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domingo, 12 de julio de 2015

OCUPACIONES QUE ME GUSTARÍA EJERCER…


1.-Barman
2.- Gigoló de Francesca Bertini
3.- Ilusionista
4.- Doble de John Garfield
5.- Bailarín popular
6.- Gerente de Casa de Huéspedes.
Una lista para otras vidas futuras, o secretas.



viernes, 31 de agosto de 2012

FRANCESCA BERTINI, REINA DE LA PAPELERIA.

(ETIQUETAS PARA FOTOS Y RECORTES)
Por: Lázaro Sarmiento



FRANCESCA BERTI NI.
El recorte de arriba permanece conmigo desde 1981. Ha resistido todas las operaciones de exterminio en mi papelería. Quizás porque me recuerda las alegrías y las obsesiones de una época anterior a la internet. Algunos temas solo llegaban en revistas y periódicos, dentro de los maletines de amigos que viajaban al extranjero.


CARPA TEATRO
De niño, en los años sesenta, fui algunas noches con mi mamá a las carpas de teatro que funcionaban en La Habana. Recuerdo haber visto actuar a Zenia Marabal en la que estaba en la calle Infanta. La artista estaba en su esplendor. ¿Por qué conservo este ticket? Pareciera un recuerdo inútil.



EL BAILARIN
Desde luego que no es una foto porno. Es una obra de arte. No es necesaria la aclaración. La hizo Richard Avedon. Es el bailarín Rudolf Nureyev. Me hubiera gustado ser bailarín. Pero no clásico, sino de cabaret. De los que terminan de madrugada y casi siempre alguien los espera a la salida. Y luego a contemplar semidesnudos las azoteas de La Habana, desde la ventana de la habitación, mientras la radio transmite música para hacer el amor.



LA PRIMERA ESCUELA.
El niño en el extremo izquierdo soy yo, mi primera escuela, en Madruga. Un año antes de mudarme para La Habana con mis padres. A ninguno de los niños de la foto los he vuelto a ver. Y si los viera ahora tendría muy pocas cosas que decirles. De esa época solo tengo recuerdos brumosos.



CAFETERAS.
Me gustaban estas cafeteras. Su brillo, su chirrido y su vapor . Hoy las recuerdo como artefactos fabulosos asociados a la primera vez que dormí en La Habana. Mi padre se quedaba en una casa de huéspedes en la calle Neptuno y en mi primera mañana en la capital fuimos a desayunar a la cafetería que estaba frente a la tienda Roseland. Y allí ocurrió el encuentro con las cafeteras Nacional y con unas tazas blanquísimas y muchas manos apurando el café antes de partir hacia sus destinos del día.


LA VIDA EN COLORES.
Este soy yo en 1984. Comenzaba la época de las fotos a color.


ecoestadistica.com