el tiempo.
Al final de la década del setenta, en el Gran Teatro de La Habana, la vi bailar por primera vez. Aplaudí su adagio del Lago de los Cisnes con el deslumbramiento de quien asiste a la revelación de un misterio, a la escenificación de una leyenda.
Ella había convertido unos pocos minutos en el escenario en un poderoso símbolo artístico. Luego de la función le expresó a un periodista: “En cualquier oficio hay que buscar la perfección... Créame, no hay incógnitas en mi baile, solo trabajo, constante, infinito, sin retención”.
Las personas que la ovacionamos aquella noche sabíamos que la perfección de sus doncellas-cisnes, de su ingrávida Giselle, de la electrizante Carmen, constituye un enigma que muy pocas bailarinas logran descifrar jamás.
Y cuando parecía que en la Tierra quedaban pocas reinas como las que habitan los cuentos de “Había una vez”, Alicia desafió los pronósticos y se negó a abdicar. Su arte se multiplica en numerosos proyectos, puestas en escena, clases magistrales y a través del Ballet Nacional de Cuba, uno de los rostros de la cultura cubana.
Hace unas semanas, cuando un crítico le agradeció a Alicia Alonso su presencia en el programa de televisión La Danza Eterna, la artista afirmó: “me verás durante 200 años”. Él fue halagador con una pregunta: ¿por qué ponerle límites a ese tiempo? Entonces Alicia, sin perder un segundo, le respondió con una sonrisa pícara: “porque no se puede ser egoísta”.
Hoy que celebramos el cumpleaños 92 de Alicia y su carrera gloriosa, pienso que entre mis mejores recuerdos figura aquella noche en el Gran Teatro de La Habana, cuando un frágil cisne de amor me enseñó que el mundo pertenece a los que no se cansan y que el corazón de una mujer transformada en ave puede detener el tiempo.
Foto: Alicia Alonso entrevistada por el periodista cubano Ismael Cala, en CNN.
miércoles, 19 de diciembre de 2012
CONFESIONES CON EXTRAÑOS.
Por: Lázaro Sarmiento
Es increíble la cantidad de historia personal, encriptada, que podemos compartir con un extraño. Bajo el arco de un portal o encima del diente de perro, cerca de manglares calcinados, hubo épocas en las que hilvané diálogos con personas con las que luego nunca mantuve vínculo alguno, ni tan siquiera nos dijimos los nombres, pero con las cuales logré una sinceridad impúdica. Hoy, en un paseo por La Habana, me encontré con uno de esos rostros anónimos. Me estremecí cuando X recordó todas los episodios íntimos que yo le había contado hace veinte años durante la única conversación que mantuvimos en cualquier sitio olvidado de la ciudad ¿Cómo un extraño podía saber anécdotas que ni conocen mis amigos más cercanos?
No hay pozo lo suficientemente profundo.
domingo, 21 de octubre de 2012
BUENAS NOTICIAS SOBRE EL TEATRO MARTI.
“Ahora mismo se ven los andamios en el Capitolio Nacional, y en el año 2013 se hará realidad el antiguo Teatro Martí. Trabajamos también en la restauración del Cementerio de Colón y en la Colina Universitaria.”
Esto expresó recientemente el doctor Eusebio Leal, Historiador de la Ciudad, en entrevista para Prensa Latina titulada Eusebio Leal: Preservar y educar, única fuerza salvadora.
Debido al mal estado del inmueble, el 23 de octubre de 1977, la Dirección de Teatro y Danza del Ministerio de Cultura, orienta el cierre definitivo del Martí, hasta su Restauración total. En la actualidad, la inversión, actualización de los proyectos y ejecución de la sobras están a cargo de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana En el momento de su cierre, el Martí tenía una capacidad total de 1 038 lunetas, de las que sólo se aprovechaban 850.
La arquitecta, escritora y diseñadora Nancy González Arzola (Guanajay, 1944) ha publicado el libro Teatro Martí, prodigiosa permanencia (Ediciones Unión, 2010) . Según los editores constituye un “interesante, ameno e imprescindible título para la historia teatral cubana”.
Reynaldo González, en el prologo de este volumen escribe: “El Teatro Martí acompañó la vida de los habaneros, albergó sus esperanzas y resultó vórtice de acontecimientos historiados durante casi cien años hasta el cierre, para recibir obras de restauración. Es un edificio cuya significación le fue dado por su diseño arquitectónico y por su esmero constructivo y por cuanto arropó y nutrió nuestra cultura popular”.
jueves, 18 de octubre de 2012
ALICIA ALONSO, ETERNA.
Cuando el conductor le agradeció a Alicia Alonso su presencia en el programa de televisión La Danza Eterna, la artista afirmó: “me verás durante 200 años”. Él fue halagador con una pregunta: ¿por qué ponerle límites a ese tiempo? Entonces Alicia, sin perder un segundo, le respondió con una sonrisa pícara: “porque no se puede ser egoísta”.
Fue anoche en La Habana.
Con 90 años de vida y una carrera gloriosa, Alicia Alonso sigue sorprendiendo.
Foto: Alicia Alonso en el American Ballet Theater, en Nueva York. Archivo Revista Life.
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