jueves, 22 de mayo de 2008


EL CINE MÁS NEFANDO DE LA HABANA.
Por: Lázaro Sarmiento

Hoy poca gente recuerda, y muchos ignoran, que en esta esquina, debajo de esos arcos, estaba el cine Bélgica de 750 butacas. Calle Monserrate no. 518. Habana Vieja.

En La Habana para un infante difunto, Cabrera Infante escribe: “El cine más al sur, el Bélgica, fue otro que nunca visité por su fama de infame, con el peor público de todos los cines nefandos de La Habana”.

Otros cines en esta categoría eran el Niza y el Montecarlo. Sobre este último: “depravaciones en la pantalla, depravados en el público”.

Estos pequeños cines de un público “no decente” fueron sepultados por el tiempo. En cambio, frente al Bélgica, se ha salvado la preciosa fachada del cine Universal que hasta hace pocos años ofreció películas y que en la actualidad es local de ensayo de un pequeño grupo de teatro.

Fantasmas del antiguo cine Bélgica: no queda ninguno. Cruzaron la calle atraídos por los plátanos y las papayas del vecino Mercado de Egido, uno de los más populares de la capital.

lunes, 19 de mayo de 2008


CINES ART DECO DE LA HABANA (II)
Por: Lázaro Sarmiento

Cine teatro Fausto. Paseo del Prado no. 201 esquina a Colón. La Habana. Fecha de construcción: 1938. Una de las más volumétricas expresiones del Art Deco en la capital cubana
Es un edificio que intenta mantener su viejo glamour. Fantasmas de este cine (ver listado).Capacidad: 1669 butacas.

“El cine Fausto, fatal en el futuro, era entonces un cine que estrenaba solamente un tipo de películas que Rubén parecía preferir, muestras de lo que años después y en otras culturas se llamó el cine negro, que yo disfrutaba sin saber que al mismo tiempo alimentaba lo que luego sería mi nostalgia, enamorándome de las sombras de Gail Russell, con sus inolvidables ojos verdes…” (Guillermo Cabrera Infante en La Habana para un infante difunto)

Hace años dejó de proyecta películas. En la actualidad presenta obras de teatro de corte humorístico y espectáculos variados con gran éxito de público.

Sobre el Fausto, el crítico Alejandro G. Alonso señala en el libro La Habana Deco: “En una zona de buenas casas eclécticas, su fachada de puro arte moderno rompía de manera muy elegante con las edificaciones vecinas, aún cuando respetara las disposiciones municipales de construir portales para el tránsito peatonal. Ventajas técnicas y comodidades hicieron de esta construcción algo de muy especial interés. Por ejemplo, fue el primero que tuvo aire acondicionado en la ciudad; sus muros disponían de una separación interna para impedir que el ruido exterior molestara; y el frente, tras los tubos metálicas que aún conserva, ocultaba fuentes de luz neón que producían efectos cromáticos…”

El edificio recibió en 1941 la Medalla de Oro del Colegio de Arquitectos de La Habana.

Fantasmas de este cine:” Alan Ladd, Verónica Lake, Priscilla Lane, Anne Sheridan, Joan Leslie, Brenda Marshall, Ida Lupino y la falsa y fatal Mary Astor:un amor en cada parte.” Actrices todas que encandilaron los ojos del niño Cabrera Infante en sus primeros años en La Habana.

miércoles, 14 de mayo de 2008


CINES ART DECO DE LA HABANA. (I)
Por: Lázaro Sarmiento

Cine Moderno. Calzada de 10 de Octubre. La Habana. Nada queda del antiguo glamour. Parece un edificio fuera del tiempo. O un juguete roto olvidado por una civilización aérea.

Fantasma que habita este cine: el emperador Ming, de la serie Flash Gordon. El ha logrado que los demás fantasmas emigren hacia otras instalaciones próximas: el Atlas y el Apolo, también cerradas.

La inauguración del cine Moderno en 1930 coincide con el auge del Art Deco en el mundo. La Habana, abierta a todas las influencias artísticas, también reflejó este estilo en diversas salas cinematográficas.

El crítico Alejandro G. Alonso, autor de los textos del libro “La Habana Deco” (2003) destaca que los principios del Art Deco “fueron manifestados con integridad en el cine Moderno del arquitecto Ernesto López Rovirosa, que se levantó en la Calzada de Jesús del Monte (hoy 10 de Octubre), por entonces una zona suburbana con una población de clase media baja y obreros. Alteraciones posteriores y pobre estado de conservación perjudican la imagen”.

Cuando el artista italiano Martino Fagiuoli recorrió los barrios habaneros en busca de edificios Art Deco para el citado libro, descartó fotografiar lo que queda del cine Moderno. Ya no valía la pena.

martes, 13 de mayo de 2008

HOMBRES SIN MUJER.
Por: Lázaro Sarmiento

El homosexualismo en una cárcel cubana de las primeras décadas del siglo veinte es el gran tema de la novela Hombres sin mujer de Carlos Montenegro, publicada por primera vez en México en 1938. Un año antes en La Habana aparece un capítulo en la revista Mediodia .Los responsables son acusados de pornografía y propaganda subversiva. Editada por Letras Cubanas en el año 2001 junto con una selección de cuentos del autor, es acogida con lógico interés por los lectores. El director Juan Carlos Cremata proyecta llevarla cine.

“Ahora sabía que estaba allí, entre leas y bugas, como les decían a los pederastas, que no pensaban más que meterse en el hoyo para refocilarse, y que, no contentos con eso, se pasaban el día hablando de lo mismo, con palabras pegajosas y espesas como semen”.

En el prólogo de la última edición cubana de Hombres sin mujer, Imeldo Álvarez destaca que Carlos Montenegro es quizás el primero en abordar el tema de la homosexualidad en la narrativa no ya cubana, sino latinoamericana, tan tabú hasta hace escasos años. Desde el punto de vista de Montenegro, la trama está concebida para denunciar en lo político, jurídico y social situaciones vividas en una prisión de la época. Y como subraya Álvarez, el texto es fruto de un plan sociolingüístico preciso.

“…Todos los días, cuando estaba detrás del mostrador de la zapatería, hablando con el vigilante que cuidaba el taller, le daban fatigas. ¡Claro, con tantísimos años de prisión¡ Como era don Pancho le dieron a tomar poción yacú, le mejoraron la comida, le concedieron patio por las noches. ¡El mundo colorado ¡Hasta que se supo que no había tales fatigas, sino que metía debajo del mostrador a los aprendices.”

Carlos Montenegro nace en Galicia en 1900. Emigra a Cuba con 7 años junto a otros familiares. Aquí es condenado a catorce años y ocho meses de prisión por un homicidio en La Habana Vieja. . A la cárcel del Castillo del Príncipe entra en 1919 y no sale hasta 1931. A partir de esa fecha se vincula al periodismo y desarrolla una carrera como escritor. Casado con Emma Pérez, periodista de Bohemia, se marcha de la Isla al triunfo de la Revolución. Muere en Miami en 1981.

“-Yo no confundo a nadie. Pero sé que esta es la casa del jabonero: que el que no cae, resbala. Si no, al tiempo; aquí ni los ocambos se escapan; andan salidos por ahí, como gatos en cuaresma, dando consejos a los jovencitos: Oye, yo ya soy viejo y tengo experiencia; no te reúnas con Fulano, que es un empedernido. Y al cabo ya tú sabes: no son otra cosa que asaltadores de portañuelas”.

Se ha dicho que el autor presenta sus relatos de la cárcel desde una concepción machista, unilateral. Algunos hablan, incluso, de discriminación sexual. Imeldo Álvarez anota: “Pienso que Montenegro organiza su novela a partir de su formación histórica, occidental y cristiana: desde sus paradigmas culturales y sensoriales”. Anteriormente expresa que por su tenebrosidad, lujuria y violencia esta es una historia singular de la narrativa cubana de todos los tiempos.

Hombres sin mujer es de esos libros que una vez que se tienen en las manos no pueden soltarse.

lunes, 12 de mayo de 2008


GRAN HOTEL: LA BELLEZA DE LAS COSAS MANOSEADAS.
Por: Lázaro Sarmiento

Gran Hotel, 100 habitaciones con baño. Así lo anunciaba el cartel que se llevó uno de los ciclones que pasaron por Cuba en los años noventa. Gran Hotel, en Teniente Rey entre Dragones y Zulueta, La Habana.

Tal vez debemos dejar estas ruinas como están ahora. Pero no estoy seguro de que la gente de los alrededores, los urbanistas y los que toman las decisiones tengan igual opinión.

Contra estas ruinas conspiran la antigua arquitectura mediocre del edificio, el valor actual y futuro del terreno y los conceptos estéticos tradicionales. A su favor trabajan el tiempo y una ingenua aureola vegetal.

“ Y existe todo un culto a las ruinas, a las del Imperio Romano, de los edificios, de las viejas iglesias, y tiene ese enorme poder las ruinas. Es algo que ha decidido no luchar más, se ha rendido, no hay que volverlo a pintar, no hay que reconstruirlo”. (Edmundo Desnoes. Revista Cine Cubano, no. 192)

Las inversiones para construir un nuevo hotel detrás de parte de la fachada original del Gran Hotel se han demorado demasiado. En su lugar surgió una vegetación babilónica que se ha extendido por la armazón metálica, cubriendo como telaraña verde lo que queda de las paredes.

“Hay una belleza en las cosas manoseadas, que tienen textura producida por el tiempo”.

Los huéspedes de la República, los traficantes nocturnos, el turista, los recién casados, la pareja fugitiva, quizás no imaginaron en sus 100 habitaciones que todo edificio contiene, desde los cimientos, un derrumbamiento.

El Gran Hotel nunca fue un gran hotel. Pero en la actualidad tiene el resplandor de patio interior de gran ciudad.
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