La Habana tiene zonas que nadie ha visto, escribió Miguel Barnet en su libro Viendo mi vida pasar. Y esta tarde , al bordear la ciudad profunda por la Avenida del Puerto, celebro los lugares que camino una y otra vez y que disfruto como la primera vez . Entonces parece que se cumpliera la afirmación del fabulador y etnólogo y sigo buscando, como una hormiga afanosa , esas zonas de La Habana que nadie ha visto.
“ahora mi corazón se hospeda en la ciudad y su aventura.... "(Nancy Morejón en Amor, ciudad atribuida)
“La costa se ennegrece. Los barcos parecen detenidos
El mar viejo huele a kerosene, a piel podrida.
Amo ese olor, esas aguas de desperdicios.
Desde el anfiteatro llega un clamor de voces y aplausos.
La vida, verdaderamente, no tiene fin”. (Miguel Barnet en Muelle de Luz)
Ómnibus escolares traídos a Cuba por la solidaridad de Pastores por la Paz, de Estados Unidos. Detrás el edificio de la Iglesia Ortodoxa Rusa.
“Hay una noche limpia; la del mar y la luna.
Había un pueblo de luces en el agua tranquila,
con calles solitarias por donde, sin quererlo,
dejábamos vagar nuestra inquietud y ternura” (Ángel Augier en Nocturno diferente)
Había un pueblo de luces en el agua tranquila,
con calles solitarias por donde, sin quererlo,
dejábamos vagar nuestra inquietud y ternura” (Ángel Augier en Nocturno diferente)
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