domingo, 27 de noviembre de 2011

MERCEDES GARCIA EN SU CASA DE SUEÑOS.



Por: Lázaro Sarmiento

El Martini era uno de los tragos preferidos de Mercedes García Ferrer. Lo recordé esta tarde cuando hojeaba un libro con recetas de la coctelería en Cuba. En una ocasión, ella me pidió que le buscara en el bar del Capri, frente a su apartamento en la esquina de N y 21, este trago preparado con ron blanco y vermut seco.

A la casa de Mercedes me llevó por primera vez Joaquín Baquero exhibiendo mi timidez y curiosidad en la época en que estábamos en el Servicio Militar. Al principio yo no pronunciaba ni una palabra, mis labios no se movían. Ella me prestaba atención con su mirada, como el malicioso truco de las actrices que hacen sentir a cada espectador como su único invitado especial. Seguramente mis ojos revelaban la fascinación que me despertaban sus conversaciones con los amigos y conocidos que a cualquier hora del día pasaban por su sala, rodeada de cristales y pinturas. Intercambiaban noticias y mencionaban libros y autores (Mercedes era un lectora voraz) películas, canciones , trovadores (Silvio, Serrat, Pablo…)…Desnudaban el mundo y a los que lo habitaban y ella hablaba del misterio de la poesía, de Colette, Lorca , Donoso y del don que trae determinada gente al nacer. Había tertulias que se extendían hasta la madrugada. Un día Mercedes me contó sobre el joven amante que la peinaba frente al espejo de su habitación y luego le hacía el amor sobre una alfombra de rosas. Se narraban historias íntimas y ajenas. Y de vez en cuando se generaban pequeños terremotos. Con ella y una amiga fui varias veces a cenar a la Bodeguita del Medio con el beneplácito de su gerente, Martínez, un viejo admirador de Mercedes. A ella le gustaban los frijoles negros dormidos.

En los años setenta , la casa de Mercedes en el Vedado era un lugar de peregrinaje para jóvenes artistas y otros ya destacados que tocaban a su puerta atraídos por la irradiación, los vaticinios y las observaciones de esta reina hechizante que muchos intuían era una gran poetiza pero cuyos textos conocían pocos lectores. No fue hasta veinte años después de su muerte cuando se publicó un libro suyo.

Aunque yo era un visitante intermitente, con el tiempo me sentí ligado a ese mundo donde la fabulación se entrelazaba con la realidad cotidiana. Hay diálogos e imágenes de entonces que nunca he olvidado. También rostros. Fue un aprendizaje.

La última vez que vi a Mercedes estaba en cama, minada por el cáncer. Unos meses atrás le había conseguido en Radio Ciudad un contrato para adaptar obras de teatro que se transmitían los domingos. Me lo agradeció con la energía alucinante que en ocasiones antecede a la muerte. Y habló de próximas obras radiofónicas pues, dijo, el dinerito de los libretos le vendría muy bien. Miguel Barnet había ido a verla esa noche. Ambos fingimos que creíamos en el entusiasmo de una mujer a la que se le escapa la vida. Después de despedirnos de Mercedes y de su mamá Panchita caminamos en silencio por la calle 23. De pronto, en medio de la multitud, los automóviles y las luces de la Rampa, Miguel recitó su Madrigal para Mercedes García, publicado en 1980. Cuando terminó, aplaudimos a Mercedes y nos secamos los ojos.

“Cuando todos los cristales de tu casa de sueños
se hayan roto

Cuando todas las puertas de mi casa de sombras
se hayan cerrado

Espérame

Yo iré a buscarte sin máscaras
debajo de la noche

Tú abrirás las puertas de mi casa de sombras

Yo restauraré los cristales de tu casa de sueños."







Edificio donde vivía Mercedes García Ferrer. Su hija, la doctora Cecilia Castañeda, continúa residiendo en el mismo apartamento.








Desde esta pequeña terraza encima del Club 21, Mercedes veía la vida pasar a la sombra del Hotel Capri.

Arriba: Mercedes García Ferrer en una lectura de poemas en su natal Camajuaní.


sábado, 26 de noviembre de 2011

CUBAN MANHATTAN (MANHATTAN CUBANO)



En un vaso de composición:

Una y media onzas de ron carta oro, 3 golpes de angostura, ½ onza de vermut y trozos de hielo

Revolver y servir colado en una copa de coctel.

Adornar con una guinda.

Así se prepara este "Manhattan” según Fernando G. Campoamor en su libro Cocteleria cubana, 100 recetas con ron, publicado en La Habana.


Arriba: Manhattan desde el Empire State.
Abajo: Bulevar de San Rafael, La Habana.
Fotos: Lázaro Sarmientop

viernes, 25 de noviembre de 2011

MARY PICKFORD SOBRE UNA BARRA HABANERA.



-Un Mary Pickford, por favor.

Este es otro de los tragos que me gustan por el nombre que tienen.

En la coctelera: Una y media onzas de piña, 1 1/2 onzas de ron blanco, gotas de granadina y trozos de hielo.

Batir a mano y servir colado en una copa de coctel.

Adornar con una cereza.

Este trago figura en el libro Cocteleria cubana, 100 recetas con, publicado en La Habana por Fernando G. Campoamor, en 1981.




Fechada actual del antiguo cine Norma, en la Calzada de Luyanó La Habana. Este cine proyectaba pelìculas en los tiempos dorados de Mary Picford (1893-1979). La actriz fue bautizada la "Novia de América"

COMO PREPARAR UN GRETA GARBO EN LA HABANA.



Hay tragos que me gustan por el nombre que tienen. Este es el caso del coctel “Greta Garbo”.

En la coctelera: Diez gotas de curazao rojo, 10 gotas de marrasquino, ½ onza de jugo de piña, una onza de ron oro y hielo frappé. Batir y servir en una copa de champán.

Este trago figura en el libro Cocteleria cubana, 100 recetas con ron, publicado en La Habana por Fernando G. Campoamor, en 1981.


domingo, 20 de noviembre de 2011

EL MAPA DE UN AMOR PROFUNDO Y QUIETO.


Noviembre, 2011.“La NASA ha logrado realizar el mapa topográfico de la Luna más preciso que se haya desarrollado jamás. La nave Lunar Orbiter Reconnaissance ha sido la encargada de detallar, con una precisión de 100 metros por píxel, la superficie del satélite natural de la Tierra.

Este nuevo mapa topográfico supone un gran avance para el desarrollo de futuras misiones espaciales en la Luna, tanto robóticas como humanas. Conocer más sobre este satélite sigue siendo un sueño para la NASA desde que Neil Armstrong pisara su superficie en el año 1969."
EL POETA Y LA LUNA.

En 1969, el poeta mexicano Jaime Sabines escribió un texto sobre la expedición a la Luna encabezada por el astronauta Neil Armstrong.Fue un viaje magnífico y aterrador, dijo Sabines.

“¿Cuántas cosas averiguaremos de la luna? Su estupenda, desolada soledad infinita, su enrarecimiento, ¡su vacío?, su superficie igual que el espacio que la rodea: caminos empedrados hacia las estrellas.

Sabremos muchas cosas de la luna, composición química, distancias, logos y grafías. Y sin embargo… ¿le quitarán la miel? ,¿perderá su ternura?

"Quiero pensar que no ha pasado nada. La luna no es eso. La luna es la distancia de aquí a la luna. Es la luz de la luna mansa e infinita. Es también su sombra, la certeza de que está allí esperando.Mientras no nos la quiten, mientras no la hagan girar en órbita alrededor de otro planeta, la luna será nuestra como siempre hemos pensado: un hermoso sueño, una distante luz que nos penetra, un suave amor profundo y quieto en nuestro corazón. La luna será siempre el resplandor que sale de nosotros en la noche y en la soledad ."




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