Por: Lázaro Sarmiento
Lo que une a dos personas en esa intimidad blindada que llamamos pareja y que a veces nos parece natural y perfecta y otras extraña (puede llegar a lo diabólico), constituye para mí uno de los grandes misterios. Nunca he tratado de comprender esa química. Tal vez por comodidad, pereza o respeto.
Parejas:
“Para vivir en pareja, importa mucho más saber dormir juntos que saber acostarse juntos”. Michael Tournier.
Parejas:
“Sólo porque nos parecemos tanto reaccionamos tan violentamente a las diferencias entre nosotros, o lo que a él le parecen diferencias…Si dos personas son tan poco parecidas, como tú y yo, se alegran cuando descubren puntos de acuerdo. Pero si son tan parecidas como yo y Nietzsche sufren a causa de sus diferencias”. Lou-Andreas Salomé
Imagen en blancoy negro: Boy meets girl, 1940. Nueva York. Weegee Getty Images
“Tras varios años de unión alcanzaron una plenitud mutua: la aceptación de sus propias vergüenzas ocultas, Dejaron de esconderse y reprimirse. La vergüenza de cada uno encontró entre ellos una finalidad e incluso fue amada. La vergüenza del deseo de ser orinado, la de estar demasiado gordo o demasiado flaco, la de anhelar ser su esclavo o la de convertirse en su prisionero, tuvieron a partir de ese instante un sabio desfogue.”
Antón Arrufat en Ejercicios para hacer de la esterilidad virtud. (Ediciones Unión, 2007)
Antón Arrufat en Ejercicios para hacer de la esterilidad virtud. (Ediciones Unión, 2007)
Arriba, derecha: Fotograma de El imperio de los sentidos. Esta película se basa en un suceso real que ocurrió en Japón. “Seis días en la cama. Ella: Sada Abe, ex-prostituta, ninfómana, desequilibrada e hipersensible. Él: Kichizo Ishida, sumiso nihilista y subyugado a los encantos de Sada. Ambos protagonizaron en la primavera de 1936 un maratón orgásmico y pasional que desembocó en la asfixia erótica y consentida de Kichizo y con sus genitales cercenados en el bolso de su amante. La historia trascendió con míticos matices…”
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