Siempre quise esperar a alguien a la salida del cabaret, muy entrada la madrugada, jugando con la chispa de la fosforera. Luego, caminar por el medio de las calles semi vacías, dejando una estela de colonia. Subir las escaleras, cerrar la puerta, encender la música, abrir dos cervezas, intercambiar el alcohol entre las bocas, hacer el amor vulgarmente, mirar los techos de La Habana desde la ventana, extender mis brazos como almohada en el cuello... Todo lo disfruté en demasía. Solo faltó un detalle en este territorio de los deseos confesos: el cabaret.
martes, 10 de septiembre de 2013
EL DESEO
Siempre quise esperar a alguien a la salida del cabaret, muy entrada la madrugada, jugando con la chispa de la fosforera. Luego, caminar por el medio de las calles semi vacías, dejando una estela de colonia. Subir las escaleras, cerrar la puerta, encender la música, abrir dos cervezas, intercambiar el alcohol entre las bocas, hacer el amor vulgarmente, mirar los techos de La Habana desde la ventana, extender mis brazos como almohada en el cuello... Todo lo disfruté en demasía. Solo faltó un detalle en este territorio de los deseos confesos: el cabaret.
CARTAS SOBRE LA MESA
He puesto sobre la mesa,
como en un juego de cartas, todas mis fotos de los últimos 25 años. Busco
afanoso el instante en que, de presa, me convertí en cazador. Salgo a la calle,
glorificada hoy por una epidemia de belleza. En alguna parte de la ciudad suena
una canción, ingenua y torpe. Trato de localizar un rostro conocido para
compartir una cerveza. Pero estoy rodeado de anónimos. En la platea del cine,
el proyector hace más horrible aún el filme y parece que todos los espectadores
han escapado de un geriátrico. Pienso que éste va resultar un mal día. Como
animal de costumbres, regreso al Vedado por los atajos de siempre, con mil formas arquitectónicas y puertas
cuyas molduras conozco de memoria. Estoy en mi apartamento, rodeado de imanes,
libros, la cafetera, la computadora, el teléfono, la mampostería que beso cada
cierto tiempo…En la televisión, un personaje menciona las palabras roon garden
. De pronto percibo una sacudida entusiasta. Roon garden me conecta con
afinidades privadas. Entonces voy a la caza de mis recuerdos, esa vanidad
secreta. Y logro olvidar las cartas sobre la mesa.
lunes, 5 de agosto de 2013
GRETA GARBO FUE SU IDOLO.
Por: Lázaro Sarmiento
A la edad de tres años, Eduardo Manet comenzó a asistir al cine de la mano de su madre. Iban a la sala Strand, que estaba en la calle San Miguel, en La Habana. En una entrevista reciente, el dramaturgo, novelista y cineasta cubano Manet recordó esa época de su infancia en la década de 1930:
“La primera película que me marcó (lo juro, no sobre la Biblia, sino sobre la colección completa de Cahiers de Cinéma) fue Anna Karenina con Greta Garbo. Por supuesto, mamá y yo lloramos durante todo el final de la película, con la secuencia con Freddy Bartholomew y la divina Garbo. Quien, dicho de paso, se convirtió, desde entonces, en mi ídolo, una santa a la que a veces yo hacía plegarias. Normal que tenga en la casa los más bellos libros con las fotos de la Divina, así como muchas de sus películas. Por desgracia, no todas están en dvd, aunque sí Anna Karenina, Marie Waleska y La Reina Cristina, con esa imagen del final. Garbo pregunta al eminente (y muy olvidado y a veces despreciado) Mamoulian: “¿Qué debo hacer? Mi amante murió, viajo con su cadáver hacia el exilio”. Respuesta del, en ese momento, genial director: “No haga nada. Su cara debe ser una página en blanco”. Y así fue. La más bella imagen, para mí, de la historia del cine.”
domingo, 9 de junio de 2013
TRENES SOBRE EL MAR.
Durante 46 años miles de toneladas de mercancías entraron a Cuba en vagones de ferrocarril desde Estados Unidos a través del Estrecho de la Florida. Fue la “primera línea internacional de ferrys ferroviarios”. El servicio se inauguró el 5 de enero de 1915 con el arribo al espigón de la ensenada de Atarés, en la Bahía de La Habana, de un lote de vagones refrigerados a bordo del ferry Henry M. Flagler, procedente de Cayo Hueso.
Los vagones de mercancías llegaban a sus destinatarios “de forma expedita, sin ningún tipo de manipulación, trasbordo o almacenaje de la carga”. Con el tiempo se incorporaron otros ferrys, incluidos los dos buques de su tipo mayores del mundo. El trayecto en los primeros tiempos duraba unas siete horas y media.
Se calcula que en el año 1957 el tráfico ferroviario entre Cuba y Estados Unidos sobrepasó el medio millón de toneladas de mercancías. Este sistema de ferrys ferroviarios cesó en agosto de 1961. Ese año, a causa del bloqueo del gobierno norteamericano contra Cuba, dejaron de llegar al puerto de La Habana “los trenes que circulaban por el mar”.
Estos datos aparecen publicados en un artículo de Manuel Rodríguez González, en la revista Mar y Pesca, de mayo de 2013.
Los vagones de mercancías llegaban a sus destinatarios “de forma expedita, sin ningún tipo de manipulación, trasbordo o almacenaje de la carga”. Con el tiempo se incorporaron otros ferrys, incluidos los dos buques de su tipo mayores del mundo. El trayecto en los primeros tiempos duraba unas siete horas y media.
Se calcula que en el año 1957 el tráfico ferroviario entre Cuba y Estados Unidos sobrepasó el medio millón de toneladas de mercancías. Este sistema de ferrys ferroviarios cesó en agosto de 1961. Ese año, a causa del bloqueo del gobierno norteamericano contra Cuba, dejaron de llegar al puerto de La Habana “los trenes que circulaban por el mar”.
domingo, 17 de febrero de 2013
HAVANA NOCTURNA: HAVANA CANÍBAL.
Autor de dos magníficos libros sobre la mafia norteamericana en Cuba, Enrique Cirules expone en el volumen Hemingway,los otros y yo (Ediciones Extramuros, 2012) el canibaleo de estos títulos. Una historia en la que están involucradas la editorial del New York Times y Hollywood.
“Estos dos libros míos sobre la mafia norteamericana en Cuba: El imperio de La Habana y La vida secreta de Meyer Lansky, han sido objeto del más desalmado canibaleo en la historia de la literatura. Un periodista estadounidense, radicado en New a York, J. T. English (amparado por los desmanes que se producen contra la cultura cubana) en el 2008 publicó Havana Nocturna, un libro con el tema de la mafia, donde se nos menciona –a mí y a Casielles- en más de ciento quince ocasiones, con el fin de asumir (de adueñarse) de de estos dos libros (cuyos copyright corresponden a 1993 y 2004), pero lo más cínico de la estafa, es que este Señor English alega su derecho también a utilizar estos relatos de Casielles , porque, según él, entre los días 24 y 26 de enero de 2007, desde New York, le realizó entrevistas por teléfono y correos electrónicos, y por tanto, puede disponer de sus memorias. Para esa fecha, Casielles se encontraba gravemente enfermo, ingresado en el hospital Piti Fajardo de La Habana, con un solo pulmón, donde tenía un cáncer, y solo respiraba auxiliado por un balón de oxígeno. Muere 17 días más tarde.
Sin embargo, la editorial del New York Times ha convertido el libro de T. J. English en un best seller mundial, asumido también por la Random House Mondadori en otros idiomas, y la Paramouth, con tres de los mayores productores de Hollywood, han anunciado la filmación de una película – texto y película manipuladora-, a pesar de lo cual, les he asegurado que todo este proyecto de estafa ha nacido herido de muerte”.
Este no es el tema del texto de Cirules incluido en el libro citado. El escritor lo comenta de pasada pero resulta sumamente de interés.
Este no es el tema del texto de Cirules incluido en el libro citado. El escritor lo comenta de pasada pero resulta sumamente de interés.
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