Por:
Lázaro
Sarmiento
Detrás de mis espaldas se levantan los edificios cuello cisne del Vedado.
Desde una ventana como ésta en el Hotel Nacional, Jean Paul Sartre
contempló los rascacielos enanos del
Vedado cuando visitó la Isla en
1960 invitado por Carlos Franqui. En uno de los reportajes que salieron de esa
visita y que en el propio año 60 fueron recogidos en el libro SARTRE VISITA A
CUBA (Ediciones R, 1960), Sartre escribió:
“Personalmente, me gustan los rascacielos: apreciados uno por uno, los del
Vedado son bonitos. Pero los hay en todas partes y resultan un desorden de
formas y colores. Cuando la mirada trata de unirlos, se le escapan: no hay
unidad, cada uno vive por sí. Muchos son hoteles: el Habana Hilton, el Capri,
Veinte más.
Es una carrera de pisos: Uno más! ¿Quién pone más? A los quince, el
rascacielos es de bolsillo. Cada uno alarga el cuello para mirar el mar por
encima del hombro de su vecino. Potente y desdeñoso, el Nacional vuelve la espalda a esa agitación. Seis pisos y ni
uno más: ése es su título de nobleza.”
Ésta es solo una mínima observación,
sin trascendencia, en un montón de páginas
aguadas y lúcidas sobre nuestro país y la Revolución en 1960. Vale la
pena volver a la lectura del libro
SARTRE VISITA A CUBA.
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