Por: Lázaro Sarmiento
Entre los territorios cubanos afectados severamente hace unos días por el paso del huracán Gustav figura Consolación del Sur, en Pinar del Río. Sobre la casa de Joaquina Emilia Obeso Delgado en ese municipio escribí en el blog el pasado mes de abril. La casa estuvo nominada al Premio Nacional de Conservación y Restauración de Monumentos 2008. Fue construida en 1951 por el esposo de su actual propietaria, arquitecto e hijo del Dr. Antonio Ferrer Cruz, insigne personalidad de la cultura de esa localidad de la provincia de Pinar del Río.
Desde Costa Rica me escribió Manuel de J. Villar Paredes quien nació en el seno de una familia de Consolación del Sur:
“…vi su foto de la fachada de la casa de Quina Obeso y fue algo emocionante pues yo corría de pequeño por esos portales señoriales de mi querido pueblo, nací y me crié en La Habana pero mis padres son de Consolación y me siento muy identificado con el pueblo de donde mi abuelo fue un hijo adoptivo, emigró por el machadato de La Habana a allí y se casó con mi abuela e hicieron su vida en la calle Martí”.
La foto la tomé de la documentación entregada a la prensa sobre el Premio de Conservación y Restauración de este año.
Desde Costa Rica me escribió Manuel de J. Villar Paredes quien nació en el seno de una familia de Consolación del Sur:
“…vi su foto de la fachada de la casa de Quina Obeso y fue algo emocionante pues yo corría de pequeño por esos portales señoriales de mi querido pueblo, nací y me crié en La Habana pero mis padres son de Consolación y me siento muy identificado con el pueblo de donde mi abuelo fue un hijo adoptivo, emigró por el machadato de La Habana a allí y se casó con mi abuela e hicieron su vida en la calle Martí”.
La foto la tomé de la documentación entregada a la prensa sobre el Premio de Conservación y Restauración de este año.
Hay que averiguar si esta casa de Consolación del Sur fue dañada por el intenso huracán que azotó a la Isla de la Juventud y varios municipios de Pinar del Río. El huracán destruyó decenas de miles de viviendas y otras construcciones, arrancó árboles, echó por tierra casas de tabaco, expulsó del mar a embarcaciones y derribó torres de electricidad, de radio y televisión. Por suerte, Manuel, no se perdió ninguna vida humana.
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