lunes, 23 de septiembre de 2013

LA BELLEZA Y LA LEYENDA.



“Para los griegos, la belleza, la armonía, y la proporción no eran conceptos de su inteligencia, sino disposiciones ligadas a su sensibilidad. Por eso eran un pueblo de estetas, en el que todos siempre buscaban, exigían, la belleza en todo. Por eso proyectaron con semejante violencia su sensibilidad sobre el mundo futuro en el que aún vivimos como súbditos bajo la expresión de aquella. ”
Fernando Pessoa (1888 —1935), en Apuntes para una estética no-aristotélica.

Cartel publicitario en publicación del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano, en 2003, La Habana.

BALLET Y SEXO.


"No sabía nada sobre ballet. Creo que es muy sexy. Toda esa gente desnuda, como si se pintaran un ligero traje encima. Por eso es que todos estos viejos ricos apoyan el ballet. A sus esposas les gusta:  y  todos esos pas de deux seguro que tienen que ver con el sexo".

(Robert  Altman (1925-2006)  refiriéndose a su película  The Company, de 2003, publicado en Página/12, Buenos Aires, 26.11.2006) 
Imagen: Les garçons de la Danse - Ballet Masculino  Flickr - Photo Sharing!. www.flickr.com .

jueves, 19 de septiembre de 2013

LOS CABALLOS SALVAJES DE CAYO ROMANO.


Los caballos salvajes de Cayo Romano (92 mil 600 hectáreas rodeadas de mar), en la costa norte de Camagüey, Cuba, constituyen un enigma. Hace más de diez años, la revista Flora y Fauna se refirió a ellos en un fotorreportaje de José Morales. Existen diversos criterios sobre el origen de estos animales. Ya en 1853 se testimoniaba su existencia. Hay quienes opinan, pero sin argumentación, que los caballos llegaron a Cayo Romano a consecuencia de un naufragio. O que descienden de los introducidos por franceses para la explotación del henequén y que con el tiempo adquirieron hábitos salvajes. Dicen que estos misteriosos caballos son muy difíciles de ver e imposibles de atrapar.

Imagen: Revista Flora y Fauna, no. 1, 2001.

jueves, 12 de septiembre de 2013

RADIOCENTRO



Primero fue inaugurado el teatro de la esquina de L y 23, en El Vedado. Tres meses más tarde abría sus puertas el edificio del imperio radial de los Mestre.

“La primera concreción plena del Movimiento Moderno se asume convencionalmente expresada en el edificio Radiocentro, de los arquitectos Gastón y del Junco, donde en 1944, se introduce la lectura funcional de cada componente volumétrico y una estética funcional sin deudas con el eclecticismo, en un programa avanzado para la época”.

(Arquitecto Luis Lápidus en el libro póstumo La Encrucijada del Tiempo, presentado en La Habana).

“Como mayor accionista de la CMQ y con la ayuda de empresarios nacionales y norteamericanos, compró los terrenos de la esquina de L y 23 donde, el 3 de marzo de 1946, se puso la primera piedra del futuro Radiocentro, y el 12 de marzo de 1948, se inauguró, con un costo de 3 millones de pesos que, incluía aire acondicionado de 280 toneladas, el primer edificio que en Cuba tuvo ese servicio proporcionado por una planta central”.

Josefa Bracero refiriéndose a Goar Mestre en su libro Televisión: ¿Ángel o demonio” (EnVivo Ediciones, La Habana, 2012).


“Según específica el historiador Oscar Luis López, en su obra La Radio en Cuba, el 23 de diciembre de 1947, había sido inaugurado el aledaño Teatro Warner, con capacidad de mil seiscientas cincuenta lunetas, que debió su nombre a la compañía de películas Warner Brothers, que lo tenía arrendado. Y el 2 de enero de 1953, este teatro pasó totalmente a la administración de los hermanos Mestre, ocasión en que se le cambió el nombre por el de Radiocentro, actualmente cine Yara.

martes, 10 de septiembre de 2013

EL DESEO



Siempre quise esperar a alguien a la salida del cabaret, muy entrada la madrugada, jugando con la chispa de la fosforera. Luego, caminar por el medio de las calles semi vacías, dejando una estela de colonia. Subir las escaleras, cerrar la puerta, encender la música, abrir dos cervezas, intercambiar el alcohol entre las bocas, hacer el amor vulgarmente, mirar los techos de La Habana desde la ventana, extender mis brazos como almohada en el cuello... Todo lo disfruté en demasía. Solo faltó un detalle en este territorio de los deseos confesos: el cabaret.
ecoestadistica.com