miércoles, 1 de octubre de 2008

Joaquín Cuartas, escritor millonario en Cuba.
Por: Lázaro Sarmiento

El escritor radial Joaquín Cuartas arribó a los 70 años de edad (La Habana, 29 de septiembre de 1938). Este número parece no preocuparle en absoluto. El acontecimiento lo celebró cocinando una nueva novela en su casa de la Víbora, donde vive con su única hija, el esposo y los dos nietos. Desde allí se mueve a través del hilo telefónico como pez en el agua por un mundo de vasos comunicantes. De lejos puede descomponer historias, divulgar noticias y glorificar o satanizar personajes, así como proclamar verdades con la misma imaginación desbordante con la que arma sus dramas radiofónicos.

Llegó por primera vez a Radio Progreso en 1968. Ese año adaptó para el micrófono la novela Fahrenheit 451 de Ray Bradbury. Desde entonces Joaquín Cuartas se convirtió en un escritor clave de la radio cubana de las últimas décadas.

Antes se había probado como autor teatral. En 1965 recibió mención en Teatro en el Concurso Casa de las Américas. El premio fue para La noche de los asesinos, de José Triana. En 1990, Joaquín Cuartas obtuvo en España el premio Margarita Xirgu de teatro radiofónico. Y en 1994 su radioteatro Vereda tropical es premiado por el Consejo de Cooperación Iberoamericano.

En Cuba siempre existieron escritores de radio con gran dominio del medio. Entre los autores de radionovelas del período anterior a la Revolución de 1959 figuran Félix B. Caignet, Caridad Bravo Adams, Iris Dávila, Dora Alonso y Delia Fiallo. Y más nombres. Después, las radionovelas dejaron de ser esclavas de las empresas publicitarias y de las compañías de jabones y detergentes. El país cambió y con él los puntos de vista de las producciones dramatizadas. Ya no se volverían a poner novelas en antena para que la gente comprara los productos de los patrocinadores. Además de entretener, ahora se quería enriquecer el universo cultural de los radioescuchas.

En ese contexto surgió la obra de Joaquín Cuartas. Creó historias cercanas a los intereses del público contemporáneo, movió el papel del narrador, agilizó el ritmo y enriqueció los diálogos. Se propuso hacer una radio beligerante, agresiva y de búsqueda. Lo logró.

Entre sus novelas sobresalen Regreso a las cumbres, Barranco de ciegos (versión libre), Amor con punto y coma, Encuesta para un divorcio, Cuando la vida vuelve y Crónica social. Estas obras fueron premiadas por el Instituto Cubano de Radiodifusión y por la Unión de Escritores y Artistas de Cuba. A Joaquín Cuartas le gustan los premios. Se emociona a la espera del veredicto de los jurados. Los disfruta como un niño cuando recibe un juguete. También ha escrito para niños.

Joaquín Cuartas no utiliza computadora, no posee una extensa biblioteca ni se auxilia de libretas de apuntes. Cerca de su máquina de escribir eléctrica, estilo jurásico, únicamente cuelga el título de Contador, graduado de la Escuela de Comercio del Instituto Edison de La Habana. A veces le basta enamorarse de una frase, o recordar una anécdota para escribir “por arte de magia” un teatro o un cuento.

Las emisoras en toda la Isla se disputan sus libretos. Joaquín Cuartas es un escritor con millones de oyentes. Quizás es el autor más millonario de Cuba.

domingo, 28 de septiembre de 2008


Dos maestros de la radio cubana están de cumpleaños.
Por: Lázaro Sarmiento
La directora Isabel Aida Rodríguez (La Habana, 26 de septiembre de 1928) y el escritor Joaquín Cuartas (La Habana, 29 de septiembre de 1938) están de aniversario por estos días. Ella arriba a sus 80 años de vida. Él a sus 70. Ambos gozan de un enorme prestigio en la radio cubana. Los dos se mantienen muy activos.

Isabel Aida hace poco tiempo dejó de escribir, asesorar y dirigir programas. Ahora constituye uno de los pilares de la Asociación de Cine, Radio y Televisión de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, UNEAC. Precisamente en la semana de su cumpleaños se le puede ver en el palacete de H y 17 en el Vedado (sede de la UNEAC) ejerciendo como miembro del jurado del Concurso Caracol 2008, evento que propone análisis teóricos, premia programas y películas relevantes, y reconoce la labor individual de artistas y realizadores.

Isabel Aida Rodríguez, recién graduada de Contabilidad, comenzó a trabajar en las oficinas de CMQ Radio, el l6 de septiembre de 1948. Doce años después es la mecanógrafa de las actas de la intervención por la Revolución del imperio mediático de los Mestre. En 1961 se convierte en la primera productora de mesa del Socialismo. En 1964 adapta eventualmente cuentos para la radio. Al poco tiempo es ya una notable asesora ,escritora y directora.

Según ha explicado, su formación como directora

“comenzó viendo a magníficos directores como Sergio Doré, Miguel Llao, Sol Pinelli y otros de la antigua CMQ. Más tarde, a partir de mi trabajo como productora de mesa con Julito Lot, Oscar Luis López, Carlos Paulín, Sol y muchos más .Cada uno de ellos y aún aquellos de los que yo escuchaba sus programas, como es el caso de Abelardo Rodríguez o Gilberto Caballero, contribuyeron a mi formación y, claro está, el sin par magisterio de Odilia Romero. También me ayudaron los conocimientos y la experiencia que me transmitió Iris Dávila. Trabajar con escritores de la talla de María Elena Llana, Héctor Quintero, José Antonio Zarrraluqui, Alberto Liberta, Xiomara Blanco, Silvia Pérez Llera y Abelardo Vidal, por sólo nombrar unos pocos, contribuyeron a convertirme en esa supuesta especialista de radio que hoy soy”. (Entrevista en el libro Otros rostros que se escuchan, de Josefa Bracero Torres. Editorial Letras Cubanas. La Habana, 2007.

Entre algunos amigos, me gusta llamar a Isabel Aida – y eso ella no lo sabe- nuestra Bette Davis de la Radio. Infatigable, ingeniosa (en ocasiones “ge”), conversadora, casi legendaria. Y también honesta, solidaria, inteligente, maestra.

viernes, 26 de septiembre de 2008

FACHADAS DE CINE EN LA HABANA: CINECITO.

Por: Lázaro Sarmiento

El 9 de julio de 1942, el antiguo cine Cinecito (400 butacas), en la calle San Rafael, esquina a Consulado, y con el nombre de Cine Periódico Resumen, comenzó a proyectar cortos, noticieros y dibujos animados .Años más tarde esta sala recobró el nombre de Cinecito con una programación dirigida principalmente al público infantil, función que mantiene en la actualidad.

Desde el 1938, otro cine también en la calle San Rafael, el Rex Cinema, ya ofrecía una programación similar. El Rex Cinema fue la primera sala de Cuba dedicada exclusivamente a la exhibición de filmes documentales, cortometrajes y noticieros.

FACHADAS DE CINE EN LA HABANA: EL MEGANO




Es casi un milagro fílmico que la sala El Mégano, antiguo cine Capri (450 butacas), en Consulado y San José, continúe ofreciendo películas. Dos ventiladores de pie prehistóricos, un proyector ruidoso, un audio de la era de The jazz singer y películas cuyas copias parecen cocidas con hilo, lo convierten en un local museable. El Mégano tiene el mérito de mantenerse funcionando cuando la inmensa mayoría de los cines de barrio de La Habana han desaparecido.


miércoles, 24 de septiembre de 2008

Tócala otra vez, Sam, en Radio Enciclopedia.
Por: Lázaro Sarmiento

Si usted entra en el sitio web de la emisora cultural cubana Radio Enciclopedia, http://www.radioenciclopedia.cu/, la cual además de información transmite solo música instrumental, y hace clic en la carpeta Lo más Solicitado , verá que entre las grabaciones más difundidas en esta estación de La Habana figura As Time Goes By , el mítico tema del filme Casablanca (1942).

No transcurre un solo día sin que desde la antena de Radio Enciclopedia se escuche varias veces esta canción en algunas de sus numerosas versiones de música instrumental ligera. La más difundida aquí es la de Henry Mancini con su orquesta; comienza con una voz de estudio repitiendo una frase pronunciada en el filme por Humphrey Bogart: Tócala, otra vez, Sam.

Con esta canción sucede lo mismo que con la película en cuya banda sonora fuera incluida: los años no han erosionado su encanto y su poder de sacudir palancas emocionales. La relación de la gente con cierto tipo de música no ha cambiado en esencia en largo tiempo.

Una canción odiada por Max Steiner.

As Times Goes by fue escrita en 1931 por Herman Hupfeld para el musical Evderybody’s Welcome. Luego la página fue incluida en Everybody Comes to Rick’s, obra teatral en que se basó Casablanca .El productor del filme, Hal B. Wallis, le pidió al compositor Max Steiner, encargado de la banda sonora, que utilizara As Time Goes by como tema de amor para los personajes de Rick (Humphrey Bogart) e Ilse (Ingrid Bergman).

Pero Max Steiner odiaba la canción. Fue entonces cuando el productor Wallis le propuso a Max Steiner que escribiera una canción alternativa que luego pudiera usarse como tema de amor. Entre tanto, la escena en que aparecen Rick, Ilse y el pianista Sam tocando As Time Goes By fue rodada.

Y cuando Steiner le presentó un tema de amor de su inspiración, Wallis le dijo que eso supondría volver a rodar las escenas del pianista Sam (Dooley Wilson) y que Ingrid Bergman ya se había cortado el pelo para su siguiente filme ¿Por quién doblan las campanas? “Steiner confesó después que todo debió ser una artimaña del productor Wallis, puesto que existían pelucas con las que volver a rodar la escena con Ingrid Bergman. El caso es que As Times Goes By se quedó en la película”.

Esta es la razón por la cual cada vez que desde Radio Enciclopedia se escucha As Time Goes By los oyentes suelen pensar en Casablanca. Muy pocas melodías han estado tan asociadas como ésta a una película.

Por cierto, el actor Dooley Wilson (Texas, 3 de abril de 1886– Los Ángeles, 30 de mayo de 1953) , quien interpreta As Time Goes By al piano en Casablanca, no sabía tocar este instrumento. En realidad, había actuado como batería en la década de 1920 en una banda musical con la que viajó a Europa.

Y ahora, por favor, Sam, tócala otra vez en Radio Enciclopedia.

lunes, 22 de septiembre de 2008

Diálogo con las aceras de La Habana.
Por: Lázaro Sarmiento

Antiguos mensajes dibujados en los pisos de muchas aceras de La Habana han sobrevivido la erosión del tiempo o la renovación constructiva. Fueron diseñados para funciones o edificaciones que desaparecieron en su mayoría. Caminar y dialogar con estas imágenes –concebidas para ser pisadas por millones de zapatos- constituye un delicioso ejercicio imaginativo.
La burguesía cubana sentía obsesión por todo lo norteamericano. Las aceras no escaparon a esta inclinación. (Peletería Miami en la comercial calle Neptuno, Centro Habana).
Del Hotel “Flor de Cuba”, en Monte, entre Águila y Revillagigedo, no quedan ya ni las ruinas. Sin embargo, perdura este vestigio en la acera.
ecoestadistica.com