En el mapa de los paisajes esplendorosos del mundo aparece el Hotel Nacional, en La Habana, con su magnífica vista de la capital cubana. A los valores arquitectónicos y paisajísticos de esta instalación hay que añadir una rica historia desde su inauguración en 1930 y la alcurnia de muchos de sus huéspedes.
En un libro que publicó en 1993, Cuba y turismo, el periodista Alberto Pozo se refirió a este símbolo suntuoso de la industria turística de la Isla con las siguientes palabras:
“El Hotel Nacional fue deliberadamente diseñado para ostentar el liderazgo del Caribe por la cadena norteamericana Intercontinental, a su vez subsidiaria de la Pan American Airways, en realidad propiedad del Chase Manhattan Bank, representante de los intereses del grupo Rockefeller. En este ejemplo se aprecia claramente el mecanismo del capital norteamericano y, en especial, de ese grupo Rockefeller que afincó muy adentro sus garras en Cuba.
El Hotel Nacional resultó también una típica operación del imperialismo yanqui con un país subdesarrollado. El Estado cubano le cedió los amplios terrenos, en un promontorio único, que domina todo el Malecón, la entrada de la bahía habanera y la parte más resplandeciente de La Habana Vieja, Centro Habana y el gran barrio residencial del Vedado. El Nacional goza de la vista más bella de La Habana, uno de los paisajes más esplendorosos del mundo, al decir de innumerables especialistas en la materia. Todo esto se concedió a cambio solamente del derecho a usar una suite presidencial destinada a recibir visitantes ilustres. También se especificó que el hotel se entregaría a Cuba en la década del 90”.
En un libro que publicó en 1993, Cuba y turismo, el periodista Alberto Pozo se refirió a este símbolo suntuoso de la industria turística de la Isla con las siguientes palabras:
“El Hotel Nacional fue deliberadamente diseñado para ostentar el liderazgo del Caribe por la cadena norteamericana Intercontinental, a su vez subsidiaria de la Pan American Airways, en realidad propiedad del Chase Manhattan Bank, representante de los intereses del grupo Rockefeller. En este ejemplo se aprecia claramente el mecanismo del capital norteamericano y, en especial, de ese grupo Rockefeller que afincó muy adentro sus garras en Cuba.
El Hotel Nacional resultó también una típica operación del imperialismo yanqui con un país subdesarrollado. El Estado cubano le cedió los amplios terrenos, en un promontorio único, que domina todo el Malecón, la entrada de la bahía habanera y la parte más resplandeciente de La Habana Vieja, Centro Habana y el gran barrio residencial del Vedado. El Nacional goza de la vista más bella de La Habana, uno de los paisajes más esplendorosos del mundo, al decir de innumerables especialistas en la materia. Todo esto se concedió a cambio solamente del derecho a usar una suite presidencial destinada a recibir visitantes ilustres. También se especificó que el hotel se entregaría a Cuba en la década del 90”.
TEXTOS RELACIONADOS:
LOS EDIFICIOS-CISNES DEL VEDADO
CLAVES DEL PASADO: LEY SECA Y TURISMO EN LA HABANA
VEDADO. (I)
GEORGE RAFT Y UN NIDO DE MAFIOSOS EN LA HABANA
BESAR LAS PAREDES DE EL VEDADO
HOTEL TROTCHA: LA FILOSOFIA DE LAS RUINAS
Fuente: Pozo Hernández, Alberto. Cultura y turismo. Editora Política. La Habana: 1993.
La Habana Hotel Nacional vista capital cubana esplendor industria turística Ava Gardner paisaje El Vedado malecón