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lunes, 31 de octubre de 2011

ODALYS FUENTES, LA ESTRELLA QUE VINO DE LA ESPUMA.

Por: Lázaro Sarmiento


El día en que entré por primera vez a un estudio de radio se grababa La novela de las 11, dirigida por Julio Lot. Protagonistas: Odalys Fuentes y Carlos Gilí. Parecían dioses griegos en el Caribe. Hermosos y aún jóvenes, transmitían la alegría de vivir de los seres regocijados en su felicidad, realizados, en el esplendor de sus carreras. Sus cuerpos y gestos estaban rodeados de una aureola de perfección.

En una época Odalys había sido uno de los rostros de la publicidad comercial en Cuba: en vallas a la orilla de las carreteras de la Isla, en revistas y en anuncios de televisión,sus manos vertían en una copa la espumosa cerveza Hatuey. Ahora estaba delante de mí, recostada a la consola de audio de Radio Liberación, mostrando unas lindas piernas, mientras repasaba el libreto que se grabaría dentro de algunos minutos y, durante las pausas del ensayo, conversaba con el galán del reparto. De su sensual piel guajira irradiaba un perfume marino que llenaba aquel estudio donde habían quedado registradas las voces que convirtieron a La Habana en el Olimpo de las radionovelas en América Latina.

Mucho tiempo después viajo en un ómnibus rumbo a Holguín para participar en el Festival Nacional de la Radio. De pronto siento el mismo perfume marino de aquel mediodía en una cabina de Radiocentro. En el asiento de atrás estaba Odalys Fuentes con un turbante verde musgo, observando el paisaje con mirada plácida y a la vez juguetona y curiosa. Por unos instantes reencarno en el adolescente tímido y azorado frente a la belleza de la actriz. Le cuento la emoción que ella despertó en mi primer día de radio. Entonces comienza a recordar sucesos, fechas, personajes, programas… Y lo hace a retazos, como quien presume no darle importancia a su biografía. El encanto de Odalys viene de una prestidigitación de estrella oculta detrás de maneras que parecen tener la naturalidad del paisaje de Jarahueca, la localidad de Sancti Spíritus donde nació en 1938.

Muy distante de los tiempos de los anuncios de la Gran Cerveza de Cuba, la antigua modelo continúa creando a su alrededor una atmósfera glamurosa que la convierte en mujer centro en cualquier ambiente donde este presente.

Por su carrera artística, Odalys Fuentes merecería ya que le otorgaran el Premio Nacional de Televisión.

Imágenes: Anuncio de la cerveza Hatuey con Odalys Fuentes como modelo. Revista Bohemia, enero de 1959.
Izquierda: Odalys Fuentes, fotografía de 2009.

viernes, 18 de junio de 2010

LA HABANA Y EL ESPLENDOR DE UN HOTEL.

Por: Lázaro Sarmiento

En el mapa de los paisajes esplendorosos del mundo aparece el Hotel Nacional, en La Habana, con su magnífica vista de la capital cubana. A los valores arquitectónicos y paisajísticos de esta instalación hay que añadir una rica historia desde su inauguración en 1930 y la alcurnia de muchos de sus huéspedes.

En un libro que publicó en 1993, Cuba y turismo, el periodista Alberto Pozo se refirió a este símbolo suntuoso de la industria turística de la Isla con las siguientes palabras:

“El Hotel Nacional fue deliberadamente diseñado para ostentar el liderazgo del Caribe por la cadena norteamericana Intercontinental, a su vez subsidiaria de la Pan American Airways, en realidad propiedad del Chase Manhattan Bank, representante de los intereses del grupo Rockefeller. En este ejemplo se aprecia claramente el mecanismo del capital norteamericano y, en especial, de ese grupo Rockefeller que afincó muy adentro sus garras en Cuba.

El Hotel Nacional resultó también una típica operación del imperialismo yanqui con un país subdesarrollado. El Estado cubano le cedió los amplios terrenos, en un promontorio único, que domina todo el Malecón, la entrada de la bahía habanera y la parte más resplandeciente de La Habana Vieja, Centro Habana y el gran barrio residencial del Vedado. El Nacional goza de la vista más bella de La Habana, uno de los paisajes más esplendorosos del mundo, al decir de innumerables especialistas en la materia. Todo esto se concedió a cambio solamente del derecho a usar una suite presidencial destinada a recibir visitantes ilustres. También se especificó que el hotel se entregaría a Cuba en la década del 90”.









En otras entradas he recordado que en esta piscina del Hotel Nacional de Cuba se bañó el animal más bello del mundo: Ava Gardner.


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HOTEL TROTCHA: LA FILOSOFIA DE LAS RUINAS
Fuente: Pozo Hernández, Alberto. Cultura y turismo. Editora Política. La Habana: 1993.
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