domingo, 11 de julio de 2010

NANCY CUNARD, FRENTE AL MUNDO.

Por: Lázaro Sarmiento

"En una crisis de su agonía bajó casi desnuda por el ascensor del hotel. Allí se desplomó y se cerraron para siempre sus bellos ojos celestes. Pesaba treinta y cinco kilos cuando murió. Solo era un esqueleto.”

Nancy Cunard murió en París en 1965. Es uno de los numerosos personajes que pasan por las páginas de Confieso que he vivido, de Pablo Neruda, libro que leí por primera vez hace muchísimo tiempo.

Este domingo volví a las memorias del poeta chileno, motivado por el recuerdo del pasaje donde describe la muerte de una mujer que siendo un símbolo glamuroso “luchó toda su vida contra el racismo y los prejuicios sociales, y se relacionó con escritores como Ernest Hemingway, James Joyce o Langston Hughes, convirtiéndose en musa de muchos de ellos.”

Nancy, hija de Lady Cunard, había sido la única heredera de la Cunard Line, el famoso imperio de trasatlánticos.

Ella escandalizó a la aristocracia británica alrededor de 1930 cuando se escapó con un negro, “musicante de unos de los primeros jazz band importados por el hotel Savoy “de Londres. Lady Cunard la desheredó al conocer el negro destino elegido por su hija.

Pablo Neruda destaca que Nancy no pudo volver a residir en Inglaterra , abrazó la causa de la raza negra perseguida, se fue a Addis Abeba durante la invasión de Etiopía y viajó a Estados Unidos para defender a unos muchachos negros de Scottsboro condenados injustamente por los tribunales norteamericanos. De ese país fue expulsada.

Nancy Cunard , rica heredera, musa, idealista política , icono de la moda en los años veinte, se rodeó de mucha de la gente más inteligente y brillante de su tiempo. Pero su vida terminó en la miseria y en la confusión mental causada por el alcohol y las drogas.

De Confieso que he vivido siempre recuerdo, y hasta me gusta fabular, la escena de Nancy Cunard en su frágil desnudez en un ascensor de Paris:

“Su cuerpo se había consumido en una larga lucha contra la injusticia en el mundo. No recibió más recompensa que una vida cada vez más solitaria y una muerte desamparada”.


viernes, 9 de julio de 2010

LA HABANA…


“Porque La Habana tiene un privilegio que solo conocen la grandes capitales del mundo. Y es que el aburrimiento no vive en sus calles. La calle habanera es un espectáculo perenne: teatro, caricatura, drama, comedia, o lo que sea. Pero hay en ella materia viva, humanidad, contrastes que pueden hacer las delicias de cualquier observador. ¡Y no hablemos de ciertos suburbios capitalinos!… ¡No hablemos del puerto! …Porque en este caso penetramos en los dominios del cuento de hadas.

"Por cinco centavos, una lancha, con atribuciones de alfombra mágica, puede llevarnos a Regla, la ciudad misterio, donde reina constantemente una atmosfera de prodigio."

Alejo Carpentier en Crónicas del regreso, 1941.





viernes, 25 de junio de 2010

CARLOS MONSIVAIS, PASION POR EL CINE.



“Compartimos una pasión por el cine, como si la juventud de este arte mereciera memoria, referencias y cuidados tan grandes como los clásicos más clásicos, y era cierto. La frágil película de nuestras vidas, expuesta a morir en llamaradas o presa del polvo y el olvido, era para Monsiváis un arte importantísimo, único, pues, ¿de qué otra manera, si no en el cine, iban a darnos obras de arte Chaplin y Keaton, Lang y Lubitsch, Hitchcock y Welles? Y no se crea que el "cine de arte" era el único que le interesaba a Carlos. Competía con José Luis Cuevas en su conocimiento del cine mexicano y con el historiador argentino Natalio Botana en películas de los admirables años treinta de Hollywood.

“Juntos, presentamos hace un año diez películas que juzgamos las mejores de todos los tiempos -del Amanecer de Murnau a Bailando bajo la lluvia de Kelly y Donen-. Pero enseguida nos dimos cuenta de la injusticia e insuficiencia de tal selección. ¿Dónde quedaban Antonioni y Bergman, Rogers y Astaire, el cine de gánsteres, los westerns que Alfonso Reyes calificaba como "la épica contemporánea"? ¿Y dónde, Juan Orol y Rosa Carmina; dónde las cejas actuantes y activas de María Félix y Dolores del Río; dónde los parlamentos inescrutables de Arturo de Córdoba y la inventiva popular de Clavillazo?"

Fragmento del artículo Pasiones de Monsiváis , publicado en Babelia (26.06.10), en el cual Carlos Fuentes evoca su amistad con Carlos Monsiváis, a quien describe con estas palabras: “ingenio rápido, cultura profunda, mirada penetrante, referencia oportuna, melancolía escondida, regocijo siempre. ”

lunes, 21 de junio de 2010

TRUMAN CAPOTE, EL AMIGO DEL AMANTE.

Por: Lázaro Sarmiento

No soy nada promiscuo, simplemente carezco de la energía necesaria para ello, le dijo con deslenguada franqueza Truman Capote al periodista y novelista Lawrence Grobel durante una de las muchas conversaciones que ambos sostuvieron entre junio de 1982 y agosto de 1984. Esos encuentros dieron por resultado el libro Conversaciones íntimas con Truman Capote, publicado en 1985, al año siguiente de su muerte. Hoy volví a releer algunos capítulos. Y aunque parece que ya no queda nada por decir del autor de Música para camaleones, los libros de entrevistas crean un cómodo y ficticio sentido de apropiación de la intimidad del protagonista que hace recicable su lectura.

Truman afirma a su entrevistador que solo había tenido cuatro grandes historias de amor y una de ellas plena, para toda la vida. Se refería a su relación de más de 35 años con el escritor Jack Dunphy. Ya en unas declaraciones anteriores en la revista Interview, Capote había dicho:

“No hay nadie en el mundo que no se pueda conquistar si uno se concentra de verdad en ello, si realmente se le quiere conseguir. Hay que quererlo con exclusión de todo lo demás. Así es que como conquisté al novelista Jack Dunphy. Todo el mundo decía que no lo lograría; estaba casado con juna chica extraordinaria, Joan McCracken, que también me gustaba, y mucho. Pero yo estaba decidido. Me concentré en ello con exclusión de todo lo demás. Resultó una cosa excelente en todos los aspectos…En cualquier relación que se tenga, con un hombre o una mujer, hay que hacer muy atento y crear una buena amistad…Si uno no puede ser amigo de su amante, hay que olvidarlo. No dará buen resultado”.

Por su parte, Jack Dunphy contó en una ocasión:

“Truman y yo nunca estuvimos juntos – no juntos como la mayoría de las parejas. Esa cercanía nos habría matado. Soñábamos con habitar lugares distintos del que ocupábamos, como los niños que necesitan huir de su niñez, tan salvaje, tan intensa…”

Jack Dunphy murió en 1992.


sábado, 19 de junio de 2010

CARLOS MONSIVÁIS Y UNA FOTO DE ANDREA PALMA.

Por: Lázaro Sarmiento

Carlos Monsiváis fue el responsable de que durante mucho tiempo yo tuviera cerca de mi mesa de trabajo la imagen de Andrea Palma en La mujer del puerto. Ella en la semioscuridad de un portal: frágil y lejana, la mirada impura, el cigarrillo en los labios, la pose sensual. Descubrí a esta mítica actriz gracias al libro Amor perdido. O tal vez debo decir que descubrí a Monsiváis gracias a Andrea Palma. Lo cierto es que, en algún momento, ese volumen y el nombre del autor, así como algunas crónicas suyas, adquirieron una categoría familiar entre mis papeles y libros.

Un amigo mexicano, que había vivido mucho tiempo en La Habana , me contó que durante una conversación que mantuvo un día con Monsiváis surgió al azar la figura de una personalidad de la política de Cuba en el siglo veinte, ya fallecida y cuyas anécdotas no eran muy conocidas. Monsiváis, quien parecía tener el don de la ubicuidad, demostró en aquel diálogo que memorizaba sobre el personaje cubano una cantidad enciclopédica de datos que se supone solo maneja -en el mejor de los casos- un especialista en historia de la Isla.

Un artículo publicado en 2008 en la revista mexicana Letras libres hace referencia a esa cualidad de Monsiváis: “... memoriza desde el nombre del novelista del siglo XIX nunca citado, hasta el del último bar gay abierto en Tijuana, por quién y con qué medios; qué baños debe uno evitar en Chilpancingo o cuántas películas hizo María Antonieta Pons; qué le respondió María Félix en cierta ocasión a Novo; cuál es el novelista sudafricano en ascenso y cuál poeta holandés ya nadie lee; los nombres de toda la Familia Burrón y el número en que Borola pone un orfanato y en vez de leche da agua con cal a los huérfanos; cuál cuento de Maupassant se parece a uno de Poe y dónde vivió Lizardi; la letra de Cenizaso; cuál es el estanquillo más viejo de Tlalpan, etc. Es una máquina traganombres, un fichero andante, una enciclopedia de la trivia y una presencia en cualquier lugar donde alguien comience a sonar, ya sea una Gloria Trevi adolescente o el último ganador de los Juegos Florales de Macuspana”.

Los caminos por los cuales uno llega al mundo de un escritor son insospechados. Pueden comenzar en el blanco y negro de un melodrama de culto con su orgía de marineros vulgares, el incesto y el suicidio final de la protagonista.



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