Salvar la información
Unas cuatro mil ciudades se apagaron durante La Hora del Planeta en defensa de la lucha contra el cambio climático.Me sumé a esta iniciativa con entusiasmo. Desde hace bastante tiempo me relaciono con los temas de medio ambiente a través de mi trabajo en la radio. He difundido con pesar, y en muchos casos dramatismo, miles de noticias sobre el estado de la Tierra: bosques dañados, contaminación, peces amenazados, glaciares que se derriten, corales enfermos… En otras ocasiones he sentido satisfacción, y esperanza, al divulgar las acciones emprendidas en lugares cercanos y remotos de la Tierra para proteger un árbol, un tigre o una tortuga marina. Esta labor con datos y mensajes, la mayoría de las veces alarmantes, me ha llevado a dos conclusiones. La primera: que para salvar a los ecosistemas y especies en peligro, es esencial salvar la información y luego encontrar la forma eficaz de usarla. La segunda: en cualquier país que vivamos, se vive sobre un planeta.
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sábado, 28 de marzo de 2009
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domingo, 4 de enero de 2009
Radio Ciudad en los mapas del cielo.
Por: Lázaro Sarmiento
Llamando a todas las estrellas.
Llamando a todas las estrellas.
Si en el universo hay seres capaces de captar este mensaje
que respondan!
Este mensaje se transmitía a finales de la década de 1980 desde Radio Ciudad de La Habana, de lunes a viernes, entre las 10 y las 11 de la noche. Durante ese horario, el programa Radio Futuro, dirigido por el autor de este blog y conducido por los locutores Gladys Roque y Danilo José, pretendía establecer contacto con seres de otros sitios de la galaxia a través de la modesta antena de la emisora, ubicada en la azotea del Edificio ENE, en La Rampa, la zona de la capital cubana preferida por los jóvenes.
En Radio Ciudad de La Habana teníamos la esperanza de que en cualquier momento, al abrirse la puerta del ascensor, recibiríamos el saludo de alguna extraña criatura venida de un planeta lejano.
Muchos años después de los “divertimentos galácticos” de Radio Ciudad, el poeta Sigfredo Ariel, en esa época uno de los pilares de la emisora, publicó en su libro Born in Santa Clara (Ediciones Unión, 2006) el siguiente poema que evoca aquellos días de radio colmados de tanteos, alegrías y hallazgos.
El mensajero.
En programas de radio dedicados al triunfal
avance de la tecnología y la zafra del café
Lázaro Sarmiento transmitía mensajes
dirigidos a remotas galaxias: palabras a los seres
que deben dormitar en planetas si acaso
registrados con números y letras
en los mapas del cielo.
En el interior de ciertos carros que llevan
a los habaneros a las playas del oeste
Lázaro Sarmiento me contó sus dos o tres
encuentros con personas sospechosas
de haber arribado de otros mundos:
Junto al gran arrecife de la calle 70
donde ahora hay hoteles de nombres mitológicos
descubrió poblaciones de extraña procedencia
Si bien examinó sus ojos y sus cuerpos
no sacó nada en claro, me parece.
Pero en un rincón del cosmos
han de estar amontonados cientos y cientos
de mensajes que Lázaro Sarmiento
ha lanzado al Enigma con toda impunidad
empleando pequeños transmisores
propiedad del gobierno.
Por: Lázaro Sarmiento
Llamando a todas las estrellas.
Llamando a todas las estrellas.
Si en el universo hay seres capaces de captar este mensaje
que respondan!
Este mensaje se transmitía a finales de la década de 1980 desde Radio Ciudad de La Habana, de lunes a viernes, entre las 10 y las 11 de la noche. Durante ese horario, el programa Radio Futuro, dirigido por el autor de este blog y conducido por los locutores Gladys Roque y Danilo José, pretendía establecer contacto con seres de otros sitios de la galaxia a través de la modesta antena de la emisora, ubicada en la azotea del Edificio ENE, en La Rampa, la zona de la capital cubana preferida por los jóvenes.
En Radio Ciudad de La Habana teníamos la esperanza de que en cualquier momento, al abrirse la puerta del ascensor, recibiríamos el saludo de alguna extraña criatura venida de un planeta lejano.
Muchos años después de los “divertimentos galácticos” de Radio Ciudad, el poeta Sigfredo Ariel, en esa época uno de los pilares de la emisora, publicó en su libro Born in Santa Clara (Ediciones Unión, 2006) el siguiente poema que evoca aquellos días de radio colmados de tanteos, alegrías y hallazgos.
El mensajero.
En programas de radio dedicados al triunfal
avance de la tecnología y la zafra del café
Lázaro Sarmiento transmitía mensajes
dirigidos a remotas galaxias: palabras a los seres
que deben dormitar en planetas si acaso
registrados con números y letras
en los mapas del cielo.
En el interior de ciertos carros que llevan
a los habaneros a las playas del oeste
Lázaro Sarmiento me contó sus dos o tres
encuentros con personas sospechosas
de haber arribado de otros mundos:
Junto al gran arrecife de la calle 70
donde ahora hay hoteles de nombres mitológicos
descubrió poblaciones de extraña procedencia
Si bien examinó sus ojos y sus cuerpos
no sacó nada en claro, me parece.
Pero en un rincón del cosmos
han de estar amontonados cientos y cientos
de mensajes que Lázaro Sarmiento
ha lanzado al Enigma con toda impunidad
empleando pequeños transmisores
propiedad del gobierno.
Un grupo de trabajadores de Radio Ciudad de La Habana durante una excursión a la playa, en una fecha no precisada anterior a 1991. El primero de la izquierda Ángel Márquez (hoy en Radio Habana Cuba), después Lázaro Sarmiento. La cuarta, en la misma fila, Edelsa Palacio, directora entonces de la emisora. Le siguen, entre otros,Viñoli, Luisa Margarita (con espejuelos); a su lado, un casi adolescente Harold Perdomo junto a Xavier Rodríguez (abrazado a Eda Esquivel). En el extremo derecho, vestido de blanco, Alfredo Balmaseda, con elegancia veneciana. Sentado en la arena, con pulóver a rayas, Sigfredo Ariel. Había más personas pero estaban entretenidas en otras zonas de la costa.
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