Por:Lázaro Sarmiento
Esta es la casa de Joaquina Emilia Obeso Delgado, en Consolación del Sur, municipio al oeste de La habana. Quizás se parezca a otras muchas viviendas de los pueblos de Cuba, con portal para mitigar el calor y el sol, jardines con árboles recortados y jazmín de noche. Habitaciones frescas y amplias y tal vez una vida invisible inquietante. Pero a diferencia de muchas otras, esta casa ha resistido con éxito las miserias del tiempo.
La edificación estuvo nominada al Premio Nacional de Conservación y Restauración de Monumentos 2008. Fue construida en 1951 por el esposo de su actual propietaria, arquitecto e hijo del Dr. Antonio Ferrer Cruz, insigne personalidad de la cultura de esa localidad de la provincia de Pinar del Río.
“De influencia neoclásica tardía tiene un alto grado de conservación, que se manifiesta en el zócalo exterior de la fachada, en toda la ornamentación, en su exquisita carpintería y herrería, al igual que en el diseño original de su patio y áreas verdes.” Además, mantiene un valioso mobiliario interior en perfecto estado.
Esta vivienda afortunada de Consolación del Sur me recuerda algunas casas que yo observaba desde el ómnibus cuando íbamos a visitar a mi familia del campo y la Carretera Central atravesaba los pueblos con su vida dormida al mediodía y el olor a melao desde el ingenio , y los cochinos del abuelo cerca de la línea del tren , y el Café del Paradero que entonces parecía inmenso con su gasolinera , sus sándwiches y la fotografía en blanco y negro del Hanabanilla detrás del mostrador . Y los primos queriendo venir a La Habana, y la amiga solterona de mi tía exclamando “¡Ave María, como ha crecido este niño ¡”
Los recuerdos crecen hoy frente a la casa de Joaquina.